Como ya anunció Chesterton: “el hombre moderno sólo ensaya o intenta llegar a una conclusión”. Esta conclusión puede ser la resolución de sus utopías, y también de sus distopías. En el ensayo –como afirmaría Adorno- “se compone experimentando con el pensamiento” y, por supuesto, no apunta – o no debe apuntar- a una conclusión cerrada, dirá Luckacs. El primer ensayista, Montaigne, dialoga, como Rodó, con la cultura, especialmente con la clásica y renacentista. Se toma este diálogo como camino de conocimiento que no podrá desposeerse de un obligado escepticismo, al aceptarse que la verdad no es una realidad positiva. Pero, como escribiera Sor Juana Inés de la Cruz, “también es vicio el saber”. El saber -así- se reelabora en bálsamo, en conciencia mítica de una realidad justificada por la tradición.
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, ESTÉTICA DEL IDEARIO CÍNICO: DE DIÓGENES A PETER SLOTE...Adolfo Vasquez Rocca
ESTÉTICA DEL IDEARIO CÍNICO: DE DIÓGENES A PETER SLOTERDIJK
Adolfo Vásquez Rocca
El nihilismo anarquista y todos sus desacatos contraculturales han contribuido a revitalizar la escena iconoclasta, la ruptura con el pacto cívico y el orden social, contra una comunidad inauténtica y perturbada. La recuperación del ideario cínico tiene lugar con el descrédito de las utopías, en la trastienda de la posmodernidad, en el desencanto estético-político ante las sociedades neoliberales, donde se prefiere escapar de la alienación, optando por el camino autárquico (autarkeia) antes que andar embrutecido como el rebaño domesticado, gobernado por las rutinas y convenciones de la gran ciudad, los imperativos del consumo, el imperio de las marcas y la tiranía del mercado.
NIETZSCHE: DEL CREPÚSCULO DE LOS ÍDOLOS A LA VOLUNTAD DE PODER.Adolfo Vasquez Rocca
Observaciones Preliminares,
–– Nietzsche quería derribar la metafísica tradicional partiendo de una frase profundamente metafísica, que según la formulación de Schelling dice así: “Querer es ser original”. Nietzsche no entiende la voluntad como aquella tradición que llega hasta Schopenhauer para él la voluntad no es deseo, impulso indistinto, sino un “poder mandar”, una fuerza para hacer que crezca el ser. “Querer en general es lo mismo que querer ser más fuerte, querer crecer.”
La voluntad es voluntad de crecimiento del poder de la vida. Para Nietzsche la autoconservación sólo es posible en la lógica del crecimiento La que sólo tiene la fuerza de la propia conservación, perece. Un ser solamente se conserva cuando crece, se intensifica, se extiende. Lo vivo no tiene ningún sentido trascendente, pero tiene un sentido inmanente que le marca la dirección: está orientado hacia un crecimiento de intensidad y hacia el éxito. Intenta integrar lo extraño en la propia esfera de poder y en la propia figura. Lo vivo actúa subyugando. Es un proceso energético y como tal “carece de sentido”, porque no está dirigido a ningún fin superior. ¿Merece Nietzsche el nombre de nihilista? Presenta su doctrina como una superación del nihilismo mediante su consumación.
Para Nietzsche “la naturaleza” es el hombre que juega el juego del mundo al estilo de Heráclito. La naturaleza forma figuras y las rompe y las rompe, es un incesante proceso creador en el que triunfa lo vital lleno de poderío, y no lo adaptado. Sobrevivir no significa todavía ningún triunfo. La vida triunfa en la profusión, cuando se derrocha, cuando vive con exultación.
VÁSQUEZ ROCCA, Adolfo, ESTÉTICA DEL IDEARIO CÍNICO: DE DIÓGENES A PETER SLOTE...Adolfo Vasquez Rocca
ESTÉTICA DEL IDEARIO CÍNICO: DE DIÓGENES A PETER SLOTERDIJK
Adolfo Vásquez Rocca
El nihilismo anarquista y todos sus desacatos contraculturales han contribuido a revitalizar la escena iconoclasta, la ruptura con el pacto cívico y el orden social, contra una comunidad inauténtica y perturbada. La recuperación del ideario cínico tiene lugar con el descrédito de las utopías, en la trastienda de la posmodernidad, en el desencanto estético-político ante las sociedades neoliberales, donde se prefiere escapar de la alienación, optando por el camino autárquico (autarkeia) antes que andar embrutecido como el rebaño domesticado, gobernado por las rutinas y convenciones de la gran ciudad, los imperativos del consumo, el imperio de las marcas y la tiranía del mercado.
