El documento describe cómo el Sistema de Administración de la Distribución permite hacer un uso más eficiente de las instalaciones eléctricas existentes, reduciendo o retrasando las nuevas inversiones. También explica que la industria eléctrica enfrentará desafíos en los próximos 20 años debido a un mayor dependencia de la electricidad, presiones para reducir el uso de combustibles fósiles, y una regulación y presión social para lograr una mayor confiabilidad y menor impacto ambiental a bajo costo.