La oración de santa Luisa de Marillac por el P. Corpus Juan Delgado CM
LECTURA ORANTE: XIX Semana del Tiempo Ordinario, Fr Julio César González Carretti OCD
1. DECIMA NOVENA SEMANA DEL TIEMPO ORDINARIO
(Año Impar. Ciclo B)
Domingo
Lecturas bíblicas
a.- 1 Re.19,1-8: Con la fuerza de aquel alimento caminó
hasta el monte de Dios.
La huida de Elías por salvar su vida, se convierte en una
verdadera peregrinación de fe, en la existencia del profeta
hacia el Monte Horeb (vv. 1-3). Su viaje es un regreso a las
fuentes de la fe yahvista, porque fue en ese monte donde
Yahvé se reveló a Abraham, Isaac y Jacob (cfr. Ex. 3; 6). Es
el lugar de los encuentros de Yahvé y Moisés, (cfr. Ex. 33,18-
34,9) y donde éste último recibió las tablas de la Ley (cfr.
Ex.19-24). A lo largo del camino Elías pasó del miedo a la
desesperación, hasta que fortalecido con el alimento de pan y
agua, y las palabras del ángel del Señor, se decide seguir
hasta el encuentro con Yahvé en el monte de las
revelaciones. Moisés y Elías aparecerán más tarde en el
monte de la transfiguración. Esta marcha es un símbolo de
2. nuestro propio caminar en fe, altibajos, que se reflejan en
actitudes y sentimientos: miedo, tedio, hambre,
desesperación, conciencia de culpabilidad, para que al final,
fortalecido por la oración decide continuar el camino hacia el
monte de Dios, donde le espera para mostrarse.
b.- Ef. 4, 30; 5,1-2: Vivid en el amor como Cristo.
El apóstol invita a la comunidad a vivir la nueva moral del
Evangelio, después de la renuncia al pasado pagano. A las
virtudes teologales, como la fe, hay que agregar las virtudes
comunitarias como la bondad, el perdón, la comprensión, etc.
Pero pone como modelo la actitud de Jesucristo (v. 32). El
apóstol ha dado una serie de consejos, para evita los
pecados que van contra la caridad, que los cristianos
miembros del Cuerpo de Cristo, deben evitar como: la
mentira, la ira, el robo, malas palabras (vv. 25.26. 27. 28.29;
cfr. 2Cor. 9,8; Hch. 20,35). “No entristezcan al Espíritu Santo
de Dios, con el fuisteis sellados para el día de la redención”
(v.30), viene a hablar de la función unificadora y vivificadora
del Espíritu dentro del Cuerpo de Cristo (cfr. Ef.4,4; 1 Tes.4,8;
Hch.5,3). Toda lesión a la unidad del único Cuerpo de Cristo,
entristece al único vínculo de unidad que posee, el Espíritu
Santo (cfr.1 Cor.12, 13). Sellados por el Espíritu para el día
de la redención, nos habla de la condición bautismal, en el
día del Juicio final, cuando se alcanzará la consumación de la
obra redentora de Cristo y Dios premiará reconociendo a los
suyos, y rechazará a los extraños (cfr. Ef. 1,14; Rom.8,23;
Mt.25,31-46). Al finalizar vuelve a reiterar el apóstol a sus
lectores, que eviten una serie de actitudes, sentimientos del
3. hombre viejo que dañan al Cuerpo místico; a todo eso, el
hombre nuevo debe responder con el ejercicio de las virtudes,
perdonándose mutuamente, como Dios Padre nos ha
perdonado en Cristo Jesús (v.31-32; cfr. Rm.5,8-10; Col.3,13;
Mt.6,12). En el nuevo capítulo (c.5), encontramos una directa
alusión al sacrificio cruento de la Cruz, en el cual Jesucristo,
es Víctima y Sacerdote, (cfr. Hb.10,5-14), holocausto de
suave olor, es decir, acepta a Dios, como incienso que sube
hasta su presencia divina (cfr. Gn.8,21; Lev.1,9).
c.- Jn. 6, 41-51: Yo soy el pan vivo que ha bajado del
cielo.
