El documento describe el paradigma sistémico y el enfoque holístico. Explica que el paradigma sistémico surge de la integración de los paradigmas estructuralista y cibernético y considera al ser humano y otros sistemas como conjuntos integrados de subsistemas. También describe que el enfoque holístico analiza los sistemas como un todo, reconociendo que las propiedades del sistema no pueden determinarse por la suma de sus partes debido a la interdependencia entre ellas.
CENTROIDES Y MOMENTOS DE INERCIA DE AREAS PLANAS.pdf
Sistema generalizado y paradigma sistémico
1. EL PARADIGMA SISTEMICO
La integración de estos dos paradigmas complementarios, que son el
estructuralista y el cibernético, empieza a construirse explícitamente a partir de
1958 para dar lugar al paradigma sistémico. Fue intuido de forma genial y
bautizado hacia 1930 por Ludwig von Bertalanffy como el Sistema
Generalizado
De un mismo objeto podrían establecerse muy diversos modelos, cada uno de
los cuales seria isomorfo al sistema generalizado y homomórfico con el objeto
percibido
El ser humano, como todo ser vivo, no es un agregado de elementos
yuxtapuestos; es un todo integrado que constituye un suprasistema dinámico,
formado por muchos subsistemas perfectamente coordinados: el subsistema
físico, el químico, el biológico, el psicológico, el social, el cultural, el ético-moral
y el espiritual. Todos juntos e integrados constituyen la personalidad, y su falta
de integración o coordinación desencadena procesos patológicos de
diferente índole: orgánica, psicológica, social, o varias juntas. Pero, cuando
funciona normalmente, exhibe una maravillosa coordinación de esos
subsistemas. Por esto, el ser humano es la estructura dinámica o sistema
integrado más complejo de todo cuanto existe en el universo.
En consecuencia, se trata de integrar nuestros conocimientos en el Paradigma
Sistémico, pues, como dice Ludwig von Bertalanffy, "desde el átomo hasta la
2. galaxia vivimos en un mundo de sistemas"; y esto, desde lo
inconmensurablemente grande hasta lo infinitesimalmente pequeño. La
actividad práctica nos pide una orientación que tienda a integrar el “pensa-
miento calculante” y el “pensamiento reflexivo” de que habla Heidegger, un
proceso día lógico en el sentido de que sería el fruto de la simbiosis de dos
lógicas, una “digital” y la otra “analógica”, implicando la acción de cada uno
de los dos hemisferios cerebrales. En efecto, el mundo en que hoy vivimos se
caracteriza por sus interconexiones a un nivel global en el que todos los
fenómenos son recíprocamente interdependientes. Y cualquier área que
nosotros cultivemos debiera tener en cuenta y ser respaldada por un
paradigma que las integre a todas.
El enfoque sistémico es indispensable cuando tratamos con estructuras
dinámicas o sistemas que no se componen de elementos homogéneos y, por
lo tanto, no se le pueden aplicar las cuatro leyes que constituyen nuestra
matemática actual sin desnaturalizarlos, la ley aditiva de elementos,
la conmutativa, la asociativa y la distributiva de los mismos, pues, en realidad,
no son “elementos homogéneos”, ni agregados,
ni “partes”, sino constituyentes de una entidad superior; las realidades
sistémicas se componen de elementos o constituyentes heterogéneos, y son lo
que son por su posición o por la función que desempeñan en la estructura o
sistema total; es más, el buen o mal funcionamiento de un elemento repercute
o compromete el funcionamiento de todo el sistema, como lo vemos en todos
los seres vivos y aun en todas las máquinas de la tecnología moderna.
Con la visión sistémica, aparece la filosofía y ciencia sistémicas, que eliminan
algunos mitos inhumanos, especialmente todos los derivados de la creencia en
la existencia de la perfección: las verdades absolutas, Dios, orden cósmico,
pareja ideal o “media naranja”, el fundamento de las ideologías clásicas y
consecuencias como la centralización, jerarquías, gobiernos, etcétera.
Holismo
El holismo es una posición metodológica y epistemológica que postula que los
sistemas (ya sean físicos, biológicos, sociales, económicos, mentales,
lingüísticos, etc.) y sus propiedades, no pueden ser determinadas o explicadas
como la suma de sus componentes sino deben ser analizados en su conjunto.
Es el sistema como un todo integrado y global el que en definitiva determina
cómo se comportan las partes; mientras que un mero análisis de estas no
puede explicar por completo el funcionamiento del todo. Esto es así porque el
holismo considera que el "todo" es un sistema más complejo que una mera
suma de sus elementos constituyentes o, en otras palabras, que su naturaleza
como ente no es derivable de sus elementos constituyentes.
De esta forma, el holismo resalta la importancia del todo como algo que
trasciende a la suma de las partes, destacando la importancia de la
interdependencia de éstas. Cabe mencionar que el holos (un término griego
3. que significa “todo” o “entero”) alude a contextos y complejidades que entran
en relación, ya que es dinámico.
Para la comprensión holística, el todo y cada una de las partes se encuentran
ligadas con interacciones constantes. Por eso cada acontecer está
relacionado con otros acontecimientos, que producen entre sí nuevas
relaciones y eventos en un proceso que compromete el todo.
La comprensión de los procesos y las situaciones debe tener lugar desde el
propio holos, ya que en su dinamismo, surge una nueva sinergia, ocurren
nuevas relaciones y se generan nuevos acontecimientos. Por lo tanto, el todo
es lo determinante, aun cuando este reconocimiento no impide que se
analice cada caso en particular.
El holismo se resume en la frase: "El todo es más importante que la suma de sus
partes", de Aristóteles.