Cuadernillo tercero semana 3

2Cuaderno de trabajo
Semana 3, día 1
Obra de teatro
1. Me activo y me concentro
Iniciemos con un ejercicio físico y mental llamado
“cadena de movimientos” para mantener cuerpo
sano en mente sana. Pide a las personas que vi-
van contigo que te ayuden a realizarlo. Las instrucciones
son las siguientes:
1. Hagan estiramientos de manos, como si trataran de al-
canzar el techo. Repítanlos tres veces.
2. Muevan la cabeza de forma circular cuatro veces al lado
derecho y luego al izquierdo.
3. Muevan la cintura de forma circular, primero en una direc-
ción y después en la otra.
4. Formen un círculo. La primera persona deberá hacer un
movimiento; la segunda lo repetirá y propondrá uno nuevo;
la tercera repetirá ambos movimientos y después hará otro
más. Se seguirá la secuencia con todos los participantes
y, al final, todos deberán repetir la cadena de movimientos.
2. Lo que sé sobre el tema
Para que recuerdes lo que has aprendido
acerca del tema “Obra de teatro”, encuentra
las 16 palabras clave en la siguiente sopa de letras. Luego
defínelas según lo que recuerdes, sin mirar un diccionario.

1.
2.
3.
4.
5.
6.
7.
8.
9.
10.
11.
12.
13.
14.
15.
16.

3. Aprendo más
Los textos literarios —como, por ejemplo, la
obra de teatro— son escritos en los cuales
el autor expresa emociones a partir de una
interpretación del mundo que le tocó vivir.
Los autores de estos textos a menudo utilizan el lenguaje
figurado para comunicar lo que sienten. Un ejemplo de este
tipo de lenguaje es la frase “Tus cabellos son hilos de oro”.
Sabemos que el oro no cuelga de la cabeza las personas,
pero, en el contexto literario, se entiende que los cabellos a
los que se hace referencia son rubios y largos. Gracias a la
capacidad de convertir la palabra en arte, como este ejem-
plo hay muchos más.
Según la forma de expresión, los textos literarios se dividen
en géneros:

2. Lírico. Textos en los cuales el autor expresa sus senti-
mientos y emociones como resultado de la interpretación
que hace del mundo. Se redactan en estrofas y versos. Al-
gunos ejemplos son los poemas, las odas, las elegías, los
himnos y las canciones.
3. Dramático. Textos que se escriben para representarse
en el teatro. Por ello, en su redacción se utiliza el diálogo
directo.
1. Narrativo. Textos que relatan historias reales o ficticias
en las cuales los personajes se enfrentan a una serie de
conflictos y buscan la forma de solucionarlos. Ocurren en
un lugar y un espacio determinados y se redactan en prosa.
Algunos ejemplos son los cuentos, las novelas, las fábulas,
los mitos y las leyendas.

4. Aplico lo aprendido
Ahora que recuerdas los géneros literarios
—narrativo, lírico y dramático—, realiza la si-
guiente actividad.
Indica de qué se trata
Lee detenidamente los textos que aparecen a continuación
y, debajo de cada uno, anota de qué género literario se trata
(narrativo, lírico o dramático).
Género literario: ____________
(Salen el conde FEDERICO y LEONIDO).
El perro del hortelano de Lope de Vega

Los cuervos están de luto
Ginés Ramis

5. Repaso con mi tutor
Esta actividad requiere que tu tutor te haga
las siguientes preguntas para verificar que
hayas entendido el tema.
1. ¿Qué es un texto literario?
2. ¿Cuál es la diferencia entre un texto narrativo, uno lírico y
uno dramático?
3. ¿Cómo se puede identificar un texto dramático?
6. Me autoevalúo
Es tiempo de que evalúes cómo ha sido tu
desempeño hoy. Para ello, deberás hacer un
“inventario” de lo que has aprendido. Llena el
formulario que aparece a continuación y re-
cuerda responder honestamente.
Inventariando lo aprendido
Hoy,
He aprendido que
Las palabras clave que se trabajaron fueron
Una duda que quiero resolver es

Semana 3, día 2
La siguiente actividad, “Máquina musical”, es co-
laborativa, así que puedes invitar a las personas
que se encuentren contigo a realizarla. El ejercicio
consiste en lo siguiente. Un participante realizará un movi-
miento con su cuerpo mientras emite un sonido de forma
constante. Después, otro participante imitará el movimiento
y el sonido sin que el primero deje de hacerlo. Luego se
unirán los demás participantes de uno en uno hasta que to-
dos formen una sola máquina musical. El ejercicio se puede
repetir tres o cuatro veces con diferentes movimientos y so-
nidos. Al terminar, pregunta a los participantes por qué una
comunidad familiar tendría que ser una máquina musical.
Hoy discutiremos la definición, las caracterís-
ticas y la estructura de los textos dramáticos.
Antes de iniciar, resuelve este ejercicio para que recuerdes
lo que sabes al respecto.
A continuación, verás dos tiras de papel divididas en rec-
tángulos. Anota en cada uno lo que sabes de los textos
dramáticos (una idea por rectángulo).

