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Tecnica n°047 usa tu nombre como un mantra
1. TECNICA N°47 USA TU NOMBRE COMO UN MANTRA.
Última técnica de sonido: Entra en el sonido de tu nombre y, por medio de este sonido, en todos los sonidos.
Tu propio nombre se puede usar como un mantra muy fácilmente, y es muy útil, porque tu nombre ha entrado
muy profundamente en tu inconsciente. Ninguna otra cosa ha entrado tan profundamente. Si estamos
todos sentados aquí, y todos nos dormimos y llega alguien y dice «Rama», nadie escuchará excepto la persona
que se llame Rama. Él lo escuchará; su sueño se alterará. Nadie más escuchará el sonido “Rama”, pero
¿por qué escucha este hombre? Ha entrado muy profundamente; ya no es algo consciente, se ha vuelto
inconsciente.
Tu nombre ha entrado muy profundamente en ti, pero hay un fenómeno muy bello respecto a tu nombre: tú
nunca te lo llamas; los demás te lo llaman. Los demás lo usan; tú nunca lo usas.
He oído que en la Primera Guerra Mundial se creó el racionamiento por primera vez en Estados Unidos.
Thomas Edison era un gran científico, pero era muy pobre, así que tuvo que ponerse en la cola para obtener su
cartilla de racionamiento. Y era un hombre tan eminente que nadie usaba nunca su nombre ante él. No
necesitaba usar su nombre para sí mismo, y nadie más usaba su nombre porque era muy respetado. Todos lo
llamaban «Profesor», así que había olvidado cómo se llamaba.
Estaba en la cola, y cuando dijeron su nombre, cuando preguntaron que quién era Thomas Edison, se quedó en
blanco. Volvieron a decir el nombre, y entonces alguien, vecino de Edison, le dijo: «¿Por qué se queda
parado? Están diciendo su nombre. Es su nombre, Profesor.»
Entonces se dio cuenta y dijo: «¿Pero cómo voy a reconocerlo? Nadie me llama nunca Edison. Hace tanto
tiempo... Simplemente me llaman Profesor.»
Tú nunca usas tu propio nombre. Sólo los demás lo usan: lo has oído usado por los demás. Pero ha entrado
muy profundamente. Ha penetrado como una flecha en tu inconsciente. Si lo usas tú mismo, se convierte en un
mantra. Y ayuda por dos razones: una, cuando usas tu propio nombre, si te llamas «Rama» y usas «Rama,
Rama, Rama...», de pronto te parece que estás usando el nombre de otra persona: como si no fuera el tuyo. O
si te parece que es el tuyo, sientes que hay una entidad separada dentro de ti que lo está usando. Puede que
pertenezca al cuerpo, puede que pertenezca a la mente, pero el que está diciendo «Rama, Rama...» se vuelve
un testigo.
Siempre has dicho los nombres de otros. Cuando dices tu propio nombre parece como si le perteneciera a otra
persona, no a ti, y es un fenómeno muy revelador. Puedes volverte un testigo de tu propio nombre, y toda
tu vida está relacionada con tu nombre. Separado del nombre, estás separado de toda tu vida. Y este
nombre ha entrado profundamente en ti porque todo el mundo te ha llamado esto desde que naciste; siempre
has oído esto. Así que usa este sonido, y con este sonido puedes ir a las mismas profundidades a las
que ha ido el nombre.
En la antigüedad dábamos a todo el mundo un nombre de Dios; a todos. Alguien era Rama, alguien era
Narayana, alguien era Krishna, alguien era Vishnu, o algo por el estilo. Dicen que todos los nombres
mahometanos son nombres de Dios. Y esto se hacía en todo el mundo: dar un nombre que en realidad es
un nombre de Dios. Esto era por buenas razones. Una razón era esta técnica: porque si tu nombre se puede
usar como un mantra, servirá para dos cosas. Será tu nombre; y lo has oído tanto, tantas veces, y toda tu vida
ha ido muy profundo. Además, es el nombre de Dios. De modo que sigue repitiéndolo por dentro, y de
pronto tomarás consciencia de que «este nombre es diferente a mí.» Entonces, poco a poco este nombre
tendrá una santidad propia. Recordarás cualquier día que «Narayana» o «Rama» es el nombre de Dios. Tu
nombre se ha convertido en un mantra.
