El documento trata sobre la redacción de sentencias judiciales. Explica que las sentencias cumplen tres funciones: comunicar las conclusiones del tribunal a las partes, anunciar el derecho a otros y obligar al juez a aclarar su razonamiento. Luego, describe factores a considerar para determinar el alcance de una sentencia, como la complejidad del caso y su destino. Finalmente, propone una estructura para redactar sentencias de manera clara, que incluye presentación del caso, cuestiones a decidir, hechos, análisis
Judicial writing manual organización y redacción de la sentencia
1. Introducción
Las sentencias cumplen tres funciones. Primero, las sentencias comunican las
conclusiones del tribunal y sus razones a las partes y sus abogados. Segundo,
cuando se publican, las sentencias anuncian el Derecho a los jueces, los
académicos, otros abogados, y el público interesado. Finalmente, la preparación
de una sentencia impone disciplina intelectual al autor, requiere que el juez
aclare su razonamiento y evalúe la suficiencia del apoyo de los precedentes que
la sustentan.
La sentencia debería declarar con justicia, claridad y precisión los hechos
significativos y las reglas del Derecho relevantes, así como demostrar mediante
su análisis la razonabilidad de sus conclusiones. La tergiversación de hechos
significativos o autoridades es una máscara de descuido, y mina la autoridad e
integridad de la sentencia. La redacción ambigua e imprecisa refleja la falta de
pensamiento claro de su autor y derrota el propósito de la sentencia.
Este manual está destinado a alentar a los jueces y empleados judiciales a
pensar de un modo crítico en su escritura –no sólo sobre qué incluir y qué
excluir, sino además cómo escribir bien. Esperamos que los jueces nombrados
recientemente y sus empleados sean usuarios principales de este manual. Por lo
tanto, se da un enfoque funcional a la sentencia: descripción de consideraciones
que surgen en cada etapa del proceso de redacción y edición; técnicas
recomendables de organización y estilo; y explicación de las razones para sus
recomendaciones. Manteniendo el principio de que no existe un único modo de
redactar una sentencia, el manual explora alternativas y las consideraciones
para optar entre ellos.
Este manual además debería ayudar a los jueces experimentados a dar
una nueva mirada a sus enfoques y estilos de escritura. El Profesor Robert Leflar
escribió:
Enorgullecerse por la autoría de ningún modo es un mal no mitigado...
Este orgullo puede llevar a un hombre al trabajo duro con meticuloso
esfuerzo. Las peores sentencias pueden ser redactadas por jueces que no
se enorgullecen de ellas, que consideran su preparación como meras
tareas. Sentir orgullo por el trabajo bien realizado es un incidente
adecuado de buena artesanía en cada campo de trabajo, incluyendo el
2. Derecho. Una sentencia de la que el autor no se enorgullece es probable
que no sea muy buena.1
Este manual no tiene la intención de proclamar el modo correcto de
redactar una sentencia. Cualquiera que intente anunciar reglas de autoridad
para la buena redacción invita al debate y la comparación. Como dijo un juez:
“Tengo una regla general: no tengo ninguna de esas reglas”. Por cierto que en un
texto guía sobre buena redacción, E.B. White reconoció que “por supuesto que,
de alguna forma, las reglas de estilo de este tipo son una cuestión de preferencia
individual, e incluso las reglas establecidas de gramática están abiertas al
desafío”.2
Por el contrario, el propósito del manual es estimular a los jueces a
pensar tan sistemáticamente sobre la redacción de sus sentencias como lo hacen
sobre la decisión de sus casos. Los magistrados deberían preguntarse: ¿estoy
escribiendo esto porque así es como siempre lo he hecho, o existe una mejor
forma? ¿Hay una razón para organizar la sentencia de esta manera? ¿Para
incluir estos hechos particulares? ¿Para tratar esta cuestión en extenso? ¿Para
citar este caso? ¿Esta oración es clara? ¿Son necesarias todas las palabras en
ella?
En las partes que siguen, el manual lleva a los lectores a lo largo del
proceso de redacción de sentencias. La Parte 2 sugiere cuestiones a considerar
para decidir si redactar una sentencia formal, un memorándum o una sentencia
que no va a ser publicada. La parte 3 trata los pasos que un juez debería dar
antes de comenzar a redactar. La parte 4 se dedica a la organización y contenido
de una sentencia. La parte 5 ofrece sugerencias sobre lenguaje, estilo y edición.
La parte 6 presenta consideraciones para la co-redacción de una sentencia,
comentando las opiniones de otros miembros del tribunal, y la redacción de
sentencias con votos en disidencia y concurrencia. La parte 7 contiene una lista
de libros y artículos que pueden ser útiles para quienes quieran leer más sobre
la redacción judicial. Los apéndices brindan ejemplos de algunos de los escritos
tratados en el manual, como las sentencias interlocutorias y las opiniones en
disidencia.
1 Robert Leflar, Some Observations Concerning Judicial Opinions, 61 Colum. L. Rev. 810, 813 (1961).
2 William Strunk, Jr., & E.B. White, The Elements of Style xvii (4th ed. 2000).
3. Determinación del alcance de la sentencia
Una sentencia informa a las partes el resultado de su caso y articula los
principios jurídicos sobre los que la decisión está basada para guiar a la
judicatura, al foro, a la academia jurídica y al público. Como las sentencias
cumplen la función de decidir casos y crear Derecho, varían en forma desde
disposiciones de una oración, sentencias interlocutorias que no se publican a
sentencias con estructuras completa y formal, cargada de citas. Una sentencia
que sólo tiene la intención de informar a las partes el resultado de su disputa no
debería ser tan elaborada como la destinada a cumplir la función de precedente.
Antes de comenzar a escribir, los jueces deberían decidir qué propósito
cumplirá la sentencia y cómo redactarla para satisfacerlo.
Factores a considerar
Tres factores influyen en el alcance y estilo de una opinión: la complejidad de
los hechos y la naturaleza de las cuestiones jurídicas, el destinatario que se tiene
en miras y si la sentencia será publicada. Aunque el manual trata los factores
por separado, están interrelacionados.
