SlideShare una empresa de Scribd logo
1 de 16
Descargar para leer sin conexión
133
Contexto, interacción y conocimiento en el aula*
Miralba Correa Restrepo1
Universidad del Valle (Cali, Colombia)
Recibido: 15/11/2006 Aceptado:20/11/2006
«…Somos como sujetos, lo que la forma del mundo producida por los
signos nos hace ser.» Eco, U. (1990:74).
Resumen
En el artículo se realiza una revisión sobre las interacciones que se presentan en el aula
y su relación con los procesos de conocimiento en el aula. Diferentes autores plantean la
importancia del contexto. Esta investigación es fundamental como elemento de reflexión
y análisis de la proyección del psicólogo educativo y los procesos cognitivos en la
composición escrita. Adicionalmente, se analiza el rol activo del docente y el alumno en
los procedimientos autorreguladores.
Palabras claves: contexto, interacción y conocimiento
Abstract
In the article a revision is made on the interactions that appear in the classroom and its
relation with the processes of knowledge in the classroom. Different authors raise the
importance of the context. This investigation is fundamental like element of reflection
and analysis of the projection of the educative psychologist and the cognitive processes
in the written composition. Additionally, one analyzes the active roll of educational and
the student in the self-regulating procedures.
Key Words: context, interaction and knowledge
Dirección de Correspondencia: Universidad del Valle
E-mail: miralbacorrea@hotmail.com
*
Los planteamientos relacionados con la interacción recogen algunos de los hallazgos de la investigación titulada» Lenguaje y conocimiento en el aula: un
estudio de los actos de habla directos e indirectos en el discurso del maestro de primaria» de Calonje y Correa, (1995), realizada con el apoyo de la
Universidad del Valle y la financiación de la Fundación FES
1
Profesora Titular. Instituto de Psicología Universidad del Valle.
Pensamiento Psicológico, Vol.2, N°7, 2006, pp. 133-148
134
El Carácter ‘Natural’ de los contextos
¿Qué tienen de <natural> los «contextos na-
turales».?, se pregunta Jaan Valsiner, al abordar
diferentes perspectivas para estudiar aspectos del
desarrollo humano sensibles al contexto. Esta
pregunta es igualmente válida cuando se trata
de dilucidar lo que ocurre en el ámbito pedagó-
gico, en el que es corriente escuchar que se hace
observación en el contexto natural de la clase, o
que se investiga en contextos naturales de aula.
Pareciera que hay una cierta preocupación por
develar la «realidad», tal como ella se presenta.
Pero este afán es ilusorio. Lo real siempre es una
construcción mediada por algún sistema de sig-
nos y depende de la interpretación hecha por la
mente del observador. De allí que se invite a dar
algunos rodeos para precisar la naturaleza de
los contextos educativos –se dice en plural- y
para romper el mito qué hace pensar en la posi-
bilidad de tener un conocimiento más válido
cuando se tiene una «relación directa» con los
acontecimientos. Con ese propósito se precisa
qué entendemos por contexto o contextos peda-
gógicos, de qué manera o maneras inciden las
interacciones que ocurren en ellos en el avance
del conocimiento y por qué no son naturales.
Se empezará la disquisición en sentido in-
verso. Se puntualiza, en primer término la defi-
nición de natural dada por el diccionario de la
Real Academia, que a la letra dice: «Relativo a
la naturaleza. Puro, sin mezcla de manipulación».
Pero los contextos, educativos o pedagógicos,
están lejos de ser naturales. Son construcciones
socio- históricas y como tales contienen los va-
lores, creencias, temores, expectativas y metas
aceptables para cada época, participan en ellos
individuos vinculados por diferentes tipos de
relaciones y que comparten algunos principios,
con posiciones que varían de acuerdo con las
condiciones de la situación De este modo los
contextos se organizan como espacios configu-
rados por diversos sistemas de significación; se
puede entonces afirmar que los contextos- que
tienen las características ya señaladas- son siem-
pre de orden mental, dinámicos y cambiantes.