NIETZSCHE: DEL CREPÚSCULO DE LOS ÍDOLOS A LA VOLUNTAD DE PODER.Adolfo Vasquez Rocca
Observaciones Preliminares,
–– Nietzsche quería derribar la metafísica tradicional partiendo de una frase profundamente metafísica, que según la formulación de Schelling dice así: “Querer es ser original”. Nietzsche no entiende la voluntad como aquella tradición que llega hasta Schopenhauer para él la voluntad no es deseo, impulso indistinto, sino un “poder mandar”, una fuerza para hacer que crezca el ser. “Querer en general es lo mismo que querer ser más fuerte, querer crecer.”
La voluntad es voluntad de crecimiento del poder de la vida. Para Nietzsche la autoconservación sólo es posible en la lógica del crecimiento La que sólo tiene la fuerza de la propia conservación, perece. Un ser solamente se conserva cuando crece, se intensifica, se extiende. Lo vivo no tiene ningún sentido trascendente, pero tiene un sentido inmanente que le marca la dirección: está orientado hacia un crecimiento de intensidad y hacia el éxito. Intenta integrar lo extraño en la propia esfera de poder y en la propia figura. Lo vivo actúa subyugando. Es un proceso energético y como tal “carece de sentido”, porque no está dirigido a ningún fin superior. ¿Merece Nietzsche el nombre de nihilista? Presenta su doctrina como una superación del nihilismo mediante su consumación.
Para Nietzsche “la naturaleza” es el hombre que juega el juego del mundo al estilo de Heráclito. La naturaleza forma figuras y las rompe y las rompe, es un incesante proceso creador en el que triunfa lo vital lleno de poderío, y no lo adaptado. Sobrevivir no significa todavía ningún triunfo. La vida triunfa en la profusión, cuando se derrocha, cuando vive con exultación.
La derrota del pensamiento alain finkielkrautfesari2
El apasionado alegato de Alain Finkielkraut, su manifiesto contra «la cultura zombi» a contracorriente de la moda intelectual, del conformismo posmoderno, ha despertado en Francia un apasionado interés. Finkielkraut se indigna por el estado moral de una sociedad a la que le da igual un cómic que una novela de Nabokov, un slogan publicitario que un poema de René Char, un partido de fútbol que un ballet, o un videoclip que una ópera de Verdi. El autor se interroga sobre las «razones» que conducen a bautizar como culturales aquellas actividades en las que el pensamiento está ausente y se remonta a la filosofía del Siglo de las Luces para mostrar cómo se ha producido el derrumbe de los ideales europeos. Finkielkraut afirma que los ideales de razón, de humanismo cosmopolita y de poesía sin fronteras están sucumbiendo ante la exaltación nacionalista y la concepción étnica de la sociedad (contra la concepción electiva), herederas del romanticismo alemán y de su Volkgeist.
DEL “HUMANISMO” DE SARTRE AL “ANTI-HUMANISMO” DE HEIDEGGER_ DR. ADOLFO VASQUE...Adolfo Vasquez Rocca
Vásquez Rocca, Adolfo, Artículo Conferencia: “DEL 'HUMANISMO' DE SARTRE AL 'ANTI-HUMANISMO' DE HEIDEGGER", Encuentro Interdepartamental en torno a la Crisis de Fin de Siglo. Aspectos de la Identidad Europea.
Facultad de Filosofía UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, 2012.
DEL “HUMANISMO” DE SARTRE AL “ANTI-HUMANISMO” DE HEIDEGGER_ DR. ADOLFO VASQUEZ ROCCA UCM
Encuentro Interdepartamental en torno a la Crisis de Fin de Siglo. Aspectos de la Identidad Europea. Facultad de Filosofía UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID, 2012.
El romanticismo es una revolución artística, política, social e ideológica tan importante que todavía hoy viven muchos de sus principios: libertad, individualismo, democracia, nacionalismo, etc.