El evangelio, nos narra la primera parte del discurso del Pan
vivo bajado del cielo. La presentación que hace de sí mismo
Jesús, provoca escándalo, porque había dicho de sí mismo
que era: “el pan vivo bajado del cielo” (v.41; cfr.Jn.6,35-40).
Conocían su origen, saben que José era su padre, por lo
tanto, sus palabras sonaban a arrogancia insana (v.42). La
murmuración de la muchedumbre, es eco de la murmuración
del pueblo de Israel contra Dios en el desierto, es decir, falta
de fe, voluntad de no creer (cfr. Ex. 16,2; 17,3; Nm. 11,1;
14,27; 1Cor.10, 10). Los judíos no entienden el misterio de la
Encarnación, Dios hecho hombre, entre los hombres;
desciende de su Padre celestial. Sus quejan van contra el
Señor como en tiempos de Moisés (cfr. Ex.16,8), sin
embargo, Jesús los exhorta a creer que es el Padre quien lo
envió y atrae los creyentes a ÉL y su respuesta de fe les
traerá vida eterna (vv.43-44). Las palabras de Jesús para ser
comprendidas, necesitan de la fe, que se ha alimentado de la
4. escucha atenta de las palabras de Aquel, que Dios Padre ha
enviado (cfr.Is.54,13; Jr.31,33; 1Jn.2,20.27). Creer es ya
tener vida eterna, es la escatología presente y futura de Juan,
de saber que vamos a resucitar en el último día (v.40).
Jesús, se halla testimoniado en la Escritura, por eso pide
escuchen a Dios, para ser enseñados como anunciaron los
profetas (v.45; cfr. Is. 54,13). Jesús es el único que da a
conocer al Padre, porque viene de ÉL, lo ha visto, lo da a
conocer (v.46). La diferencia entre Jesús y Moisés está en
sus orígenes, la revelación da al primero autoridad, es el pan
vivo bajado del cielo que posee vida eterna. Si comparamos
la Ley ya no da vida, Jesús, el verdadero pan, vino para dar a
conocer a Dios, supera con creces el maná del cielo, ÉL es el
pan de vida (v.48). El pan de Moisés no produjo vida, ahora
Jesús se identifica como el pan de vida (cfr.Dt.16,15;
Jn.1,14). El discurso se centra en Jesús, quien hace una
promesa: el pan que dará para vida del mundo es su carne (v.
51). Este verdadero pan hará conocer a Dios mediante el don
de sí mismo para vida del mundo. ¿Cuándo ocurrirá? Clara
alusión a la futura pasión, muerte y resurrección de Cristo.
Juan sustituye cuerpo por carne, lo que habla de la debilidad
y mortalidad del hombre (cfr.1Cor.11,24; Jn.1,14; Mt.16,17;
1Cor.15,50; Ef.6,12). Jesús, Sabiduría del Padre nos da
acceso al árbol de la vida, del que Adán nos privó, para
nunca más ser arrojados del paraíso (cfr. Gn.3, 22-23;
Pr.3,18; Jn.6,37). En el futuro habrá un alimento que saciará
las necesidades de todos los que crean en Jesús. La
indignada pregunta de los judíos (v. 52), dará luz sobre el
cómo y el cuándo, dará Jesús ese pan que superará todo lo
5. conocido y celebrado por la Pascua mosaica. Palabra y Pan
para la vida del mundo dos modos de Dios para acercarse al
hombre, dos realidades del creyente para vivir la comunión
con Dios Padre y su Hijo en el Espíritu que vivifica y unifica a
su comunidad eclesial.
San Juan de la Cruz, lo diría así: “Aquella eterna fonte está
escondida/ en este vivo pan para darnos vida, aunque es de
noche” (Cantar del alma que se huelga de conocer a Dios por
la fe).