3. Aprendo más
Revisemos la siguiente información, que con-
tiene la definición, las características y los ele-
mentos de los textos dramáticos. Para que
comprendas mejor el tema, también te suge-
rimos ver el video “La obra dramática: estruc-
tura”.
Definición
Los textos dramáticos son aquellos que emplean el ritmo,
el diálogo, la música, la mímica y los gestos, entre otros ele-
mentos, para imitar las cualidades y los defectos humanos
y, así, crear arte. Como se mencionó, los textos dramáticos
se escriben para representarse en el teatro. Por eso es im-
portante distinguir entre la obra dramática y la obra teatral.
La primera es la historia que el escritor inventa —con per-
sonajes que buscan solucionar un conflicto— y luego plas-
ma en un guion teatral. La segunda tiene lugar cuando este
guion se lleva al teatro con actores, maquillaje, vestuario,
iluminación, escenografía, etc.
Las características más importantes del género dra-
mático son las siguientes.
• Carecen de un narrador, es decir, no hay una voz que
cuente la historia.
• Los personajes dialogan entre sí para resolver el pro-
blema que se plantea.
• Tiene una estructura externa: actos (marcados por la
caída del telón), escenas (marcadas por la entrada y la
salida de los personajes) y cuadros (marcados por el
cambio de escenografía).
• Tiene una estructura interna: planteamiento (situación
inicial de los personajes en un espacio y tiempo deter-
minados), nudo (conflicto que se presenta en la obra)
y desenlace (forma en que se resuelve el problema).

Elementos de las obras de teatro 4. Aplico lo aprendido
Para aplicar los conocimientos que has ad-
quirido, resuelve el siguiente crucigrama. Lee
los enunciados y encuentra la palabra que
debe ir en los recuadros.
Representación con actores, vestuarios y maquillaje
Tipo de obra teatral que busca dar a conocer creencias
Implica un conflicto o lucha entre dos o más
fuerzas opuestas
o dogmas acerca de la divinidad

Solicita a tu tutor que revise el crucigrama
y te diga si lo resolviste adecuadamente. Si
tienes errores, lee nuevamente el contenido
y, con ayuda de tu tutor, asegúrate de tener
las respuestas correctas.
6. Me autoevalúo
Es tiempo de que evalúes el esfuerzo que rea-
lizaste en este apartado. Es importante que
respondas las preguntas con honestidad para
conocer tus avances.

Semana 3, día 3
Realiza una “cadena de palabras”. Para ello, pide
a las personas que estén contigo que formen un
círculo; si sólo son dos, pónganse frente a frente.
El primer participante deberá decir una palabra. El siguiente
dirá otra, pero ésta tendrá que iniciar con la última letra de
la palabra que propuso el primer participante. Se sigue la
secuencia hasta que logren mayor rapidez y no haya equi-
vocaciones.
Por ejemplo:
¿Qué elementos se requieren para compren-
der un texto dramático? Anota tus respues-
tas dentro de los hexágonos.

