Los niños de primer grado a menudo muestran conductas negativas como llanto, pataletas, miedo e inseguridad durante el período de ambientación a la escuela, a pesar de haber estado en centros de desarrollo infantil. El objetivo es identificar estas conductas. La familia y los maestros desempeñan un papel fundamental en brindar confianza y motivación a los niños durante este período a través del juego y una actitud paciente y amable.