LUNES
Lecturas bíblicas
a.- Dt.10, 12-22: Circuncidad vuestro corazón.
b.- Mt. 17, 22-27: Lo matarán, pero resucitará. Los hijos
están exentos de impuestos.
Este evangelio tiene dos momentos: el segundo anuncio de la
pasión de Cristo (vv. 22-23), y el tema del tributo al Templo
(vv.24-27). La diferencia con el primer anuncio se encuentra
en que ahí, Jesús hablaba en primera persona, ahora es el
Hijo del Hombre, que todo lo sabe, incluso quienes le darán
muerte: será entregado en manos de los hombres. Los que
pertenecen completamente a Dios, llegan a ser presa de los
hombres (cfr. Mt.17, 12). Precisamente esos, son los
hombres que se declaran enemigos de Dios, los que deben
ser reconciliados entre sí y con Dios. Ese es el fin de la
pasión: reconciliar a los hombres con Dios y entre ellos para
6. acceder a ÉL. Las manos de los hombres lo atarán, lo
golpearán, le oprimirán la cabeza con una corona de espinas,
lo llevarán al monte Calvario, y lo clavarán en una cruz. Es en
la pasión donde Jesús será de ellos, Víctima de la violencia
humana. El Padre entrega a su Mesías, lo da a la impotencia,
no lo libra de la muerte, pero lo resucitará al tercer día. La
reacción de los apóstoles, quedaron consternados
(v.23;cfr.Mt.16,22); el mensaje no se ha comprendido todavía
(cfr. Mt. 5,4). El segundo momento, se refiere al tema de la
dracma, es decir, el impuesto que anualmente había que todo
judío debía pagar al Templo, incluso los que vivían en la
diáspora, pero que no obligaba desde la Ley (cfr. Ex. 30, 11-
16. Esta contribución era para conservar el Templo y el
ofrecimiento de los sacrificios. Este impuesto personal, fue
introducido por Nehemías, y se pagaba antes de la Pascua.
Jesús, considera que los hijos no debían pagar tributo a la
Casa de Dios. Jesús actúa como un verdadero israelita, con
todos los derechos y obligaciones; en su actitud encontramos
respeto profundo por el Templo, reconoce su carácter
provisional, lo mismo en cuanto se refiere a los sacrificios (cfr.
Mt.12, 6; 5,23s). Esto tiene lectura más profunda: Los hijos
están exentos, sobre todo el Hijo por excelencia; Dios es el
Señor del Templo y desde ahora también su Hijo. El discípulo
de Jesús, participa de su filiación divina, forma parte de la
familia de Jesús (cfr. Mt.12, 46-50). El milagro del pez, deja
en claro, que es Dios quien proporciona lo necesario para
pagar el tributo, lo que exalta su condición de Hijo Amado del
Padre, se echa de ver la exención del Hijo, se honra a Dios, y
no se da escandalo a los hombres. Desde esta perspectiva,
7. es el amor el único tributo que el Padre nos pide, ofrenda de
la propia existencia hecha en el culto, de lo contrario, el
aporte en dinero sería una contribución vacía de contenido
vital.
Santa Teresa nos invita a vivir el camino de la santidad
evangélica o si queremos como lo denomina ella camino de
perfección. Esta perfección consiste en hacer la voluntad de
Dios en nuestra vida. “Las almas perfectas pueden hacer
gran provecho… en la Iglesia de Dios” (4M 3,10).
MARTES
Lecturas bíblicas
a.- Dt. 31,1-8: Josué ingresará a Israel en la tierra
prometida.
b.- Mt. 18, 1-5.10.12-14: ¿Quién es el mayor? La oveja
perdida.
Este evangelio nos presenta dos momentos: la discusión de
los apóstoles sobre quién es el mayor en el reino de los
Cielos (vv.1-5), y la parábola de la oveja perdida (vv.12-14).