Meditar supone mantener una atención consciente y plena del momento presente. Su práctica facilita el completo desarrollo de esta capacidad natural en el individuo.
por José Manuel Martínez Sánchez
www.prana.es
Jñana yoga. El yoga de la sabiduría (Una aproximación a la esencia del Vedanta Advaita o No-dualidad)
José Manuel Martínez Sánchez
www.lasletrasdelaire.blogspot.com
Siddharta Gautama (también conocido como “Buda”), fue un profundo indagador del ser, fue alguien que comprendió su verdadera naturaleza real y que trascendió los límites autoimpuestos del “samsara” (rueda de nacimientos y muertes) por medio de la meditación. Así se dio cuenta de que la creencia de que existe un “ego” es la causa de nuestro sufrimiento, pues el “ego” se sustenta en el deseo de devenir y siempre estará buscando algo que lo complete. Pero la realidad última es que no hay nadie que necesite ser completado. La meditación, por tanto, más que ser una búsqueda se revela como la cesación de toda búsqueda, como la clara comprensión de nuestra esencia de totalidad.
por José Manuel Martínez Sánchez (www.prana.es)
"Mahavakya" significa "gran contemplación", son las grandes sentencias que se hallan en las Upanidads (recogidas por Shankara, el gran sistematizador y comentarista del Vedanta) y aunque hay más de cuatro, se denominan las Cuatro Mahavakyas a las más importantes de todas ellas, que ejemplifican la esencia del Vedanta en cuanto a expresiones que representan los contenidos fundamentales del pensamiento vedántico. Estas expresiones son fuente constante de reflexión y meditación dentro del contexto del Vedanta Advaita o no dualista. En tres de las cuatro mahavakyas aparece la palabra Brahma, cuya raíz etimológica significa "conocimiento" y "expansión", aquello que todo lo impregna. Significa, por tanto, el mundo o el universo entero manifestado. También se traduce por la Realidad Absoluta.
La experiencia de la vida nos enseña a cambiar, a mejorar, a apaciguar nuestros deseos, a equilibrar el alma. Poco a poco nos vamos haciendo más comprensivos con nosotros mismos y con los demás, más autoconscientes, más despiertos.
José Manuel Martínez Sánchez
www.prana.es
Eso es la esencia de todo, es lo que no se puede nombrar y está en cualquier parte. Lo señalamos al señalar cualquier cosa, porque está ahí, todo lo interpenetra, está a la vista donde quiera mirarse, de forma directa. Eso es el ser y el ser es eso que todos somos, en todo espacio ilimitado de percepciones, vivencias, emociones, pensamientos y no pensamientos.
por José Manuel Martínez Sánchez
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Artículo sobre meditación y respiración. Atención, meditación, respiración, yoga, pranayama, kundalini, tantra, budismo, tao, chi, chikung, advaita...
por José Manuel Martínez Sánchez
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Hablar de la personalidad y biografía de Nisargadatta, teniendo en cuenta las palabras que nos legó en sus charlas con los numerosos visitantes que buscaban su presencia, sería una especie de contradicción en cuanto a lo que él mismo quiso transmitir repetidamente. “Yo soy innacido”, solía decir.
"Usted es completo aquí y ahora,
usted no necesita absolutamente nada."
Sri Nisargadatta Maharaj
(“Yo soy Eso”.)
por José Manuel Martínez Sánchez
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En el presente trabajo se tratará de ofrecer una interpretación semiótica de la forma hipertextual del llamado ‘blog’. Para ello se expone un planteamiento analítico-descriptivo del ‘blog’ y se considera su función lingüística-cultural como nuevo canal de comunicación. Se compara esta forma de carácter hipertextual con las formas textuales tradicionales con el fin de valorar las posibilidades comunicativas y artísticas de la misma. La diferencia fundamental del hipertexto (forma del blog) con respecto al texto escrito tradicional es la ‘multisecuencialidad’. El ‘blog’ es considerado aquí, por tanto, como nueva forma de comunicación cultural (en proceso, sin temporalidad cerrada) que replantea, tanto en la forma como en el contenido, las expresiones comunicativas-culturales de nuestro tiempo a través del gran hipertexto o forma cibertextual integral: Internet.
