FICHAS DE ESTADO DEL ARTE
Síntesis Estado del Arte - Humedales ESAP y Recurso Hidrico - Pedro Barrera @PtrColombia
Lozano- Rivas, William Antonio & Bolaños Silva, Tomás. Elementos para la comprensión de los servicios ambientales en la gestión integral del Agua: una mirada desde Bogotá. Universidad Piloto de Colombia, Grupo de Investigación en Ambiente y Sostenibilidad. Bogotá, Colombia. 2011
Síntesis Estado del Arte - Humedales ESAP y Recurso Hidrico - @PtrColombia Pedro Barrera
1. Lozano- Rivas, William Antonio & Bolaños Silva, Tomás. Elementos para la comprensión
de los servicios ambientales en la gestión integral del Agua: una mirada desde Bogotá.
Universidad Piloto de Colombia, Grupo de Investigación en Ambiente y Sostenibilidad.
Bogotá, Colombia. 2011
El objetivo de los autores en el documento es "mostrar a partir de los recursos bibliográficos
ya existentes, los orígenes del concepto de Servicios Ecosistémicos, su relación con el Agua
y de manera explícita el papel que el Ser Humano ha jugado en este proceso.
El texto está dividido en 10 apartados o capítulos en los cuales están incluidos tanto la
introducción como las conclusiones, además, también cuenta con un la presentación del
curriculum de los autores, un prólogo y termina con una completa bibliografía, es importante
recalcar que a lo largo del documento se plantean algunas definiciones, propuestas y
problemas respecto al caso de estudio las cuales se compartirán a continuación
En cuanto a los servicios ambientales, se dice que estos son determinantes para lograr un
desarrollo y el mantenimiento de la vida, no solo de los seres humanos, sino de todas las
especies del planeta. Es de importancia aclarar si existe o no diferencia pragmática entre los
conceptos de servicios ambientales o de servicios ecosistémicos, la respuesta es no. “…Un
servicio ambiental o ecosistémico puede definirse como un conjunto de condiciones y
procesos a través de los cuales un ecosistema (natural) y sus especies sostienen y nutren a
la vida humana” (Daily 1997)1
.
Además, a partir de este punto, se empieza a recalcar en la relación del hombre con la
naturaleza, esto debido a que las actividades del hombre en el planeta y el afán
desmesurado por llenarse los bolsillos de poder y dinero, a través de sus actividades
económicas e industriales de diversa índole, han terminado por deteriorar el planeta, al punto
en que el 25% de su superficie continental está destinada a la actividad agrícola, el 30% o
más del agua superficial es retirada de los ecosistemas para satisfacer las necesidades
humanas, cerca del 40% de los arrecifes y manglares del mundo se encuentran destruidos o
deteriorados, hemos duplicado con nuestros vertidos industriales, domésticos y agrícolas las
concentraciones de nitrógeno en el agua y triplicado las de fósforo, mientras se extinguen
unas 100 especies por año (MA 2005)2
Respecto a la ya mencionada relación del hombre con el agua, se puede partir del problema
del crecimiento poblacional, el incremento de las actividades económicas y la búsqueda por
una mejor calidad de vida por parte de los humanos ya que esto aumenta las tasas de uso y
la demanda de este preciado líquido, generando consecuentemente, mayores volúmenes de
aguas residuales que ocasionan deterioro en las fuentes superficiales y subterráneas. Se
puede hablar de los cambios demográficos y las transformaciones sociales, que se pueden
expresar en aumentos del consumo y distorsiones del mercado (Abínzano 2003)3
, parecen
1
Daily, G. C. (1997). Nature’s services: Societal dependence on natural ecosystems. Washington: Island Press
2
MA. (2005). Ecosystems and human well-being synthesis. Washington: Island Press
3
Abínzano, R. 2003. Globalización, regiones y fronteras. UNESCO. Documentos de Debate- N°27
2. dejar al tema ambiental relegado a un segundo o tercer plano, puesto que los gobiernos, aun
siendo partes de convenios internacionales para la protección del ambiente, no ofrecen
garantías suficientes para abordar estos problemas y cumplir algunas metas trazadas como
los Objetivos de Desarrollo del Milenio (MEA 2005)4
.
