2. El SUEÑO
Se denomina sueño al estado de suspensión de las
actividades mentales conscientes, la voluntad y la vida
de relación, que se produce normalmente de forma
periódica y que permite el reposo de los músculos
voluntarios y, en parte, del sistema nervioso.
El sueño supone un estado de reposo, en el cual el
organismo puede recuperarse del gasto de energía
surgido durante las actividades de la vigilia. El
metabolismo basal, es decir, el gasto energético
básico y mínimo del organismo, alcanza sus límites
inferiores durante este período; el ritmo cardiaco es
más lento, la presión arterial disminuye, los músculos
se relajan, las inspiraciones son más prolongadas y las
espiraciones más cortas.
El sueño es una necesidad básica del organismo y su
satisfacción nos permite la supervivencia. Todo lo que
pasa en el cuerpo humano guarda un equilibrio, y si
falla este equilibrio el organismo tratará por todos los
medios de volver a recuperarlo.
3. EL SUEÑO
¿Por qué tenemos que dormir?
Todo lo que pasa en el cuerpo humano guarda un equilibrio, y si falla este equilibrio el
organismo tratará por todos los medios de volver a recuperarlo. Gracias a los experimentos de
privación de sueño se ha comprendido que cuando se elimina “completamente” la posibilidad
de dormir en un organismo, sobreviene la muerte. El sueño es una necesidad básica del
organismo y su satisfacción nos permite la supervivencia.
Alteraciones del Sueño
La alteración más común del sueño es el insomnio, es decir, la dificultad de conciliarlo o de
mantenerlo; generalmente se debe a alteraciones emocionales o psíquicas, aunque en menor
proporción es provocado por trastornos orgánicos cerebrales o por intoxicaciones. La
alteración contraria, es decir, el aumento de la duración del sueño, denominada hipersomnia.
Toda alteración del sueño debe ser diagnosticada y tratada oportunamente, según sea su
causa, ya que la correcta alternancia de períodos normales de sueño y vigilia es indispensable
para mantener una adecuada regulación de las actividades físicas y mentales.
4. ¿Cuántas horas hay que dormir?
Las necesidades básicas de sueño para mantener las funciones y supervivencia del
organismo se sitúan sobre una media de 4 o 5 horas de sueño cada 24 horas.
El resto de horas que dormimos contribuyen a mejorar nuestro bienestar y mayor calidad de
vida, estimando que en una media de 8,3 horas podría encontrarse el punto optimo de
descanso. Las horas necesarias de sueño son aquellas que nos permiten estar bien durante el
día, sin sentir somnolencia hasta la noche siguiente.
Ritmo del Sueño
El organismo humano regula la alternancia entre el
sueño y la vigilia mediante una especie de reloj
biológico, que indica la necesidad de un período de
sueño diario. Resulta difícil modificar el ritmo biológico
del sueño.
Cuando una persona duerme, su cerebro puede ser
estimulado por sensaciones físicas, como los cambios
de temperatura o las sensaciones originadas por los
sueños. Los sonidos monótonos, o los rítmicos y
continuos, como el producido por las ruedas del tren o
por la lluvia, o una temperatura templada, inducen a la
relajación y al sueño; por el contrario, una iluminación
repentina, como el destello de un relámpago, puede
interrumpir el descanso de una persona dormida.
5. Sueño de ondas lentas o sueño no REM:
Lo constituyen cuatro estadios, en los que se va profundizando progresivamente en el sueño
(fases I, II, III y IV). La actividad cerebral, registrada mediante medición de las ondas cerebrales
(electroencefalograma o EEG), muestra ondas cerebrales de alta frecuencia y baja amplitud
(vigilia) que se van progresivamente transformando en ondas cada vez de menor frecuencia y
mayor amplitud. El tono muscular va descendiendo, dejando nuestro cuerpo cada vez más
relajado e inmóvil, así como el ritmo respiratorio y cardiaco y los lentos movimientos oculares
del inicio del sueño desparecen por completo. La progresión de la fase I a la IV dura
aproximadamente 90 minutos y comporta una profundización en el sueño que implica mayor
aislamiento sensorial del entorno y por tanto mayores dificultades para despertar, que llegan al
grado máximo en la fase IV.
6. Sueño MOR, REM o de los Movimientos Oculares Rápidos
Aparece por primera vez aproximadamente a los 90 minutos de quedarnos dormidos. La
actividad cerebral es rápida y de baja amplitud, pareciéndose más a la que presentamos en
vigilia. Sin embargo, hay una importante diferencia respecto a la vigilia, y es que en este caso, la
actividad no es provocada por estímulos externos percibidos a través de los sentidos, sino por
los ensueños o sueños que tienen lugar en esta fase. Una de las cosas que caracteriza a esta
fase del sueño es la pérdida del tono muscular, protegiéndonos así de lesionarnos o tener los
problemas derivados de mover nuestro cuerpo en respuesta a los sueños. Esta fase del sueño
también se caracteriza por la aparición de movimientos oculares rápidos.
7. Sueño MOR, REM o de los Movimientos Oculares Rápidos
Aparece por primera vez aproximadamente a los 90 minutos de quedarnos dormidos. La
actividad cerebral es rápida y de baja amplitud, pareciéndose más a la que presentamos en
vigilia. Sin embargo, hay una importante diferencia respecto a la vigilia, y es que en este caso, la
actividad no es provocada por estímulos externos percibidos a través de los sentidos, sino por
los ensueños o sueños que tienen lugar en esta fase. Una de las cosas que caracteriza a esta
fase del sueño es la pérdida del tono muscular, protegiéndonos así de lesionarnos o tener los
problemas derivados de mover nuestro cuerpo en respuesta a los sueños. Esta fase del sueño
también se caracteriza por la aparición de movimientos oculares rápidos.