El documento argumenta que las Buenas Nuevas fueron escritas originalmente en hebreo y no en griego. Presenta varias pruebas: 1) existe una transcripción anterior del Evangelio de Mateo en hebreo; 2) el historiador Josefo testifica que los judíos no entendían el griego; 3) Yeshua se comunicó con Saulo en hebreo y no griego a pesar de que Saulo hablaba griego. Además, varios Padres de la Iglesia testifican que Mateo escribió originalmente su Evangelio en hebreo.