Hechos y cuestiones
La complejidad de los hechos y la naturaleza de las cuestiones jurídica son los
principales factores que determinan el tipo de sentencia que se requiere. Si los
precedentes son claros y los hechos materiales son simples, el alcance de la
sentencia será limitado. Si el Derecho que controla el caso no es seguro o los
hechos materiales son complejos, son necesarios exposición y análisis para
explicar las razones para la sentencia del tribunal. Algunos casos que presentan
modelos complejos de hechos pueden requerir extenso tratamiento de los
hechos aún cuando el Derecho aplicable pueda ser simple. Otros casos que
hacen surgir nuevos principios jurídicos pueden requerir análisis extendido de
Derecho y política.
4. El alcance de una sentencia estaría influido por cuán bien desarrollado
esté el Derecho sobre el tema en cuestión. Los jueces deberían considerar si la
cuestión ha sido decidida antes con autoridad y si otra sentencia ayudaría al
desarrollo o explicación del Derecho. Si la cuestión ha sido tratada a fondo en
sentencias previas, el juez no necesita rastrear el origen del Derecho o elaborar
su interpretación. En algunos casos, es suficiente afirmar una decisión por las
razones declaradas por el tribunal inferior. Si la decisión sólo ocupa un espacio
vacío en el Derecho existente, se necesita poco más que una explicación de los
principios aplicables y las razones para la elección que de entre ellos haga el
tribunal. Sin embargo, si la decisión contribuye al desarrollo del Derecho, es
apropiado una breve sentencia per curiam o interlocutoria publicada. Una orden
sumaria puede ser suficiente si el Derecho existente simplemente está siendo
aplicado a hechos que no se discuten o que se han vuelto indiscutibles en
instancia de apelación porque, por ejemplo, son descubrimientos del jurado
sostenidos por evidencia sustancial.
Sin embargo, cuando una sentencia consiste en áreas menos
desarrolladas del Derecho y brinda una nueva regla o modifica una antigua, el
juez debe pensar no sólo en la idea fundamental de la decisión sino también en
su impacto como precedente. El magistrado debe tratar y analizar los
precedentes en el área, la nueva dirección que el Derecho está tomando y el
efecto de la decisión sobre el Derecho existente. Incluso si parece que los
litigantes no necesitan una declaración detallada de los hechos, la sentencia
debería presentar suficientes para definir a otros lectores el precedente que crea
y delinear sus límites. Los precedentes -y políticas- relevantes deberían ser
analizados en suficiente detalle para establecer la idea fundamental para el
holding.
Destinatarios
Las sentencias se escriben principalmente para los litigantes y sus abogados, y
para los tribunales inferiores o dependencias del Estado cuyas decisiones
revisan. Si una sentencia se dirige a las partes, debería brindarles una
declaración justa y precisa de lo que fue planteado para que el tribunal decida,
lo que el tribunal decidió y cuáles fueron las razones para la decisión. Esto en
5. general puede lograrse sin una opinión de estructura completa. Las partes
estarán familiarizadas con los hechos y en general no estarán interesadas en una
exploración extensa del Derecho, aparte de la necesaria para dar a la parte que
pierde una explicación clara del resultado.
El juez debe además preguntarse si la sentencia tiene algo que decir a
otras personas además de las partes. Las sentencias destinadas a informar a
otros destinatarios pueden requerir desarrollo factual y análisis jurídico
adicionales. Cuánto análisis se requiere, y cuán detallado deba ser, depende del
tema tratado y los destinatarios probables. Los jueces pueden asumir un cierto
nivel de familiaridad con el Derecho por parte de los abogados. Pero si un caso
involucra un área arcana de Derecho familiarizado ante todo para especialistas
–derecho impositivo, del trabajo o contra la competencia, por ejemplo- será
necesario un exhaustivo tratamiento de los hechos y los antecedentes jurídicos,
y el juez debería evitar el uso de lenguaje técnico y definir cualquier término
técnico que deba usar.
Una sentencia que reenvíe un caso debe decir al tribunal de instancia
inferior qué se espera que haga. Una sentencia que fije directrices para que
cumplan los tribunales de juicio debe establecer la base factual, la idea jurídica
fundamental y el fundamento político de las directrices de modo suficiente
como para que los jueces de juicio puedan aplicarlos correctamente.
El juez necesita considerar si una declaración de hechos y el análisis
jurídico que explica adecuadamente la decisión a las partes permitirá además a
un tribunal superior entender el fundamento de la decisión. Cuando ésta se basa
en hechos complejos, una explicación más elaborada de lo necesario para las
partes puede ser útil para el tribunal de apelaciones. Y cuando la decisión
consiste en temas nuevos o en un área emergente del Derecho, es apropiado
rastrear el desarrollo previo del Derecho y explicar las razones jurídicas y
políticas fundamentales en alguna extensión. Sin embargo, las sentencias no
deberían ser convertidas en informes o vehículos de defensa.
La población en general rara vez leerá sentencias. Pero los periodistas
comunicarán lo que creen es la sustancia de una sentencia que, a su entender,
tendrá interés público. Cuando una sentencia trata una cuestión de interés
público general o es probable que atraiga la atención de los medios de
comunicación, debería ser redactada en un modo que asegure que no sea
6. malinterpretada. La señal de una sentencia bien escrita es que sea comprensible
para una persona lega inteligente.
Organización y Redacción de la Sentencia
Una sentencia judicial debería identificar las cuestiones a presentar,
exponer los hechos relevantes y aplicar el derecho vigente para producir una
decisión clara y bien razonada sobre las cuestiones que deben resolverse para
decidir el caso. Las directrices que siguen están destinadas a ayudar a los jueces
a redactar sentencias que satisfagan esos requisitos.