Los autores se refieren a la discusión de dichos seres humanos que se ocupan de sus
profesiones y problemas propios, por ejemplo, ingeniería, economía, derecho, entre otras,
toman decisiones sobre el curso y el futuro de los ecosistemas sin preocuparse de su función
y los costos elevados que significa para la sociedad reemplazar esta función, así
permitiéndose la extracción. Afirman que parte de los descalabros en las administraciones
locales y nacionales y en las empresas multinacionales se deben al desconocimiento de las
dinámicas naturales. Se afirma en el documento que es urgente que las autoridades
ambientales sean entidades de generación de conocimiento, con la participación de las
instituciones educativas y con vinculación de científicos que contribuyan al saber ambiental
de forma clara y efectiva. ¿Cómo pueden tomarse decisiones y formularse planes y normas
cuando se desconocen datos, cifras y hechos?
Así mismo, se plantea que el hablar del agua como recurso, etimológicamente parece relegar
al agua a una condición de bien explotable, despojada de su significado holístico y de la
multipluralidad de su naturaleza. Para muchos, calificar al agua como un “recurso” representa
la autorización tácita de su uso y usufructo –en no pocas ocasiones- desmedidos, como
cualquier otro bien “explotable”, ya sea carbón, petróleo, madera, oro, hierro o piedra
(Lozano-Rivas 2011)5
. La declaratoria de que el agua es un “recurso libre y para todos” ha
conllevado una mala comprensión de su significado, creando en el subconsciente la idea de
que lo podemos usar sin límite ni contemplación alguna. Se ha perdido la conciencia de que
el principal usuario del rio es el rio mismo y su ecosistema fluvial, al igual que ocurriría en
cualquier otra de sus manifestaciones lenticas (lagunas, humedales, etc) (Lozano-Rivas
2012)6
El ecosistema hídrico se mueve en el espacio-tiempo, demanda contacto íntimo y
comunicación con su medio, con los niveles freáticos y las zonas riberas, con la vegetación,
con el suelo e, incluso, con el hombre. Desafortunadamente en la legislación nacional
(colombiana), por ahora, no están correctamente definidos el cauce y el área de ronda de los
ríos; en muchas ciudades estos espacios no son respetados y se invaden, eliminando la
vegetación riparia y deteriorando el ecosistema fluvial (Lozano-Rivas 2011). En Colombia el
cauce y la ronda de los ríos aún no están correctamente definidos, ya que se establecen
distancias lineales (30 metros de ronda) que obvian la geomorfología del rio e ignoran el
límite de la ocupación de las aguas durante los eventos extremos. Así, en las ciudades
colombianas no se tienen en cuenta criterios geomorfológicos y alturas de inundación en la
elaboración de planes de desarrollo y ordenamiento territorial; esta situación deriva en la
4
MEA. (Millennium Ecosystem Assessment) (2005). Informe de Síntesis, disponible en http://maweb.org/documents/document.439.aspx.pdf
5
Lozano-Rivas W.A. (2011). Elementos para la recuperación de los Ríos urbanos. Caso de Estudio: Río Torca. Bogotá D.C. Bogotá: Universidad Antonio
Nariño
6
Lozano-Rivas W.A. (2012). Hidrología practica en Zonas Rurales y Urbanas. Bogotá D.C: ECOE Ediciones.
3. ocupación de estas áreas que son propiedad del rio y que representan alto riesgo para el
hombre y su patrimonio, en caso de ser invadidas (Lozano-Rivas 2012). Este es quizá el
principal desafío de la GIRH: brindar el agua como un sustento suficiente de una población
en crecimiento sin sacrificar la conservación de la misma como sustento ecosistémico.