Los discípulos se acercan a Jesús para preguntarle quién es
el mayor en el Reino de los Cielos, más concretamente en
este movimiento, que anuncia y comienza con ÉL (cfr. Mc.9,
33). Jesús, toma a un niño, lo pone en medio de hombres
altos y seguros de sí mismos. Lo primero hacerse como los
niños, para entrar en el Reino de los Cielos (vv.3-4; cfr.
Mt.19,4). Les manda ser como niños, humildes, sin
pretensiones, vivir confiados totalmente de Padre, siempre
8. necesitados, dependientes de los demás. Este es el primer
requerimiento para formar comunidad eclesial, signo del
Reino presente y futuro. Orgullosos y autosuficientes no
están capacitados para ser discípulos de Cristo, no lo
necesitan. Los niños, son tan importantes en la comunidad
porque sus ángeles contemplan el Rostro de Dios cara a cara
(v.10; cfr. Tob.12,15). En esta parábola de la oveja perdida,
se refiere a los pecadores, los débiles en la fe, que han
abandonado la comunidad eclesial. Es voluntad de Dios se
les buque para que no se pierdan, si es necesario dejando las
otras noventa y nueve ovejas en el redil. Si bien la parábola
Jesús la dirige a los fariseos para que comprendieran su
búsqueda de los pecadores (cfr. Lc.15, 3-7), Mateo la refiere
más bien a los dirigentes de la Iglesia. Animada por el
Espíritu del único Pastor de nuestras almas, Jesucristo el
Señor, y de sus legítimos pastores para su pueblo continúan
esta misión hoy.
Desde niña Teresa de Jesús aprendió a que el destino del
cristiano es vida eterna, vida con Dios para siempre.
“Espantábanos mucho el decir que pena y gloria era para
siempre en lo que leíamos. Acaecíanos estar muchos ratos
tratando de esto y gustábamos de decir muchas veces: ¡Para
siempre, siempre, siempre! En pronunciar esto, mucho rato,
era el Señor servido me quedase en esta niñez, imprimido el
camino de la verdad.” (V 1,4).
MIERCOLES
Lecturas bíblicas
9. a.- Dt. 34, 1-12: Muerte de Moisés.
b.- Mt. 18,15-20: La corrección fraterna y la oración en
común.
El evangelio nos invita a vivir la corrección fraterna (vv.15-18),
y la oración en común (vv.19-20). El discurso se centra en la
vida de comunidad, que es santa y pecadora, donde la
corrección fraterna nos habla de una comunidad que es
pecadora (cfr.Mt.18,15.21.27.29.32.33.35). Este hecho hace
que se busque el bien del hermano, sin humillarlo. Sigue el
procedimiento que nos da el Señor: primero hablar a solas
con él; luego ante otro testigo, en caso que no haga caso,
ante toda la comunidad. Si así y todo, no escucha a la
comunidad, ésta lo aparta, como un pagano, se le considera
no miembro de la comunidad eclesial (cfr.Lv.19,17; Dt.19,15).
Se comprende que es un caso grave, la comunidad defiende
su propia existencia. La decisión, juicio de la comunidad es
ratificado por Dios. Se trata del poder de atar y desatar de la
comunidad, capacitada para admitir y excomulgar, permitir y
prohibir (cfr. Mt.16, 18). Si bien la tarea principal de la
comunidad es buscar al pecador, también es su deber
defender su existencia de aquellos que la amenazan. En un
segundo momento, Jesús habla de su presencia en la vida
comunitaria, de ahí que sea santa. Defiende el valor de la
oración comunitaria, como acuerdo común, conseguirán del
Padre cuanto pidan. Asegura su presencia en medio del
grupo, aunque sean dos. Es el Dios cono nosotros, el
Emmanuel (cfr. Is.7,14; Mt.1,23; 28,20). Esta doctrina que
propone el evangelista, nos habla de la tensión que existe en
10. toda comunidad que es santa por la presencia del Espíritu de
Jesús, y a su vez pecadora, formada por hombres y mujeres
pero siempre en camino de perfección.
