Alejandro Magno sucedió a su padre Filipo II como rey de Macedonia a los 20 años de edad. Pasó los primeros años de su reinado sometiendo a los pueblos rebeldes de Macedonia y luego lanzó su ejército contra el Imperio Persa, derrotándolo con una serie de victorias y conquistando Susa y Persépolis. Con estas conquistas, Alejandro descubrió la civilización de los orientales y concibió la idea de unificar a griegos y persas en un solo imperio bajo una cultura de síntesis.