3. Aprendo más
Ya que conoces la forma en que se estruc-
tura la obra dramática, en el siguiente texto
estudiaremos cómo analizarla. Así podrás
comprender mejor cuando leas este tipo de
escritos. Subraya los aspectos más importantes y recuerda
que, si quieres reforzar tus conocimientos, puedes ver el
video “Historia del teatro”.
Análisis de una obra dramática
Cuando leemos o vemos una representación teatral, hay
que identificar la estructura interna de la obra —plantea-
miento, nudo y desenlace— y fijarse en lo que acontece en
cada etapa. En el planteamiento debemos notar cuál es la
situación inicial, qué hacen los personajes y dónde están.
En el nudo, tenemos que determinar cuáles son los acon-
tecimientos que hacen que cambie la situación, cómo se
complica la historia y cómo enfrentan los personajes las di-
ficultades. Por último, en el desenlace debemos centrarnos
en cómo se resuelve el conflicto y cuál es el final.
Hay que analizar a los personajes o actores, puesto que,
generalmente, ellos encarnan las cualidades o los defec-
tos humanos. En las representaciones teatrales se lleva a
la escena los conflictos que vivimos en diferentes ámbitos
de nuestra vida —familiar, cultural, social, económico— y,
cuando logramos relacionar lo que vemos con lo que vivi-
mos, somos capaces de comprender mejor.
También hay que situar la obra en el tiempo en que se escri-
bió, ya que con el paso de los años cambian los temas y las
formas. En la Época Clásica, por ejemplo, la sociedad asis-
tía a obras teatrales en las cuales los personajes eran dioses
o héroes con máscaras y zapatillas altas. Utilizaban un tono
moralizante. Los romanos, por su parte, ponían énfasis en
la comedia para resaltar los defectos humanos.
En la Edad Media, los temas religiosos y el afán por dar a
conocer los misterios de fe dieron paso a las escenificacio-
nes. En el Renacimiento, se abandonó el contenido religio-
so de las obras y se buscó conocer y entender al hombre,
sus costumbres y su moralidad. La mayor expresión de ello
fue el Siglo de Oro español, etapa en la cual se escribieron
obras dramáticas que marcaron la historia de la literatura.
Dos de los autores más conocidos del Siglo de Oro son Pe-
dro Calderón de la Barca y Miguel de Cervantes Saavedra.
También se puede mencionar el teatro del realismo, del siglo
XIX, cuyos personajes utilizan un lenguaje cotidiano y refle-
jan los aspectos psicológicos de las personas de la época.
En esta corriente, se busca convencer al público de que
lo que sucede en el teatro también pasa en la vida. Óscar
Wilde es un autor de esta época.
En Iberoamérica el teatro también se desarrolló de forma
notable con influencia española, hasta que en el siglo XX
los países iberoamericanos se empezaron a ocupar de sus
propias realidades.

En suma, conocer la corriente literaria a la que pertenece la
obra y el lugar y la época en que se escribió nos permitirá
comprenderla mejor.
Aunado a esto, hay que identificar el subgénero al que per-
tenece la obra. Cuando leas un texto dramático, asegúrate
de comprender si es una comedia, una tragedia, una tragi-
comedia o una obra didáctica.
Si eres capaz de reconocer todos estos elementos, sin
duda podrás comprender mejor una obra cuando la leas.
Ahora, hagamos un ejercicio.

Lee la siguiente obra de teatro cuadro por
cuadro y responde las preguntas que apare-
cen después de la lectura.
El mendigo o el perro muerto
Bertolt Brecht
Personajes:
El emperador
El mendigo
Soldados
Un portón. A la derecha, sentado, el mendigo. Un suje-
to grande y andrajoso que oculta un pequeño organito
entre sus harapos. Es la mañana temprano. Se oye un
cañonazo. Entra el emperador con una escolta armada;
lleva la cabeza descubierta, su pelo es largo y rojizo. Usa
ropajes de la lana violeta. Repican las campanas.
EMPERADOR: En momentos en que voy a celebrar el
triunfo sobre mi mayor enemigo, y cuando el país mez-
cla mi nombre con el negro humo del incienso, se sien-
ta ante mi puerta un mendigo que huele a miseria. Sin
embargo, en medio de estos acontecimientos magnos
conviene hablar con los que no son nada. (Los soldados
retroceden). ¿Sabes, hombre, por qué doblan las cam-
panas?
MENDIGO: Sí. Mi perro murió.
EMPERADOR: ¿Fue una insolencia?
MENDIGO: No. Fue la vejez. Aguantó hasta el final. Yo
pensaba: ¿por qué le tiemblan así las patas? Había apo-
yado las patas sobre el pecho. Así estuvimos tendidos
toda la noche; hasta que empezó a hacer frío. Pero a la
madrugada ya estaba muerto y lo aparté de mí. Ahora no
puedo volver a casa, porque se está pudriendo y apesta.
EMPERADOR: ¿Y por qué no lo arrojas afuera?
MENDIGO: A ti no te importa. Ahora tu pecho está va-
cío como un agujero en el agua, porque acabas de hacer
una pregunta tonta. Todos hacen preguntas tontas. ¡Pre-
guntar ya es en sí una tontería!
EMPERADOR: Y, sin embargo, seguiré preguntando:
¿quién se encarga de ti? Porque, si no tienes a nadie
que se haga cargo de ti, deberás irte de este lugar. Aquí
no podemos soportar el olor de la carroña y tampoco
admitimos los gritos.
MENDIGO: ¿He gritado yo?
EMPERADOR: Ahora eres tú el que interroga, aunque
has hablado de las preguntas con un desprecio que no
comprendo.
MENDIGO: Sí, no sé, y se trata de mí.
EMPERADOR: No te presto atención. Pero dime:
¿quién te cuida?

