La Administración por Objetivos (APO) surgió en la década de 1950 como una alternativa a la administración por presión. Se caracteriza por ser un sistema en el que los subordinados y sus superiores establecen objetivos de desempeño conjuntamente y los revisan periódicamente para asignar recompensas. La APO funciona mediante un proceso que hace que los objetivos se desprendan por toda la organización de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.