La Predicación de los Puritanos un ejemplo a seguir
La fórmula actual de la felicidad parte I.Introducción
1. La fórmula actual de la felicidad.
F = ND vs. F=CMC
Autor: Paulo Arieu
08-30-2014
Ministerio apologético El Teologiyo
Tampa, Florida. EE.UU
http://elteologillo.wordpress.com/
Mailto: Pauloarieu@gmail.com
2. La fórmula actual de la felicidad parte 1
F = ND vs. F=CMC
Imagen n 1
Introducción
Uno de los logros contemporáneos, ha sido y es la revolución en el campo de las
tecnologías. Con tan solo hacer click con el mouse en una web de internet y cualquier persona,
puede enterarse de las noticias que suceden en cualquier parte de este mundo globalizado.
Podemos leer en la internet o ver en la televisión lo que pasa en Siria con los bombardeos
norteamericanos contra los rebeldes fundamentalistas islámicos como enterarnos como la
emergencia médica en África como consecuencia del virus Ébola. No nos equivocamos si
decimos que el mundo mediante el internet se ha transformado en una aldea global. Es por esta
razón que es justo reconocer, que ya no sorprende a nadie leer que el mundo occidental atraviesa
por una profunda crisis de valores sociales, espirituales, morales, económicos, etc. Para poder
hallar respuestas a interrogantes matemáticos o algorítmicos, en el ámbito científico se recurre a
la fórmula. También en ámbitos evangelicales, el asiduo escritor cristiano Josh McDowell,
3. evangélico estadounidense, apologista y predicador, acuñó una fórmula (F = N.D.), para ilustrar
didácticamente esta crisis y la forma en que las personas buscan la felicidad. Esta especie de
fórmula o acróstico significa que “experimentar la felicidad (F), es igual (=) al número (N) de
experiencias divertidas (D)” (McDowell, Pág. 32). Pero esta fórmula, solo expresa la realidad de
un sector de la sociedad que busca respuestas, pero no las haya. Y no las haya porque no ha
puesto la mirada en Jesús, el “Pan de Vida” (cf. Jn.6:35), el “Dador de la Vida “ (cf. Jn. 10:27),
“el Autor y Consumador de nuestra fe” (cf. Heb. 12:2), o como tantos nombres toma en las
escrituras.
Pero la intención de este trabajo, es analizar un poco más profundo, las razones de esta
crisis existencial que atraviesa el Occidente. Según el diccionario, Una crisis es “una condición
de inestabilidad; el punto que los elementos hostiles son más agudos” (Medina,
n.d.).Vertiginosos cambios han relativizado completamente esta sociedad. Nadie duda de que
hoy se habita en un mundo completamente impensado hace unos cincuenta años atrás. El avance
de la tecnología ha logrado que la propia existencia se configure y mediatice por el uso de la
web. Tan rápidos han sido estos cambios, que muchas de las nuevas costumbres, han ido
rompiendo con las normas y con todo lo que estaba “social y religiosamente” permitido. Primero,
se comenzó legalizando hace unos años atrás, el divorcio (por cualquier causa), trayendo como
consecuencia familias disfuncionales. Ahora se lucha por legalizar la drogadicción. Todos
conocen que la corrupción política en los países de Occidente, está a la orden del día. Y con la
legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en esta última década en la gran
mayoría de los países de Occidente, el broche de oro está puesto sobre esta sociedad.
4. Al citar a Angel Cordovilla, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad
Pontificia Comillas, quien en un libro titulado “Crisis de Dios y Crisis de fe”, habla de la crisis
actual del cristianismo y los peligros que enfrenta la fe cristiana en Occidente, se puede observar
gracias a su profundo análisis, que el cristianismo se encuentra “en una nueva situación cultural
dentro de la sociedad occidental”. Este escritor religioso, resume solamente en dos los peligros
que enfrenta la fe en Occidente: a) ex culturalización del cristianismo b) Una pérdida de
relevancia y significación (Cordovilla, Pág.14). Se puede concordar o no con este intelectual que
dos sean los males de Occidente. Pero esto no significa que estas sean cuestiones simples de
poder resolver. Es por este motivo, entre otras cosas, que él propone “volver a lo esencial en las
formas y caminos en que Dios y el hombre se han encontrado” (Cordovilla, Pág.14).