Estructura
Una sentencia correctamente redactada debería contener cinco
elementos: (1) una declaración introductoria sobre la naturaleza y postura
procedimental del caso; (2) una declaración de las cuestiones a decidir; (3) una
descripción de los hechos materiales; (4) un tratamiento de los principios
jurídicos que rigen el caso y la resolución de las cuestiones; (5) la parte
resolutiva de la sentencia y medidas necesarias. Por supuesto que la
organización y estilo de las sentencias variará de un caso a otro, pero esta es la
estructura a partir del cual se debe partir.
La organización clara y lógica de la sentencia ayudará al lector a
entenderla. Siempre es útil el uso de títulos y subtítulos, números romanos y
otros medios que permitan al lector comprender la organización de la sentencia,
particularmente cuando ésta es larga y la cuestión a tratar, complejo. Esta
estructura no sólo señaliza el camino para el lector, sino que además ayuda a
organizar los pensamientos de quien redacta y evaluar la lógica de la sentencia.
También permiten identificar secciones al juez que no desea acompañar una
parte del fallo. Finalmente, ayudan a los investigadores a efectuar un índice y
clasificación de sentencias, así como a recuperarlas.
Las siguientes secciones tratan cada uno de los elementos de una
sentencia.
7. Presentación
El propósito de la presentación es orientar al lector en el caso. Debería
establecer brevemente de qué se trata el caso, la cuestión jurídica a tratar y el
resultado. También revela algunos o todos de los siguientes íntems:
(1) Las partes: éstas deberían ser identificadas, si no en la presentación,
entonces al principio de la sentencia, preferentemente por el nombre, y
esa identificación debería ser usada de modo consistente en todo el
documento. El uso de descripciones jurídicas, tales como “apelante” y
“apelado”, tienden a confundir, especialmente en casos donde las partes
están integradas por varias personas.
(2) La situación procesal y jurisdiccional: la base para la jurisdicción,
relevante previa a los procedimientos, y cómo llegó el caso ante la el
tribunal.
(3) La cuestión: la o las cuestiones a decidir, a menos que sea/n tan
complejo/s que se opte por tratarlos de mejor manera en una sección
separada.
El sumario del holding3 al comienzo puede ahorrar tiempo a los lectores,
particularmente a los investigadores que podrán determinar de forma inmediata
si van a leer el resto de la sentencia. Otro beneficio que brinda un corto resumen
del holding al comienzo de la sentencia también ayuda al juez a establecerlo con
precisión y de modo sucinto. La versión final de la presentación se puede
redactar mejor después de que la sentencia haya sido redactada por completo,
cuando el juez ha refinado las cuestiones, las conclusiones y el análisis que les
da sustento.
Algunos jueces prefieren ubicar el holding y la conclusión al final, en la
creencia de que una sentencia será más convincente si el lector debe leerla por
completo antes de conocer lo decidido.
Declaración de cuestiones
3 El uso de la bastardilla pertenece a la traducción.
8. La declaración de cuestiones es la piedra angular de la sentencia; el modo
en que se formulan las cuestiones determina cuáles hechos son sustanciales y
qué principios jurídicos gobiernan el caso. Los jueces no deberían ser
prisioneros del análisis de los abogados; deberían estructurar las cuestiones
según su visión, incluso si ésta difiere de cómo los plantearon los abogados. Que
una cuestión haya sido planteada por las partes no significa que deba ser tratada
en la sentencia si no es esencial para lo que se decide.
La declaración de cuestiones debería ser breve. Aunque, en general, una o
dos cuestiones puedan identificarse de modo suficiente en la presentación, su
cantidad o complejidad en algunos casos puede requerir declaraciones
separadas.
La declaración de cuestiones puede ir antes o después de la declaración
de hechos. Establecerlas primero hará que la declaración de hechos sea más
significativa para el lector y ayudará a enfocarse en hechos sustanciales. El Juez
Frederick G. Hamley de la Novena Circunscripción ha escrito: “Una declaración
preliminar de la cuestión, incluso en términos generales, permite leer la
declaración de hechos con discernimiento. También ayuda al lector de la
sentencia a confinar la declaración de los hechos a lo esencial”. Sección de
Administración Judicial, American Bar Association, Internal Operating
Procedures of Appellate Courts 30 (1961). Sin embargo, en algunos casos puede
ser difícil establecer las cuestiones con claridad a menos que el lector esté
familiarizado con los hechos sustanciales. Esto puede darse, por ejemplo,
cuando la cuestión es procedimental y requiere una explicación del contexto.
No se debería confundir la declaración de cuestiones con el recitado de
las argumentaciones de las partes. Las extensa declaración de estas últimas, algo
que se encuentra en ocasiones en las sentencias, no son un sustituto para el
análisis y el razonamiento, por lo que deberían evitarse.
Hechos
En un caso en donde se plantee una única cuestión, los hechos pueden
ser expuestos en una declaración al principio de la sentencia. Pero cuando se
eleva una serie de cuestiones, algunos hechos pueden no ser relevantes para
todos las cuestiones. Esta situación enfrenta al juez con la difícil tarea de
9. presentar suficientes cuestiones al comienzo para lograr que se entienda la
sentencia sin la repetición posterior, cuando se tratan cuestiones particulares
que requieren una mayor elaboración de los hechos. En un caso así, la
declaración inicial de los hechos puede limitarse a los antecedentes históricos
necesarios, dejando los hechos decisorios específicos para una incorporación en
el análisis de las cuestiones que conllevan.
Sólo deberían incluirse los hechos necesarios para explicar la sentencia,
pero lo que es necesario para explicarla no siempre es obvio, y además puede
variar dependiendo de la recepción. Una sentencia intercolutoria4 no publicada,
destinada únicamente para ser vista por las partes no requiere antecedentes o
hechos históricos; la sentencia sólo necesita identificar los hechos que
fundamentan la conclusión. Sin embargo, los hechos antecedentes algunas veces
pueden ser útiles para contextualizar una decisión y explicar su razonamiento.
Las sentencias que, con probabilidad, vayan a ser leídas por el público en
general, además de las partes, pueden requerir declaraciones más extensas de
los hechos para brindar el contexto para la decisión y delinear su alcance.
