Por qué Manuel Belgrano fue un adelantado en materia educativa
1. 1
¿Por qué el año 2020 fue declarado como “el AÑO BELGRANIANO”?
El año 2020 fue declarado por decreto presidencial como el año del General Manuel
Belgrano en su homenaje ya que se cumplen doscientos cincuenta años de su nacimiento y
doscientos años de su muerte, resaltando su valiente actuación en el proceso que condujo
a la independencia de nuestro país en el marco de las luchas por la emancipación
sudamericana.
El presidente Alberto Fernández consideró importante que los jóvenes de todo el país
recuerden quién fue Belgrano y cuál fue su obra, de la que surge una personalidad
intachable, integridad y firmes convicciones patrióticas. Fue un trabajador desinteresado e
infatigable al servicio del progreso y de la educación de sus habitantes.
2. 2
Manuel Belgrano y la educación
A doscientos cincuenta años del nacimiento de Manuel Belgrano y doscientos años de su
muerte, este quedó en el imaginario colectivo como el creador de la Bandera nacional,
subyaciendo la idea de que fue Domingo Faustino Sarmiento el propulsor de la educación
en el país. Sin embargo, dos meses antes de la Revolución de mayo, el prócer empezó a
escribir aspectos específicamente educativos.
Es importante destacar que Belgrano había pasado varios años como estudiante en Europa.
Entre 1786 y 1793, estudió Derecho en las universidades españolas de Salamanca y
Valladolid, donde se graduó como Bachiller en Leyes con medalla de oro. Su estadía en
Europa le permitió vivir de cerca los acontecimientos de la Revolución Francesa y recibir su
influencia siendo un gran lector de los iluministas franceses.
En febrero de 1794, con 24 años de edad, se embarcó para el Virreinato del Río de la Plata,
iniciando su actuación pública al ser nombrado Secretario del Consulado de Comercio de
Buenos Aires, donde buscó llevar adelante y concretar proyectos vinculados a lo educativo
porque entendía que la educación era fundamental y necesaria para el progreso de la
sociedad. Impregnado de nuevas ideas buscó vencer el atraso intelectual en el Río de la
Plata y por ello, escribió sobre la educación como una herramienta fundamental para el
progreso económico, social y cultural. Su insistencia sobre la necesidad de fundar escuelas
gratuitas para todos los niños fue una verdadera audacia en aquella sociedad estamental
de fines del siglo XVIII, cuando la revolución aún no asomaba en el horizonte.
En la época colonial, la educación era un privilegio para algunos sectores acomodados de la
sociedad; es decir, resultaba muy difícil acceder a estudios a las clases más bajas debido a
la imperiosa necesidad de trabajar, a la falta de establecimientos educativos distribuidos
geográficamente en el país y por sobre todo, debido al alto costo. Además, la Corona no
tenía interés por instruir a sus súbditos coloniales, y esta desazón quedó plasmada en la
Autobiografía de Belgrano donde reflejó una preocupación permanente por los temas
educativos.
3. 3
Convencido de que era necesario formar a las nuevas generaciones para progresar en todos
los campos de la vida, los esfuerzos de Belgrano en materia educativa se plasmaron en la
creación de distintas instituciones:
La Escuela de Agricultura (1796), que fue creada con el fin de que los jóvenes
labradores conocieran los principios generales de la vegetación, calidad de los
suelos, el modo y tiempo de aplicar los abonos y el modo de recoger la cosecha.
Estos conocimientos eran muy importantes para aumentar la producción de la tierra
ya que Belgrano atribuía la baja producción agrícola a la escasez de conocimientos
en las técnicas de cultivo.
La Academia de Geometría y Dibujo (1799), que tuvo corta vida por falta de fondos.
Si bien la Corona argumentaba que los gastos no estaban relacionados con su misión
consular, Belgrano opinaba: “…España francamente se oponía a los establecimientos
de enseñanza, errados a mi entender, en los medios de conservar las colonias”.
La Escuela de Náutica (1799), que continúa abierta en la actualidad, creada bajo la
premisa de que no podía darse el desarrollo económico sin una flota mercante
autónoma.
La Academia de Matemática (1810), cuyo objetivo era la enseñanza de aritmética,
álgebra y trigonometría y estaba destinada muy especialmente a la formación de los
jóvenes que quisieran seguir la carrera de las armas.