No existe la menor duda que Occidente tiene que volver a la fe de la Iglesia primitiva;
pero como bien dice Cordovilla, no puede ser una fe simplista la que resuelve los problemas de
Occidente, sino que tiene que ser una fe revitalizada por el amor de Jesús (Cordovilla, Pag.15).El
obispo anglicano N.T Wright expresa que el mundo occidental “está yendo rápidamente hacia
unas nuevas formas de paganismo“(Wright, Pág. 101), aunque Wright no ofrece muchos detalles.
Natalí Mel Gowland alumna de la carrera de Licenciatura y Profesorado en Letras de
Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, de la Universidad Nacional de La Plata en
Argentina, en un trabajo monográfico, explica que el punto de inflexión se dio en el siglo XVII y
se consolidó hacia el siglo XIX, debido principalmente a ciertos cambios en las condiciones
sociales, producto de factores fuertemente entrelazados: la consolidación de la clase burguesa, el
descenso de mortalidad infantil y la aparición de un “sentimiento maternal”, y la revolución
Industrial, que si bien en un principio incrementó las cifras de trabajo y prostitución infantil por
5. representar mano de obra barata, abundante y “segura”, conllevó en una segunda instancia a
mejoras en la salud y la higiene, y posteriormente a la reflexión y delimitación de sus derechos
gracias a la labor de los Evangélicos y las denuncias públicas realizadas por autores como
Charles Dickens y Karl Marx. Es el caldo de cultivo de lo que sería posteriormente el
movimiento “hippie”, la psicodelia de los Beatles, los avances tecnológicos que pronto darían
lugar a una red global, el replanteo constante del hombre por su lugar en el mundo y en la
sociedad (consecuencia de dos guerras mundiales) (Mel Gowland, n.d.).
Pero sin una fe revigorizada por el amor ágape (divino), nadie verá el brillo de Cristo
reflejado en Su Iglesia; esto es una realidad que hay que dar por sentado. Una observación lógica
es la que hace el obispo anglicano, el teólogo N.T. Wright, quien comenta al respecto diciendo
que Pablo no nos está diciendo que todos los cristianos debemos tener sentimientos tiernos y
románticos hacia los demás cristianos (Wright, Pág. 154). Obviamente, Pablo no se refiere a un
amor de tipo sentimentalista y romanticón, como algunos se imaginan, dodne todos se besan y
abrazan a cada instante, como introdujeron en la imaginación occidental hace algunas décadas
los Beatles (“paz y amor”). Lo que Pablo propone es que los cristianos sean como una gran
familia transformada por el poder de Cristo (cf. I Cor. 13), porque la fe de Cristo introduce al
nuevo creyente en la vida de una comunidad cristiana.
Y para que Occidente vuelva a Él, se propone una formula totalmente opuesta al
hedonismo típico de estos tiempos, basado en “pan y circo”, como mucho de lo que hoy se le
ofrece a las masas; inclusive en el seno de muchas iglesias evangélicas. La propuesta, es una
fórmula totalmente cristológica y redentora: F=CMC o sea [la verdadera] F[elicidad] = C[risto]
M[urió] [por ti y por mí en la Cruz del Calvario]. Y esta fórmula, también lleva implícito en su
6. seno, el creer en Su resurrección (cf. I Cor. 15:14). Esta fórmula, en sus distintas facetas, lleva la
respuesta al eterno requerimiento de felicidad. Felicidad en una sociedad que ha pasado de ser
cristiana a ser post-cristiana, en una sociedad que se jactaba de vivir en la modernidad, a otra que
solo se divierte a causa de su posmodernidad, modernidad tardía o pos cristiandad. Pero esta
sociedad post cristiana, no ha hallado en su ecuación hedonista y materialista, la fórmula perfecta
de la felicidad. Y tampoco ha podido hallar respuesta a los problemas sociales de este tiempo. Y
tampoco la Iglesia, ha podido comprender las tensiones sociales de esta época, ni ha encontrado
como darle solución los males de hoy. Pero lo que ha hecho grande a la fe cristiana desde sus
comienzos, no ha sido lo grande de sus líderes, o sus adherentes, ni su arte cristiano; sino el
hecho de que el cristianismo, está basado en el evento histórico de la resurrección de Su
fundador (cf. Mat. 16:18) y no en la bella sabiduría de algún pensador de la antigüedad (cf. I
Tim.6:20; Col. 2:8). La Filosofía, el amor a la sabiduría, la ciencia que ha presumido siempre de
ser “la madre de todas las ciencias”, pero que en realidad, es tan solo una intelectualización de la
torre de Babel (cf. Gén.11:4). Jamás ha existido ni existirá, otra fe igual al cristianismo en toda la
historia de la humanidad. Sola una fe verdadera, llena del amor de Cristo, puede optar por
detenerse al costado del camino y auxiliar al prójimo, herido y garroteado por los asaltantes. Y
además, invertir de su cuenta bancaria para sanar las heridas de la víctima (cf. Luc. 10:25-37).
