El documento presenta una entrevista al arzobispo católico caldeo de Bagdad, Luis Rafael I Sako. Habla sobre la difícil situación de los cristianos en Irak, que se han visto obligados a huir de sus hogares debido a la persecución del Estado Islámico. El arzobispo critica la débil respuesta de la comunidad internacional y culpa a Estados Unidos por la inestabilidad en Irak luego de derrocar a Saddam Hussein sin establecer la democracia. A pesar de todo, mantiene la

1. A32. EL COMERCIO SÁBADO 27 DE SETIEMBRE DEL 2014
SALVADOR
DEL SOLAR
EL CAMIÓN
EN NUESTRAS
NARICES
“Hay medios que nos vienen transformando
en seres con la mirada capturada por el
resplandor de nuestras pantallas”.
NUESTROS COLUMNISTAS
Marco Aurelio Denegri
LUNES
Milagros Leiva
MARTES
Abelardo Sánchez León
MIÉRCOLES
Pedro Canelo
JUEVES
Jennifer Llanos
VIERNES
Salvador del Solar
SÁBADO
Colecciones El Comercio
C ada vez que cruzaba la frontera,
el camionero era detenido por el
mismo inspector de aduanas. El
hombre estaba convencido de
que el conductor pasaba mer-cadería
de contrabando y revisaba siempre
su carga con obsesiva meticulosidad. Pero
a pesar de sus esfuerzos nunca conseguía
encontrar mercadería no declarada. Así du-rante
años. Hasta que el día de su jubilación
lo detuvo por última vez. Ya no quería hacer
ninguna inspección. Pero necesitaba saber,
solo por quitarse la espina, si el camionero
era contrabandista o no. Le garantizó que
si era el caso no lo denunciaría y le rogó que
le dijera la verdad. Y entonces el camionero
admitió que sí, que pasó contrabando cada
vez que cruzó la frontera. “Pero si yo revisé
siempre su camión y nunca encontré nada”,
balbuceó el inspector. “Es que soy contra-bandista
de camiones”.
Algo muy parecido nos ocurre con los
medios. Mientras nuestra atención se di-rige
a la multitud de información que ellos
transportan como carga, lo que de verdad
va modificando nuestras vidas son los hábi-tos
que adquirimos al utilizarlos de manera
rutinaria. Y así como la imprenta propi-ció
comportamientos nuevos, hoy medios
más recientes nos vienen transformando,
de contrabando, en seres con la mirada
capturada por el resplandor de nuestras
pantallas. Ya lo dijo hace tiempo y tan lúci-damente
Marshall Mcluhan: “El medio es
el mensaje”. Y el mensaje es que somos ins-pectores
incapaces de fijarnos en el porten-toso
camión que tenemos delante.
Esta semana, al leer que Francia ha de-cidido
exigir que las cajetillas de las dife-rentes
marcas de cigarrillos sean idén-ticas,
no incluyan logos ni publicidad y
utilicen todas la misma tipografía, recordé
el cuento del camionero y el inspector, que
hace años le escuché a un conferencista.
Porque lo que las autoridades francesas
han hecho, de alguna manera, es llamar la
atención sobre el camión.
Se diría que las tabacaleras venden ci-garrillos.
Y es verdad. Pero no toda la ver-dad.
Porque, ya lo sabemos, por el mismo
precio incluyen también, como cualquier
industria, todo lo que una marca y una es-trategia
publicitaria ofrecen. Y el problema
es que muchos jóvenes siguen mordiendo
ese seductor anzuelo y se vuelven adictos
a un consumo que genera enfermedades
y muerte en enormes cantidades. Un pro-blema
de salud pública de tal magnitud en
Francia, que al año equivale a “un accidente
aéreo cada día con 200 pasajeros a bordo”,
como señaló la ministra de salud de ese país.
La publicidad de cigarrillos ha venido
restringiéndose paulatinamente hasta co-menzar
a llegar ahora al propio empaque
del producto. Así como los espacios para
fumar han venido desapareciendo, pa-recen
ahora empezar a esfumarse las su-perficies
donde puedan poner sus propias
marcas. Me parece que ahora sí les deco-misaron
el camión.
POSDATA
Tengo 66 años. Nací y vivo en Iraq. Fui ordenado sacerdote en 1974 y presido la Iglesia Caldea desde febrero del 2013. Los católicos
caldeos somos aproximadamente un millón de personas, la mayoría vivimos en Iraq, pero también tenemos presencia en Siria. La
Iglesia Católica Caldea está organizada en unas 20 diócesis, la mayoría en los países que ya mencioné, pero también en el Líbano y
Egipto. Además contamos con una diócesis en Canadá, en Australia, en Detroit y otra en San Diego.
El arzobispo responde de-solado
al recordar que en
las últimas semanas ha
visitado a cientos de re-fugiados
cristianos que
viven en penosas condiciones; ha
escuchado los relatos de su huida
y se ha reunido con líderes religio-sos
de la región y el Vaticano para
recibir su apoyo. Luis Rafael I Sako
dirige los designios de la Iglesia Ca-tólica
Caldea, la principal rama que
profesan los maltratados cristianos
iraquíes.
— Sus fieles se están acostum-brando
a la huida.
Es terrible. Han tenido que aban-donar
sus casas, escuelas e iglesias
y ahora son refugiados sin refugio
ni ayuda. Ni siquiera sabemos que
más deparará el futuro. Han sido
humillados y destruidos. Su mo-ral
está por los suelos. ¿Por cuánto
tiempo seguirán viviendo en tien-das
o en la calle? Así no se trata a los
seres humanos.
