2. POSVERDAD (SEGÚN WIKIPEDIA)
• Posverdad2 o mentira emotiva es un neologismo3 que describe la situación en la
cual, a la hora de crear y modelar opinión pública, los hechos objetivos tienen
menos influencia que las apelaciones a las emociones y a las creencias
personales.4 En cultura política, se denomina política de la posverdad (o política
posfactual)2 a aquella en la que el debate se enmarca en apelaciones a
emociones desconectándose de los detalles de la política pública y por la
reiterada afirmación de puntos de discusión en los cuales las réplicas fácticas -los
hechos- son ignoradas. La posverdad difiere de la tradicional disputa
y falsificación de la verdad, dándole una importancia "secundaria". Se resume
como la idea en “el que algo aparente ser verdad es más importante que la
propia verdad”.5 Para algunos autores la posverdad es
sencillamente mentira, estafa o falsedad encubiertas con el término
políticamente correcto de posverdad que ocultaría la
tradicional propaganda política678 y el eufemismo de las relaciones públicas y
la comunicación estratégica como instrumentos de manipulación y propaganda.9
3. LA DISPUTA FILOSÓFICA.
• Consiste en oponer las diferentes ideas (o tesis) que se pueden
sostener acerca de un determinado asunto.
• Una forma de defender la solidez de una idea o afirmación es
defenderla frente a la idea opuesta ¿Qué argumentos puede tener
quien niega nuestra idea? ¿Con qué argumentos puedo yo defender
mi idea?
• El debate filosófico (o científico) tiene como objetivo encontrar la
verdad acerca de un asunto, desterrando las ideas falsas. No se trata
de callar al oponente ni de conseguir el aplauso de la mayoría.
4. El valor del debate para buscar la verdad
• Hoy en día el debate científico (o filosófico) es una práctica de gran
importancia. Por ejemplo, son debates la defensa de las tesis doctorales
(nivel máximo de la vida escolar, que acredita la capacidad investigadora de
una persona)
• En el siglo X el filósofo cordobés Ibn Hazm defendió el debate y el contraste
de ideas como un medio imprescindible para buscar la verdad.
• Ibn Hazm afirmaba por ejemplo que “la verdad sólo es posible cuando hay
una investigación concienzuda, y esta sólo es posible cuando se promueve
el estudio de todas las opiniones y tesis, se reflexiona sobre la naturaleza
de las cosas, se escuchan y consideran los distintos argumentos de los
teóricos y se estudian las religiones, las creencias, los grupos, las sectas, las
preferencias de la gente y aquello en lo que difieren y se leen sus libros”
5. Debate filosófico vs debate sofístico
• Ibn Hazm distingue el debate riguroso, en el que se busca la verdad y en el
que los participantes han estudiado y considerado atenta y seriamente la
cuestión antes de empezar a debatirla, y el debate meramente sofístico en
el que quienes disputan “son personas ignorantes o gente que expone
argumentos sofísticos…. [este debate] sólo aumentará el alboroto, los
engaños, los gritos y la violencia y lo único que traerá son prejuicios y
ninguna utilidad. [En un “debate” así] el ignorante que busca saber se
apresurará probablemente a creer todo lo que oye sin que se le haya
demostrado correctamente. El resultado será que arruinará su inteligencia
al aceptar esas creencias absurdas. Y si un sabio que conoce la verdad
racional presencia esta disputa criticará la lógica del falso debate con
tristeza y enojo…. Y tal vez cause un beneficio en quien lo escuche”.
6. La dificultad de la verdad. Método para conocerla
• Al igual que Platón, Ibn Hazm cree que la verdad es difícil, para conseguirla hay dos
caminos (en griego, dos métodos) complementarios: el estudio y la consideración de
distintas opiniones:
• “Sin el testimonio de los libros no se podrá llegar a distinguir al sabio del ignorante.
La arrogancia y la presunción caen ante la unanimidad de los sabios, ante la
anotación y la recopilación de lo que hemos oído de ellos; la dependencia de los
libros y el tintero son como las manos y los brazos del que estudia, que se interesará
por los países civilizados en los que hay ciencia, por encontrarse con los que disputan
acerca de los distintos saberes y por participar en sus discusiones. Pues con esto
salen a la luz las verdades, ya que quien habla desde sí mismo y sus convicciones, no
es como quien habla desde otro, igual que una madre que ha perdido un hijo no es
como las plañideras que contrata. Y quien sólo ha escuchado a un único sabio, está
muy cerca de no obtener ningún provecho, pues sería como quien solamente bebe
de un único pozo: tal vez ha elegido uno de agua salobre y turbia y ha dejado el de
agua dulce. En el combate de las opiniones y en la disputa con los rivales se distingue
lo falso de lo verdadero, y no hay otra forma de conseguir esta meta”.
7. Reglas del debate
• No hablar sin conocimiento del tema que se va a tratar (excepto para preguntar)
• Distinguir los hechos de las opiniones; lo demostrado de lo que no está demostrado.
• Estar dispuestos a rectificar nuestras opiniones cuando se nos demuestran hechos que
las contradicen.
• No cortar a nuestro interlocutor.
• Dejar hablar con libertad a nuestro oponente.
• Considerar con atención y respeto las objeciones de nuestro oponente, entendiéndolas
como una ayuda indispensable para llegar a la verdad.
• No cambiar de tema.
• Ser conciso y, a la vez completo. Evitar las repeticiones inútiles.
• No confundir lo demostrado con la opinión de la mayoría, con la opinión tradicional o
con la opinión de alguna personalidad reconocida.
• Distinguir la incapacidad de nuestro oponente para demostrar su tesis de la verdad o
falsedad de dicha tesis. Animar a nuestro oponente a exponer sus argumentos de la
manera más sólida y completa posible.
• Dar a nuestro oponente la posibilidad de rectificar.