El sentido del olfato: Células, receptores y enfermedades
1.
2. El olfato es el sentido encargado de
detectar y procesar los olores.
Es un quimiorreceptor en el que actúan
como estimulante las partículas
aromáticas u odoríferas desprendidas de
los cuerpos volátiles
4. Las sustancias odorantes son compuestos
químicos volátiles transportados por el
aire. Los objetos olorosos liberan a la
atmósfera moléculas que percibimos al
inspirar.
Las células olfativas sensoriales, las
células de sostén y las células basales.
5. Los 20 o 30 millones de
células olfativas
humanas contienen, en
su extremo anterior,
una pequeña cabeza
con cerca de 20
pequeños filamentos
sensoriales (cilios).
6. El moco nasal acuoso transporta las
moléculas aromáticas a los cilios con
ayuda de proteínas fijadoras.
Las prolongaciones nerviosas de las
células olfativas alcanzan el bulbo
olfatorio a través de micro-orificios del
cráneo
7. El bulbo es una
porción anterior del
cerebro, que se
ocupa de la
percepción de los
olores.
Estas
prolongaciones
nerviosas terminan
en los glomérulos
8. La información llega primero al sistema
límbico y al hipotálamo. Regiones
cerebrales ontogenéticamente muy
antiguas.
Responsables de las emociones,
sentimientos, instintos e impulsos.
9. Por este motivo, los olores pueden
modificar directamente nuestro
comportamiento y las funciones
corporales.
Sólo más tarde parte de la información
olorosa alcanza la corteza cerebral y se
torna consciente.
10. Los receptores químicos del olfato son:
La glándula pituitaria roja: Se ubica en la parte inferior de
la fosa nasal y está recubierto por numerosos vasos
sanguíneos que calientan el aire.
La glándula pituitaria amarilla: Se ubica en la parte
superior de las fosas nasales y presenta tres capas:
◦ Células de sostén
◦ Células olfativas
◦ Células basales
11. Las células olfatorias
son células nerviosas
receptoras de
estímulos químicos
provocados por los
vapores.
En la pituitaria amarilla
se encuentran las
glándulas mucosas de
Bowman, que libera un
líquido que mantiene
húmedo y limpio el
epitelio olfatorio.
12. Para estimular estas células es necesario
que las sustancias sean volátiles, es decir,
han de desprender vapores que puedan
penetrar en las fosas nasales.
También que sean solubles en agua para
que se disuelvan con la mucosidad y
lleguen a las células olfatorias.
13. Éstas células olfatorias transmiten un
impulso nervioso al bulbo olfatorio y de
este a los centros olfatorios de la corteza
cerebral.
Aquí es donde se aprecia e interpreta la
sensación de olor.
14. Se cree que existen 7 tipos de células
olfatorias, cada una de las cuales sólo es
capaz de detectar un tipo de moléculas,
éstas son:
Alcanforado: olor a naftalina.
Almizclado: olor a almizcle.
Floral.
Mentolado.
Etéreo: olor a fluidos de limpieza en seco.
Picante.
Pútrido.
15. Hiposmia es la reducción de la
capacidad de detectar los olores.
Anosmia es la pérdida del olfato. Uno
de los primeros síntomas en su detección
es que las personas que la padecen no
sienten el sabor de sus comidas y
encuentran toda sustancia insípida (sin
sabor).
Esto sucede por la conexión que posee el
sentido del gusto con el olfato. Suele
ocurrir por trastornos químicos y,
generalmente, por traumatismos
craneales.
ENFERMEDADES
OLFATIVAS
16. Sinusitis: Ocurre cuando la
mucosa de los senos
paranasales se inflama y los
residuos de polvo en la nariz
quedan atrapados en los
senos paranasales.
Esto produce malos olores al
dejar salir paulatinamente
estos desechos, está
acompañada de dolor en la
cabeza.
Algunos de sus síntomas son
fuertes dolores de cabeza y
fluido constante de
secreciones purulentas.
Usualmente se manifiesta
cuando despreocupamos un
resfrío.
17. Rinitis afecta a la mucosa
nasal y dependiendo de la
época, puede ser un
síntoma de alergias (si
ocurre en primavera,
puede revelar alergias al
polen o al polvo).
Ocasiona estornudos,
obstrucción, secreciones
nasales y, a veces, falta
de olfato.
18. Pólipos son tumores
que aparecen en las
membranas de las
mucosas irritadas,
generalmente por
resfriados frecuentes.
Cuando estos
obstruyen la fosa nasal
o producen dolor,
deben ser extraídos
mediante una
intervención quirúrgica.
19. Es posible observar, a
grandes rasgos, tres
grupos de daños al
olfato:
Daños químicos,
cambios del tejido y
daños físicos.
Los daños químicos se
deben a factores
exógenos en este caso a
productos químicos que
pueden producir efectos
temporales o
permanentes, tal es el
caso de respirar vapores
corrosivos.
20. Los cambios del tejido
se pueden deber a
enfermedades, atrofia,
etc.; es decir, factores
endógenos.
Los factores físicos
incluyen el daño
mecánico,
(operaciones) y
alteraciones en el
cerebro por golpes.
21. Los factores que
suelen desencadenar
una enfermedad en el
olfato son:
Infecciones en los
senos paranasales.
Trastornos hormonales
y problemas dentales.
Exposición a agentes
químicos.
22. Existe un concepto
interesante llamado fatiga
olfativa, el cual consiste en
que, tras cierto tiempo en
presencia de un tipo de
olor, dejamos de percibirlo.
Es de tomarse en cuenta
para evitar accidentes,
especialmente con el gas
que lleva mercaptanos para
detectar su presencia.