Ahora bien, ¿qué hace que los contextos
sean vivos, dinámicos?. No hay duda en señalar
al lenguaje como el elemento fundante y respon-
sable de dicha condición, con mayor razón si nos
acogemos a la posición de J.Austin, cuando afir-
ma que el «lenguaje construye realidades» y, si
además, se postula que el lenguaje es la base del
proceso comunicativo y social La relación entre
el individuo y la sociedad se da a través de él,
gracias a negociaciones interpersonales donde
se discuten y acuerdan los significados pertene-
cientes a una cultura. Una traducción libre de
las palabras de Edwards (1983, p. 39-40) nos
ilustra sobre este asunto. Según él, el término
contexto se usa para referirse a aquello que los
participantes en una conversación conocen y
entienden y que es explícito en lo que dicen,
aquello que contribuye a crear el sentido de lo
dicho. Así la noción de contexto no es física,
sino mental dado que es un parte esencial de la
relación entre discurso y conocimiento. Se re-
fiere entonces a lo que es relevante y está carga-
do de sentido para los participantes de la comu-
nicación. De allí que a partir de lo que ha sido
dicho se pueda concluir que los contextos edu-
cativos son de orden social y semiótico, no per-
tenecen al orden de la naturaleza. Ahora se de-
ben preguntar, ¿qué tan vivos y dinámicos son
los contextos pedagógicos?.
Contextos Pedagógicos e interacción
Los contextos pedagógicos son por defini-
ción espacios de lenguaje, en los que circulan
saberes específicos. De este modo, se puede jus-
tificar que el interés por el contexto lingüístico
conformado por los enunciados emitidos en la
situación de interacción y el que se otorga al ex-
tralinguistico, esto es a las características físi-
cas y sociales de la situación, no se da por las
características «objetivas», que pueden ser cap-
tadas por un observador externo, sino por las
características «subjetivas» plenas de sentido
para los propios participantes. De allí que poda-
mos considerar plausible la hipótesis de que el
establecimiento de un sistema de significados
compartidos es el resultado de un proceso de
negociaciones sucesivas hechas sobre la defini-
ción de la situación y en relación con los ele-
MIRALBA CORREA RESTREPO
135
mentos del contexto en el que tienen lugar los
intercambios comunicativos.
El aspecto que se acaba de mencionar, es
determinante para comprender la intencionali-
dad propia de la interacción comunicativa, per-
mite además, relacionar las interacciones dadas
en un contexto con sus respectivas convencio-
nes. Gracias a ello, es posible establecer si en la
comunicación se satisfacen de forma conjunta
ciertas condiciones en el momento de la produc-
ción lingüística. Desde ésta perspectiva se de-
ben tener en cuenta aquellos factores relaciona-
dos con el momento y condiciones de la enun-
ciación, las intenciones y los modos de habla.
Es así como la pragmática se relaciona con el
discurso y depende del contexto compartido.
Michael Stubbs, hace alusión a este aspecto y
confirma lo expresado por Bruner al plantear que
la comunicación es imposible, si el hablante y el
oyente no comparten algunos conocimientos y
suposiciones, lo que hace pensar que el lengua-
je y la situación son inseparables.
De tal suerte que los conocimientos y pre-
suposiciones se actualizan según los contextos.
Ahora bien, los diferentes tipos de contexto con-
tienen actos de significación, en estos, «...la gente
representa la estructura social, afirmando sus
propias posiciones y sus propios papeles, lo mis-
mo que estableciendo y transmitiendo los siste-
mas comunes de valor y de conocimiento» Ha-
lliday, (1978, p. 9). Este autor propone que una
realidad social es en sí un edificio de significa-
dos, una construcción semiótica». De allí que
sea el lenguaje el instrumento que ayuda a con-
formar esa realidad social a través del intercam-
bio de significados en contextos interpersona-
les, a la vez que resulta afectado por estos con-
textos. Halliday (1978) llama registro a este he-
cho, explicando que la lengua que se habla o
escribe varía con el tipo de situación.