Se puede decir también, que Belgrano propuso lo que hoy llamaríamos “igualdad de
género”, ya que pensaba que educar a la mujer no solo ayudaría a las familias sino también
la dignificaría. Sostuvo que el sexo femenino en Argentina, estaba expuesto a la miseria, a
los horrores del hambre y a la prostitución y se preguntaba qué podía enseñar una madre
a sus hijos si nada le habían enseñado a ella. Por lo tanto, sería difícil que sus hijos
desarrollen valores morales y sociales que son costumbres que se alojan en el corazón. Así
que si bien soñaba con una universidad para Buenos Aires, entendía que era prioritario
fomentar la educación femenina. Pese a que en aquella época, la igualdad entre el hombre
y mujer, era un planteo casi inexistente, para Manuel Belgrano era una obsesión. En sus
4. 4
Memorias, se puede encontrar la siguiente cita: “No me olvido de lo útil que sería el
establecimiento de hilazas de lana que permitieran desterrar la ociosidad y remediar la
indigencia de la juventud de ambos sexos”.
En 1798, Belgrano redactó lo que se puede considerar como el primer proyecto de
enseñanza estatal, gratuita y obligatoria presentado en lo que hoy es Argentina. En él
propuso que los cabildos creasen y mantuviesen con sus fondos escuelas en todas las
ciudades, villas y parroquias de campañas. Aquí, se refleja el concepto belgraniano de la
educación ya que la misma tenía que ser para todos los sectores por igual, sin distinciones
mientras que el Estado tenía que dar las herramientas fundamentales para que las personas
pudieran educarse pública y gratuitamente.
Dos meses antes del inicio de la Revolución de Mayo, expresó: “…Hubo un tiempo de
desgracia para la humanidad en que se creía que debía mantenerse al Pueblo en la
ignorancia, y por consiguiente en la pobreza, para conservarlo en el mayor grado de
sujeción; pero esa máxima injuriosa al género humano se proscribió como una producción
de la barbarie más cruel, y nuestra sabia legislación jamás, jamás conoció…”
Su idea de que “fundar escuelas es sembrar en las almas” apuntaba más al desarrollo del
espíritu y el progreso mental del educando más que a una técnica de enseñanza y a un
enunciado de reglas empíricas porque la educación es libertad e independencia y constituye
la base de un futuro digno y justo que aleja a los ciudadanos de las dictaduras y de los
absolutismos. Tal como dijo Belgrano: “un pueblo culto nunca podrá ser esclavizado” a
través de ninguna forma de gobierno, porque un pueblo culto desarrolla, a lo largo de la
historia, la habilidad de elegir a los mejores y más dignos gobernantes.
En sus Memorias Consulares, Belgrano también dejó en claro que el salario del maestro
fuera equivalente al de un juez de primera instancia y que en las principales ceremonias se
le debía dar “asiento al maestro en cuerpo de Cabildo, reputándosele como Padre de la
Patria”.
Belgrano priorizaba el conocimiento por sobre todo para terminar con el ocio y construir
una Nación activa mediante la mano de obra calificada y la inteligencia que provee la
5. 5
educación. Así, lo manifestaba en sus Memorias: “Deseo ardororosamente el
mejoramiento de los pueblos. El bien público está en todos los instantes ante mi vida”.
En Belgrano se sintetizan los valores de un referente de la Patria. Entregó lo que tenía al
bien común, a la construcción del nuevo Estado que emergía. Su vocación dejó atrás todo
individualismo. Esta entrega hacia la educación también se reflejó cuando en 1813, la
Asamblea Constituyente, a raíz de sus victorias de Salta y Tucumán, premió a Belgrano con
cuarenta mil pesos oro pero él respondió con abnegación y desinterés: el dinero –creía-
degradaba la virtud y el talento entregado en defensa de la revolución. Y así, respondió
mediante esta carta que constituye un documento de su patriotismo y honestidad: “cuando
reflexiono que nada hay más depreciable para el hombre de bien, para el verdadero
patriota que merece la confianza de sus conciudadanos en el manejo de los negocios
públicos, que el dinero o las riquezas, que estos son un escollo de la virtud y que
adjudicarlas en premio, no solo son capaces de excitar la avaricia de los demás, haciendo
que por general objeto de sus acciones subroguen el bienestar particular al interés
público, sino que también parecen dirigidas a lisonjear una pasión seguramente
abominable en el agraciado…; he creído propio de mi honor y de los deseos que me
inflaman por la prosperidad de mi Patria, destinar los expresados cuarenta mil pesos para
la dotación de cuatro escuelas públicas de primera letras en que se enseñe a leer y escribir,
la aritmética, la doctrina cristiana y los primeros rudimentos de los derechos y
obligaciones del hombre en sociedad hacia ésta y el Gobierno que la rige, en cuatro
ciudades, a saber: Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero…”.