Teresa de Jesús pone a la caridad como la virtud principal a
la hora de vivir en comunidad. “Pues procuremos siempre
mirar las virtudes y cosas buenas que viéremos en los otros,
y tapar sus defectos con nuestros grandes pecados. Es una
manera de obrar, que aunque luego no se haga con
perfección se viene a ganar una gran virtud, que es tener a
todos por mejores que nosotros, y comiénzase a ganar por
aquí con el favor de Dios, que es menester en todo; y cuando
falta, excusadas son las diligencias, y suplicarle nos dé esta
virtud, que con que las hagamos [Dios] no falta a nadie.” (CV
13,10).
JUEVES
Lecturas bíblicas
a.- Jos.3, 7-10.11.13-17: El arca de la alianza pasa el
Jordán.
b.- Mt. 18, 21-35; 19,1: Perdón de las ofensas y la
parábola del siervo sin entrañas.
Este evangelio nos presenta la pregunta de Pedro acerca del
perdón (vv.21-22), y Jesús propone la parábola del siervo sin
entrañas (vv.23-35). La pregunta de Pedro, se relaciona con
limitar el perdón. ¿Hasta siete veces, como Dios que perdona
al justo siete veces al día? (cfr. Pr. 24,16). Jesús se recuerda
del cántico de Lámec (cfr. Gn.4, 24), en contra de esa actitud
11. vengativa, ÉL propone que hay que perdonar siempre. Habla
de un perdón ilimitado, es decir, lo exige el amor. La
parábola, nos enseña que el perdón que recibimos de Dios,
exige darlo a los hermanos, si no perdonamos rompemos esa
vía de gracias para ellos y nosotros, perdemos el perdón
recibido. La parábola del siervo sin entrañas, quiere dejar en
claro, el proceder del Padre Dios, con quien no perdona de
corazón a su hermano. La parábola, quiere destacar por
medio de las cantidades mencionadas que no hay proporción
entre nuestra deuda con Dios y la que recibimos de nuestro
prójimo. El siervo no tiene con qué pagar, por lo mismo, serán
vendida su mujer e hijos, pide tiempo para pagar, en cambio,
se le condona la deuda, pero cuando encuentra su
compañero, le exige la paga de cien denarios, cantidad ínfima
para lo que se le había perdonado. No perdonar a su
compañero, le restó el perdón de su amo. “Esto mismo hará
con vosotros mi Padre celestial, si no perdonáis de corazón
cada uno a vuestro hermano.” (v.35). La comunidad eclesial
se renueva en la medida en que somos humildes, vivimos la
corrección fraterna y perdonamos para ser perdonados, signo
de creer en Dios. Jesús desde la Cruz, perdonó a sus
verdugos (cfr. Lc. 23, 34). Sólo quien experimenta el perdón
de Dios en el Sacramento de la Reconciliación, es capaz de
apreciar el perdón, fruto del exquisito amor de Dios Padre por
el hombre.
La Santa Madre Teresa nos pide que consideremos bien las
palabras del Padre nuestro en lo que se refiere a perdonar los
pecados así como Dios Padre nos perdona. “Pues tened
mucha cuenta, hermanas, con que dice: «como
12. perdonamos»; ya como cosa hecha, como he dicho. Y
advertid mucho en esto, que cuando de las cosas que Dios
hace merced a un alma en la oración que he dicho de
contemplación perfecta no sale muy determinada y, si se le
ofrece, lo pone por obra de perdonar cualquier injuria, por
grave que sea no estas naderías que llaman injuria no fíe
mucho de su oración” (CV 36,8).
VIERNES
Lecturas bíblicas
a.- Jos. 24, 1-13: Los saqué de Egipto, les di una tierra.
b.- Mt. 19, 3-12: Pregunta sobre el divorcio y la
continencia voluntaria.