El detalle factual excesivo puede distraer. Las fechas, por ejemplo,
tienden a confundir y no deberían incluirse a menos que sean sustanciales para
la decisión o útiles para su comprensión. Por otro lado, mientras que la
brevedad y la simpleza siempre son deseables, son secundarias a la necesidad de
una declaración completa y justa. No se deberían ignorar los hechos
significativos para la parte que pierde el pleito.
A algunos jueces les gusta incluir hechos que, aunque no son
sustanciales, agregan color. “Tenemos que divertirnos”, dijo un juez. Algunos
sienten que esto es una marca de estilo del autor y mejora la legibilidad. Sin
embargo, existe el obvio peligro de que el lector pueda pensar que la decisión
está basada en estos hechos, aún cuando no sean sustanciales para el
razonamiento. Es más, este estilo de redacción –aunque sea atractivo para el
autor- puede ser visto por las partes como una forma de trivializar el caso. Por lo
tanto, hay que tratarlo con cuidado.
Por sobre todas las cosas la declaración de los hechos debe ser precisa. El
redactor no debería asumir que los hechos recitados en los planteos de las
partes están mencionados de modo correcto. No existe sustituto para verificar
4 En el original memorando opinión.
10. referencias sobre los hechos contra el expediente/legajo. Sin importar cuán
buenos sean los abogados, el juez puede descubrir que los hechos del expediente
difieren de la forma en que son declarados en los escritos. Si el juez no cuenta
con tiempo para leer todo el expediente personalmente, la tarea debería ser
asignada a un secretario judicial con instrucciones para resaltar todas las partes
relevantes a ser revisadas por el juez.
Tratamiento de los principios jurídicos
El tratamiento de los principios jurídicos es el corazón de la sentencia.
Debe demostrar que la conclusión a la que arriba el tribunal está basada en la
razón y la lógica. Debería convencer al lector sobre lo correcto del resultado
mediante la fuerza de su razonamiento, no por defensa o argumento. El juez
debe lidiar con autoridad posiblemente contraria y argumento opuesto, y debe
enfrentar las cuestiones de modo directo y tratarlas con franqueza. Aunque la
sentencia no necesita tratar cada caso y contienda, el tratamiento debe ser
suficiente para demostrar a la parte que pierde el pleito que los ítems esenciales
han sido considerados de modo completo.
Las siguientes directrices se aplican al tratamiento de los principios
jurídicos.
Estándar de revisión
La sentencia debería especificar el estándar de revisión que controla el
caso al comenzar al tratamiento de principios jurídicos. A menos que se le
indique al lector si la revisión se encuentra bajo el estándar de apelación5, el
claramente erróneo o el abuso de discreción, el significado de la decisión puede
ser oscuro. Es más, la especificación del estándar de revisión disciplina el
análisis del redactor.
El Apéndice C brinda ejemplos sobre diferentes estándares de revisión.
Orden de tratamiento
5 En el original “review under the de novo standard”.
11. De igual forma que el tribunal no debería casarse con la formulación de
las cuestiones que hacen los abogados, tampoco debería estar obligado a tratar
aquéllas en el orden en que fueron presentadas. El orden en el que se tratan las
cuestiones será dictado por la organización de la sentencia. En general, se
deberían tratar en primer lugar las cuestiones dispositivas. El orden en el que
esas cuestiones se traten estará gobernado por el razonamiento de la sentencia.
Si se tratan cuestiones que no son dispositivas –por razones educativas o para
guiar procedimientos posteriores- es preferible tratarlas cerca del final de la
sentencia.
Qué cuestiones tratar
Como una propuesta general, una sentencia no debería ir más allá de las
cuestiones presentadas; debería tratar sólo aquellas que necesitan ser resueltas
para decidir el caso. Si el tribunal decide que una cuestión que no fue planteada
por las partes es dispositiva y debiera ser tratada –aún cuando las partes no la
han preservado y presentado de modo correcto- debería notificar a los abogados
y brindar una oportunidad para que la incorporen.
Las cuestiones que no son necesarias para la decisión pero que fueron
planteadas de modo serio por la parte que pierde el pleito deberían ser tratadas
sólo en la extensión necesaria para mostrar que han sido consideradas. Sin
embargo, la línea entre qué es necesario para la sentencia y qué no lo es, no
siempre es clara. En ocasiones, una explicación completa del razonamiento para
arribar a una decisión puede ser resaltada discutiendo cuestiones que no son
estrictamente parte del holding. Es más, consideraciones de economía y
eficiencia pueden argumentar a favor del tratamiento de cuestiones que no son
necesarias para la decisión si el tribunal puede, de esa forma, brindar directrices
útiles para el juez de rango inferior en caso de reenvío. No obstante, al hacerlo
los jueces deben tener cuidado en no prejuzgar cuestiones que no fueron
llevadas ante ellos para evitar opiniones de los abogados y expresiones
innecesarias sobre ideas que pueden atar las manos del tribunal en un caso
futuro.
Holdings alternativos
12. Presentar fundamentos separados e independientes da fuerza a una
decisión pero disminuye su valor como precedente. El Profesor Bernard Witkin
sostiene que los jueces deberían evitar resoluciones tales como “incluso si” o
“asumiendo, por el bien de la argumentación6 que”. Ver B.E. Witkin, Manual on
Appellate Court Opinions 81 (1977). Declaraciones tales como “incluso si los
hechos fueran de otra manera” o “asumiendo, por el bien de la argumentación,
que no hubiéramos concluido de esa manera” socava la autoridad del holding.
Witkin sugiere limitar el enfoque “incluso si” a situaciones en donde es
necesario lograr una decisión mayoritaria, o evitarlo por completo fraseando la
sentencia de un modo tal que la suposición alternativa se elimine al principio y
el fundamento sustancial de la sentencia se afirme al final. Pero en las
sentencias que es probable que tengan poco impacto como precedente, no existe
razón para que la corte no debiera basar su decisión en fundamentos
alternativos, sin dar a uno prioridad sobre el otro.
Citas de casos
La mayoría de las cuestiones de Derecho se sostienen de modo adecuado
mediante la cita de la última decisión sobre el punto en la circunscripción del
tribunal o un caso que altera o cambia la interpretación del Derecho7, si existe.
