modelo de flujo maximo unidad 4 en modelos de optimización de recursos
Mba politicas educacion superior inocencio melendez
1. UNIVERSIDAD DE LOS ANDES
FACULTAD DE ADMINISTRACION
MBA-GESTION PÚBLICA
POLITICAS PÚBLICAS EN EDUCACION SUPERIOR
Jorge Hernán Cárdenas S.
María Lorena Gutiérrez B.
INOCENCIO MELENDEZ JULIO
Noviembre 18 de 2003.
EJERCICIO No. 2.
Usted es Rector de una Universidad de tamaño medio y un nivel de calidad
moderado, aunque no de nivel crítico. Usted presenta en el contexto de una
agremiación del país sus preocupaciones con respecto al modelo de aseguramiento,
la calidad en el uso del mismo, la forma en que puede inhibir el desarrollo
institucional del sector de Educación Superior y la posible invasión en la órbita de
autonomía. En este contexto usted recibe el encargo de plantear en 2 o 3 hojas sus
principales críticas y recomendaciones al sistema de aseguramiento de la calidad.
En Colombia, de conformidad con el artículo 69 constitucional y la Ley 30 de 1992, la
Instituciones de Educación Superior gozan del principio de autonomía universitaria, que
consiste en la facultad de las IES para desarrollar libremente la enseñanza, la investigación y
demás funciones de la Educación Superior, sin que el Estado interfiera en la orientación
ideológica, la libertad académica, administrativa y económica, en la designación de las
autoridades académicas, administrativas, en la creación, organización y desarrollo de
programas académicos, la definición de labores formativas, académicas, docentes,
científicas, culturales y en la facultad de otorgar los títulos correspondientes, selección de
profesores, admisión de alumnos, adopción de regímenes, establecimiento, arbitraje y
aplicación de recursos para el cumplimiento de su misión social y de su formación
institucional.
Existe una tensión existente entre autonomía y facultades de inspección y vigilancia de las
autoridades de educación superior, en donde ésta última se ocupa de supervisar la calidad
de la instrucción, el manejo ordenado de la actividad institucional y la observancia de las
políticas educativas consignadas en la ley, con los límites que le impone el principio de
autonomía universitaria, ya que ésta debe moverse dentro de los límites que le permite la
fijación de unas pautas mínimas para que la enseñanza superior responda a las expectativas
y a las necesidades sociales de conocimiento e investigación y aplicación de los mismos. Por
su parte, la autonomía tiene una doble dimensión: De una parte es un principio
constitucional en garantía de la calidad de la educación, pero también un derecho cuyo
titular son las IES y los miembros de los estamentos educativos, deben sintonizarse con
las potestades públicas de las autoridades públicas, con el fin de que con la inspección y
vigilancia se pueda asegurar el crecimiento de los niveles de la educación superior en las
condiciones de la mas alta calidad con miras hacia la acreditación, sin que la IES abusen de
la autonomía universitaria y las autoridades de educación superior tampoco invandan eses
escenario en aras de la realización de la inspección y vigilancia. Ambas facultades debe estar
en su justo equilibrio para la realización de los fines y funciones del Estado.
La autonomía universitaria, dentro del marco de la Constitución y la Ley no se puede
oponer a las potestades públicas de inspección y vigilancia de educación superior, ya que
ésta última es un instrumento para asegurar la garantía de la mencionada autonomía, y no
2. puede convertirse en un medio para ocultar o mantener la mediocridad y a cualquier precio
los programas y la calidad de la educación superior en el país, sino por el contrario debe ser
un punto de partida y de apalancamiento de las instituciones para crecer en calidad y en
aseguramiento de los mismos.
Represento como Rector, a la Corporación Universidad Francisco Jiménez de Quezada,
con sede en Bogotá, diez años de funcionamiento, con personería jurídica No. 1234 de
Enero 15 de 1991, y registro ante el ICFES de los siguientes programas: Medicina,
Derecho, Administración, Economía, Contaduría, Ingeniería Civil, Mecánica,
Industrial, Química, Electrónica y Teología. A nivel de postgrados contamos con
Especializaciones en Finanzas, Mercadeo, Economía del medio ambiente,
especializaciones en Cardiología, Cirugía y en Derecho Administrativo. Nuestra
población estudiantil es de dos mil estudiantes de pregrado y trescientos de postgrado.