— Pero su comunidad lleva años
sufriendo...
Es un proceso de lenta agonía. El
declive comenzó con la guerra en-tre
Iraq e Irán en la década de los
ochenta. Desde entonces, muchos
han emigrado. Antes de que se de-rrumbara
el régimen de Saddam
Luis Rafael I Sako
Arzobispo de Bagdad
FRANCISCO CARRIÓN
“A los cristianos en Iraq
nos han dejado solos
y desamparados”
FRANCISCO CARRIÓN
Desde Erbil, Iraq
“
Obama es el responsable
de lo que sucede. EE.UU.
vino, cambió el régimen y
destruyó la integridad de
Iraq sin implementar
la democracia”.
“
Es bueno soñar, porque sin
sueños no hay vida. Sueño
con que algún día Iraq
pueda ser un país pacífico
donde podamos vivir
juntos y respetar a los
otros en dignidad y paz”.
El Patriarca de Babilonia de los
Caldeos y arzobispo de Bag-dad,
Luis Rafael I Sako, recibe
a El Comercio en su residencia
en las afueras de Erbil, la capi-tal
de la región autónoma del
Kurdistán.
Hussein quedaba un millón y me-dio
de cristianos. Ahora rondan los
400.000 fieles.
— Y ahora hay más cristianos ira-quíes
viviendo fuera de su país que
dentro...
Así es. Solo ha permanecido la gen-te
más pobre, que no tiene dinero ni
posibilidades de huir. Nuestra pre-sencia
está amenazada pero no se
les puede obligar a que se queden.
No soy un hombre de Estado ni dis-pongo
de armas. Simplemente soy
un líder espiritual. Debo respetar la
decisión de quienes se marchan.
— ¿Hay todavía espacio para la
tolerancia religiosa en Iraq?
La hay. La población musulmana
no tiene nada que ver con el EI. El
problema es el fundamentalismo.
Ha resultado muy triste ver cómo
algunos pueblos de la provincia de
Nínive [cuya capital es Mosul] han
recibido con simpatía al EI. Ha sido
un verdadero ‘shock’. Los cristianos
han perdido la confianza y solo re-gresarán
a sus casas con protección
internacional.
— Dice que algunos pueblos mu-sulmanes
han recibido con alegría
a los yihadistas. ¿Cómo recuperar
la convivencia entonces?
Somos cristianos y nuestro pilar es
siempre el perdón. Pero es cierto
que hay un problema de confianza.
Cuando confías en alguien que con-sideras
tu amigo y te termina trai-cionando,
es muy difícil reconstruir
esa confianza.
— ¿Se sienten solos?
Solos y desamparados. La reac-ción
de la comunidad internacio-nal
ha sido muy débil. Vivimos un
tsunami y, aun así, la expulsión de
100.000 personas no ha merecido
una respuesta contundente contra
Se han perdido ya muchos monas-terios
y estatuas.
— Si pudiera, ¿qué le diría a l presi-dente
Obama?
Que es el responsable de lo que su-cede.
EE.UU. vino, cambió el régi-men,
destruyó la integridad de Iraq
sin implementar la democracia,
educar a la sociedad en los valores
de democracia y libertad, y ayu-dar
a los habitantes a reconstruir el
país. Al final allanó el camino al EI.
— Los peshmergas [fuerzas kur-das]
se retiraron el pasado agosto
de los poblados cristianos facili-tando
las conquistas del Estado Is-lámico.
¿Se sienten protegidos?
Lo hemos denunciado ante el presi-dente
y el primer ministro kurdos.
Ellos mismos han reconocido que
no estaban preparados para conte-ner
los ataques. Carecen de armas
sofisticadas para protegernos y pro-tegerse.
— En una misa reciente, dijo que
los combatientes yihadistas son
peor que el ejército mongol que
arrasó Bagdad en 1258, cobrándo-se
decenas de miles de vidas...
Y lo mantengo. Matar a yazidíes o
convertir a las mujeres en prisione-ras
pertenece a la Edad Media y no
al siglo XXI. Es tan duro que no sir-ven
los comunicados condenando
o rechazando lo que está sucedien-do.
Lo que pedimos no son palabras
sino hechos.
— Los cristianos están viviendo
una pesadilla. A pesar de todo, ¿us-ted
tiene aún sueños?
Es bueno soñar porque sin sueños
no hay vida. Sueño con que algún
día Iraq pueda ser un país pacífico
donde podamos vivir juntos y res-petar
a los otros en dignidad y paz.
No debería haber problemas con
las diferencias, que son una rique-za.
Tú puedes ser musulmán y yo
cristiano. Cada uno puede tener su
fe. ¿Por qué vamos a tener que com-batirnos?
Creemos en un solo dios.
Y lo más importante: todos somos
ciudadanos iraquíes. Con diferen-tes
idiomas o etnias pero seres hu-manos.
Pertenecemos a la misma
historia y tenemos el mismo des-tino.
No habrá futuro si no somos
capaces de convivir, respetarnos y
conocernos.
los yihadistas que ocupan nuestras
viviendas. Ni siquiera en el ámbito
de la ayuda humanitaria.
— ¿No apoya entonces los bombar-deos
aéreos de Estados Unidos?
Están atacando los alrededores de
Erbil para proteger la ciudad y sus
intereses. Es una medida egoísta y
de doble rasero. Estados Unidos tie-ne
el derecho a protegerse pero el
resto no.
— ¿Cuál debería ser la respuesta?
La comunidad internacional debe
cumplir con su deber moral intervi-niendo
para salvaguardar la pobla-ción
civil y velar por el patrimonio
que está siendo destruido por el EI.