MENDIGO: A veces lo hace un niño. Un ángel se lo hizo
a la madre mientras ella cosechaba patatas.
EMPERADOR: ¿Tú no tienes hijos?
MENDIGO: Se han ido.
EMPERADOR: ¿Como el ejército del emperador Ta Li,
el que quedó sepultado en las arenas del desierto?
MENDIGO: Él se internó en el desierto y sus hombres
le decían: es demasiado grande, regresa, Ta Li. Pero él
siempre respondía: hay que conquistar esta tierra. Mar-
charon día tras día, hasta que se les gastaron los zapa-
tos y la piel les quedó hecha jirones; entonces siguieron
marchando de rodillas. Una vez un tifón les arrebató un
camello, que murió ante sus ojos. Una vez llegaron a un
oasis y dijeron: así es nuestra patria. Pero el hijito del
emperador cayó en una cisterna y se ahogó. Guarda-
ron duelo siete días, su dolor era infinito. Una vez vieron
morir sus caballos. Una vez no pudieron seguirlos sus
mujeres. Una vez llegaron el viento y la arena. Y la arena
los cubrió, y entonces todo terminó y volvió el silencio. Y
la tierra fue de ellos, y yo he olvidado su nombre.
EMPERADOR: ¿De dónde has sacado eso? Nada es
verdad. Todo fue muy distinto.
MENDIGO: Cuando era tan fuerte que yo parecía su
hijo, hui de su lado, porque yo no permito que nadie me
domine.
EMPERADOR: ¿Cómo estás enterado de tantas co-
sas? ¿No duermes nunca?
MENDIGO: Cuando me tiendo sobre las piedras, el niño
que ha nacido llora. Y luego sopla un viento nuevo.
EMPERADOR: Anoche hubo estrellas, nadie murió junto
al río, aquí no hubo niños.
MENDIGO: Entonces tú eres ciego, sordo e ignorante. O
hay malicia en ti.
Pausa
EMPERADOR: ¿Qué haces todo el día? Nunca te había
visto. ¿De qué huevo has salido?
MENDIGO: Hoy advertí que este año el maíz está malo,
porque no hubo lluvias. De los campos llega un viento
oscuro y cálido.
EMPERADOR: Es verdad. El maíz no anda bien.
MENDIGO: Así ocurrió hace treinta y ocho años. El maíz
se calcinó al sol y antes de que se hubiera consumido cayó
la lluvia en tal cantidad que aparecieron ratas y devastaron
todos los otros sembrados. Luego entraron en los pueblos
y se comieron a la gente. Ese alimento las mató.
EMPERADOR: Nunca supe de eso. Debe de ser un in-
vento como todo los demás. La historia no habla de eso.
MENDIGO: La historia no existe.
EMPERADOR: ¿Y Alejandro? ¿Y César? ¿Y Napoleón?
MENDIGO: ¡Cuentos! ¿Quién es para ti ese Napoleón?
EMPERADOR: ¡Un hombre que conquistó la mitad del
mundo y que naufragó en la soberbia!

MENDIGO: El emperador no existe; pero el pueblo cree
que hay uno y un hombre cree que es él. Después, cuan-
do se hayan construido demasiados carros de guerra y
los tambores hayan practicado bastante, habrá guerra y
buscarán un contrincante.
EMPERADOR: Pero el emperador ha derrotado a su
contrincante.
MENDIGO: Lo mató, no lo derrotó. El idiota mató al
idiota.
EMPERADOR: (Como si le costara gran esfuerzo). Era
un enemigo fuerte, puedes creerme.
MENDIGO: A mí un hombre me echaba piedritas en el
arroz. Era mi enemigo. Se jactaba de tener una mano
fuerte. Pero murió de cáncer y, cuando cerraron el ataúd,
le dejaron la mano fuera y no lo advirtieron, de modo que
quedó pendiendo vacía, desvalida, desnuda.
EMPERADOR: ¿Nunca te aburres de estar tirado así?
MENDIGO: Antes pasaban nubes en el cielo, en proce-
sión interminable. Ahora las contemplo. Nunca terminan
de pasar.
EMPERADOR: Ahora no hay nubes en el cielo, de modo
que estás diciendo disparates. Está claro como el sol.
MENDIGO: El sol no existe.
EMPERADOR: ¡Quizás hasta seas peligroso, quizás su-
fras delirio de persecución o de locura furiosa!
MENDIGO: Era un perro bueno, no un perro cualquiera.
Se merecía lo mejor. Hasta me traía carne, y de noche
cuando dormía entre mis andrajos. Una vez hubo un
gran griterío en la ciudad; todos tenían algo en contra de
mí, porque yo no doy nada a nadie, y hasta los soldados
se lanzaron tras de mí. Pero el perro los contuvo.
EMPERADOR: ¿Por qué me cuentas estas cosas?
MENDIGO: Porque pienso que eres estúpido.
EMPERADOR: ¿Qué más piensas de mí?
MENDIGO: Tienes una voz débil, por lo tanto, eres ti-
morato; preguntas demasiado, por lo tanto, eres un la-
cayo; tratas de ejemplificar todo, por lo tanto no estás
seguro de lo que dices; no me crees y sin embargo me
escuchas, por lo tanto eres un débil; finalmente, crees
que el mundo gira en torno a ti, cuando en realidad exis-
ten hombres más importantes, por ejemplo yo. Además,
eres ciego, sordo e ignorante. No conozco todavía tus
otros defectos.
EMPERADOR: No es un cuadro muy alentador. ¿No
ves virtudes en mí?
MENDIGO: Hablas en voz baja, por lo tanto, eres humil-
de; preguntas mucho, por lo tanto tienes ansias de sa-
ber; analizas todo, por lo tanto eres escéptico; escuchas
lo que a tu juicio son mentiras, por lo tanto eres consi-
derado; crees que todo gira en torno a ti, por lo tanto no
eres peor que todos los demás hombres y tu creencia no
es más tonta que la de los otros. Además, ver demasia-
do no te ha confundido; no te preocupas por lo que no
te importa; no estás paralizado por saber demasiado. Tú

