1. Cinética de distribución
La distribución de la mayoría de los fármacos se adapta bien al modelo
bicompartimental, que considera la existencia de un compartimento central y otro
periférico.
Compartimientos Fármaco Cinéticos:
El organismo humano está formado por múltiples compartimientos reales y ficticios..
Desde un punto de vista cinético suelen considerarse tres compartimientos,
atendiendo a la velocidad con que el fármaco los ocupa y abandona:
A) El Compartimiento Central
Incluye el agua plasmática, intersticial e intracelular fácilmente accesible; es decir, la
de los tejidos bien irrigados, como corazón, pulmón, hígado, riñón, glándulas
endocrinas y SNC (si el fármaco atraviesa bien la BHE).
B) El Compartimiento Periférico Superficial
Está formado por el agua intracelular poco accesible; es decir, la de los tejidos menos
irrigados, como piel, grasa, músculo o médula ósea, así como los depósitos celulares
(proteínas y lípidos) a los que los fármacos se unen laxamente.
C) El Compartimiento Periférico Profundo
Incluye los depósitos tisulares a los que el fármaco se une más fuertemente y de los
que, por tanto, se libera con mayor lentitud.
La distribución de un fármaco se considera mono compartimental cuando se distribuye rápida y
uniformemente por todo el organismo, es decir, cuando el organismo se comporta como un único
compartimiento central. En el modelo de distribución bicompartimental, los fármacos administrados
por vía intravenosa difunden con rapidez al compartimiento central y con más lentitud al
compartimiento periférico.
Absorción de fármacos por el tubo digestivo: (VIA DIGESTIVA)
También denominada vía enteral, es la más antigua de las vías utilizadas, más segura,
económica y frecuentemente la más conveniente. En ella la absorción se realiza a
través de la mucosa de todo el tubo digestivo: oral, gástrica e intestinal (tanto intestino
delgado como intestino grueso). Sin embargo hay dos localizaciones que presentan
unas características especiales: la mucosa oral y la mucosa rectal (porción terminal del
intestino grueso). En ambas mucosas, tras la absorción el fármaco se incorpora en su
totalidad o en gran parte al circuito venoso mayor que deriva directamente al corazón.
Desde ahí se distribuye por todo el organismo a través de la circulación sistémica. En el
resto de la mucosa digestiva el fármaco se incorpora, una vez absorbido, al circuito
venoso menor, que pasa por el hígado antes de llegar al corazón. Este dato es muy
importante, puesto que el paso por el hígado implica una primera metabolización del
fármaco, disminuyendo la biodisponibilidad del mismo. Es lo que se conoce como
efecto de primer paso o metabolismo de primer paso.