En los casos de las víctimas que son sometidas a mobbing, las situaciones de amenaza para su integridad física o psicológica producen cuadros de estrés postraumático. Lo que genera la vivencia de estar ante una auténtica amenaza que vive el día a día con auténtico terror, a la espera, de descubrir cuál será la siguiente conducta de maltrato y de humillación dentro de un proceso que nunca termina y que ellos no pueden detener.
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Síntomas de la víctima de acoso laboral que sufre estrés postraumático
1. P R I D I C A M
M O B B I N G M A D R I D
SÍNTOMAS DE LA VÍCTIMA
DE ACOSO LABORAL QUE
SUFRE ESTRÉS
POSTRAUMÁTICO
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Síntomas de la víctima de acoso laboral que sufre
estrés postraumático
En los casos de las víctimas que son sometidas a mobbing, las
situaciones de amenaza para su integridad física o psicológica producen
cuadros de estrés postraumático. Lo que genera la vivencia de estar
ante una auténtica amenaza que vive el día a día con auténtico terror, a
la espera, de descubrir cuál será la siguiente conducta de maltrato y de
humillación dentro de un proceso que nunca termina y que ellos no
pueden detener.
Características del trastorno por estrés
postraumático
En los casos de Mobbing podemos encontrar sintomatología de carácter
postraumático, la cual describimos siguiendo los criterios diagnósticos
del DSM-5:
El transtorno por estrés postraumático puede iniciarse a cualquier
edad.
Los síntomas suelen aparecer en los primeros 3 meses posteriores
al trauma, si bien puede haber un lapso temporal de meses, o
incluso años, antes de que el cuadro sintomático se ponga de
manifiesto
3. Recuerdos angustiosos recurrentes, involuntarios e intrusivos de las
conductas de hostigamiento en el trabajo.
Sueños recurrentes con malestar intenso y pesadillas sobre el tema
de acoso vivido.
Reexperimentación recurrente del acoso.
Malestar psicológico intenso al exponerse a estímulos internos o
externos que recuerdan lo sucedido en el entorno laboral.
Reacciones fisiológicas intensas a factores internos o externos
(ideas, recuerdos, pensamientos..) que recuerdan lo sucedido.
Evitación o esfuerzos para evitar recuerdos, pensamientos o
sentimientos angustiosos acerca o estrechamente asociados al
acoso.
Evitación o esfuerzos para evitar personas, lugares, conversaciones,
actividades, objetos, situaciones relacionadas con el recuerdo del
acoso.
Dificultades para recordar aspectos del acoso (fechas,
acontecimientos, conversaciones..).
Creencias o expectativas negativas persistentes y exageradas sobre
uno mismo, los demás o el mundo “no puedo confiar en nadie…”
Estado emocional negativo persistente (terror, miedo, enfado, culpa,
vergüenza..).
Disminución importante del interés o la participación en actividades
significativas sociales, personales.
Sentimiento de desapego o insensibilidad respecto a las personas.
Comportamiento irritable y arrebatos de furia (con poca o ninguna
provocación).
Comportamiento imprudente o autodestructivo.
Hipervigilancia.
Respuesta de sobresalto exagerada.
Problemas de concentración.
Alteraciones del sueño (dificultad para conciliar o continuar el sueño,
o sueño inquieto).
4. Deterioro social y laboral
Lógicamente, este malestar provoca un deterioro social, laboral o de
otras áreas importantes de la actividad de la persona que lo sufre,
pudiendo llegar a configurar una secuela psíquica irrecuperable si
la situación se cronifica y no se ataja a tiempo.
La intensidad, duración y proximidad de la exposición al acontecimiento
traumático constituyen los factores más importantes que determinan las
probabilidades de presentar el trastorno. Existen algunas pruebas que
demuestran que la calidad del apoyo social, los antecedentes familiares,
las experiencias durante la etapa infantil, los rasgos de personalidad y
los trastornos mentales preexistentes pueden influir en la aparición del
trastorno por estrés postraumático. No obstante, este trastorno puede
aparecer en individuos sin ningún factor predisponente, sobre todo
cuando el acontecimiento es extremadamente traumático.
Como puede apreciarse, nos encontramos ante un trastorno
psicopatológico susceptible de generar mucho sufrimiento al trabajador
que lo padezca y lo que es peor, puede llegar a suponer secuelas de
difícil recuperación para la víctima.
Por eso, el servicio de "Pericia Psicológica Forense" de PRIDICAM,
recomienda que en todos aquellos casos en los que sea imposible
recuperar la normalidad en el trabajo y terminen por judicializarse, la
víctima presente (en coordinación con su representación letrada) un
dictamen pericial que valore y cuantifique los daños ocasionados,
para así procurar su resarcimiento económico.
Toda esta sintomatología se expresa clínicamente con un malestar
mayor de lo esperable y un deterioro significativo de la actividad social,
laboral, familiar de la persona que lo sufre.
5. Prevención de la cronificación del estrés
postraumático
Existe la evidencia de que las personas traumatizadas que reciben
apoyo psicológico y consejo especializado inmediatamente después de
sufrir el episodio desencadenante, son menos propensas a padecer el
síndrome de estrés postraumático.
Es importantísimo para nuestra salud, que tras un trauma se recurra a
profesional especializado en tratar estos síntomas para que no se
cronifiquen.
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