La moraleja de la parábola, no es la perseverancia de la viuda, sino la certeza de ser escuchados. Al fin y al cabo Dios es muy distinto del juez impío.
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Parabola: La Viuda y el Juez Injusto
1. Parábola De La Viuda Y El Juez Injusto
Lucas 18:1-8
También les refería Jesús una parábola sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, diciendo:
Había en una ciudad un juez, que ni temía a Dios, ni respetaba a hombre. Había también en aquella
ciudad una viuda, la cual venía a él, diciendo: Hazme justicia de mi adversario.
Y él no quiso por algún tiempo; pero después de esto dijo dentro de sí: Aunque ni temo a Dios, ni
tengo respeto a hombre, sin embargo, porque esta viuda me es molesta, le haré justicia, no sea que
viniendo de continuo, me agote la paciencia. Y dijo el Señor: Oíd lo que dijo el juez injusto. ¿Y
acaso Dios no hará justicia a sus escogidos, que claman a él día y noche? ¿Y está esperando con
longanimidad en cuanto a ellos? Os digo que pronto les hará justicia. Pero cuando venga el Hijo del
Hombre, ¿hallará fe en la tierra?
La parábola es una historia que se basa en contrastes más que en comparaciones. La
disposición de Dios para impartir justicia contrasta con la renuencia del juez injusto de otorgarla, la
cual dispensa por desesperación ante la insistencia de la viuda.
Por: Jorge Romero Díaz
2. Esta parábola es sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar, y también resalta el deseo y
la disposición de Dios; por otro lado, nosotros no somos como la viuda, sino miembros del propio
cuerpo de Cristo (Su novia). De ahí que podamos esperar que el Juez Justo, el Padre, nos conceda
nuestras peticiones.
Esta parábola tiene dos personajes:
1) El juez, que parece no haber sido un juez judío. Todas los pleitos judíos ordinarios se
llevaban a los ancianos, y no a los tribunales públicos. Según la ley judía, si se llevaba una causa a
litigio, un solo hombre no constituía un tribunal. Había siempre tres Jueces: uno por cada una de las
partes, y otro independiente.
Este juez parece haber sido uno de los magistrados pagados nombrados por Herodes o los
Romanos, y que ellos mismos eran todo un caso. A menos que el demandante tuviera influencia o
dinero para sobornar al juez, no se podía esperar un veredicto. Se decía que estos Jueces pervertían
la justicia «por un plato de lentejas» Hasta se hacían chistes con su nombre, que era dayyané-
guezerot, que quería decir Jueces de faltas, y lo cambiaban por dayyané-guezelot, que quería decir
"Jueces bandidos».
2) La viuda era el símbolo de todos los pobres y marginados. Estaba claro que, como no tenía
recursos de ninguna clase, no podía esperar que tal juez le hiciera justicia. Pero tenía un arma: la
insistencia. Es posible que lo que el juez temiera fuera la violencia física. La palabra traducida
como " me agote la paciencia» es “Ypopiazo” que quiere decir " me ponga un ojo morado». Se le
podía cerrar el ojo a un juez de dos maneras: o sobornándole, o pegándole un puñetazo. Puede ser
que sea simplemente un decir del juez, o que realmente temiera que si no le hacia justicia, la viuda
airada se lanzara sobre el y le dejara un ojo morado. El caso es que la insistencia consiguió su
objetivo.
En el versículo 7b la RV1960 dice:«¿Se tardará en responderles?»; esta frase es discutida en su
sentido preciso:
Los expertos en griego del NT como A.T. Robertson lo traduce «y con todo es muy paciente«
ademas comenta: “esta parte de la pregunta es positiva, no interrogativa”.
Otro experto; Robert Hanna dice que significa: «a pesar de su paciencia, o de su dilación del
juicio».
La traducción del texto griego por el extinto Dr. Francisco Lacueva dice: «¿y Dios no hará la
defensa de sus escogidos quienes claman a él día y noche, y será paciente con ellos?, la palabra
traducida aquí “defensa” significa: “venganza que viene procedente de justicia”
Los v. 7b y 8 ofrecen dificultades de explicación. ¿Se ha de leer el v. 7b como respuesta a la
pregunta de 7a? En este caso, el párrafo se cerraría con una afirmación («y hasta será magnánimo
Por: Jorge Romero Díaz
3. con ellos», es decir, con los elegidos, difiriendo el juicio solo por compasión con su flaqueza).
Si 7b se inserta todavía en la pregunta, se podrá traducir: ¿Es que Dios no hará justicia... y
mostrará longanimidad con ellos (los elegidos) ? O bien, como arriba «¿...aunque les haga esperar?»
En el v. 8a «prontamente» puede interpretarse también «de improviso» (los acontecimientos finales
se harán esperar todavía largo tiempo). SA
Sí, ante esa oración perseverante, Dios nos hará justicia, empero será cuando Él lo considere
conveniente, la cual puede ser prontamente, o nos hará esperar como Él es paciente con nosotros.” o
como dice Gehard Kittel “porque los propios elegidos necesitan un intervalo de gracia para la fe y
la oración”. Es un modo hiperbólico de asegurar la certeza del logro de esa oración (Isa_65:24).
Cuando venga el Hijo del Hombre, ¿hallará fe en la tierra?, una mejor traducción es: «¿qué?, ¿va
a encontrar esa fe en la tierra?» NBE. Es decir, la fe que inspira una oración persistente. Enfatiza la
importancia de perseverar en la oración a la luz de la inminente venida del “Hijo del Hombre” (cp.
Luc.17:22–37). La lección de la perseverancia es la misma de la parábola en 11:5–13.
Esto lo añade el Señor para dar a conocer que si la fe falta, la oración es inútil. Por tanto, cuando
oremos, creamos y oremos para que no falte la fe. La fe produce la oración y la oración produce a
su vez la firmeza de la fe. San Agustín.
Esta parábola se parece a la del Amigo Importuno (Luc_11:5-10 ). No compara a Dios con un
juez injusto, sino le contrasta con tal persona. Jesús está diciendo: " Si al fin y al cabo se puede
hacer que un juez rapaz e injusto le haga justicia a una viuda por cansancio, ¡cuánto más Dios, que
es un Padre amante, les dará a sus hijos lo que necesitan!
El quid, la moraleja de la parábola, no es la perseverancia de la viuda, sino la certeza de ser
escuchados. Si un hombre tan impío y desconsiderado como este juez, por puro egoísmo, por temor
a que la viuda perdiera la paciencia y le dejara un ojo morado, se deja mover a hacer justicia,
¿cuánto más escuchará el Señor las súplicas por socorro de sus elegidos? Al fin y al cabo Dios es
muy distinto del juez impío.
Insistir en nuestras oraciones hasta obtener respuesta no significa una repetición sin fin, ni estar
en reuniones de oración prolongadas y tediosas. La oración perseverante implica ser constantes en
nuestras peticiones delante de Dios, viviendo en El de día en día, con la certeza de que responderá.
Cuando vivimos por fe, no debemos rendirnos. Dios puede demorar su respuesta, pero siempre
tendrá buenas razones y no debemos confundirlas con negligencia de su parte. Al persistir en la
oración, crecemos en carácter, fe y esperanza.
Nuestro Señor Jesús nos dice que no tenemos que desanimarnos en la oración, No nos cansemos
nunca de orar, y jamas nos faltará la fe, una vez que le hemos presentado a Dios nuestras peticiones
en oración, añadamos: "¡Hágase tu voluntad!»
Por: Jorge Romero Díaz