Las citas en cadena y las disertaciones sobre la historia de la regla no agregan
nada cuando la cuestión está resuelta en la circunscripción. Los jueces deberían
resistir la tentación de tratar de impresionar a la gente con su erudición (o la de
sus secretarios judiciales). Si no existe autoridad en la circunscripción, es
apropiado citar aquella que ha tratado el punto en otros circuitos. Sin embargo,
si una sentencia sienta un nuevo precedente el tribunal debería ordenar la
autoridad existente y analizar la evolución del Derecho de modo suficiente para
sostener la nueva regla.
Fuentes secundarias
6 En el original: assuming arguendo.
7 En el original: watershed case.
13. Como los artículos de revistas jurídicas, tratados, textos y fuentes no
jurídicas no son autoridad principal, deberían ser poco citados y con un único
propósito. Éste puede referirse a un análisis coherente que apoye el
razonamiento de la sentencia. Algunos autores son tan respetados en sus
campos que, ante la ausencia de precedentes, su palabra es persuasiva. En
ocasiones, los documentos públicos u otros trabajos publicados arrojarán luz
sobre pertinentes consideraciones históricas o de política.
Citas
Si algo importante para la sentencia se ha dicho bien antes, la cita de
lenguaje relevante de un caso sobre el tema puede ser más persuasivo e
informativo que meramente citarlo o parafrasearlo. Sin embargo, el impacto de
una cita es inversamente proporcional a su extensión. Se deben efectuar citas
breves, y sólo cuando el lenguaje da un punto importante.
Las citas deberían ser cortas y justas. Deben estar contextualizadas y
reflejar con precisión el tenor de su fuente.
Evitar la defensa
Justificar una decisión algunas veces requerirá explicar por qué
argumentos contrarios fueron rechazados. Sin embargo, al tratar los alegatos
principales de la parte que pierde el pleito una sentencia no debería convertirse
en una discusión entre el juez y los abogados, u otros jueces del tribunal, o el
tribunal inferior. Si el lado que pierde el juicio ha planteado alegatos
sustanciales, la sentencia debería explicar el motivo por el cual fueron
rechazados. Pero no es necesario que refute punto por punto los argumentos de
la parte perdedora o adopte un tono contencioso o adversarial.
Una sentencia puede convencer –y debería hacerlo adecuadamente- sin
convertirse en un tratado. Sería recomendable dejar a un lado la emoción y los
sentimientos personales, y evitar usar adjetivos y adverbios a menos que
transmitan información relevante para la decisión.
Tratamiento del tribunal de rango inferior
14. Las sentencias de los tribunales de apelación pueden y deberían corregir
errores del tribunal de juicio y brindar directriz en el reenvío sin explayarse en
las circunstancias o criticar el tribunal de rango inferior. Una sentencia del
tribunal de apelación no necesita atacar la sabiduría, juicio o incluso actitud de
un tribunal de juicio para revertir su decisión. Además debería evitar crítica
innecesaria, como por ejemplo no haber considerado el precedente o fundarse
en motivos impropios.
Párrafo de conclusión
La disposición de un caso –y el mandato al tribunal de rango inferior o
repartición estatal, cuando eso es parte de aquélla- es la parte más importante
de la parte resolutiva de una sentencia. Los tribunales de apelación no deberían
hablar en acertijos. Reenviar un caso simplemente con la frase “para más
procesos consistentes con la sentencia” puede dejar al tribunal a quo debajo del
mar. Las sentencias deben establecer con claridad qué se espera que hagan los
tribunales de menor rango o reparticiones estatales sin ir más allá, no obstante,
de lo que permanece confiado a su discreción. De esta forma, aún donde se
advierta un abuso de discreción, la decisión de la corte de apelaciones se basa en
Derecho, y el tribunal a quo u oficina estatal a los que se ordena el reenvío
retienen la autoridad de ejercer su discreción de modo adecuado.
El Apéndice D contiene ejemplos de conclusiones que brindan
instrucciones claras a tribunales inferiores o agencias del Estado.
15. Lenguaje, estilo y auto-edición
Características de la mala redacción
Los jueces que fueron entrevistados para este manual identificaron los
siguientes como los mayores problemas en la redacción judicial.
Palabrería
La palabrería significa no sólo verborragia –usar dos palabras cuando
una será suficiente- sino tratar de transmitir demasiada información, cubriendo
demasiadas cuestiones, y simplemente escribir demasiado. Al tratar de escribir
con autoridad, algunos redactores judiciales machacan con lo obvio en el
extenso tratamiento de proposiciones no controvertidas. En general la
palabrería refleja el fracaso (o incapacidad) del redactor para separar lo
importante de lo que no lo es y hacer el trabajo sucio de la edición.
Falta de precisión y claridad
La precisión es la principal preocupación de la buena redacción. Algunos
redactores sobre Derecho carecen de la capacidad de escribir en prosa simple y
directa. En general esto es el resultado de la tendencia de los abogados a buscar
cubrirse con generalización excesiva: cuando el redactor no está seguro de un
principio jurídico o de cómo establecerlo con precisión, la expresión vaga
manipula la dificultad. Para escribir con claridad y precisión, el redactor debe
saber con precisión lo que quiere decir y debe decir eso y nada más. El
pensamiento es el origen de la palabra, y ésta no es mejor que el pensamiento
del que surge.
La precisión en la redacción judicial es importante no sólo como cuestión
de estilo sino también porque los jueces escriben para la posteridad. Una vez
que una opinión es archivada, los abogados y otras personas la leerán mirando
cómo pueden usarla para servir un propósito particular, sin importar cuán
remoto pueda estar éste de lo que el redactor tuvo en mente. De esta forma, es
16. bueno que los redactores judiciales piensen cómo sus palabras podrían ser
usadas, y escribir para prevenir su mal uso.
La edición cuidadosa y pensativa es esencial para la escritura precisa.