Esta IES como otras en de sus mismas características avanza en el proceso de acreditación
para el aseguramiento de la calidad de nuestros programas, aunque con dificultades en el
sentido, que contamos con recursos escasos, debido a los niveles pecuniarios de las
matrículas que cobramos a los estudiantes, que son los únicos ingresos de nuestras
instituciones. El nivel económico de nuestros estudiantes, es de estrato tres y cuatro y
dentro de nuestro objeto social está el de brindar educación de buena calidad a estos
sectores de la sociedad. Por lo anterior, nos proponemos maximizar nuestros recursos para
ese fin, con las dificultades que ofrece el medio natural por las limitaciones de orden
financiera y las exigencias apremiantes de las autoridades de educación superior.
Como sabemos, la acreditación es un proceso de autoevealuación institucional y evaluación
mediante el cual el Estado verifica la calidad de la educación que ofrecen las IES con miras
a establecer si estas realizan o no sus objetivos, ya de manera voluntaria cuando éstas
demuestren altos niveles de rendimiento y obligatoria para la presentación de estándares
mínimos de calidad para programas de Ingeniería, Medicina, Derecho, Arquitectura,
Economía, Comunicación e Información, Administración, Contaduría Pública, psicología,
Ciencias Exactas, Naturales y especializaciones médicas y quirúrgicas en medicina. A lo
anterior, se le agrega que si estos programas no tienen acreditación voluntaria, se le otorga
un plazo de dos años para que lo hagan con el fin de asegurar la mayor calidad, sin
necesidad de acudir a la acreditación obligatoria, salvo para los programas de Educación,
que exige acreditación previa que pretende garantizar que los docentes cumplan con los
requisitos básicos.
Nuestras instituciones, requieren insertarse en el marco de la acreditación voluntaria, sin la
asfixia y los apremios de las autoridades de educación superior, que de una parte nos
recuerdan que el proceso es voluntario, pero por otra nos imponen una camisa de fuerza
para que nos acreditemos, cuando nuestras instituciones hasta ahora se encuentran en un
nivel de calidad medio y avanza hacia el afianzamiento de mayores estándares de calidad, lo
cual a nuestro juicio es castrar de un solo tajo el desarrollo de nuestras potencialidades y
evita que en el futuro nos consolidemos, ya que nuestras instituciones llevan sus propios
procesos que no pueden dar frutos reales en el inmediato futuro.
Una Acreditación con responsabilidad debe superar informes maquillados en el papel,
distantes de la realidad académica. Por ello, consideramos que las autoridades de educación
superior, que sabemos gozan de facultades para ejercer inspección y vigilancia deben
acompañar nuestras instituciones en estos procesos de acreditación y en la formulación,
implementación, retroalimentación y evolución de los planes de aseguramiento de la calidad
3. de la educación superior, sin que se entienda la inspección y vigilancia como un
instrumento que está por encima de la autonomía universitaria, porque dejaría de ser
acreditación voluntaria.
Es por ello, que las autoridades de educación superior deben fomentar los procesos de
acreditación de las instituciones y de sus programas, así como la adopción y control de los
planes y programas de aseguramiento de la calidad, pero manteniéndose en los límites que
le impide incursionar en el escenario propio de la autonomía universitaria, sin que ello
conduzca a la ausencia total de intervención en aquellas instituciones en donde la educación
es de mala calidad, ya que como lo señalaba el Ex Ministro Francisco Lloreda, “una
educación de mala calidad es un engaño social, económico y político.
El modelo actual diseñado para el aseguramiento de la calidad comprende lo siguiente: a)
Estándares básicos de calidad (registro certificado); b)Planes de mejoramiento; c)
Acreditación de Excelencia y Seguimiento a estudiantes y egresados. Sus componentes son
muy rígidos, y ello hace que nuestros programas no se desarrollen en un escenario propio y
con sus particularidades, sino que debe obedecer a los parámetros diseñados por las
autoridades de educación superior, a mi juicio bastante preocupante porque entra en las
órbita propia de la autonomía universitaria sobre el tipo de enseñanza que diseña y quieren
impartir las instituciones de educación superior.