El uso de la cita peritextual, o del elemento peritextual, como yo lo he denominado, refleja una nueva actitud creciente en la construcción poética que se asienta en el posmodernismo. Los autores posmodernos miran el pasado con ironía pero consideran que salvaguardar este pasado es una tarea digna, noble y obligada, que no está reñida con la originalidad y la creación individual que puedan aportar con sus textos a la magna Historia de la Literatura.
Una vez que comprendemos la ilusión del sufrimiento, percibido tan real por el hecho de apegarnos a él, damos el paso siguiente que consiste en aprender el desapego, en vencer los obstáculos de la ignorancia, del deseo y del sufrimiento.
Acceder al conocimiento de nuestra propia identidad puede resultar tautológico en términos generales, pues todo lo que pensemos de nosotros mismos será siempre nuestra identidad, según el ‘principio lógico de identidad’...
Una breve introducción a los fundamentos de la meditación en tanto que camino espiritual, teniendo en cuenta el silencio como el factor predominante en la consecución exitosa de cualquier acto meditativo.
No sabemos exactamente cuándo el ser humano se comunicó lingüísticamente con otros seres humanos, sabemos que se expresó simbólicamente de otras maneras como por ejemplo realizando pinturas en las cuevas. ¿Pero cuándo el homo sapiens habló por primera vez? [...] Es inquietante investigar qué ocurrió desde esas primeras interjecciones monosilábicas hasta los grandes poemas de nuestros escritores más modernos. Aquí la selección natural también conviene, en definitiva, que la creatividad artística es una capacidad que se desarrolla adaptándose al medio y superándose con el paso del hombre y de los siglos. La evolución desarrolla en el hombre aquello que le proporciona mayor posibilidad de supervivencia y el lenguaje humano, además de capacitarlo para ello, culturalmente lo justifica.
Spitzer afirma que el arte barroco no puede existir sin sus dos períodos anteriores. No se puede comprender el barroco sin el trascendentalismo medieval, ni sin la vida sensual del Renacimiento. Nos hace ver que el conceptismo y el culteranismo en el fondo son rasgos de estilo medievales. El juego con la palabra propio del conceptismo se corresponde con el espíritu del hombre cristiano, un placer divino que se permite el hombre para acercarse a Dios. El culteranismo, el uso de palabras poco conocidas, es como la actitud del cristiano hacia el latín, como lengua poderosa y ensalzada, propia de las liturgias eclesiásticas.
En el presente artículo se trata de exponer resumidamente en qué consiste la escritura terapéutica, cuáles son sus beneficios y cómo se lleva a cabo esta terapia.
Una de las funciones principales y más empleadas del arte es la representación de la belleza, es decir, el intento de mostrar o de capturar lo bello. Esta función o característica es ciertamente moderna teniendo en cuenta que el ‘intento’ es una acción consciente. Pero cuando el artista no ‘intenta’ representar la belleza es también potencial portador de ella y en su obra podrá percibirse o vislumbrarse sólo si participa en la estética, esto es, en la percepción o apreciación humana de la belleza.
La esperanza, en Zambrano, es un sentimiento humano necesario del individuo que explica el origen de las creencias. Hemos de entender que a “esperanza” debe unírsele “desesperanza”, pues un sentimiento contiene inexorablemente el opuesto. Este sentimiento puede crear una realidad que no sea real, esto es, que no sea “verdad” (alétheia), pero que le encamine a la búsqueda de ella.
Borges es un universo capaz de albergar múltiples universos. La materia creativa surge de la memoria y la imaginación surge del olvido, porque la memoria es constante pérdida y sin embargo necesita reconstruir lo perdido, esa reconstrucción ya es ficción pues no recupera la realidad sino elabora otra realidad a partir de elementos fragmentados ordenándose en la continuidad del tiempo, mirando hacia atrás, sin poder detenerse en el camino.
Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3.pdfsandradianelly
Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestra y el maestro Fase 3Un libro sin recetas, para la maestr
Instrucciones del procedimiento para la oferta y la gestión conjunta del proceso de admisión a los centros públicos de primer ciclo de educación infantil de Pamplona para el curso 2024-2025.
