Este documento destaca la importancia de documentar y sistematizar las buenas prácticas en educación para promover la innovación y la mejora educativa. Reconoce que algunas escuelas llevan a cabo experiencias significativas, pero que sólo mediante una adecuada documentación y valoración de estas prácticas se puede lograr su multiplicación y evitar que el conocimiento generado se pierda. El propósito final es mejorar los aprendizajes de los estudiantes.