El evangelio de hoy, nos habla de dos temas: el divorcio
(vv.3-9), y la continencia voluntaria (vv.10-12). Esta primera
enseñanza se centra en el tema del matrimonio y del divorcio,
tema clave de la vida cristiana y comunitaria, provocada por
los fariseos para ponerlo a prueba. Jesús responde a la tema
del divorcio volviendo la mirada a los orígenes de la historia
de la salvación los hizo hombre y mujer, se unirán y serán
una sola cosa (vv. 4-5; cfr. Gn.1, 27; 2,24). Los fariseos
responden con la concesión dada por Moisés por la dureza
de corazón de los hombres (Dt.24,1), pero al principio no fue
así, enseña Jesús, es necesario volver al proyecto original de
Dios, es decir, la indisolubilidad del matrimonio. Para los
discípulos de Cristo, hombres y mujeres, el matrimonio es un
modo nuevo de vida, quien se divorcia y se casa de nuevo
comete adulterio, excepto quien fornica, lo que se puede
13. referir al incesto o al adulterio. A la reacción de los
discípulos, Jesús explica que hay eunucos de nacimiento,
otros son hechos por los hombres y los que comprenden que
les ha sido dado poder renunciar al matrimonio por el Reino
de Dios. Son los que entrega su existencia totalmente por el
servicio al Reino de Dios.
De los propios labios de Teresa de Jesús escuchemos cómo
nos habla de su familia. “El tener padres virtuosos y
temerosos de Dios me bastara, si yo no fuera tan ruin, con lo
que el Señor me favorecía, para ser buena.” (V 1, 1)
SABADO
Lecturas bíblicas
a.- Jos. 24, 14-29: Elegid a quien queréis servir.
b.- Mt. 19,13-15: Dejad que los niños vengan a mí.
El evangelio se centra en la segunda enseñanza para la
comunidad, el tema de hacerse como niños. La imposición de
manos y la bendición de los niños, era común en la época de
Jesús; la podían hacer los padres y los rabinos. Este
evangelio nos muestra a Jesús, cómo con su afabilidad y
oración, atraía a las personas (cfr. Mt.14, 23; Mc. 1,35), en
este caso a los niños (cfr. Mt. 18,2). Se los llevan para que los
bendiga, a este buen deseo, lo acompaña la confianza en ÉL.
La fuerza de la bendición, que habían experimentado los
enfermos, también la conocerán los niños. Ellos necesitan la
protección de los mayores, y sobre todo de quien representa
a Dios. Jesús pone sus manos sobre ellos y ora por ellos, es
14. decir invoca la protección y gracia de Dios. Jesús no sólo se
conforma con se los traigan para bendecirlos, sino que les
asegura que el reino de los cielos, les pertenece a todos los
que tienen la actitud de los niños para recibirlo. Los niños, no
son excluidos de la llamada y de la promesa del Padre, al
contrario son destinatarios privilegiados del Reino de los
Cielos, por decisión divina, no por méritos. Los niños viven su
condición de pequeñez con humildad y naturalidad su
dependencia de sus padres. Esta pequeñez evoca en Jesús
la humildad radical, disposición indispensable para entrar en
el Reino de los Cielos. Los niños pueden comprender que
Dios los ama, que debe reinar en sus vidas y su voluntad se
debe hacer, guardando los mandamientos. Por esto Jesús los
bendice y recuerda la importancia de su presencia dentro de
la comunidad eclesial, y de la exigencia de hacernos como
niños (cfr. Mt.18,4.10). Pueden acercarse a participar al Santo
Sacrificio de la Misa y recibir el Cuerpo y Sangre de Cristo. Es
el Padre quien lo ha querido así, y el reino es de los que son
como ellos (cfr. Mt.11, 6). Son héroes de la fe y de la caridad
cristiana.
Santa Teresa de Jesús, desde su niñez conoció a Dios,
primero porque en su hogar se respiraba una sana piedad
cristiana y por tener padres virtuosos. “Lo que importa en la
niñez tratar con personas virtuosas” (V 1,2).
P. Julio González C.