conocerás mejor que yo y que nadie tus otras virtudes.
EMPERADOR: Eres ingenioso.
MENDIGO: Toda adulación me parece un pago. Pero
ahora no te pagaré por haberme pagado.
EMPERADOR: Yo pago todos los servicios que se me
hacen.
MENDIGO: Eso se da por sentado. La mediocridad de
tu alma demuestra que necesitas gozar de aprobación.
EMPERADOR: No te guardo rencor por nada. ¿Eso
también es signo de mediocridad?
MENDIGO: Sí, porque no puedes hacerme nada.
EMPERADOR: Te puedo hacer arrojar en una mazmo-
rra.
MENDIGO: ¿Son frescas?
EMPERADOR: El sol no entra en ellas.
MENDIGO: El sol no existe. Por lo visto tienes mala me-
moria.
EMPERADOR: También podría hacerte matar.
MENDIGO: Entonces ya no lloverá sobre mi cabeza, las
alimañas se perderán, mi estómago me dejará en paz y
reinará el silencio más grande que yo haya gozado ja-
más. Ahora tengo que volver a pensar en mi perro.
Adaptado para esta actividad. (Extraído de http://www.
dramavirtual.com/2014/11/el-mendigo-o-el-perro-
muerto-bertolt.html)
1. ¿Qué opción sintetiza la obra de teatro?
A) Un mendigo ve morir a su perro y acude al emperador
para que le ayude a solucionar su problema, porque el
perro apesta y no puede regresar a su casa. El empera-
dor lo corre del palacio.
B) Un mendigo reclama al emperador la muerte de su
perro y la miseria en la que vive el pueblo; aprovecha la
conversación para insultarlo y decirle que no existió Na-
poleón y que su hijo murió en la guerra.
C) Un emperador pregunta a un mendigo por qué en lu-
gar de celebrar sus triunfos está sentado a la entrada
del portón. El mendigo cuestiona e insulta al emperador,
pero éste quiere saber qué piensa de él.
D) Un mendigo y un emperador dialogan sobre los acon-
tecimientos recientes. El emperador hace muchas pre-
guntas y el mendigo las responde con un tono amigable
y respetuoso. Al final buscan solucionar el problema del
perro muerto.

2. ¿Cómo es el ambiente en que se desarrolla en la
obra de teatro?
A) Hay tristeza y melancolía por la muerte de un perro
que fue muy especial para el mendigo.
B) Hay un enfrentamiento e insultos verbales entre los
personajes, los cuales representan la pobreza y la rique-
za.
C) Se siente alegría y solidaridad entre los personajes por
la desgracia que vive uno de ellos.
D) Hay indiferencia y soberbia, porque ambos personajes
tienen vidas e historias diferentes.
3. Dada la época en que se desarrolla la historia, ¿por
qué el emperador habla de esa forma al mendigo?
A) Porque los emperadores pertenecían a la clase go-
bernante, eran líderes del ejército y tenían gran poder
económico, mientras que los mendigos representaban la
miseria.
B) Porque el mendigo se comportó de forma grosera y
burlona al decirle cuáles eran sus debilidades y defectos.
C) Porque el emperador es un hombre honesto, humilde
y sincero que se detiene a platicar con los más desprote-
gidos para ayudarlos.
D) Porque el emperador está en desacuerdo con las per-
sonas que no comparten sus triunfos y, en lugar de fes-
tejar, se deprimen por la muerte de un perro.
4. ¿Cuáles son las circunstancias sociales que enmar-
can la obra de teatro?
A) Las diferencias económicas, políticas y culturales en-
tre clases sociales (pobres y ricos)
B) La situación que viven los líderes militares ante las
constantes guerras
C) La dura vida de todas las personas que trabajan en los
palacios y sus alrededores
D) La forma en que viven los patrones y los trabajadores
en las ciudades grandes
5. ¿Cuáles son las virtudes que posee el emperador
según el mendigo?
A) Sincero, honesto, solidario y ambicioso
B) Deseoso, soberbio, valiente y comprometido
C) Esperanzado, cooperativo, animoso y valeroso
D) Humilde, escéptico, conocedor y fuerte

