1. Reflexión
Un artículo periodístico del español Juan Cueto empezaba así:
Nunca entendí por qué los gallos españoles hacen quiquiriquí, los franceses cocoricó,
los anglosajones cock-a-doodle-doo y sabe Dios los germanos o los japoneses. Yo
estaba convencido de que el canto del gallo era universal.
Podríamos relacionar esto en el sentido de que las imitaciones, tanto del gallo, como
de los demás ruidos o animales que se encuentran en el mundo son debido al idioma
de cada uno de ellos. No es que sean emitidos en distintos idiomas pues la expresión
de ese ruido es la misma, lo que cambia es la forma de emitirlos en cada país ya que
su fonética , hace que cada uno lo exprese con la de su propio país .
El sonido que sus oídos reciben es el mismo, su forma de expresarla es distinta. Esto
también podría tener una explicación con esta característica del signo lingüístico como
es el arbitrario, porque la relación que hay entre significante y significado se debe a una
convención social, a un acuerdo tácito de los hablantes de cada lengua; de esta
manera podemos observar cómo un objeto tan común como una escoba recibe
nombres distintos en diversos idiomas:
INGLES Broom
FRANCES bala
ALEMAN vesen
ITALIANO scopa
PORTUGUES vassoura
Es más, cada lengua transcribe de manera diferente el canto del gallo:
En los países de habla española se anota: quiquiriquí
Los gallos franceses gritan: cocorico
En las naciones de habla inglesa: cock-a-doodle-doo
En Italia cantan: chicchericchi
En Alemania se oye como: kikeriki
En Dinamarca: kykelikyFinalmente