Este documento resume la responsabilidad de los creyentes de presentar sus cuerpos a Dios como sacrificio vivo y de conocer y utilizar sus dones espirituales para servir al cuerpo de Cristo. Los creyentes deben renovar sus mentes y no conformarse al mundo, sino determinar y vivir de acuerdo a la voluntad de Dios. Al igual que en un cuerpo hay diversos miembros con diferentes funciones, los creyentes forman un solo cuerpo en Cristo y deben usar sus dones particulares para el beneficio de todos.
2024 - PPT - 10 Días de Oración - Orientaciones para uniones y campos - ESP...
Lección 11 - Doctrina y vida de la Iglesia
1. La responsabilidad del
creyente de presentar su
cuerpo (como un todo) al
Señor para servirle como
miembro del cuerpo de
Cristo.
Romanos 12:1-8
LECCIÓN # 11 – DOCTRINA Y VIDA DE LA IGLESIA
2. A. La responsabilidad de todos los creyentes
de presentar sus cuerpos a Dios
Romanos 12:1
Por tanto, hermanos, les ruego por las
misericordias de Dios que presenten sus cuerpos
como sacrificio vivo y santo, aceptable (agradable) a
Dios, que es el culto racional de ustedes.
(NBLH)
3. A. La responsabilidad de todos los creyentes
de presentar sus cuerpos a Dios
Romanos 12:2
Y no se adapten (no se conformen) a este mundo,
sino transfórmense mediante la renovación de su
mente, para que verifiquen cuál es la voluntad de
Dios: lo que es bueno y aceptable (agradable) y
perfecto.
(NBLH)
4. B. La responsabilidad de todos los creyentes de
conocer, aceptar y utilizar sus dones en
el cuerpo de Cristo.
Romanos 12:3
Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada,
digo a cada uno de ustedes que no piense de sí
mismo más de lo que debe pensar, sino que piense
con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha
distribuido a cada uno.
(NBLH)
5. B. La responsabilidad de todos los creyentes de
conocer, aceptar y utilizar sus dones en
el cuerpo de Cristo.
Romanos 12:4, 5
Pues así como en un cuerpo tenemos muchos
miembros, pero no todos los miembros tienen la
misma función, así nosotros, que somos muchos,
somos un cuerpo en Cristo e individualmente
miembros los unos de los otros.
(NBLH)
6. B. La responsabilidad de todos los creyentes de
conocer, aceptar y utilizar sus dones en
el cuerpo de Cristo.
Romanos 12:6-8
Pero teniendo diferentes dones, según la gracia que
nos ha sido dada, usémoslos: si el de profecía, úsese
en proporción a la fe; si el de servicio, en servir; o el
que enseña, en la enseñanza; el que exhorta, en la
exhortación; el que da, con liberalidad (con sencillez);
el que dirige (presta ayuda), con diligencia; el que
muestra misericordia, con alegría.
(NBLH)
Notas del editor
Lea 12:1. Al terminar su explicación en los capítulos 9 al 11 acerca del trato de Dios con la nación de Israel, Pablo les recuerda a los creyentes romanos lo que había enseñado en los capítulos 3 al 8 acerca de las cosas maravillosas que Dios en Su misericordia ha hecho para todos Sus hijos.
En el capítulo 3, Pablo enseñó que hemos sido justificados. Dios ha perdonado todos nuestros pecados, y Él nos ha cubierto con Su justicia en el Señor Jesucristo para que estemos siempre en paz, o en unidad, con Dios. Lea 5:1.
En el capítulo 6, Pablo enseñó que el Espíritu Santo nos separó de nuestra vieja posición en Adán y nos bautizó en el Señor Jesús (nos “sumergió en él”, nos hizo parte de él).
En el capítulo 7, Pablo enseñó que, al morir juntamente con el Señor Jesús, también hemos sido separados de la jurisdicción, o de la autoridad, de la Ley. Ya no estamos casados con la Ley. Ahora estamos casados con el Señor Jesús.
