Las investigadoras llevaron a cabo una praxis para promover el intercambio cultural entre estudiantes sordos y oyentes mediante la enseñanza y aprendizaje de señas. Los estudiantes oyentes aprendieron señas de animales, colores y familias de los estudiantes sordos y viceversa. A pesar de algunos inconvenientes con el lugar, la actividad se desarrolló de forma exitosa y demostró la importancia del trabajo en equipo.