1. ACERCA DEL DESGARRO MUSCULAR
El desgarro muscular (también denominado tirón muscular) se produce cuando un músculo o un tendón (el
tejido resistente que une el músculo con el hueso) se estira demasiado o se rompe. Por lo general, el desgarro
muscular ocurre durante el ejercicio o las actividades deportivas. También puede ocurrir al levantar objetos
pesados.
El desgarro muscular suele producirse en las piernas o en la parte baja de la espalda. Los músculos que se
lesionan con mayor frecuencia son los siguientes:
Músculos de la pantorrilla – un desgarro de la pantorrilla es una rotura de los músculos posteriores de la
parte baja de la pierna. La función de los músculos de la pantorrilla es ayudar a levantar el talón.
Cuádriceps – un desgarro del cuádriceps es una rotura de los músculos delanteros del muslo. La función
principal del cuádriceps es ayudar a enderezar la rodilla.
Músculos isquiotibiales – un desgarro de los músculos isquiotibiales es una rotura de los músculos
posteriores del muslo. La función principal de los músculos isquiotibiales es ayudar a flexionar la rodilla.
Músculos paravertebrales – un desgarro lumbar o en la parte baja de la espalda es una rotura de los
músculos de la parte baja de la espalda. La función principal de los músculos paravertebrales es sostener la
columna vertebral y soportar el peso de la parte superior del cuerpo.
Tipos de desgarro muscular
Según la gravedad de la lesión, el desgarro muscular puede clasificarse de la siguiente manera:
De primer grado – daños leves de las fibras musculares
De segundo grado – rotura parcial de las fibras musculares
De tercer grado – rotura total de las fibras musculares
SÍNTOMAS DEL DESGARRO MUSCULAR
Si usted ha sufrido un desgarro muscular leve (de primer grado), puede tener la zona sensible y el músculo
tenso. Con un desgarro leve, quizás pueda continuar con sus actividades.
Los desgarros musculares más graves (de segundo y tercer grado) causan un dolor considerable. El músculo
se siente rígido y se inflama la zona que rodea la lesión. El dolor empeora con el movimiento, por lo que le
impedirá continuar con sus actividades. Incluso puede tener algunos moretones alrededor de la zona
lesionada.
Si usted ha sufrido un desgarro muscular de tercer grado, el dolor será agudo, tendrá mucha inflamación y
perderá la funcionalidad muscular. Si el desgarro muscular es considerable, pudiera haber una protuberancia
o una desigualdad que antes no estaba presente en la zona lesionada.
CAUSAS DEL DESGARRO MUSCULAR
El desgarro muscular ocurre cuando el músculo se contrae al estirarse. Esto puede suceder al correr, saltar o
patear.
Hay más probabilidades de que se desgarre un músculo en los siguientes casos:
el calentamiento es demasiado breve
no deja pasar suficiente tiempo de recuperación entre una y otra sesión de entrenamiento
los músculos ya están tensos o rígidos
los músculos están cansados o fatigados
los músculos están débiles
2. DIAGNÓSTICO DEL DESGARRO MUSCULAR
Su médico o un fisioterapeuta (un profesional de la salud especializado en mantener y mejorar el movimiento
y la movilidad) puede diagnosticar el desgarro muscular. Este determinará exactamente cuáles son los tejidos
musculares que están dañados, el alcance del daño y cuánto tiempo tardará la lesión en curarse.
TRATAMIENTO DEL DESGARRO MUSCULAR
Autoayuda
Los desgarros musculares leves pueden tratarse rápida y fácilmente en casa, con el método PRICE (por sus
siglas en inglés).
(Protect) − Proteger la lesión de daños ulteriores.
(Rest) – Reposar durante las primeras 48 a 72 horas; posteriormente, reanudar poco a poco el movimiento
para no perder demasiada fuerza muscular.
(Ice packs) Aplicar bolsas de hielo o una bolsa de guisantes congelados envuelta en una toalla sobre la
zona lesionada, para reducir la inflamación y los moretones. Nunca se aplique el hielo directamente sobre la
piel, porque puede ocasionarse una "quemadura por hielo"; coloque un paño entre el hielo y la piel.
(Compress) Comprimir la zona con vendas para contener la lesión y ayudar a reducir la inflamación.
(Elevate) Elevar la zona lesionada por encima del nivel del corazón para controlar la inflamación. Mantener la
zona contenida, e intentar mantenerla lo más elevada posible hasta que disminuya la inflamación.
Si la lesión es muy dolorosa y la inflamación no cede, consulte a un médico.
Medicamentos
Los analgésicos de venta libre, como el paracetamol o el ibuprofeno, pueden aliviar el dolor leve o moderado.
Si el dolor es agudo, su médico de cabecera pudiera recetarle analgésicos más fuertes. Además de aliviar el
dolor, los analgésicos pueden reducir la inflamación y la hinchazón. Lea siempre el prospecto de información
al paciente que viene con el medicamento, y si tiene preguntas, consulte a su médico o farmacéutico.
Cirujía
Si la lesión es grave, quizá requiera cirugía para reparar el músculo o ligamento desgarrado, seguida de un
largo período de reposo y recuperación.
Fisioterapia
Si la lesión es grave o vuelve a repetirse, es posible que la fisioterapia le ayude a fortalecer el músculo o
ligamento dañado.
Su médico de cabecera pudiera referirle a un fisioterapeuta, o usted puede consultar a un fisioterapeuta
privado. El fisioterapeuta desarrollará un programa de ejercicios de rehabilitación, para que sus músculos se
vayan fortaleciendo y estirando gradualmente. Estos ejercicios variarán según el tipo y la gravedad de la
lesión que usted tenga. El fisioterapeuta también puede usar diversas técnicas para que la lesión se sane más
rápido.
Usted deberá dejar sanar el músculo por completo antes de empezar a hacer ejercicios de nuevo.
PREVENCIÓN DEL DESGARRO MUSCULAR
Usted puede reducir el riesgo de desgarro muscular haciendo un calentamiento y un enfriamiento completos
antes y después del ejercicio, respectivamente. La razón del calentamiento es darle tiempo al cuerpo para
prepararse mental y físicamente para el ejercicio que usted va a realizar. Este deberá incluir ejercicio
cardiovascular seguido de estiramiento.