La tanorexia es condición por la cual la persona experimenta obsesión por el bronceado y, a pesar de quemarse la piel, nunca parece satisfecha con el tono que ésta adquiere
2. Adicción al Sol
De la misma forma que un adicto a la
nicotina sufre cuando no tiene un cigarro en
la boca, hay quienes incapaces de vivir sin
baños de Sol, sufren ansiedad y hacen
cualquier cosa por recibir directamente la
radiación solar o utilizar cabinas de rayos
ultravioleta (UV) con tal de lucir un
bronceado perfecto.
En pocas palabras, para el adicto al Sol,
superar el síndrome de abstinencia también
supone grave daño a la salud. ¡Infórmate!
3. Bronceado excesivo
La tanorexia es
condición por la
cual la persona
experimenta
obsesión por el
bronceado y, a
pesar de quemarse
la piel, nunca
parece satisfecha
con el tono que
ésta adquiere.
4. Rayos ultravioleta
Un estudio de la Escuela Médica de
Harvard, en Estados Unidos, reveló
que la exposición crónica a la radiación UV
provoca en ratones la liberación de endorfinas y,
por el contrario, cuando se les impide que sigan
recibiendo la luz UV, sufren síntomas de
abstinencia (temblores y castañeo de dientes).
Considerando que la reacción de la piel frente a los
rayos ultravioleta parece ser común entre especies,
los investigadores concluyeron que esta interesante
relación entre bronceado y endorfinas también
está presente en los seres humanos.
5. Tanorexia: trastorno
dismófico corporal
Pese a las campañas
de información sobre
los peligros de la
exposición frecuente a
rayos ultravioleta, sigue
aumentando el número
de personas que
presentan adicción al
bronceado, conducta
enfermiza considerada
dismorfobia, es decir,
falta de aceptación
crónica de la imagen
corporal o facial.
6. Dismorfofobia
Especialistas aseguran que la también
llamada dismorfobia es trastorno
mental que genera una imagen
distorsionada del propio cuerpo, y
suele diagnosticarse a personas
extremadamente críticas con su físico,
apariencia o imagen corporal, a pesar
de que no existe defecto o
deformación objetiva que lo justifique.
7. Bronceado excesivo
La tanorexia es trastorno dismórfico que afecta,
sobre todo, a mujeres entre 17 y 35 años, quienes a
pesar de lucir bronceado excesivo, consideran que
se ven pálidas e insisten en conseguir un tono de
piel más oscuro, de ahí que pensar en la posibilidad
de renunciar a los baños de Sol les cause angustia
y sentimientos de culpa.
Incluso, para satisfacer su obsesión en días
nublados, las personas con tanorexia recurren a
camas de bronceado donde obtienen (de forma
artificial) su “dosis” de radiación ultravioleta.
8. Melanoma, antesala
del cáncer de piel
La obsesión por el bronceado
eleva el riesgo de sufrir
melanoma, que es el tipo más
serio de cáncer de piel.
A menudo, el primer signo de
esta condición es un cambio
de tamaño, forma, color o
textura de un lunar, señal que
lleva a quienes sufren
tanorexia a consultar al
médico (dermatólogo).
9. Peligro en la piel
Los peligros de la exposición frecuente a
rayos ultravioleta incluyen, por ejemplo,
manchas, arrugas, o cambios en el tamaño
o forma de lunares, los cuales pueden
ser síntoma de grave afección.
Muchos dermatólogos consideran
que podría existir conexión entre las
quemaduras solares derivadas de la
adicción al bronceado durante la
adolescencia y juventud con la aparición del
melanoma en etapas posteriores de la vida.
10. Salud visual
Además de la piel, la radiación UV
también daña la salud visual, pues
se sabe que eleva la probabilidad
de sufrir cataratas y otras lesiones
oculares que, de no tratarse a
tiempo, pueden dañar en forma
severa la visión e, incluso, producir
ceguera.
11. Boqueadores solares,
aliados de la salud
Los riesgos de la tanorexia pueden reducirse si
aprendes a disfrutar del “astro rey” de manera
inteligente, es decir, logrando un balance entre la
protección solar y las actividades al aire libre, de
forma que logres una piel bronceada sin alterar la
salud física ni caer en una dismorfobia.
12. Factor de protección solar
Los protectores o
bloqueadores solares
(crean barrera contra
los rayos UV dañinos) son
los mejores aliados, por ello
debes aplicarlos en toda la
piel expuesta con un Factor
de Protección Solar (FPS)
de 15, por lo menos, y
reaplicarlos cada 2 horas
(incluso en días nublados)
después de nadar o sudar.
13. Quemarse la piel
Además de causar envejecimiento
prematuro, quemarse la piel tiene efectos
acumulativos y consecuencias fatales para
la salud.
Así que si la obsesión por el bronceado
perfecto interfiere en tu vida, no dudes en
pedir ayuda a los especialistas.