Sin embargo, pasó el tiempo sin que nadie en el gobierno central mostrara intenciones de
cumplir con ese compromiso. La investigadora tucumana Marta Dichiara encontró el
registro de los dineros públicos y también las evidencias de la estafa: durante quince años,
el banco de los ganaderos bonaerenses había dispuesto de los recursos donados por el
prócer sin pagar un centavo de interés.
En 1949 Evita y Juan Domingo Perón pusieron la piedra fundamental en la escuela de Tarija,
en Bolivia, pero ahí quedo por los siguientes veinte años.
6. 6
La escuela de Santiago del Estero fue inaugurada por el gobernador Felipe Ibarra, con
fondos propios, en mayo de 1822 y funcionó hasta 1826.
La provincia de Jujuy fue la que mejor cumplió inicialmente con el legado belgraniano, sin
esperar que le despacharan los fondos desde Buenos Aires. Las obras comenzaron en 1813,
pero a los pocos meses debieron suspenderse ante el avance de los ejércitos españoles que
bajaban del Alto Perú. El 3 de enero de 1825, el Cabildo jujeño, al inaugurar la humilde
escuelita solventada con fondos propios, agradeció el gesto de Belgrano. Sin embargo, en
medio de las guerras civiles que se ensañaban con el norte argentino, la escuela apenas
pudo funcionar tres años y debió cerrarse. Finalmente, en 1998 el gobierno jujeño adjudicó
a una empresa constructora setecientos mil dólares para completar la obra, y finalmente se
pudo inaugurar el 7 d julio de 2004, es decir, “apenas” 191 años luego de la donación. Es la
Escuela 452 de Jujuy, en el barrio Campo Verde de la capital provincial.
El caso más patético es el de Tucumán, justamente una de las provincias más amadas por
Belgrano. Allí, el gobernador dictatorial de Tucumán, Antonio Bussi, quiso profanar el
legado de Belgrano creando la Escuela de la Patria viendo la oportunidad de hacer negocios
ilícitos. Luego, el gobernador Julio Miranda, heredero de Bussi en la gobernación, construyó
una escuela más chica y más cara de lo prevista, quedándose con casi trescientos mil pesos
de diferencia respecto de lo remitido en 1998 por la Nación. La escuela de la Patria, todo un
símbolo, aún no fue terminada. Ahora, en 2020, declarado como “Año Belgraniano,” habrá
un nuevo intento por cumplir finalmente con la voluntad del jefe del Ejército del Norte.
Belgrano falleció el 20 de junio de 1820 a las 7 de la mañana en la más extrema pobreza.
Alcanzó a decir unas últimas palabras; “Yo espero que los buenos ciudadanos de esta tierra
trabajarán para remediar sus desgracias. Ay, Patria mía”.
Reflexión personal:
A doscientos años de su fallecimiento, como argentino, siento que le hemos fallado a
Belgrano. Nos dejó un legado de principios morales y de pensamientos superadores en
educación, política y economía que lamentablemente, el pueblo argentino no pudo
desarrollar porque aún no sabemos elegir a nuestros gobernantes que a lo largo de la
7. 7
historia, han demostrado que el poder y la corrupción están asociados: ¿En doscientos siete
años no se pudo construir la escuela que Belgrano soñó para Tucumán con lo que él donó?
También, “la celeste y blanca” que con tanta euforia defendemos en los mundiales, fue
“manchada con deshonra” varias veces en la historia a través de los distintos golpes de
Estado, y cada vez que es enarbolada para que distintos políticos usen un supuesto
patriotismo para su beneficio personal. Siento que Argentina no ha encontrado el rumbo y
que sin duda, deberíamos pedirle perdón a Don Manuel Belgrano por no poder construir
aún esa Patria soñada, pero lamentablemente, ya no hay héroes como él...
Bibliografía:
Manuel Belgrano. Vida y pensamiento de un revolucionario de Felipe Pigna.
Manuel Belgrano. Iluminado de nuestra patria de Diego Fernando Migliorisi.
Belgrano. El gran patriota argentino. Daniel Balmaceda.
Fuentes en internet: Clarín, Infobae, la Gaceta, Página 12.
Manuel Antonio Castro, abogado y político, quien conoció a Manuel Belgrano, así
lo describió: “Valeroso en la guerra, complaciente en la paz, sincero en sus
palabras, simple en sus acciones, fiel en sus amistades, exacto en sus deberes,
reglado en sus deseos, grande aún en la pequeñez, llenó la carrera de sus días
cubierto de honor y mérito”.