La Constitución es la norma suprema en Chile y todos los órganos del Estado deben someterse a ella. El Estado de derecho en Chile se basa en cinco principios: 1) la supremacía constitucional, 2) la responsabilidad y legalidad de los funcionarios públicos, 3) la probidad y transparencia en los actos del Estado, 4) la separación de funciones del Estado, y 5) la condena de cualquier forma de terrorismo.