Una sociedad materialista como la actual, ni se detendrá ni invertirá en el reino de Dios de sus
bienes personales; porque para él, el mensaje de la cruz es un mensaje que le molesta
completamente ya que no le encuentra ningún sentido ni utilidad (cf. I Cor. 1:18). Sino que más
bien será vanidosa como el joven rico, que se encontró molesto de pagar el precio del
discipulado compartiendo sus bienes con los más necesitados (cf. Mar. 10:17-30).
7. Una consecuencia del materialismo hedonista de la época, es el auge de corrientes
materialistas dentro del cristianismo, como la llamada Teología de la Prosperidad, surgida en la
década del 50 en los EE.UU. La teología de la Prosperidad tiene sus orígenes remotos por los
años cincuenta cuando varios evangelistas norteamericanos comenzaron las grandes campañas de
sanidad divina, surgiendo al mismo tiempo las presiones económicas para lo cual se requería un
mensaje que se tradujera en nuevos y más jugosos ingresos para la obra de Dios. La
configuración de la teología de la prosperidad como tal encuentra en Essek William Kenyon,
neoyorquino nacido en 1867 su progenitor con el acuñamiento del concepto "Confesión
Positiva", o "lo que yo afirmo, eso poseo". Sus discípulos más abnegados lo fueron Keneth
Hagin y Keneth Copeland quienes le dan forma y estructura al movimiento de la Prosperidad
(Diaz, n.d.).
Aunque la teología de la prosperidad ha tomado un auge fenomenal, especialmente en los
medios televisivos cristianos y algunas megas Iglesias, su interpretación bíblica ha sido muy
puntual, sin formular sistemáticamente sus principios hermenéuticos, ni sus bases exegéticas ni
tampoco su enfoque teológico. Una regla fundamental de la fiel interpretación bíblica es la de
buscar el significado original del mensaje, o sea, lo que el autor inspirado quiso comunicar y lo
que los primeros receptores hubieran entendido. Desde ese mensaje en su contexto antiguo, y
sólo desde ese mensaje, podemos proceder a buscar el mensaje para hoy. Eso se llama “pensar
bíblicamente”, pensar “junto con” los autores y lectores antiguos. Y es totalmente falaz trasladar
el texto directamente a nuestro contexto moderno. Es allí donde comienza el problema con los
predicadores de la prosperidad: interpretan la palabra “prosperidad” con el sentido moderno de lo
económico, pero sin ninguna relación con su sentido original. Una consideración de toda la
enseñanza bíblica sobre la riqueza y la pobreza deja muy claro que un evangelio “prosperidad-
8. céntrico” es un evangelio excéntrico y falso. Aunque hay versículos aislados sobre la prosperidad
material, ese tema está lejos de ser el enfoque central bíblico sobre este tema. El gran énfasis
bíblico no cae en la acumulación egoísta de bienes sino en la solidaridad con los necesitados.
Manuel de León, español, predicador en la iglesia evangélica (Iglesia de Cristo) de La Felguera.
Estudió y terminó Filosofía, también estudió Magisterio; es escritor apasionado por la historia.