En cuanto al rio y la ciudad, es pertinente decir que el agua es vista ahora como un bien
natural del que el humano es su principal usuario; la declaratoria de que el agua es un
“recurso libre y para todos” ha conllevado una mala interpretación de su significado, creando
en el subconsciente la idea de que lo podemos usar sin límite ni contemplación alguna. Se ha
perdido la conciencia de que el principal usuario del rio es el rio mismo, y su ecosistema
fluvial, al igual que ocurriría en cualquier otra de sus manifestaciones lénticas (lagunas,
humedales, etc) (Lozano-Rivas 2012) . “Al entender que no todo vale, la gestión holística
introduce una dimensión ética… y una cultura del agua” (Martinez Gil 2002)7
En el documento, los autores continúan hablando de los ecosistemas hídricos en la ciudad
de Bogotá, al respecto, se menciona que mucho se habla de los elementos de la Estructura
Ecológica Principal (EEP) y de su preservación y protección. La EEP se define en el Plan de
Ordenamiento Territorial (POT) de la ciudad de Bogotá como “un eje estructural de
ordenamiento ambiental, en tanto contiene un sistema espacial, estructural y funcionalmente
interrelacionado, que define un corredor ambiental de sustentación, de vital importancia para
el mantenimiento del equilibrio ecosistémico del territorio”. Resulta interesante pensar que los
Humedales capitalinos hacen parte de esa EEP, y que entre sus funciones principales se
encuentra la de regulación de caudales, la como se expresa en un documento de Alcaldía
Mayor de Bogotá D.C, titulado Humedales de Bogotá (Alcaldía Mayor de Bogotá D.C. Bogotá
Sin Indiferencia 2004), en el que se dice: “Por su capacidad de absorción, el Humedal actúa
como una gran esponja que retiene el exceso de agua durante los periodos lluviosos,
reservándola para las temporadas secas, por lo que regula los efectos perjudiciales de las
crecientes de los ríos y los consecuentes riesgos de inundación”; pero en Bogotá no prestan
esta función.
En el documento se comparte la siguiente propuesta de Bernal Gutiérrez & García Rojas
(2012)8
para las herramientas de gestión: a) Gestionar mediante acuerdos con las alcaldías
distrital y local de Bogotá políticas que ayuden a determinar cuáles son los usos u servicios
ambientales que puede llegar a prestar a la población un rio urbano; b) Coordinar acuerdos
con las arcadias distrital u local de Bogotá para generar eventos de integración comunitaria
en torno a los ríos y fomentar charlas y capacitaciones en temas de conservación y
beneficios brindados por los ríos en las ciudades; c) Crear acuerdos con las alcaldías distrital
y local de Bogotá, a fin de ejecutar obras de mitigación y control para la descontaminación de
los Ríos y fomentar la recuperación de las zonas verdes; d) Proponer a la Secretaria Distrital
7
Martinez Gil, J (2002). El tratamiento del agua, de los ríos y de los humedales en los libros de texto que utilizan los escolares. Su influencia en la
caracterización social del agua. Conferencia/reflexión mantenida en la sesión inaugural del Curso del Foro Joven “Ríos para Vivirlos” dirigido al
profesorado (Transcripción de Baneded y Marcén)
8
Bernal Gutiérrez, J.J & García Rojas D.M (2012). Usos y servicios ambientales actuales y potenciales de los ecosistemas hídricos de los Ríos Tunjuelo,
Fucha, Salitre y Torca en Bogotá. Para el periodo 2001-2011. Proyecto de Grado. Programa de Administración y Gestión Ambiental. Universidad Piloto de
Colombia. Bogotá D.C., Colombia: Universidad Piloto de Colombia.
4. de Planeación estrategias ambientales puntuales respecto al POT (Plan de Ordenamiento
Territorial), de manera que s propenda a la recuperación de los ríos urbanos y la
consecuente apertura de servicios ambientales que conviertan los Ríos en ejes de desarrollo
ambiental, cultural y educativo para Bogotá.
Concluyen el texto los autores diciendo que las decisiones de los Actores Urbanos que
afectan el uso de la tierra y los recursos naturales y generan infraestructura generalmente
desconocen el potencial y la importancia de los ecosistemas como fuente de bienes y
servicios que mantienen la vida en las ciudades, las cuales dependen totalmente de los
servicios ambientales ofertados por los ecosistemas que circundan sus perímetros urbanos.
En el caso de Bogotá, un ciudadano promedio requiere más de 2,8 hectáreas de terreno
productivo para satisfacer las necesidades mínimas que impone su estilo de vida (Contraloría
de Bogotá 2002), y, argumentan que en los últimos 50 años los seres humanos han
trasformado los ecosistemas más rápida y extensamente que en ningún otro periodo
comparable de la historia humana, en gran parte para resolver con rapidez las demandas
crecientes de alimento, agua dulce, madera, fibra y combustible. Esto ha generado una
pérdida considerable y en gran medida irreversible de la diversidad de la vida sobre la tierra.
PEDRO CARRILLO BARRERA