Esta postura se complementa cuando Stu-
bbs plantea que «el tipo de lenguaje utilizado
por los hablantes refleja quién está hablando a
quien y cuál es le propósito de la conversación
(1983, p. 70). Por medio de la forma en que ha-
bla a sus alumnos, el profesor les comunica de
manera inevitable su definición de la situación,
la forma de relación alumno-profesor que con-
sidera apropiada. Comunica además, quien tie-
ne el derecho de controlar la conversación en la
clase y cuáles son los valores básicos de tipo
sociocultural y las relaciones de status que se
juegan en la interacción. Se trata, entonces como
propone Van Dijk (19880) de la: «reconstruc-
ción teórica de una serie de rasgos de una situa-
ción comunicativa, rasgos que son integrantes
de las condiciones que hacen que los enuncia-
dos den resultado como actos de habla». De este
modo el contexto posee elementos determinan-
tes de la aceptación, el logro o la idoneidad de
los enunciados. Este autor incluyó posteriormen-
te algunas precisiones en relación con ciertos
aspectos ligados con las emisiones del locutor:
conocimientos, creencias, propósitos e intencio-
nes denominados por Jaako Hintika como mo-
dalidades personales, que se puede completar de-
nominándolas modalidades de participación.
Este conjunto de conocimientos, creencias, etc.,
se expresan en el lenguaje por medio de trans-
formaciones modales. Sobre este aspecto se hace
un desarrollo más extenso al analizar las formas
como los maestros plantean sus preguntas y sus
aserciones.
El salón de clase como contexto, objeto de
esta discusión, es una situación social que remi-
te necesariamente a una interacción situada en
el orden del discurso. Teniendo como base esta
premisa surge la pregunta: realmente, ¿es el sa-
lón de clase un contexto social dialógico? Para
responder este interrogante, se retoman dos cri-
terios, el primero la noción de dialogicidad; el
segundo, la consideración de algunos de los ha-
llazgos observados por Correa y Calonje (1995)
en el trabajo de investigación hecho sobre las
formas de discurso y las prácticas de la (os)
maestra (os) de primero y segundo de primaria
de la ciudad de Cali. Con respecto a la dialogici-
dad volvamos sobre algunos de los planteamien-
tos de Bajtín, autor que ha sentado las posicio-
nes más esclarecedoras sobre el asunto de la dia-
logicidad y de los que se puede derivar su im-
portancia en los diferentes contextos en los que
participamos como seres humanos; estos elemen-
tos permitirán evaluar cómo funciona el salón
CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
136
de clase y qué lugar tiene la dialogicidad en el
contexto escolar.
La noción de dialogía es muy compleja. Por
esta razón es menester delimitarla en todo mo-
mento si se quiere saber de qué se esta hablan-
do. Puede entenderse en tres sentidos muy pre-
cisos: 1) como producción textual (formas de
escritura); 2) como método hermenéutico o de
lectura interpretativa; 3) o en su proyección on-
tológica. En sus tres formulaciones, la dialogía
no es algo pasivo -una forma literaria, un tropo,
una forma de leer, un pensamiento ético- es una
actividad. Se conforma así la relación dialógica
como un acontecimiento significativo, en tanto
que una de sus funciones es operar como inter-
cambio simbólico. Además lo dialógico desde
la propuesta Bajtiniana plantea que el sujeto es
excéntrico, que siempre habla desde otra parte -
como dice Freud al referirse al inconsciente- Es
así como este funcionamiento expresa la com-
plejidad de las relaciones con la palabra ajena
en todas las esferas de la cultura y en las prácti-
cas que llenan la totalidad de la vida del hom-
bre, en particular las que ocurren en el ámbito
escolar. De allí que sea menester estudiar la fun-
ción de la palabra desde el punto de vista de esta
relación mutua, así como comprender desde esta
misma perspectiva el lugar del yo y su oponen-
te el tú. Siguiendo esta línea de pensamiento nos
damos cuenta que las relaciones sociales que
constituyen la cultura escolar y los sistemas dis-
cursivos que en ella circulan están íntimamente
relacionados con las ideas y éstas a su vez con
un conjunto de sistemas éticos y de significa-
ción, ligados al conocimiento individual y co-
lectivo y a las prácticas empíricas.