Fundó y dirigió las revistas "Asturias evangélica" y "Orbayu" (que significa "lluvia fina"), siendo
el primer director de la revista "Vínculo" (revista del movimiento de Restauración de las Iglesias
de Cristo, al que pertenece). También es Presidente del Consejo Evangélico de Asturias,
representante legal de las iglesias evangélicas autonómicas ante el Gobierno del Principado de
Asturias; y colaborador habitual de Protestante Digital. Fue galardonado con el premio literario
AdÁn, convocado por Adece y Andamio, por la novela 'Tiempo de beatas y alumbrados'. El
publicó un artículo en la revista online Protestante Digital, que “cuando nos referimos a la ética
protestante, del hecho que los puritanos o los calvinistas no crearon, ni siquiera despertaron el
espíritu capitalista” Leon, también citó al escritor Max Weber, quien dijo que “en ninguno de
ellos se descubre que considerara el deseo de los bienes terrenales como valor ético, es decir,
como una finalidad inherente”. Y también explicó que “ninguno de los reformadores (sin omitir
a Menno, George Fox y Wesley) concedió una importancia en grado sumo a los programas de la
reforma moral. No hay entre ellos uno siquiera a quien se le pueda considerar como fundador de
una sociedad de cultura ética; tampoco puede decirse que alguno representase un anhelo
humanitario de reforma social o de aspiraciones culturales. El eje de su vida y su acción se
circunscribía totalmente a la salvación del alma” (Leon, 03-07-006). Todos estos conceptos
emitidos por el pastor Leon en su artículo, deberían ser razones harto suficientes para poner a
reflexionar a los predicadores amantes de esta teología. Pero lamentablemente, no es así. El
9. también comparó a la teología de la prosperidad con el capitalismo moderno, expresando que
ambas tienen muchas semejanzas, solamente que “aquí no es Dios el explotador, sino los
ministros sin escrúpulos. Como en los tiempos de las indulgencias, Dios tiene un tesoro en los
cielos para nosotros, pero a cambio tenemos que darle algo” (Leon, 03-07-006). Palabras muy
fuertes las expresadas por este español, las que se transforman sin dudas, en “denuncia profética”
(cf. Mat. 3:1-12).
Algunos de sus exponentes actuales, entre otros, son el pastor Joel Osteen y su esposa
Victoria. Hace un corto tiempo atrás, Victoria Osteen, esposa del pastor Joel Osteen, predicó ante
sus más de 40.000 seguidores en la Iglesia de Lakewood (Houston, Texas), el siguiente mensaje:
“Sólo quiero animaros para que os deis cuenta de que cuando estamos obedeciendo a
Dios, no lo estamos haciendo para Él… lo estamos haciendo para nosotros mismos porque Dios
se goza cuando estamos felices… Nada le da a Dios tanta alegría que esto”. Continuó diciendo la
pastora: “Así que, esta mañana, quiero que sepas esto: haz el bien para ti mismo. Haz el bien
porque Dios quiere que seas feliz…. Cuando vienes a la Iglesia, cuando le adoras, en realidad no
lo estás haciendo para Dios. Lo estás haciendo para ti mismo porque eso es lo que le hace feliz a
Dios. ¿Amén?” (Graham, 09-04-2014). Obviamente, este es un mensaje totalmente egocéntrico,
típico de las Iglesias de la teología de la Prosperidad. En vez de obedecer a Dios por quien El es,
se lo hacemos por uno mismo. No hay dudas de que esto es egoísmo puro, disfrazado de piedad
pragmática. Pero gracias a Dios que hubieron algunas reacciones importantes, que han dado
respuestas acertadas, como las del teólogo bautista Albert Mohler quien reaccionó contra el
mensaje de la pastora Osteen desde su sitio blog personal, aseverando que el evangelio de
Lakewood no trata un evangelio bíblico, sino más bien de una distorsión conocida como el
10. evangelio de la prosperidad. Al Mohler Jr., presidente de The Southern Baptist Theological
Seminary [Seminario Teológico de los Bautistas del Sur], también se expresó en relación a la
teología de prosperidad diciendo que es un falso evangelio, que aspira a muy poco aunque
promete mucho:”Lo que Dios nos ha prometido en Cristo es muchísimo más valioso que
