comunicación efectiva

1. CON TU HIJO
CÓMO COMUNICARTE
PARA MANTENERTE CONECTADO
6 CONSEJOS SOBRE

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Eleva tus palabras,
no tu voz.
Es la lluvia la
que hace crecer
las flores,
no los truenos.
-RUMI
LA CALIDAD DE LA COMUNICACIÓN
CON TUS HIJOS PUEDE NUTRIR LA RELACIÓN
O GENERAR DISTANCIA ENTRE USTEDES.
CON TU HIJO
CÓMO COMUNICARTE
PARA MANTENERTE CONECTADO
6 CONSEJOS SOBRE

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¿Cuán seguido pensamos en la calidad de la relación que
tenemos con nuestros hijos?
Como padres, nos esforzamos por ayudar a nuestros hijos a
obtener buenas calificaciones, desarrollar hábitos saludables y
tener un comportamiento adecuado.
Y como resultado, a menudo nos encontramos disciplinando,
redirigiendo, corrigiendo y presionando. Pareciera que cuanto
más nos preocupamos, más sufre la relación con nuestros
hijos. Cada pequeña cosa puede convertirse en un gran
problema.
Y esto no tiene porque ser de esta manera. Podemos empezar
a construir una base sólida para mantener la conexión con
nuestros hijos cuando nos enfocamos más en cómo decimos
las cosas y menos en lo que decimos.
Mediante una comunicación consciente, promoveremos
menos conflictos, luchas de poder y nuestras palabras serán
escuchadas y tendrán más impacto.
Todo parece volverse más sencillo cuando tienes una buena
relación con tu hijo y él siente que te preocupas y lo amas sin
importar lo que suceda; o tu hija se interesará en saber lo que
tienes que decir y escuchará tus consejos. Y sin duda, tú
experimentarás más tranquilidad y alegría en tus interacciones
con ellos.
Exploremos cómo comunicarnos para permanecer
conectados.
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DALE
PRIORIDAD A
LA CONEXIÓN

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Una de las claves en la comunicación edificante es
fomentar la conexión y usar palabras alentadoras con
nuestros hijos.
Las palabras que elegimos al hablar con nuestros hijos tienen
gran trascendencia. Y pueden tener un impacto tremendo en
cómo ellos se sienten, piensan y se comportan.
Es posible que nos salgamos con la nuestra cuando ellos son
más pequeños y nos ven como héroes y no pueden defenderse
con sus palabras.
A medida que crecen y se convierten en adolescentes,
comienzan a formarse su propia opinión, puede que ya no
acepten una comunicación negativa por parte de nosotros. Si
les hablamos irrespetuosamente, los menospreciamos o
juzgamos, es probable que volteen los ojos, nos respondan o se
marchen.
Entonces, se va creando lentamente distancia y separación
entre ellos y nosotros con cada interacción.
Por otro lado, cuando usamos palabras edificantes, esto refuerza
su autoestima y valor propio, haciéndolos sentir escuchados,
visibilizados y conectados con nosotros, por lo que es más
probable que se mantengan presentes en la conversación.
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UTILIZA
PALABRAS
Y UN TONO
DE VOZ
ALENTADOR

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Agradece. Reconoce. Pregunta
Algunos ejemplos de Comunicación Edificante:
• En lugar de decir "¡No lances la pelota adentro!", podrías
decir "Por favor, juega con la pelota afuera".
• En vez de decir "No me grites...", di lo siguiente "Te escucho
mejor cuando me lo dices con amabilidad...". Cuando le
decimos a nuestros hijos lo que queremos que hagan, en lugar
de lo opuesto, nos enfocamos en la acción que deseamos
obtener y aumentamos las posibilidades de un resultado
favorable.
• En lugar de decirles simplemente "¡No!", puedes decir "Sé
que te gustan los dulces, pero comer en exceso no es
saludable". Con la excepción de que estés lidiando con un caso
grave de seguridad, por ejemplo, cerca de una carretera o de
una piscina, explicarles el motivo detrás de tu "no" ayuda a los
niños a sentirse respetados e incluidos.
UTILIZA
PALABRAS
Y UN TONO
DE VOZ
ALENTADOR
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Nuestro lenguaje corporal y expresiones faciales juegan
un papel importante en la forma en que nos comunicamos.
Puede que estés usando palabras positivas, pero si no eres
consciente, tu rostro y cuerpo pueden expresar
exactamente lo opuesto.
Por ejemplo, podrías estar diciendo: "No estoy molesto/a, no
pasa nada”, pero estar con los brazos cruzados o con los labios
fruncidos muestran claramente tu enojo y frustración.
El punto es trasladarte con todo tu ser a un lugar de amor,
compasión y comprensión. De esta manera, incluso cuando
sea necesaria una conversación de disciplina con nuestros
hijos, ellos sentirán nuestro amor y apoyo.
Deja que tu cara, cuerpo y corazón se sincronicen para
profundizar la conexión con tu hijo, sin importar la situación
actual.
SÉ CONSCIENTE
DE TU EXPRESIÓN
FACIAL
Y LENGUAJE
CORPORAL
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Una de las herramientas más simples, pero profundas que
podemos usar en la comunicación consciente es hacer una
pausa antes de hablar.
Cuando pausas antes de hablar, creas el espacio necesario para
validar cuál es tu estado de ánimo y conocer cómo te sientes.
Es posible que estés estresado, ansioso o enojado, estas
reacciones son normales ante situaciones desafiantes que
experimentamos con nuestros hijos, pero hablar desde ese
lugar no es beneficioso. La comunicación eficaz comienza
creando el espacio en el que la otra persona está abierta a
escucharte.
Tomar una pausa te ayuda a centrarte antes de responder, esto
te permitirá gestionar tus emociones, encontrar un espacio
neutral y tranquilo para escuchar y hablar.
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EL
PODER
DE LA PAUSA

