En un salón de clases de 3° grado había 26 niños entre 8 y 10 años, la mayoría varones. La autora observó que los niños necesitaban más atención del personal del internado y un mejor trato de la maestra. Por ejemplo, una niña llamada Petra parecía tener déficit de atención y distraía a los demás, y un niño llamado Fernando recibía un trato privilegiado. Los niños parecían acostumbrados a que la maestra hiciera sus trabajos por ellos.