Esto significa releer la sentencia, oración por oración, y preguntarse: ¿qué
quiero decir aquí? ¿He dicho eso y no más?
Mala organización
Una sentencia coherente es el reflejo de un proceso lógico de
razonamiento que parte de premisas, atraviesa principios y llega a conclusiones.
El marco en el que ese proceso tiene lugar debería ser visible al lector en la
organización de la sentencia. Esa organización será un mapa de ruta que le
permita al lector seguir la lectura de comienzo a fin sin perderse.
Análisis críptico
Aunque se busca la brevedad, los jueces deben elaborar sus razonamiento
de modo suficiente, para que el lector pueda seguirlo. Una sentencia que omite
pasos en el razonamiento esencial para entenderla no cumplirá su propósito.
Pomposidad y humor
La redacción judicial puede ser pomposa. El juez debe estar atento a la
pomposidad, tal como expresiones arcaicas o floridas, el uso de “nosotros”
imperial por un juez de circunscripción única, o excursiones a erudición
irrelevante. Aunque el humor algunas veces es racionalizado como un antídoto
para la pomposidad, funciona mejor en charlas de sobremesa que en sentencias
judiciales. En éstas puede sorprender a los litigantes –que es probable que no
vean nada gracioso en el litigio- como un signo de arrogancia judicial y falta de
sensibilidad. Aunque algunos jueces han tenido éxito con el humor, es un riesgo
que no se debe tomar a la ligera, ni tampoco debería asumirse, porque la
redacción puede ser vital, fuerte e interesante mediante la claridad y la retórica.
17. Guías para la buena redacción
Se sugieren las siguientes guías para ayudar a los redactores a reconocer
y evitar los problemas que se mencionaron más arriba.
Eliminar palabras innecesarias
Es difícil mejorar el mandato del Profesor Strunk en omitir palabras
innecesarias:
La redacción vigorosa es concisa. Una oración no debería contener
palabras innecesarias, por la misma razón que un dibujo no debería tener
líneas innecesarias y una máquina partes innecesarias. Esto no requiere
que el redactor acorte todas sus oraciones, o que evite todo detalle y trate
sus temas sólo de modo superficial, sino que toda palabra diga algo.
W. Strunk & E.B. White, The Elements of Style 23 (3d. ed. 1979).
Ser sucinto y directo
La brevedad promueve la claridad. Es más probable que la redacción que
deja en claro su punto de modo breve sea entendida más que la que lo hace de
modo extenso. La redacción sucinta también fuerza a quien la realiza a pensar
con precisión enfocándose en lo que está tratando de decir.
La redacción judicial debería ser directa. Use oraciones simples,
declarativas y párrafos cortos la mayor parte del tiempo, pero varíe la extensión
y estructura de la oración donde sea necesario para dar énfasis, contraste e
interés al lector. Prefiera la voz activa y evite construcciones como “se dice”, “se
argumenta” y “es bien fundado”. Elimine adjetivos y adverbios como
“claramente” y “meramente”.
Escriba en lenguaje simple
Incluso las ideas complejas pueden expresarse en lenguaje simple y
entendible para el lector general. Escribir en lenguaje simple requiere que el
18. redactor entienda la idea por completo, le permita separarla en sus
componentes esenciales. Por ejemplo, aunque la electricidad es un fenómeno
científico complejo, puede explicarse en términos que las personas legas
entiendan. Lo mismo es cierto para el derecho impositivo, de la competencia y
de patentes, para dar algunos ejemplos. Evite la “jerga jurídica”, los clichés, las
frases trilladas (v.g.: “tal como se ha establecido”) y expresiones en latín (“vel
non”, por ejemplo). Cuando use palabras de una ciencia o disciplina específica,
considere si son en general entendidas entre el probable auditorio o requiere de
una definición en lenguaje natural. Existe un lugar para la palabra elegante,
pero no debería ser necesario que el lector tenga un diccionario a mano
mientras lee la sentencia.
La redacción en prosa de género neutro, aunque loable, puede llevara
construcciones complejas cuando quien las escribe trata de evitar el uso del
pronombre personal; se debería ejercer con moderación.
Notas al pie y citas
Notas al pie
El propósito de una nota al pie es transmitir información que
interrumpiría el desarrollo de la sentencia si se la incluye en el texto. La primera
pregunta que hay que hacer sobre una futura nota al pie es si es apropiado
incluir su contenido en la sentencia. Si no es lo bastante importante para que
vaya en el texto, el redactor debe tener alguna justificación para incluirla en la
sentencia. Las notas al pie pueden ser apropiadas para transmitir información,
como el texto de un estatuto o material del registro, que apoya el lenguaje de la
sentencia pero no es necesaria de un modo inmediato para entenderla. El
tribunal puede usarlas para reconocer y disponer de modo breve de cuestiones
tangenciales. Algunos jueces colocan todas las citas en notas al pie, dedicando
todo el texto al tratamiento del litigio. No se deberían insertar notas al pie para
gratificación del redactor o como un reservorio de información inútil. Algunos
jueces, conscientes de la tendencia a abusar de las notas al pie, están
esforzándose por eliminar o al menos reducir su número en las sentencias. Ver,
e.g., Mikva, Goodbye to Footnotes, 56 U. Colo. L. Rev. 647 (1985).
19. Formato de citas
Los dos manuales principales sobre citas jurídicas son A Uniform System
of Citation (el “Libro Azul”) y el University of Chicago Manual of Legal
Citation (el “Libro Granate”). Un juez puede creer conveniente segur uno u otro
de estos manuales citando fuentes primarias y secundarias. Sin embargo, el
manejo de la estructura de cita no es un uso productivo del tiempo de los jueces
o los secretarios judiciales. El propósito de las citas es ayudar a los
investigadores a identificar y encontrar las fuentes; es suficiente una estructura
de cita que sirva a ese fin. Además, la estructura de cita debería ser consistente
para evitar la apariencia de falta de artesanía y cuidado.
Algunos jueces tienen estructuras personales de cita o manuales de estilo
para reflejar sus preferencias. Tales herramientas promueven la consistencia,
ayudan a orientar a los secretarios nuevos y alientan la preparación cuidadosa
de sentencias.