La interacción dialógica en el marco de la
escuela es -o más bien debería ser-el mundo de
lo heterogéneo que lleve a la comprensión de la
polifonía de las voces, que no han de entenderse
como necesariamente acordes, sino que por el
contrario revelan las contradicciones, las luchas,
los intentos de definición, de exclusión, e inclu-
so de supresión de los puntos de vista antagóni-
cos. Todo el sentido de los postulados Bajtinia-
nos descansa sobre la premisa de que el uso del
lenguaje es dialógico- que siempre involucra a
aquellos que están presentes y a los otros que
pueden hablar o que incluso han sido silencia-
dos. Una característica primordial de las dife-
rentes formas dialógicas es la intervención de
distintos hablantes, dos o más en forme alterna-
da, además de mediar entre ellos algún tipo de
contacto, especialmente el visual, que van Dijk
(1983) denomina contacto directo cara a cara.
Es con base en esta postura que se plantea que el
discurso es el vínculo social que configuran la
identidad y el sentido de sí mismo. También es
desde allí que se le reclama a la escuela su obli-
gación de dar lugar a la diversidad de voces de
la cultura, creando de ese modo posiciones plu-
rales y divergentes entre sus participantes.
Desde esta perspectiva en el aula suceden
múltiples acciones que podrían clasificarse en
primera instancia como intrínsecamente interac-
tivas. No se dicta una clase en solitario, siempre
se necesitará de un maestro y unos alumnos. Cada
acción de una secuencia es condición previa de
la otra, o consecuencia de otra acción, ejecutada
en cada caso por personas distintas. Puede suce-
der también que varias personas (en este caso
los alumnos) se vean afectados por una acción,
en donde sólo hay un agente, el maestro, mien-
tras que los alumnos son objeto de la acción, caso
en que se consideraría la interacción como uni-
lateral.
Ahora bien, para que una interacción sea
eficaz y coherente debe cumplir requisitos cog-
nitivos y sociales. Los cognitivos exigen que los
participantes, no sólo compartan sus intencio-
nes, es decir, persigan un objetivo común o com-
plementario, sino que además sepan o supongan
que cada uno de ellos tiene claro hacia dónde
orienta sus acciones, de tal suerte que si el maes-
tro desea ejecutar la acción de enseñar con la
intención de modificar o crear el conocimiento
de sus alumnos y busca que ellos realicen actos
resultantes de sus propuestas es necesario que
los alumnos reconozcan su intención para llevar
a cabo los comportamientos esperados: apren-
der o modificar su conocimiento, construir re-
glas sociales. Esta sería la situación ideal de la
comunicación, ¿pero es así en el salón de clase?
Para responder esta pregunta se analizan los
MIRALBA CORREA RESTREPO
137
modos como operan la mayor parte de los maes-
tros que fueron observados en su trabajo en las
aulas.
Un punto de partida para enmarcar la co-
municación entre maestros y niños es postular
que el aprendizaje de los niños en el contexto
escolar depende no sólo del desarrollo cogniti-
vo de los sujetos y sus ideas previas en torno a
los contenidos, sino también del contexto social
interactivo en el que se produce, (Bruner, 1984;
Coll, 1990). Se presupone que en el salón de cla-
ses se da una situación de diálogo permanente
generador de acciones comunicativas. ¿Tiene re-
gularmente lugar su ocurrencia? ¿Cuáles son sus
características? ¿Qué importancia tiene este as-
pecto desde la perspectiva analizada?
