Las sociedades económicamente desarrolladas tienden a imponer un modelo de estandarización global que elimina las diferencias culturales. Sin embargo, la diversidad cultural y biológica ayuda a la supervivencia de la especie humana y refuerza la identidad individual. Por lo tanto, es necesario reafirmar la multiculturalidad rechazando la homogeneización y valorando la diversidad, autonomía y libertad de los pueblos.