¡Úsalo! ¡Esto es muy bueno! Puedes intentar muchas cosas con tu nombre. Si quieres despertarte a las cinco
de la mañana, ningún despertador es tan preciso como tu propio nombre. Simplemente repite tres veces
por dentro: «Rama, tienes que estar despierto a las cinco en punto.» Repítelo tres veces, y luego
simplemente duérmete. Te despertarás a las cinco porque «Rama», tu nombre, está en lo profundo del
inconsciente.
Llama tu nombre y dite a ti mismo: «A las cinco de la mañana, despiértame.» Alguien te despertará. Y si
continúas esta práctica, un día de pronto te darás cuenta de que a las cinco alguien te llama y dice: «Rama,
2. despierta.» Es tu inconsciente el que te llama.
Esta técnica dice: Entra en el sonido de tu nombre y por medio de este sonido, en todos los sonidos. Tu
nombre se vuelve una puerta a todos los nombres. Pero entra en el sonido. Primero, cuando repites «Rama,
Rama, Rama...» es sólo un nombre. Pero significa algo cuando sigues repitiendo «Rama, Rama, Rama...».
Debes de haber oído la historia de Valmiki. Le fue dado este mantra, «Rama», pero era un hombre ignorante,
sin estudios, simple, inocente, como un niño. Empezó a repetir: «Rama, Rama, Rama...», pero estaba
repitiendo tanto que se olvidó completamente y lo invirtió todo ello. En vez de eso, estaba salmodiando «Marra,
Marra...». Estaba salmodiando «Rama, Rama, Rama...» tan rápidamente que se volvió «Marra, Marra,
Marra...». Y alcanzó el objetivo por medio de «Marra, Marra, Marra...».
Si sigues repitiendo el nombre rápidamente por dentro, pronto dejará de ser una palabra: se volverá un sonido,
sin sentido. Y entonces no hay diferencia entre Rama y Marra, ¡ninguna diferencia! Ya digas Rama o Marra, no
tiene sentido, no son palabras. Es sólo el sonido; lo único que importa es el sonido. Entra en el sonido de
tu nombre. Olvida su significado, simplemente entra en el sonido. El significado está con la mente, el sonido
está con el cuerpo. El significado está en la cabeza, el sonido se expande por todo el cuerpo. Así que olvida el
significado. Simplemente repítelo como un sonido sin sentido, y por medio de este sonido entrarás en
todos los sonidos. Este sonido se convertirá en la puerta a todos los sonidos. Y «todos los sonidos»
significa todo lo que existe.
Éste es uno de los principios de la búsqueda interna india: la unidad básica de la existencia es el sonido, y
no la electricidad. La ciencia moderna dice que la unidad básica de la existencia es la electricidad, no el
sonido, pero dice también que el sonido es una forma de electricidad. Los indios, sin embargo, han dicho
siempre que la electricidad no es más que una forma de sonido.
Puede que hayas oído que por medio de una raga específica, un sonido específico, se puede crear
fuego. Puede crearse porque -ésta es la idea india- ese sonido es la base de toda electricidad. De modo que
si produces sonido en una frecuencia específica, se creará electricidad.
En los puentes largos, si está pasando un grupo militar, no se les permite marcar el paso, porque ha sucedido
muchas veces que debido a su marcha el puente se cae. Es debido al sonido: no debido a su peso. Si cruzan
marcando el paso, el sonido específico de sus pies rompe el puente.
En la antigua historia hebrea, la ciudad de Jericó estaba protegida por grandes murallas y era imposible romper
esas murallas con armas. Pero mediante un sonido específico, las murallas se rompieron, y ese sonido
fue el secreto de la caída de esas murallas. Si se crea ese sonido ante un muro, el muro se derrumba.
Has oído la historia de Alí Babá: un sonido específico y la roca se mueve. Éstas son alegorías. Sean certeras o
no, una cosa es cierta: si puedes crear un sonido específico tan continuamente que se pierda el
significado, que se pierda la mente, la roca que hay ante tu corazón se abrirá.