Proceso de admisiones en escuelas infantiles de Pamplona
Ariel o los paraísos perdidos de José Enrique Rodó
1. Ariel o los paraísos perdidos
de José Enrique Rodó
Como ya anunció Chesterton: “el hombre moderno sólo ensaya o
intenta llegar a una conclusión”. Esta conclusión puede ser la
resolución de sus utopías, y también de sus distopías. En el
ensayo –como afirmaría Adorno- “se compone experimentando
con el pensamiento” y, por supuesto, no apunta – o no debe
apuntar- a una conclusión cerrada, dirá Luckacs. El primer
ensayista, Montaigne, dialoga, como Rodó, con la cultura,
especialmente con la clásica y renacentista. Se toma este diálogo
como camino de conocimiento que no podrá desposeerse de un
obligado escepticismo, al aceptarse que la verdad no es una
realidad positiva. Pero, como escribiera Sor Juana Inés de la Cruz,
“también es vicio el saber”. El saber -así- se reelabora en
bálsamo, en conciencia mítica de una realidad justificada por la
tradición.
José Manuel Martínez Sánchez
¡Oh, qué maravilla!
¡Cuántas criaturas bellas hay aquí!
¡Cuán bella es la humanidad!
¡Oh, mundo feliz, en el que vive gente así!
La Tempestad, Acto V,
William Shakespeare
2. I
La tradición literaria nos cuenta que Ariel es un espíritu servil del
mago Próspero en La Tempestad de William Shakespeare.
También es un personaje del poema de Pope The Rape Of The
Lock. Y es –además- un demonio de la mitología judeocristiana.
Ariel, nos explica José Enrique Rodó en su obra homónima, es
“genio del aire, representa, en el simbolismo de la obra de
Shakespeare, la parte noble y alada del espíritu”. Rodó invoca a
Ariel como su numen: su inspiración deificada.
Coincide Rodó con Goethe –así lo afirma el primero- en que “sólo
es digno de la libertad y la vida quien es capaz de conquistarlas
día a día para sí”. En que cada generación debe conquistarse así
misma a través del bálsamo de su voluntad perseverante. Invoca
Rodó una juventud nueva, inspirada en los ímpetus pasados: la
Grecia clásica y todos los renacimientos postreros del espíritu
europeo. Para Rodó esa nueva conquista sugiere ‘esperanza’ y
‘entusiasmo’, ‘luz’ y ‘movimiento’: juventud. Considerarse
herederos y seguidores de esa tradición conlleva afirmar una
máxima: “Sed, pues, conscientes poseedores de la fuerza bendita
que lleváis dentro de vosotros mismos”. Una máxima, advertimos,
idealizada. Pero una máxima que encamina a la acción, que busca
3. un efecto a partir de la causa. Una máxima que niega el hastío y el
ocio como efecto y los reafirma como causa –“optimismo
paradójico”- Un <<a partir de>> totalmente legítimo,
esperanzador e necesario.
II
“Dar a sentir lo hermoso es obra de misericordia”, este será uno
de los preceptos a seguir en este nuevo planteamiento donde el
artista adquiere un papel relevante: “En el alma del redentor, del
misionero, del filántropo, debe exigirse también entendimiento de
hermosura, hay necesidad de que colaboren ciertos elementos del
genio del artista”. Hay implícita en esta mirada un anhelo de
perfección. Un anhelo que no sabe introducirse en los principios
democráticos, y que contra ellos no conviene enfrentarse. Así
Rodó nos propone una “aristarquía de la moralidad y la cultura”
inserta en unos principios democráticos de las colectividades
humanas. En oposición a esto se situaría el espíritu mediocre o
espíritu de “americanismo”. Y para luchar contra ello Rodó opone
un europeísmo de raíz grecolatina. En Norteamérica “la
prosperidad es tan grande como su imposibilidad de satisfacer a
una mediana concepción del destino humano.” Sin embargo
queda el reino del pensamiento, algo que “conquistará, palmo a
palmo, por su propia espontaneidad, todo el espacio de que
necesite para afirmar y consolidar su reino, entre las demás
manifestaciones de la vida”.
