2. La fórmula química del alcohol etílico es CH3-CH2-
OH. Este compuesto se utiliza para preparar las
bebidas alcohólicas, las cuales, en muchas
oportunidades, también son conocidas simplemente
como alcohol (por ejemplo, “Tenemos que comprar el
alcohol para la fiesta de esta noche”, “Miguel bebió
demasiado alcohol, ya no sabe lo que dice”).
3.
4. Los alcoholes suelen ser líquidos incoloros de olor
característico, solubles en el agua en proporción
variable y menos densos que ella. Al aumentar la masa
molecular, aumentan sus puntos de fusión y ebullición,
pudiendo ser sólidos a temperatura ambiente (p.e. el
pentaerititrol funde a 260 °C). A diferencia de los
alcanos de los que derivan, el grupo funcional
hidroxilo permite que la molécula sea soluble en agua
debido a la similitud del grupo hidroxilo con la
molécula de agua y le permite formar enlaces de
hidrógeno
5.
6. Los alcoholes tienen una gran gama de usos en la
industria y en la ciencia como disolventes y
combustibles. El etanol y el metanol pueden hacerse
combustionar de una manera más limpia que la
gasolina o el gasoil. Por su baja toxicidad y
disponibilidad para disolver sustancias no polares, el
etanol es utilizado frecuentemente como disolvente en
fármacos, perfumes y en esencias vitales como la
vainilla. Los alcoholes sirven frecuentemente como
versátiles intermediarios en la síntesis orgánica.
7. Su principal efecto es depresor no selectivo sobre el
Sistema Nervioso Central. La exposición aguda al
etanol aumenta la acción del GABA sobre los
receptores GABAA. También causa inhibición de los
receptores de glutamato NMDA, por disminución de la
entrada de calcio a la célula.
El exceso de equivalentes reducidos (NADH), hace que
la mitocondria utilice los hidrogeniones producidos
del etanol y no de la ß oxidación, lo que causa un
aumento de ácidos grasos libres. Esto último, sumado
al aumento de triglicéridos, llevará a hiperlipidemia y,
posteriormente, a hígado graso.
8. El diagnóstico de alcoholismo supone la elaboración de una
correcta anamnesis, junto con la correcta exploración
clínica. Es necesario realizar la valoración de la cantidad y
frecuencia de la ingesta alcohólica. Puede ser útil el uso de
cuestionarios diagnósticos. Realizaremos una analítica
completa con marcadores biológicos y un adecuado
diagnóstico dual de las psicopatologías previas o asociadas.
Las dificultades diagnósticas dependen de conceptos de
tipo epidemiológico (cantidades y frecuencia de bebida) y
de tipo clínico (problemas por el consumo), excesiva
rigidez de los criterios diagnósticos, ausencia en ocasiones
de complicaciones somáticas objetivables, escasa
conciencia de patología con negación del problema por el
paciente y banalización por parte del profesional.
9. Si aún no ha perdido la consciencia, conviene que el
afectado vomite para evacuar los restos de alcohol del
estómago, lo que se puede lograr introduciendo los dedos
en la boca o tomando agua templada con sal o polvos de
mostaza. Para evitar la depresión del sistema nervioso, es
bueno darle café en el momento en que está entrando en
una fase de estupor. Un zumo de frutas frío y azucarado
compensará la hipoglucemia (descenso del azúcar en la
sangre).
Si se pierde la conciencia es mejor dormir boca abajo y con
la cabeza ladeada, para evitar aspirar el vómito y ahogarse
mientras se duerme. En este estado se es muy sensible al
frío, así que conviene abrigarse bien.
10. Pautas que se deben recordar
Preparar traslado al centro hospitalario.
Evitar el enfriamiento del paciente.
Evitar que el paciente se deshitrate -si puede beber se
le administrará agua con azúcar y bicarbonato [una
cucharadita de cada elemento en un vaso de agua] en
pequeñas y repetidas dosis.
Vigilancia de la respiración.
Evitar que el paciente se ahogue con su propio vómito -
colocándolo en posición lateral de seguridad.