Dejar en buenas manos: Una habilidad poco discutida
1. Dejar en buenas manos:
Una habilidad poco discutida
Este año mi mensaje que se deriva del “descubrimiento” que una experiencia personal me
ha permitido hacer. Por lo tanto, no es necesariamente objetivo, ni validado; más bien es una
propuesta, y ustedes decidirán si la aceptan o no.
Parecería que una de las buenas cualidades de un líder es tener todo bajo control, y la
administración nos provee de múltiples herramientas para hacerlo. Sin embargo, no
necesariamente nos prepara para perderlo súbitamente, y para el sentimiento de impotencia
ante la incertidumbre, los planes que no podemos cumplir, los proyectos a medias, etc.
Ustedes dirán que se resuelve con tener una buena estructura, con delegar, y saber hacerlo
es una cualidad deseada también. Una vez más creo la clave está en la confianza.
¿Cómo generar un sistema de confianza que cuando no podemos estar en control nos
asegure estar en buenas manos? ¿Cómo crear una red de buenas manos?
Hasta ahora, por lo menos así no lo he visto en ningún texto… Pero me ha hecho repensar la
oportunidad que tienen Ustedes en ESPAE al trabajar en equipo.
Tal vez no lo hemos planteado expresamente, pero entre las habilidades que se desarrollan
en el día a día durante los años de la maestría, el trabajo en equipo justamente facilita el
cultivo de las “buenas manos”, preparándolos para hacer lo mismo en sus sitios de trabajo,
en sus empresas.
Entonces, además de estar listos, dar oportunidades, construir comunidades de aprendizaje,
refiriéndome a mensajes de años anteriores, es importante que estén decididos a construir
un sistema que les permita como líderes o directivos, estar tras el telón. Algunos alumnos de
la Maestría en Gestión de Proyectos que se gradúan hoy seguramente recuerdan que, en
uno de los mensajes de bienvenida, decía que quienes hacemos ESPAE somos la música de
fondo, el leitmotiv de la película, en el proceso de aprendizaje; nunca me había puesto a
pensar que esto también sería deseable en la gestión de una empresa.
¿Y cómo lo hacemos? Sin que existan recetas, pasa por los procesos de selección y retención
de nuestros colaboradores, la construcción o el mantenimiento de una cultura
organizacional que invite a ser responsable, a colaborar, a tomar decisiones, entre otros
aspectos valorados por la empresa, etc. Así que sí, es parte de la gestión empresarial, y parte
de los conocimientos y habilidades que aprendemos en las maestrías; el reto, ponerlo en
práctica. Tendremos que agregar una nueva habilidad a discutir en clases “buenas manos”.
Virginia Lasio
Decana