cualquier riqueza terrenal. Los creyentes no tenemos promesas de prosperidad material ni el don
de la salud” (Mohler, 09-03-2014). Pero mucho más duras aún, fueron las palabras del pastor
Steve Camp, pastor de la Iglesia La Cruz en Palm City, quien la ha tratado públicamente de
“idólatra” (Peña, 09-10-2014). Claro que la pastora Victoria Osteen, ha intentado esbozar una
tenue defensa personal al respecto (Peña, 09-10-2014), pero es muy improbable que algún
cambio positivo ocurra en la vida de estos líderes. Hace unos atrás, en el 2008, debido a una
demanda judicial en su contra donde se le acusó de actos poco cristianos según informó en aquel
momento The Christian Post. Una auxiliar de vuelo de Continental Airlines, impuso una querella
a Victoria Osteen en su contra, acusándola de haberla agredido un 25 de diciembre del año 2005,
durante un vuelo que partía de Houston a Vail, Colorado (Patricio, 08-08-2008). Da pena leer
que estas son las vicisitudes de estos personajes de la farándula evangélica de nuestros días. Cabe
recordar también, que en el programa “Ten Most Fascinating People” dirigido por Barbara
Walters, se lo eligió al pastor Joel Osteen en el año 2007, como una de las personas mas
facinantes e influyentes de los Estados Unidos. Osteen junto a su esposa, dirigen una de las más
grandes Megaiglesias en los EE.UU. (Lakewood Church) en Houston, Texas, y además es autor
del bestseller “Your Best Life Now” (Patricio, 01-11-2007).Uno no puede evitar preguntarse si
estas personas que se dicen tan influyentes, serán verdaderamente adoradores de Jesucristo o
como dijo el apóstol Judas, hermano de Jesús: “nubes sin aguas”(cf, Jud. 1:2).o como dijo
también el apóstol Pedro:
11. “Éstos son fuentes sin agua, nubes que arrastra la tormenta, y para siempre les espera la
más densa oscuridad. Cuando hablan, lo hacen con palabras arrogantes y vanas; mediante las
pasiones humanas y el libertinaje seducen a los que habían comenzado a apartarse de los que
viven en el error. Les prometen libertad, pero ellos mismos son esclavos de la corrupción, pues
todo aquel que es vencido, se vuelve esclavo del que lo venció” (2 Pe. 2:17-19 RVC). Sin duda
ambas citas bíblicas, son expresiones muy duras, que están reservadas para los falsos profetas.
Quizás si fuese el apóstol Pablo alguien entrevistado por los medios de comunicación,
preguntándole su opinión personal al respecto de estos grupos, el diría a favor de ellos que
“tienen celo de Dios, pero no conforme a un pleno conocimiento” (Ro. 10:2 LNBLH). Porque su
entendimiento de que es el evangelio de Jesucristo y en qué consiste, es muy pobre. Y quizás
tenga mucha razón lo que expresó al respecto, el pastor Luis A Jovel, ministro bautista de
nacionalidad ecuatoriano y misionero en Australia, que:
“El gran error de los que se han hecho héroes en ciertos círculos por condenar a los
promotores de la Teología o Evangelio de la Prosperidad, es que no entienden ellos mismos las
razones de porque la gente se acerca a tal movimiento, y solo los condenan como avaros y
deseosos de hacerse de dinero. Por eso es que jamás podrán arreglar o contra restar la situación,
y estos personajes ya se hicieron parte del problema, también haciendo sus imperios dentro de las
filas de aquellos que los apoyan” (Jovel, 09-12-2014). Sin duda, sabias palabras de este pastor y
misionero. Porque no hay dudas de que estos ambiciosos predicadores, han sabido cómo
construir para ellos mismos, imperios religiosos con una forma pobre de evangelio. El
desencanto por las siempre incumplidas promesas de los partidos políticos, las pérdidas de las
utopías, de los sueños, la hegemonía de un solo modelo económico imperante (capitalismo
12. salvaje) y la situación de pobreza en la que viven varios millones de personas, han influido (al
menos en los países de América Latina), para que muchos creyentes evangélicos opten
ilusamente por las promesas de la prosperidad de esos mercaderes de la fe. Y no es ofreciendo
respuestas simplistas que este problema religioso desaparecerá.