4. III
Como ya anunció Chesterton: “el hombre moderno sólo ensaya o
intenta llegar a una conclusión”. Esta conclusión puede ser la
resolución de sus utopías, y también de sus distopías. En el
ensayo –como afirmaría Adorno- “se compone experimentando
con el pensamiento” y, por supuesto, no apunta – o no debe
apuntar- a una conclusión cerrada, dirá Luckacs. El primer
ensayista, Montaigne, dialoga, como Rodó, con la cultura,
especialmente con la clásica y renacentista. Se toma este diálogo
como camino de conocimiento que no podrá desposeerse de un
obligado escepticismo, al aceptarse que la verdad no es una
realidad positiva. Pero, como escribiera Sor Juana Inés de la Cruz,
“también es vicio el saber”. El saber -así- se reelabora en
bálsamo, en conciencia mítica de una realidad justificada por la
tradición.
Con Ariel se cierra el pensamiento hispanoamericano del siglo
XIX y se abre el del XX. Se abre como renacimiento, como un
mirar “con nuevos ojos el Universo”, tal como dirá José Martí que
hizo Emerson. Y este nuevo mirar sacude también en el Universo,
de forma paralela, especialmente en Europa: con mucha más
fuerza, incluso, desde el siglo XIX, incluso desde mucho antes.
5. IV
Para Rodó “Grecia es el alma joven” y “el entusiasmo es la
palanca omnipotente”. La fundación de la nueva América debe
cimentarse, según Rodó, en la cultura helenística. Establece una
distinción entre cristianismo primigenio y helenismo arcaico: el
cristianismo de Rodó es evangélico, arcaico, originario. Es el de
la acción bondadosa o “estética de la conducta”. Para él la
democracia –como después afirmó José Saramago- no es el punto
de llegada, sino el punto de partida. La democracia convierte a la
sociedad en algo mediocre: mediocracia. “La concepción
utilitaria, como idea del destino humano, y la igualdad en lo
mediocre, como norma de la proporción social, componen,
íntimamente relacionadas, la fórmula de lo que ha solido llamarse,
en Europa, el espíritu de americanismo.”, afirma Rodó en
acuerdo con Bourget. Para Rodó no debería tratar la democracia
de igualar a todos (“igualitarismo”) sino buscar en cada individuo
sus facetas virtuosas para educarlas y desarrollarlas.
Se ha identificado una ley moral que acepta positivamente el
sofisma de la igualdad absoluta. Uno de los dos polos que Rodó
habrá de renegar será, precisamente, el igualitarismo, y el otro, su
polo opuesto, una sociedad de escogidos. Ambas son erróneas. Y
la tercera vía, pues, propuesta como fin positivo, es una
democracia noble y justa, basada en la ya mencionada
“aristarquía”.
6. V
Seguidores de la tradición del arielismo fundada por Rodó
encontramos a dos merecidamente destacables. José Ingenieros y
Pedro Henríquez Ureña. Aunque no cuajó como modelo social sí
lo hizo –y estas dos figuras son un ejemplo de ello- como modelo
cultural, literario y estético.
En el año 1913 Ingenieros publica “El hombre mediocre”. Para
Ingenieros el hombre mediocre es aquel que se define por su
ausencia de características personales. Es decir –de manera
inversamente proporcional- cuanto menos se distinga de la
sociedad más mediocre se es. Para Ingenieros “la personalidad
individual comienza en el preciso punto donde nos diferenciamos
de los demás”. Lo opuesto a la mediocridad es el idealismo: todo
que corta el idealismo tiende a la mediocridad. Para alejarnos de
la mediocridad, de este modo, habremos de tender a la excelencia.
Y el entramado de esta excelencia o idealismo va unido a la
divinidad. Ingenieros pone como ejemplos de esta excelencia a
personajes como Sócrates, Cristo, Giordano Bruno, Helvecio,
Romeo, Werther, etc. En cierta forma es una religión estética de
mártires la que adora Ingenieros. Incidiría Helvecio en el
“entrenamiento del ciudadano”, en una coincidencia del interés
individual y el colectivo. Algo así como pensó el fascismo o el
7. comunismo.
Pero, como dirá Musset, “la juventud no se resignaba”. El ímpetu
idealista crece en la pugna contra la fría mediocridad. El joven
Romeo ama ardorosamente y no le importa el suicidio si con ello
reafirma puramente la idea bella de su amor. El no querer morir
<<ahí>>, en la aceptación del fracaso, o en la propia indiferencia,
vemos modos de la mediocridad. “Vive más el que ha sentido
mejor un ideal”, dirá Ingenieros.
