La autora compara la cultura letrada del siglo XIX y XX, que valoraba amplios conocimientos académicos y la interioridad, con la actual cultura digital, que prioriza la exposición constante en redes sociales y la capacidad de acceder rápidamente a información efímera. Esto genera incomodidad en quienes se identifican con la cultura letrada tradicional. Además, quienes no se adaptan plenamente a la cultura digital a veces son tratados como ignorantes.
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Reflexión Paula Sibilia
1. Cultura letrada vs cultura digital
En este artículo la investigadora Paula Sibilia, hace una comparación entre la
cultura letrada, (que surge como necesaria en el siglo XIX y XX, compañera de un
momento histórico) y la Cultura Digital, que se está instalando actualmente.
Ella manifiesta que estamos en un período de transición, un momento bisagra,
en donde conviven estas dos culturas, y se disputan la hegemonía de la época.
Esto genera resistencia y malestar por quienes compartimos o nos sentimos
parte de la cultura letrada, donde para sobrevivir a las exigencias de la sociedad
debías tener amplios conocimientos acerca de muchos ámbitos académicos, que
mediante un certificado avalaban el saber incorporado, se debían “coleccionar”
diplomas para ser más competente, donde se exaltaba la interioridad como un hecho
privado, un espacio donde uno se encontraba consigo mismo, donde resolvía los
conflictos puertas adentro de su pensamiento, lugar en el que se ponía mucha atención
a la capacidad intelectual, a la memoria de datos importantes, a la habilidad de
concentración.
La incomodidad surge, porque de repente, nada de eso, (que cuesta tanto
trabajo) sirve en la sociedad de hoy, donde los saberes parecen efímeros y las personas
descartables, donde debes aprovechar al máximo tus 15 minutos de fama antes de caer
en el olvido (eso sí, para mantenerte vigente tu apuesta de exposición social debe ser
cada vez más alta y osada) donde para existir para el otro debes publicar tus
emociones, novedades, sucesos en redes sociales. O mas banalidades no? Como el
hecho de “qué comer” o comentarios del tipo “me voy a dormir” etc.
Este hecho tal superficial para mi gusto se ha trasladado a las conversaciones
cotidianas, donde si no estás informado todo el tiempo sobre lo acontecido en redes
sociales, programas de realities o internet, no podes participar de una charla más allá
del estado del tiempo y ni hablemos de mantenerla o continuarla.
Además de todo lo dicho anteriormente existe una clase de disgregación hacia
las personas que no adoptamos o mejor dicho que nos cuesta adaptarnos a esta nueva
forma… ¡SE NOS TRATA DE IGNORANTES! Al preguntar uno por alguna aplicación
útil, o algún programa, u otra función que uno considera que necesita incorporar, la
primera reacción que recibe es la mirada atónita del otro, que abre sus ojos grandes y
levanta sus cejas, como diciendo ¿Cómo me vas a preguntar eso? Es fácil y lo deberías
saber… pasada esa situación bastante incómoda sigue la explicación: te vas a …. Ahí
seleccionas…. Y lo descargas… Ahora la mirada atónita es nuestra, y, al percatarse de
dicha reacción, nos quitan el dispositivo de las manos y lo hacen por uno… en 2
minutos lo solucionan y te dicen: ¿¡viste¡? ¡Es re fácil! Se dan la vuelta y a otra cosa,
eso también es propio de esta cultura… en dos minutos… a otra cosa, hoy en día no es
importante acopiar información en nuestro “disco rígido” el cerebro, lo importante hoy
2. en día es saber dónde buscar la información, obtenerla rápido, usarla y
descartarla…total ya sabemos que está colgada….