El documento describe cómo las prácticas sociales del lenguaje pueden usarse para que los estudiantes aprendan el lenguaje de manera efectiva. Estas prácticas implican un propósito comunicativo en un contexto social específico y consideran al destinatario y tipo de texto. Se agrupan en tres ámbitos: estudio, literatura y participación social, cada uno con un enfoque diferente para apoyar el aprendizaje del lenguaje.