Se observa cómo los actos de habla que es-
tructuran el diálogo entre maestros y alumnos,
pueden crear, obstaculizar o no posibilitar las
condiciones adecuadas para la comunicación.
Las preguntas, las aserciones, las órdenes, son
las formas de mediación fundamentales en los
procesos de apropiación del saber e igualmente
muestran el tipo de patrones interactivos consti-
tuidos en las aulas estudiadas. Varias condicio-
nes se requieren para que se dé una comunica-
ción exitosa entre el maestro(a) y sus niños:
a) Turnos en la Interlocución. Maestro y alum-
no deben desempeñar alternadamente los
papeles del emisor y del receptor. Esto im-
plica que los interlocutores no pueden ha-
blar al mismo tiempo: mientras el uno ha-
bla, el otro escucha y viceversa. La afirma-
ción anterior es completamente evidente,
pero, por paradójico que parezca esta regla
de la conversación se transgrede innumera-
bles veces en el salón de clase, no sólo por
los niños sino también por los maestros.
b) Mantenimiento del Tópico o contenido Re-
ferencial. El análisis del contenido referen-
cial se basa en el supuesto de que es posible
captar una parte importante del significado
de un mensaje si se identifican los referen-
tes a los que remite, es decir, si es posible
precisar aquello de lo que hablan los men-
sajes.» La referencia es un aspecto del sig-
nificado de los enunciados dependiente del
contexto: es una relación que se establece
entre los hablantes (en términos más gene-
rales, los agentes locutivos) y aquello de lo
que se hablan en cada caso». Lyons (1983,
p. 221-222). La referencia está intrínseca-
mente conectada a la existencia; no se pue-
de hacer referencia a algo inexistente, ello
sólo se puede hacerse cuando se alude a en-
tidades ficticias o hipotéticas, pero al hacer-
lo se está suponiendo que existen en un mun-
do ficticio o hipotético. El maestro tiene la
potestad de establecer el tópico sobe el que
se hablará, igualmente debe orientar su dis-
cusión.Ala vez, los alumnos gracias al prin-
cipio de cooperación deben responder a la
orientación propuesta, hasta llegar a un punto
de acuerdo o de desacuerdo que marque el
final de la discusión.
c) Los usos conversacionales en el salón de
clase, postulan que mientras el maestro ha-
bla, el alumno reacciona demostrando su
atención por medio de conductas paraver-
bales. Fundamentalmente se espera la adop-
ción de ciertas posturas y la orientación de
la mirada hacia el maestro, indicadores de
su participación en la comunicación. Cier-
tos comportamientos mímicos y gestuales
como muecas, risas, sonidos guturales, ope-
ran en ciertos momentos como obstáculos a
la comunicación. Algunas veces interrum-
pen la dinámica de la conversación alteran-
do la coherencia y la cohesión de discurso
emitido
El conjunto de condiciones señaladas en el
apartado inmediatamente anterior, juega un pa-
pel importante para dar cuenta de la construc-
ción social del conocimiento ligada a los conte-
nidos escolares. Se postula que el conocimiento
es una construcción colectiva de comprensión
compartida que se expresa en las interacciones,
y particularmente en el aula, al ser esta el lugar
destinado a enseñar y a aprender. Desde esta
perspectiva, el conocimiento no es una produc-
ción aislada porque implica el encuentro con
otros, la presencia de oposiciones, contradiccio-
CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
138
nes, el establecimiento de acuerdos, alianzas,
convenios. En este sentido la actividad del co-
nocer es compartida con otros individuos que
son sujetos activos. Se construye y se reconstru-
ye permanentemente entre los interlocutores en
función de lo que se dice, de lo que se deja de
decir, de las formas como se interpelan, de cómo
se relacionan y se comportan, de los gestos que
se hacen, en fin de aspectos que tienen que ver
con lo lingüístico, lo paralinguístico y lo quiné-
sico, en síntesis de resolver dialécticamente las
contradicciones.