Puesto que el Señor Jesús pagó todo lo que la Ley demandaba de nosotros, nunca seremos condenados. Lea 8:1. Ahora que pertenecemos al Señor Jesús, el Espíritu Santo vive en nosotros y nos capacita para vivir de tal manera que agrademos a Dios.
Lea 12:1 otra vez. Al recordar todo lo que Dios en Su misericordia ha hecho para cada uno de Sus hijos, nos parecerá el paso lógico, inteligente, y correcto dar cada parte de nuestros cuerpos al Señor para que Él lo controle. Fue precisamente esto lo que dijo Pablo en los capítulos 6 y 8. Lea 6:11-13, 8:12,13.
Pablo continuó en el capítulo 12, versículo 2, con estas palabras: “Y no os conforméis a este siglo”. Cuando vierten la mezcla líquida de una gelatina, y luego la meten a la nevera, al endurecerse la mezcla, toma la forma del molde en donde la hayamos vertido. Esto ilustra lo que Pablo dijo que no debemos hacer. No debemos permitir que nos moldeen ni las costumbres ni la manera de pensar de este mundo. Si pensamos y actuamos como los que todavía están en Adán, nuestras vidas se parecerán a las vidas de los de este mundo que son guiados por Satanás. No debemos pensar, hablar ni actuar como los de este mundo, ni parecernos a ellos.
¿Cómo podemos asegurar que nuestra vida externa no sea moldeada o formada según el patrón de este mundo? Lea 12:2. Podemos hacerlo si permitimos que nuestro entendimiento sea cambiado por la Palabra de Dios para que no pensemos ni entendamos las cosas según la manera de pensar del mundo, sino a la manera de Dios.
Al entender y pensar tal como piensa Dios y presentar nuestros cuerpos a Su servicio, sabremos cuál es Su voluntad para nuestras vidas y estaremos de acuerdo con Él.
Lea 12:3. Todo creyente debe aceptar la voluntad y el plan del Señor para su vida y no tratar de hacer ni ser algo más grande de lo que el Señor quiere que sea. No debemos tener una opinión exagerada de nuestra propia importancia sino debemos entender que el Señor nos ha dado a cada uno un trabajo por realizar para Él y que Él nos capacita para lograrlo por el Espíritu Santo que vive en nosotros.
Lea 12:4,5. Pablo usó el cuerpo físico como ilustración para explicar su idea. Dios puso en nuestros cuerpos muchas partes, y en cada parte puso la capacidad de hacer un trabajo diferente. ¿Tienen el derecho los pies de enojarse porque no pueden escuchar tal como los oídos? ¿Tienen el derecho los ojos de ponerse celosos porque no pueden recoger algo como lo hacen las manos? ¡No! Dios le ha dado a cada parte su propio trabajo. También es así en el Cuerpo de Cristo. Todos los creyentes son parte de Su Cuerpo, Su Iglesia, y debemos aceptar la posición que el Señor nos ha dado en Su Cuerpo.
Así como nuestros cuerpos tienen muchas partes diferentes y cada parte trabaja para ayudar al cuerpo entero, también el Señor le ha dado diferentes habilidades a cada uno de Sus hijos para que puedan ayudar y fortalecer a Su Cuerpo, que es Su Iglesia.
Cada uno de nosotros debe dejar que el Señor le enseñe para que pueda saber cuál es el lugar que Él le ha dado en Su Cuerpo. Debemos trabajar juntos para ayudarnos los unos a los otros a hacer la voluntad del Señor aquí en la tierra.
Comenzando con el versículo 6, Pablo mencionó algunas de las habilidades que el Señor les ha dado a los miembros de Su Cuerpo. El Señor nos da dones a nosotros, Sus hijos, por el Espíritu Santo que vive en nosotros. Lea 12:6-8.
Explicar el significado de cada don de acuerdo las Escrituras y el contexto histórico de la Iglesia primitiva y contemporánea.