Pero siempre es bueno poder recordarle a los cristianos, que el cristianismo no trata de la
felicidad temporal y humana de las personas, ni de su salud (aunque Dios sana muchas veces a
los enfermos), ni tampoco de la eternidad de las almas (aunque esta sea la ventaja más
importante para el creyente convertido), ni de la prosperidad material de sus adherentes (aunque
Dios muchas veces prospera). El evangelio, trata del testimonio de Jesús, un humilde y sencillo
predicador itinerante de la zona de la Palestina actual, quien dijo y demostró con señales muy
poderosas, que El era Dios encarnado; que murió en una cruz de madera en manos de los
políticos del Imperio romano, poder gobernante en aquellos tiempos. Pero, luego de unos pocos
días, él resucitó de su muerte quedando su sepulcro vacío para siempre. ¡Estas son las buenas
nuevas de Su resurrección! Y luego del magnífico evento de Su resurrección, muchos de Sus
seguidores más íntimos lo vieron resucitado. Conversaron, comieron, compartieron y volvieron a
escuchar enseñanzas de Sus labios. Hasta que después de varios días, Jesucristo ascendió a los
cielos (cf. Hch. 1:9-11), no sin antes prometerle a sus seguidores que El algún día volverá (“así
vendrá como le habéis visto ir al cielo", Hch. 1:9-11).
Y tampoco es verdad que el cristianismo es la búsqueda del cáliz sagrado (Santo Grial),
ni de la fuente eterna de la juventud. El cristianismo es Cristo (cf. Jn. 1:3; 2 Cor. 13:14). Y sin
Cristo no hay cristianismo. Es más, sin Cristo no hay Iglesia (Lc.20:17-18). Y sin Cristo,
tampoco existe algún tipo de esperanza para hallar perdón y consuelo por las causas del pecado
13. (cf. Col. 1:14). Un día, en un sermón, el famoso predicador bautista inglés Charles Spurgeon dijo
que "nuestra religión no está basada en opiniones, sino en hechos". Estos hechos, se refieren a
Su resurrección. Y Su resurrección, le da esperanzas también a todos los que han creído en El
(cf. Josué 2:12; Jn.11:25; 1 Cor.15:20-22;2 Cor. 1:22; 2 Cor. 5:5; Heb. 11:1). Porque, como
también dijo el apóstol Pablo, si Cristo no resucitó, nadie puede tener esperanzas de ver a Dios
(cf. I Cor. 15:12-19). Por este motivo, la Iglesia dijo a lo largo de las edades, que Cristo el
Mesías de Israel murió en la Cruz del Gólgota, en primer lugar por Su Pueblo y también Él
murió por el resto de las personas que aun no le han reconocido como Dios y redentor para que
algún día le puedan conocer (cf. Jn 3:16). O como escribió el apóstol Juan, discípulo del Señor:
“Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no
muera, sino que tenga vida eterna” (Jn. 3:16 DHH). Seguramente que el que pueda comprender
todas estas simples pero profundas cuestiones, no puede estar muy lejos de convertirse en un
buen discípulo de Jesucristo.
Así y a modo de introducción al trabajo, queda ilustrado el contexto social de esta época,
donde el uso de ciertos vocablos como Dios, Iglesia, capitalismo, neoliberalismo, modernidad,
postmodernidad, ciencia, prosperidad, religión o secularismo, cristianismo y ateísmo,
inmigración, martirio, Islam, materialismo, Biblia, postcristiandad y persecución, suelen ser
términos de uso corriente en los vocabularios de las personas (creyentes o no), en un contexto
occidental. Y también lo serán a lo largo de todo este trabajo; porque conocer bien el uso de
estos vocablos y su relación con otros temas de actualidad general, permiten diagnosticar mejor
lo que está sucediendo dentro y fuera de la Iglesia, en la sociedad y en el seno de las
comunidades cristianas occidentales. Y así, poder salir a llevarles a los perdidos en Occidente y
también en el resto del mundo, la eficaz fórmula redentora F=CMC (cf. Mat. 28:19; Mar. 16:15).
14. Lógicamente, que no se pretende reducir el evangelio a una mera fórmula o a un slogan.
Todas las fórmulas, slogans o acrósticos que se han acuñado, siempre han terminado ahogando la
comprensión total del evangelio cuando se realiza una práctica reduccionista del canon
dogmático. Pero aún así, los acrósticos suelen ser útiles para recordar algunos puntos doctrinales
de importancia, sin olvidar por cierto que el evangelio debe ser anunciado no solo con amor y
con la exposición de las doctrinas correctas, sino también con “algo” poderoso en el interior del
ser de cada creyente, “algo” que no se parece en nada a lo que este mundo promueve para su
consumo egoísta: esto es el poder sobrenatural de Cristo resucitado. Como la Iglesia de
Jesucristo, siempre lo ha anunciado a través de las edades (cf. Hch. 1:8).