2. HELADOS, LA DELICIA DEL
VERANO
Que quede clara, primero que nada, una cosa: los helados NO SON para
refrescarse. Esto es bastante obvio, ¿cómo va ser para refrescarse una
concentración tan alta de calorías y, frecuentemente, de grasas? En todo
caso, te refrescarán mientras los tomas y después te pasarán factura.
3. HELADOS, LA DELICIA DEL
VERANO
Refrescarán momentáneamente tu garganta y tu paladar pero el objetivo
primordial del frío en los helados no es tanto combatir el calor -ni mucho
menos la sed- sino resaltar ciertos sabores o darles un matiz especial.
4. HELADOS, LA DELICIA DEL
VERANO
Por una reacción normal, sin embargo, nuestro cuerpo los apetece más en
verano. A grandes rasgos, podemos decir que existen 2 grandes tipos de
helado: los de agua y los de leche o crema.
5. HELADOS, LA DELICIA DEL
VERANO
Los primeros son los más próximos a un refresco, los segundos se parecen
más a un postre. También son más adecuados unos que otros según la ocasión
aunque, como siempre, todo es cuestión de gustos.
6. HELADOS, LA DELICIA DEL
VERANO
Como postre, helados cremosos toda la vida. Si te encargas de hacerles una
bonita presentación (tres bolas en una copa grande, un palillo de barquillo o
una oblea, pequeños caramelos o chocolates como decoración) quedarás como
una reina. Paseando por la calle es distinto. Cuestión de gustos, sin embargo
los cremosos no convienen si estás realizando actividad física.
7. HELADOS, LA DELICIA DEL
VERANO
Los granizados son una excelente opción para una reunión informal como
refresco. Lo ideal es que el hielo sobresalga del vaso formando una especie de
cúpula. Una buena idea es hacerlos de 2 sabores para obtener un helado
bicolor. Esta especie de helado permite, además, la creación de una variante
para adultos mediante la adición (moderada) de bebidas alcohólicas.