6. Lee el siguiente fragmento de la obra de teatro e
indica qué acotación colocarías en el último diálogo
del mendigo.
MENDIGO: Sí, porque no puedes hacerme nada.
EMPERADOR: Te puedo hacer arrojar en una mazmo-
rra.
MENDIGO: ¿Son frescas?
EMPERADOR: El sol no entra en ellas.
MENDIGO: El sol no existe. Por lo visto tienes mala me-
moria.
EMPERADOR: También podría hacerte matar.
MENDIGO: ( ). Entonces ya no lloverá sobre
mi cabeza, las alimañas se perderán, mi estómago me
dejará en paz y reinará el silencio más grande que yo
haya gozado jamás.
A) Con voz baja y dócil
B) Gritando muy feliz
C) Serio y con miedo
D) Enojado y orgulloso
7. De acuerdo con el mendigo, ¿cuáles son los defec-
tos del emperador?
A) Soberbio, fatalista y vulgar
B) Atento, amistoso y honesto
C) Tímido, débil e ignorante
D) Orgulloso, honesto y frágil
8. ¿Cuál es el conflicto al que se enfrenta el empera-
dor?
A) Se encuentra a un mendigo en el portón
B) Se entera de que murió un perro
C) Un mendigo lo regaña por sus actos
D) Quiere correr a un mendigo que apesta a putrefacción
9. ¿Qué sentimiento expresa el mendigo por medio
del siguiente diálogo?
El sol no existe.
A) Conformidad
B) Alegría
C) Tristeza
D) Audacia
10. ¿Cómo debería actuar el actor que encarna al em-
perador?
A) Débil, astuto y sutil
B) Soberbio, amigable y mentiroso
C) Fuerte, despótico y culto
D) Tímido, gritón y mandón

11. ¿En cuál de los siguientes diálogos se encuentra
una acotación?
MENDIGO: Lo mató, no lo derrotó. El idiota mató al idiota.
EMPERADOR: (Como si le costara gran esfuerzo). Era un
enemigo fuerte, puedes creerme.
MENDIGO: A mí un hombre me echaba piedritas en el
arroz. Era mi enemigo. Se jactaba de tener una mano fuerte.
Pero murió de cáncer, y cuando cerraron el ataúd le dejaron
la mano fuera y no lo advirtieron.
EMPERADOR: ¿Nunca te aburres de estar tirado así?
A) En el primero del mendigo
B) En el primero del emperador
C) En el segundo del mendigo
D) En el tercero del emperador
12. ¿En qué parte de la obra se describe a los perso-
najes?
A) En la primera acotación
B) En la segunda acotación
C) En toda la obra de teatro
D) Al final de la obra de teatro

Solicita a tu tutor que revise el ejercicio an-
terior y te indique los aciertos y los errores.
Corrige las respuestas incorrectas con base
en el texto para mejorar tu comprensión de
lectura.
6. Me autoevalúo
Valora los aprendizajes que adquiriste hoy.
Enseguida encontrarás una mano; anota en
cada dedo lo que aprendiste acerca de la
obra de teatro.

Semana 3, día 4
Iniciemos este día de trabajo con una estrategia
de concentración. Coloca las vocales que hacen
falta en el siguiente texto. ¡Adelante!
Es tiempo de recordar lo que sabes acerca
del tema que veremos hoy. Lee el siguiente
texto dramático y responde las preguntas.
La liebre y su violín
Eve
Descripción: Una liebre encuentra un violín en el bosque
y, en lugar de trabajar como sus amigos, se dedica a
tocar canciones. ¿Qué pasará cuando llegue el invierno?
Personajes: La liebre, la zorra, la comadreja, el ruiseñor
y el oso
PRIMER ACTO
(Se abre el telón mostrando un hermoso bosque en la
escenografía. Hay un violín abandonado debajo de un
árbol. Entra la liebre caminando de manera distraída y se
fija en el instrumento).
Liebre: ¡Vaya! Pero ¿quién habrá dejado esto aquí?
(Toma el violín en sus manos y lo examina con asombro).
Desde luego, es un violín estupendo. Me pregunto quién
sería tan tonto como para dejarlo.
(Entra la zorra en escena).