Editar con cuidado
Los redactores cuidadosos deben editar su trabajo de modo crítico para
aclarar las ambigüedades. Esto no es tarea fácil porque los redactores que leen
su propio trabajo tienden a leer lo que quisieron escribir y no lo que de hecho
escribieron.
Los jueces deben esforzarse por ser objetivos en su redacción, leer cada
párrafo con cuidado y no revisar con rapidez el texto porque les es familiar. Un
juez que edita su propio trabajo siempre debe hacerse preguntas tales como: ¿he
dicho con precisión lo que quería decir? ¿Existe una forma mejor de decirlo? ¿El
pensamiento fluye con claridad y lógica? ¿Lo entenderá quien lo lea?
Las siguientes técnicas deberían ayudar a los redactores judiciales a
mejorar sus facultades de autocrítica.
20. Releer y revisar
La edición consiste en dar con palabras inútiles y hechos innecesarios,
rescribir oraciones descuidadas y no claras, eliminar repetición, reorganizar y
limpiar, afilar y hacer más estricta la sentencia.
Los procesadores de texto se han convertido en una bendición para
redactores y editores. Aceleran en gran parte el proceso de escritura y facilitan la
edición y revisión. Pero la lectura de pruebas en un procesador de texto es
demandante, y fácilmente se pasan por alto errores tipográficos y de otra clase
sin un chequeo cuidadoso y repetido de una copia impresa.
La edición no debería enfocarse únicamente en el lenguaje, la gramática y
el estilo. Los jueces deben chequear lo escrito buscando la consistencia interna.
Es recomendable volver a la presentación para ver si la sentencia ha tratado
todas las cuestiones y respondido todas las preguntas que se le formularon al
inicio. Es necesaria la relectura de la declaración de los hechos para ver si cubre
todos y no más que los hechos significativos para la decisión. Se debe revisar el
tratamiento jurídico para ver si la sentencia ha tratado en orden lógico las
cuestiones que es necesario cubrir. Los jueces deben considerar si la conclusión
es consecuencia del tratamiento.
Poner el borrador a un lado y volver a él con una mente fresca
El proceso de edición se mejora si el juez “deja el borrador por un rato
para que hierva a fuego lento”, como dijo un magistrado. Aunque el tiempo
restringe y la cantidad de casos que se amontonan pueden hacer difícil poner en
espera el trabajo, un retraso de incluso algunos días servirá para agregar una
dosis de objetividad a la revisión. Puede ayudar al juez a ver las cosas que antes
no vio, permitir y pensar nuevas ideas.
Pedir a otro lector que critique un borrador
Un secretario que no ha trabajado en la sentencia puede cumplir una
función útil al leer el borrador con un ojo fresco y ofrecer crítica editorial y
21. sustantiva. Incluso aquél que ha asistido al juez puede brindar una perspectiva
de edición que ayudará a producir un producto terminado.
Disidencias, concurrencias y redacción con otros
jueces
Las decisiones de las cámaras de apelaciones representan la decisión
colectiva de varios jueces. El juez que redacta la sentencia debe tener en cuenta
el pensamiento de los otros que constituyen la sala o el tribunal completo e
incorporar el pensamiento del grupo en el razonamiento de la sentencia.
Algunas veces varios jueces participan en la preparación de una sentencia, por
ejemplo, cuando ésta es escrita en conjunto o cuando los jueces comentan
borradores preparados por el juez asignado para redactar la sentencia. Cuando
ésta no representa el pensamiento de todos los miembros del tribunal, algunos
pueden elegir preparar votos concurrentes o en disidencia. Este capítulo trata
algunas de las consideraciones colegiadas en la redacción de sentencias.
Redacción conjunta de la sentencia
En algunas circunscripciones, la complejidad y cantidad de cuestiones
involucradas en un único caso han resultado en sentencias redactadas en
conjunto. Algunas veces la sentencia es redactada por el tribunal, o su mayoría,
actuando colectiva y unánimemente, pero se firman los votos concurrentes o en
disidencia de la minoría8. Otras veces los autores de las diferentes secciones
están identificados9.
Cuando una sala opta por emitir una sentencia en conjunto, es necesaria
una considerable planificación y coordinación de ambos jueces y secretarios
para asegurar una sentencia final legible y coherente. Es conveniente que exista
8 En el original decisión per curiam.
9 La revisión de largos registros técnicos administrativos en la circunscripción de Washington, D.C., por
ejemplo, frecuentemente produce ese tipo de opiniones. Ver, e.g., National Wildlife Federation v. Hodel,
839 F. 2d 694 (D.C. Cir. 1988), y Ohio v. U.S. Department of Interior, 880 F.2d 432 (D.C. Cir. 1989).
Ver además Chemical Manufacturers Association v. Environmental Protection Agency, 870 F.2d 177 (5th
Cir. 1989).
22. una conferencia más larga de lo habitual y posterior a la discusión para tratar la
asignación de partes de la sentencia, su interdependencia y suposiciones
conjuntas o predicados factuales. Es posible que los jueces determinen la
secuencia de secciones para evitar confusión y la repetición de hechos básicos o
análisis jurídicos.
En general, un juez de sala debe asumir la autoridad de coordinación y
hacer circular un perfil y resumen de las secciones propuestas antes de que
comience la redacción. Un magistrado, habitualmente un juez coordinador,
también debe responsabilizarse por la redacción de la presentación y conclusión
de la sentencia, cubriendo todas las secciones. Es usual que la presentación sea
breve y esté confinada a declarar los procedimientos principales para desafío del
tribunal. Los hechos en detalle se presentan mejor en las secciones individuales.
Luego de que los autores han hecho el borrador y aprobado las secciones, el
juez coordinador debería asumir autoridad para hacer cambios no sustantivos
con el fin de evitar duplicación o evidentes diferencias de estilo. En general, los
empleados se reúnen para asegurar una cita uniforme y formato de
encabezamiento.
