Este documento analiza el desarrollo del liderazgo en México. Argumenta que los líderes del pasado son considerados una utopía hoy en día y que se necesita una estructura formal para seleccionar, capacitar y evaluar al personal directivo de las instituciones educativas en lugar de dejarlo a consideraciones personales. Finalmente, señala que la autoevaluación debe ser un proceso objetivo mediante parámetros y indicadores de resultados para medir la gestión y educación, que son ámbitos fundamentales de las políticas educativas.