Zorra: Liebre, nuestros amigos están recolectando co-
mida para el invierno. ¿Vas a venir a ayudar?
Liebre: Mira lo que me he encontrado, ¿verdad que es
bonito?
Zorra: Deja eso y ven a ayudar, que cuando llegue el frío
no vamos a poder salir a buscar comida.
(Salen los dos de escena).
SEGUNDO ACTO
(Están la comadreja, la zorra, el ruiseñor y el oso re-
cogiendo frutos del bosque cuando llega la liebre y se
sienta en una roca).
Ruiseñor: ¿Hoy sí nos vas a ayudar?
Liebre: Luego, que tengo que practicar con mi violín.
Oso: ¡Pero si todos los días has estado practicando y
nunca nos ayudas en nada! ¿Cómo crees que vamos
a poder recoger suficiente comida para el invierno si si-
gues así?
Liebre: ¡Que luego les ayudo!
Comadreja: (Negando con la cabeza). El invierno ya
está a la vuelta de la esquina. Cuando empiece a hacer
frío, te vas a acordar de nosotros.
TERCER ACTO
(El telón se vuelve a abrir, mostrando esta vez la esce-
nografía de un bosque nevado. La liebre camina en la
intemperie con su violín, sujetándose el estómago).
Liebre: ¡Qué hambre tengo! No me queda nada de co-
mer en mi casa, tal vez los demás tengan algo.
(Se acerca a sus amigos animales, que están haciendo
una fogata para cocinar sus alimentos).
Liebre: ¿No pueden darme algo de comer?
Oso: ¿A ti, que nunca nos ayudaste? Mientras nosotros
nos esforzábamos tú sólo querías practicar con ese ton-
to violín.
Comadreja: Ahora mira quién vuelve arrastrándose. ¿Ya
te cansaste de tocar?
(La liebre se agacha avergonzada).
Zorra: Amigos, no hay que ser tan malos con ella. Se ha
equivocado, pero démosle otra oportunidad.
Oso: ¿Por qué? Si no ha hecho nada por ayudarnos.
Ruiseñor: Pues creo que tengo una idea: ¿qué si nos
tocas algo mientras comemos? Las canciones alegrarán
el invierno.
Liebre: (Alzando la cabeza entusiasmada). ¡Eso sí pue-
do hacerlo! He mejorado bastante con el violín.
(La liebre comienza a tocar mientras una bella melodía
suena de fondo. Todos los animales comienzan a bailar
alrededor de la fogata. Luego, comparten la comida con
la liebre y se sientan a disfrutar de sus alimentos).
Zorra: ¿Ven cómo la música también puede ser útil?
Liebre: Es verdad, pero reconozco que he sido muy
egoísta. De ahora en adelante, prometo hacerme un
tiempo entre las prácticas de violín para ayudarlos más

en el bosque. ¿Me perdonan?
Comadreja: Te perdonamos, pero no te vuelvas a com-
portar así.
Ruiseñor: Los buenos amigos siempre se perdonan.
Ahora, ¡a comer!
(Todos siguen riendo y comiendo, mientras la liebre toca
otra canción).
(Disponible en: https://obrasdeteatrocortas.mx/una-zo-
rra-muy-astuta/
La liebre y el violín
¿Dónde sucede?
¿Qué pasa?
¿A quién le pasa?
¿Qué personajes
participan?
¿Cuándo pasa?
¿Cómo es el
ambiente en la
obra?
¿Cuáles son las
cualidades de la
liebre?
¿Cuáles son los
defectos de la
liebre?
¿Cuáles son las
cualidades y los
defectos de la
comadreja?
¿Cuáles son las
cualidades y los
defectos del oso?
¿Cuáles son las
cualidades y los
defectos de la
zorra?
¿Cuáles son las
cualidades y los
defectos del
ruiseñor?
¿La historia se
parece a nuestra
realidad? ¿Por
qué?
Anota lo que
aprendiste.
¿Cuál es la
estructura
interna de la
obra?
Planteamiento Nudo Desenlace
Describe la
estructura
externa.
Número de
actos
Número de
cuadros
Número de
escenas

Después de recordar los elementos que he-
mos visto en esta semana de trabajo, llegó
el momento de redactar un guion teatral.
A continuación verás un fragmento de una
obra de teatro. Tu misión será completar la historia. Recuer-
da todos los aspectos que deben tomarse en cuenta al re-
dactar un guion.
Actividad
Continúa la historia
Título: El gato y el ratón
Autor: Alan Rejón
Personajes: un gato y un ratón
Escenografía: Una calle común y corriente
Historia: Un pequeño ratón se da cuenta de que está a pun-
to de ser cazado por un gato. Intentando salvarse, nuestro
pequeño amigo comienza una charla.
(El ratón está de espaldas cuando, de repente, el gato co-
mienza a correr hacia él).
Ratón: ¡Espera! ¡Espera!
Gato: ¿Qué quieres?
Ratón: ¿Por qué haces esto?
Gato: ¿Qué cosa?
Ratón: Cazarme.
Gato: Pues, porque tengo hambre.
Ratón: Bueno, ¿te gusta mi sabor y la textura de mi piel?