Discurso e interacción en el aula
Se trata ahora de que se particularice en al-
gunos ‘hechos’ que se presentaron en las obser-
vaciones, que resultan pertinentes para el obje-
tivo de la exposición: mostrar las relaciones en-
tre lenguaje y conocimiento en la escuela. Si bien
se encontraron diferentes actos de habla de
las(os) maestra(os) sólo se retoman algunos de
ellos: las preguntas y las aserciones. El dominio
empírico de actos de habla como las preguntas
encontradas en los registros se caracteriza por
su riqueza y polivalencia. Es necesario precisar
que las preguntas pueden ser formuladas utili-
zando diferentes modalidades de enunciación:
Interrogativas, declarativas o imperativas. Estas
formas sintácticas adoptan el valor de preguntas
gracias a determinaciones de orden pragmático,
mencionadas ya muy someramente.
La definición pragmática de las preguntas
permite su clasificación en verbales o no verba-
les. Las preguntas catalogadas como no verba-
les se expresan por medio de la gestualidad del
locutor constituyéndose en expresiones en otro
registro semiótico. Siguiendo a Searle (1986, p.
75) las preguntas pueden ser consideradas como
preguntas reales y de examen. En las primeras
el hablante desea saber algo, encontrar una res-
puesta. En las preguntas de examen, por el con-
trario, desea confirmar una respuesta, desea sa-
ber si el oyente sabe o no sabe sobre el tópico
preguntado.
Las preguntas según su carácter pueden con-
vocar, o no, una respuesta. Esta posibilidad de
convocatoria de la respuesta está en su naturale-
za misma y no depende de la disposición del des-
tinatario para contestarla o no; ellas pueden lle-
gar a convertirse en un procedimiento eficaz para
promover el conocimiento en la escuela, sin
embargo el valor de la pregunta como fuente de
reflexión se debilita por los propósitos que tie-
nen los maestros observados al hacerlas. Ahora
bien, no todas las preguntas poseen el mismo
carácter, algunas están orientadas a solicitar in-
formación sobre un asunto, entre estas se encuen-
tran aquellas que el maestro anuncia conocien-
do de antemano la respuesta. Muy pocas pre-
guntas se formulan para buscar en el alumno un
conocimiento genuino, tratando de encontrar
respuestas sobre tópicos que el maestro desco-
nozca. Otras reclaman respuestas puntuales y
finalmente están las que buscan compartir al-
gún tipo de experiencia.
Una de las razones del maestro, para for-
mular preguntas es constatar si el alumno tiene
una información determinada sobre el tema ex-
puesto. Pero quizá éste no sea el propósito más
importante, en ciertas situaciones el preguntar
apunta a la transformación de algunos compor-
tamientos, a la constitución de otros, al cambio
de la relación interlocutiva, establecida entre él
y los alumnos. Compete únicamente a los maes-
tros hacer preguntas de confirmación de conoci-
mientos. Estas peticiones permiten al docente
controlar la atención y la participación de los
alumnos y de muchas maneras confirmar su rol
como autoridad. Las preguntas cuyo pronóstico
es la confirmación de conocimiento en los alum-
nos los lleva a un solo tipo de respuestas. En
todas las aulas estudiadas se constata esta regu-
laridad. En las secuencias de discurso que tie-
nen este propósito se registran preguntas de los
maestros que pueden o no suscitar respuestas.