A medida que los casos se vuelven más complejos y consumen más tiempo,
se puede esperar que los tribunales incrementen el uso de sentencias escritas en
conjunto para evitar el retraso e inmovilizar demasiado tiempo a un juez. Con
cuidadoso planeamiento, es posible mantener estándares altos de redacción
para estas opiniones.
El comentario a un borrador preparado por otro juez
Los jueces hacen circular borradores de sentencias entre otros jueces de sala
o de todo el tribunal para asegurarse de que la sentencia refleje la idea
fundamental de los jueces que votan en mayoría. Cuando un magistrado hace un
comentario escrito por otro juez, siempre es apropiado hacerlo sobre la
sustancia de una sentencia, pero no sobre cuestiones de estilo. Los comentarios
son convenientes cuando la distinción entre sustancia y estilo es borrosa, en el
caso de que el tema en cuestión parezca hablar por el tribunal y, de esta forma,
pueda enviar el mensaje de que no representa la opinión de los otros miembros.
23. Si, por ejemplo, el tratamiento de una cuestión sustantiva no está escrito
con claridad, los otros jueces deberían llamar la atención de esto al juez a cargo
de la redacción. Cuando una cita a un caso o artículo en una revista jurídica
pueda representar una idea fundamental que no sea adoptada por otros jueces,
éstos deberían expresar su desacuerdo al juez redactor. Sin embargo, cuando un
juez revisor objete cuestiones de estilo, gramática o elecciones de lenguaje
simplemente fundándose en preferencias personales, es mejor no expresar esos
comentarios. No obstante, como los jueces no están valorando el trabajo de sus
colegas, es útil señalar cuestiones menores como errores tipográficos u otros
temas menores, por nota al autor o un llamado telefónico entre los empleados.
Sentencias votadas en disidencia
Los votos en disidencia cumplen varios propósitos. Pueden ayudar a
atraer la revisión del tribunal en pleno o el tratamiento de peticiones de
certeza10 y para aislar y mejorar las cuestiones para una posterior apelación.
Pueden atraer acción legislativa o corregir posibles deficiencias en la ley. Este
tipo de sentencias también pueden ayudar a disminuir el alcance de un fallo
señalando los posibles peligros de la posición que ha tomado la mayoría, o
enviando señales a otros jueces y al colegio de magistrados en cuanto a los
límites de una decisión en particular y sus efectos futuros en casos similares. En
este sentido, las sentencias votadas en disidencia pueden cumplir funciones
útiles en la comunicación de información importante a quienes esperan la
sentencia y ayudar al crecimiento del Derecho.
Sin embargo, las sentencias en disidencia son escritas con un costo
potencial. Una disidencia que toca una nota estridente o sermoneadora puede
contribuir a la división y resentimientos en el cuerpo, minar la autoridad de la
sentencia y del tribunal como institución y crear confusión. Esto puede suceder,
ya sea que la disidencia dependa de la naturaleza del caso o del principio en
cuestión. En general, las disidencias no deberían efectuarse cuando el principio
en cuestión está acordado y la decisión tiene poca importancia fuera del caso
específico. Los casos que involucran principios jurídicos emergentes o
interpretación de normas en áreas que afectan actividades futuras del colegio de
10 En el original certiorari review.
24. magistrados, la población y el gobierno tienen más probabilidad de garantizar
sentencias con votos en disidencia que casos de aplicación limitada. La cuestión
debería ser bastante significativa para que “se despierte la fiebre” del juez, como
dijo un magistrado, pero la motivación debería radicar en adelantar el
desarrollo del Derecho más que en ventilar sentimientos personales. Los jueces
que consideran votar en disidencia deberían preguntarse si los beneficios
probables superan los costos potenciales.
Si un juez decide que redactar una disidencia cumplirá un propósito útil,
ésta debería ser escrita con tanto cuidado y responsabilidad como la sentencia
del tribunal. Rara vez un juez debería disentir sin sentencia; hacerlo no
comunica ninguna información a los destinatarios de aquélla. La discusión
debería enfocarse en los principios críticos y distinguir la idea fundamental del
juez que emite su voto en disidencia del de la mayoría. Pero una cosa es declarar
los puntos de desacuerdo con fuerza y efectividad, y otra involucrarse en una
discusión o defensa. Una sentencia con voto disidente hiere no solo el voto
mayoritario o a su autor. No deberían usarse ataques personales, lenguaje
ofensivo y tono condescendiente, aunque algunos jueces creen que algunas
veces son apropiados el atropello moral y la indignación moderada.
Concurrencias
La mayoría de las consideraciones aplicables a las sentencias con votos en
disidencia se mantienen para las concurrencias. Éstas son apropiadas cuando
están destinadas a definir con mayor precisión el alcance de una sentencia o a
informar a las partes y a otro público lo que el redactor cree que son puntos
importantes. De esta manera, los jueces pueden emitir votos concurrentes en
donde existen dos fundamentos discutidos para una decisión, la mayoría
justifica su decisión sobre uno de estos fundamentos, y otros jueces creen que
debería sostenerse el otro. Las concurrencias también pueden servir para
indicar a las partes en casos futuros cuán lejos el tribunal está dispuesto a ir en
el camino, y dónde éste termina. Una sentencia con votos concurrentes no
debería ser redactada simplemente para agregar un punto de vista o declaración
25. personal que no extiende el valor decisorio o educativo de la opinión. La
cuestión debería ser: ¿estoy redactando esto por mí o por el tribunal?
Los jueces deberían incluir en las sentencias con votos concurrentes una
declaración de razones por las cuales están concurriendo en ese caso especial. El
punto no es presentar una sentencia alternativa al tribunal, sino indicar el punto
de partida de la mayoría y definir más el contorno de la sentencia. Las
concurrencias no deberían ser un refrito de los hechos y principios jurídicos
sobre los que la mayoría basó su decisión, excepto en la medida en que las
diferencias sobre los descubrimientos factuales y conclusiones jurídicas sean
significativas para el punto de vista concurrente. Los argumentos deberían estar
basados en principios y el tono debería ser instructivo pero no pedante.