El documento discute tres problemas del sistema de bachillerato ecuatoriano. Primero, la experimentación con áreas del currículo ha afectado la coherencia de los aprendizajes. Segundo, existe poca articulación entre el bachillerato y la educación superior, lo que ha producido deserción universitaria. Tercero, existe un desequilibrio entre las necesidades de la comunidad y el tipo de bachiller que se gradúa.