En mi sentir, los estándares para el aseguramiento de la calidad de la educación superior en
Colombia, son muy exigentes, y deben ser definidos con base en la realidad del país, es
decir, sin sacrificar la calidad de la educación superior deben tener en cuenta los procesos
administrativos, académicos y económicos con los que deben contar las instituciones para
llegar hacia la implementación de un plan de aseguramiento de la calidad de la educación
superior, de tal manera que se pueda establecer por niveles, en la medida en que las
instituciones van avanzando en cada uno de los procesos antes mencionado, siempre que
les permitan permanecer en el mercado con unos estándares de calidad mínimos que no
sacrifique a los estudiantes en su formación académica, ya que no se está incurriendo en
permisión a la mediocridad, sino gradualidad en la obtención de los niveles máximos de
calidad requerida, partiendo de unos mínimos que deben ser el punto de partida y no de
llegada como hasta ahora.
De otra parte, sugerimos que los sistemas de aseguramiento de la calidad tenga un foco
bien definido, de tal manera que identifique unos actores principales sobre los cuales debe
ocuparse el plan de aseguramiento de la calidad y los aspectos concretos de cada uno de
ellos que deben fortalecerse, tales como el diseño y contenido de los programas tanto de
pregrado como de postgrados, los recursos que ofrecen las instituciones dentro de los que
se incluyen los profesores y el perfil de los egresados, con una visión concretas y no con
una indefinición con la que contamos actualmente, en donde se plantean unas exigencias
generales que en ocasiones no se tiene bien claro a que apunta.
Nuestra institución a mi juicio, se encuentra dentro de los niveles medios de calidad, lo que
implica que con el sistema que hoy tenemos, la acreditación y el plan de aseguramiento de
la calidad es la meta a llegar, sin que ello implique que estemos mal, pues es evidente que de
haberse graduado los sistemas de acreditación desde hace ya bastante rato habríamos
superado esos estándares mínimos de calidad, avanzando ahora en una segunda etapa hacia
la máxima calidad.
4. Pero con lo que hasta ahora contamos, es preciso señalar, que las autoridades de educación
superior deben procurar fomentar la acreditación y el aseguramiento de la calidad de
educación superior, sin que pongan en tela de juicio aquellas instituciones que hasta ahora
estamos avanzando hacia esa meta, por nuestras limitaciones de recursos, pero que en
todo caso no podemos crecer en demanda de cupos como medio para aumentar nuestros
ingresos para financiar el plan de desarrollo institucional y dentro de éste el plan de
aseguramiento de la calidad de nuestros programas, porque de esa manera, el remedio sería
peor que la enfermedad, ya que con los niveles medios de aseguramiento de la calidad, no
podríamos responder a una demanda que podría poner en peligro los niveles con los que
hasta ahora contamos, por aquello de que no estamos preparados para ofrecer una
capacidad real de respuesta a mayor a la mayor demanda educativa.
Con lo que tenemos hasta hora, es suficiente para lograr la meta bastante ardua y exigente,
es decir, con los recursos económicos, humanos, académicos y físicos, pero desde ya
sentamos nuestra posición: Fomento y estímulo sí, sin que las autoridades de educación
superior entiendan que las potestades de inspección y vigilancia que persiguen el
aseguramiento de la calidad de la educación superior debe borrar de un salo tajo el
principio de autonomía universitaria, que implica que las instituciones de educación
superior deben administrar sus recursos orientados hacia la excelencia académica a través
de procesos propios que le permitan crecer en materia administrativa, financiera,
académica, en planta física, en estudiantes, en egresados, en programas de pregrado y
postgrados como un acto de convicción que debe ser acompañado de manera racional por
el Estado, dentro de criterios razonables de estándares de calidad y que los máximos sean el
punto de llegada y no como hasta hoy, donde los parámetros de llegada, además de ser
indefinido son los mínimos que se exigen por parte de las autoridades de educación
superior colombianas.
Por último, observamos que nuestras instituciones, son estigmatizadas por parte de las
evaluaciones e informes que rinden las mismas autoridades de educación superior,
desconociendo que nuestras IES no son mediocres, sino que por el contrario, contiene
excelentes programas académicos que avanzan hacia su consolidación, que no es otra cosa
que el proceso de de implementación y evaluación del plan de aseguramiento de la calidad
total. Las IES son un proceso que se han venido construyendo y un día, las que tiene
niveles superiores de aseguramiento de la calidad, partieron y avanzaron como nosotros.