VI
Desde siempre el arte y el pensamiento quieren dar una forma a la
experiencia, como sentenciaría Hegel. Esa forma podrá ser de
carácter social o estético: es decir, dependerá del contenido que
revele y de la manera de interpretarlo. Si creemos ver formas de
contenido social en contenidos puramente estéticos haremos algo
parecido a lo que hizo Don Quijote con los gigantes o fríos
molinos de La Mancha.
La mediocridad –para Ingenieros- llega en el momento en que
perdemos el motor de la búsqueda de un ideal: es así acaso que la
cordura de Don Quijote llegase causada por un cansancio vital
8. (psíquico y físico) propio de la senectud. La madurez –afirma
también Juan Carlos Onetti- simboliza la pérdida del paraíso. El
término de la adolescencia marca el comienzo de la mediocridad
o la decadencia. “La máxima desdicha de un hombre superior es
sobrevivirse así mismo: nivelándose con los demás”, dirá
Ingenieros.
Para Henríquez Ureña el ideal de justicia está antes que el ideal de
cultura. La justicia es anterior, y después, deberá prevalecer el
ideal de cultura. La Justicia se corresponde con la Democracia,
pero como en Rodó, sólo como punto de partida.
Murieron jóvenes los ideales de Romeo o los de la Revolución
Francesa, reservando su cumplimiento divino en esa región de lo
ideal que reserva a la realidad un “como si” (kantiano) realizable,
pero que nos impide actuar en lo individual de la experiencia y
sólo por medio de absolutos categóricos.
Escribió Huxley –autor de otro mundo feliz que se torna infeliz en
su tecnológica realización- en un ensayo llamado Las puertas de
la percepción que “Si las puertas de la percepción fueran
abiertas el hombre percibiría todas las cosas tal como son,
infinitas”. Pero, evidentemente, estas puertas, a pesar de su
flamante apariencia, nunca están completamente abiertas, y todo
corre el peligro de tornarse en “distopía” o lo que es peor, en
9. “utopía inverosímil”.
VII
Muchos filósofos se preguntan –como el Gonzalo de La
Tempestad- qué harían si fueran reyes. Se lo preguntaron Platón
o Moro, Nietzsche o Marx.
Posiblemente los filósofos no se tomaban en serio del todo. Pero a
veces el tiempo presente exige que los tomemos en serio. Con la
suficiente madurez que otorga la experiencia. El hombre, desde
que es hombre, aprende a vivir en la colectividad. El hombre se
hace así mismo desde y con los demás. Pero también desde sí, y
ese es el camino a no evitar para no sucumbir en la mediocridad o
inapetencia de ideales.
El hombre, la “masa” -como lo denominó Canetti y Ortega- se
alza en su decadencia (Spengler) en la decadencia de su tiempo:
en su lugar. Y busca reincorporarse con aires nuevos, con la
conciencia incluso de la tragedia de dar forma a su experiencia
(Simmel): la gran tragedia de la posmodernidad. El obligado mar
al que dieron los ríos las modernas contradicciones: el alma de la
mercancía, la reverencia y mitificación de la imagen: la
10. apariencia.
Las criaturas que soñó Hefesto carecían de “timós”, del aire vital:
de la excelencia o aliento de la inteligencia. El hombre autómata
fracasa en su éxito mundano, la parcela del pensamiento moldea
su tumba. Pero los sistemas se rigen idénticos bajo la sombra,
todavía más sepulcral, del capitalismo. Las formas han alcanzado
su cumbre en la impostura de la consecución de unos ideales. “El
hombre sin atributos” es el sujeto reinante, la pálida sombra que
considera un bien y una necesidad la esclavitud y el
sometimiento: como el joven Jacob Von Gunten que describió
Robert Walser en la sofisticada escuela Benjamenta.
El nuevo mundo de ahora, entonces, ¿debe ser el viejo mundo de
antes? ¿O la posibilidad de la utopía no está rota del todo en
términos de cumplimientos de nuevos ideales? ¿Puede renacer lo
no nacido? ¿Aquella reminiscencia platónica que todavía nos
pertenece? ¿Puede la utopía superar su discurso, individualizarse?
"Revista Ves Arte", 2009. ISSN: 1889-7282