Esta actividad requiere la participación de tu
tutor. Solicítale que revise la segunda activi-
dad de este día: el cuestionario de “La liebre
y el violín”. Después de observar en qué pre-
guntas no tienes palomita, revisa nuevamente el ejercicio y
haz las correcciones necesarias. Pide a tu tutor que te indi-
que si lo hiciste adecuadamente. De lo contrario, solicítale
que te comparta las respuestas correctas.
5. Me autoevalúo
¿Qué tal te fue con el trabajo que realizaste
hoy? ¿Aprendiste y reforzaste tus saberes?
A continuación, encontrarás la silueta de un
rostro. Dibuja la expresión que mejor defina
cómo te sientes con los aprendizajes que ad-
quiriste.

Semana 3, día 5
ACTIVIDAD INTEGRADORA
1. La última y nos vamos
En esta actividad tendrás que leer un cuento
y convertirlo en un guion teatral. Recuerda los pasos que
debes seguir para hacerlo de forma adecuada:
Del cuento al teatro
Ejemplo de guion
Afrodita: (Con actitud presuntuosa). No cabe duda, yo soy
la más hermosa.
Atenea: (En tono de crítica y confrontación). En apariencia
podría decirse que sí, pero tu cabeza está hueca.
Después de mirar el ejemplo, lee el cuento que convertirás
en obra de teatro. ¡Mucho éxito!
El ladrón de sueños
Gentileza, Marian Benedit
Ante un grupo de niños, un hombre narró la siguiente his-
toria.
Había una vez un muchacho cuyo padre, un entrenador
de caballos, era pobre y contaba con apenas algunos re-
cursos para mantener a su familia y mandar a su hijo a la
escuela.
Una mañana en la escuela, mientras el muchacho estaba
en clase, el profesor pidió a los alumnos que escribieran la
meta que querían alcanzar cuando fueran adultos.
Esa noche, el joven escribió una composición de siete
páginas en la que describía su sueño con mucho detalle.

Hasta dibujó un plano de todo el proyecto: el rancho, las
pesebreras, la ganadería, el terreno y la casa en la que que-
ría vivir. En fin, puso todo su corazón en el proyecto y, al día
siguiente, lo entregó al profesor.
Dos días más tarde, recibió de vuelta su trabajo con una
calificación reprobatoria y una nota que decía: “Venga a ver-
me después de clases”.
El chico fue a ver a su profesor y le preguntó:
—¿Por qué me reprobó?
El profesor le dijo:
—Es un sueño poco realista para un chico como tú. No
tienes recursos; vienes de una familia pobre. Para tener lo
que quieres hacen falta muchas cosas y además mucho
dinero. Tienes que comprar el terreno, pagar por la cría ori-
ginal y después tendrás muchos gastos de mantenimiento.
No podrías hacerlo de ninguna manera.
A continuación, el profesor agregó:
—Si vuelves a hacer el trabajo con objetivos más realis-
tas, reconsideraré tu nota.
El chico volvió a su casa y pensó mucho. También le pre-
guntó a su padre qué debía hacer. Éste le respondió:
—Mira, hijo, tienes que decidir por ti mismo; de todos
modos, creo que es una decisión importante para ti, ¿cier-
to?
Finalmente, después de reflexionar durante una semana,
el chico entregó el mismo trabajo, sin hacer cambio alguno.
Le dijo al profesor:
—Usted puede quedarse con mi mala nota; yo me que-
daré con mi sueño.
Al concluir, el hombre miró a los niños y les dijo:
—Les cuento esta historia porque es mi historia. Aquí
estamos, en la casa de mis sueños, dentro del rancho que
me propuse conseguir, porque ésa era la meta de mi vida.
Aún conservo aquella tarea del colegio enmarcada sobre la
chimenea.
Luego agregó:
—Lo mejor de la historia es que, hace dos años, ese mis-
mo profesor trajo a treinta chicos a visitar mi rancho.
No dejemos que nadie nos robe nuestros sueños, ni tam-
poco robemos a otros los suyos.
Extraído de: http://webcatolicodejavier.org/
elladrondesuenos.html

2. Me autoevalúo
Es tiempo de que evalúes el esfuerzo que rea-
lizaste durante esta semana. Es importante
que respondas con honestidad para conocer
tus avances. Primero lee las afirmaciones y
luego ilumina (en rojo, verde o naranja) el emoticono que
mejor represente tus saberes y tu actuación.

Cuadernillo tercero semana 3

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