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Parte esencial de la comunicación es aprender a escuchar.
Es fundamental mantener contacto visual, prestar
atención y dejar que nuestros hijos terminen sus frases.
Pero también es importante leer entre líneas lo que nos
dicen indirectamente.
Cuando tu hijo te hable de forma irrespetuosa, procura ver
más allá del acto ofensivo y escucha lo que está tratando de
decir.
Cuando nuestros hijos se comunican con nosotros con enojo,
frustración o nos faltan el respeto, por lo general, esto es un
grito de ayuda. Si somos capaces de no tomarlo como algo
personal, podemos escuchar por aquello que están llorando y
responder ante lo que necesitan. Así es como nos acercamos
más a ellos en lugar de iniciar una discusión.
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ESCUCHAR
ACTIVAMENTE

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Otro nivel de comunicación que es igual de importante y
muchas veces más poderoso, es el silencio.
A menudo, nos resulta incómodo estar sentados en silencio,
con la sensación de que tenemos que decir algo, preguntar y
comentar sobre cualquier cosa para romper el silencio. Pero
cuando aprendes a estar cómodo y dejas de intentar llenar el
espacio con palabras, te sorprenderá lo que sentirás.
Hay tanto que se puede decir sin palabras. Podemos dar y
transmitir confianza, amor, aceptación y sentir una profunda
conexión.
El silencio a veces puede ser la mejor respuesta cuando tu hijo
se comporta mal. No responderles o llamarles la atención por
la forma en que se comportaron o te hablaron puede ser más
poderoso y tener mayor impacto. No te sorprendas si tu hijo
regresa al poco tiempo y te dice: "Lamento haberte hablado de
esa manera".
Nuestros hijos distinguen innatamente el bien del mal, quizás
pensamos que tenemos que recordarles continuamente; pero
darles el espacio para que se den cuenta por sí mismos puede
ser un gesto hermoso de confianza.
Identifica las situaciones en las que no decir nada puede ser
más apropiado que usar palabras y busca momentos para
compartir con tus hijos en silencio.
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EL
PODER
DEL SILENCIO

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Cuando hacemos que la conexión con nuestros hijos sea una prioridad,
utilizamos palabras y un tono de voz que los eleva, prestamos atención a las
expresiones faciales y al lenguaje corporal para que coincidan con nuestro
amor y compasión. Hacemos una pausa antes de hablar, escuchamos activa-
mente y elegimos el silencio cuando sea necesario. Así es como construimos
poco a poco una base sólida para una relación sincera y amorosa con nuestros
hijos y con nosotros mismos.
Resumen
• Usa palabras alentadoras y edificantes.
• Comunícate con respeto.
• Cuida tus expresiones faciales y lenguaje corporal para que reflejen
amor y compasión.
• Empodera a tus hijos para que sientan que tienen opciones.
• Dale el espacio necesario a tus hijos para que expresen sus emociones,
por muy incómodo que sea para ti.
• Mantén siempre la puerta abierta para una conversación.
RECUERDA ESTOS TIPS

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Como Presidenta y Directora Ejecutiva de Spirituality For Kids International,
entrenadora de crianza certificada y madre de cinco hijos perfectamente
imperfectos, he llegado a ver la crianza como un viaje de transformación, tanto
para nuestros hijos como para nosotros los padres. Creo que los niños nos
enseñan tanto como nosotros les enseñamos a ellos. A medida que criamos a
nuestros hijos, tenemos la oportunidad de crecer, soltar viejos patrones y
conectarnos con nuestras almas.
Te doy la bienvenida en esta búsqueda para generar una conexión fuerte y
significativa con tus hijos, de manera que puedas realmente apoyarlos siendo un
canal de amor, compasión y conciencia. Tu compromiso y valor generarán paz y
armonía en tu familia, en tu comunidad y en el mundo.
Conoce a Michal Berg