Cuando lo hacen estas se caracterizan por su bre-
vedad, contienen una palabra o a lo sumo una o
dos frases, de hecho se da el caso, relativamente
frecuente en un grupo significativo de maestros,
de secuencias en las que el maestro formula las
preguntas y obtiene en su mayoría como respues-
ta el silencio de los alumnos. Así la maestra o el
maestro los interpele designándolos explícita-
MIRALBA CORREA RESTREPO
139
mente como sus destinatarios mediante el em-
pleo de diversos procedimientos, como apela-
ciones directas en forma de preguntas, asevera-
ciones, órdenes, indexicales personales o índi-
ces espaciales. Es también común que pregun-
tas o intervenciones hechas por los alumnos en
torno al tema tratado no sean consideradas por
el maestro.
Una gran parte de las sesiones de preguntas
y respuestas se sitúa en un nivel intelectual muy
precario, al no exigir la utilización de razona-
mientos complejos como parte de su repertorio
de intervención. La rutinización de ciertos es-
quemas impide la formulación de preguntas es-
timulantes. Es interesante observar como en las
actividades en las que se estimulan las interven-
ciones de todos los alumnos el uso de preguntas
genuinas se incrementan notablemente. Esto
parece indicar que la participación depende de
la manera como se estructura la situación de
enunciación. La participación de buena parte del
grupo en sesiones de preguntas – respuestas ru-
tinizadas podría considerarse como una forma
del alumno de seguir las orientaciones del maes-
tro y hacer lo que él quiere. El silencio, forma
reiterada de los comportamientos de los alum-
nos, estaría indicando su negativa en la partici-
pación de actividades caracterizadas como ruti-
narias en las que la información es conocida,
redundante o fácilmente previsible.
En este tipo de estructuras de interacción
las posibilidades de intervención se encuentran
limitadas por la clase de preguntas enunciadas
por los maestros. Sus opciones son reducidas
pues sus respuestas deben ajustarse a lo que es-
tos esperan que digan. He aquí un ejemplo: La
profesora se encuentra haciendo un ejercicio de
matemáticas y ha escrito en el tablero varias su-
mas. Se detiene por un momento y pregunta:
¿Qué número he escrito en el tablero?
¿Cuántas unidades tenemos aquí? ¿Cuántas de-
cenas? La maestra posee las respuestas y en este
caso lo que busca es centrar la atención de los
niños, no verifica su conocimiento al no otorgar
la palabra para obtener así sea una o dos de las
respuestas que las preguntas admiten.
Es frecuente encontrar actividades como re-
pasos del tema o sesiones de preguntas y res-
puestas en las que los alumnos son convocados
a adivinar lo que el maestro está pensando. En
una clase de ciencias la profesora pregunta, sin
convocar a ninguno de los niños a responder:
¿Por dónde corre la sangre? ¿Saben de qué co-
lor es nuestra sangre?
Las imágenes que el maestro tiene de las
posibilidades de participación de sus alumnos
se expresa en este tipo de interrogatorios así
como las formas como se representan los proce-
sos de reproducción de conocimiento. Si un
maestro privilegia la repetición como un meca-
nismo indispensable para aprender, encontrará
justificable promover este tipo de interacciones.
Otras preguntas son denominadas de «cole-
tilla». Estas son expresiones intermediarias en-
tre afirmaciones y preguntas. Las afirmaciones
suponen que el hablante solicita un consenso por
parte del oyente. Las preguntas, por su parte,
exigen respuestas del auditor quien tiene la res-
ponsabilidad de contestar. En las preguntas de
coletilla, el oyente tiene la libertad de responder
o no. La entonación ascendente marca la pre-
gunta que se infiere justamente en la existencia
de esa pauta de entonación. Tienen una entona-
ción descendente que se encuentra más próxima
a una afirmación, expresando de este modo la
certidumbre de que el oyente estará de acuerdo
con el contenido de la pregunta. Ejemplo: Juan
se ha marchado, no es verdad? Aquí, el giro in-
terrogativo que acompaña la interrogación es una
estrategia del hablante para confirmar su decla-
ración de que Juan se ha ido.
Las preguntas de coletilla se ubican en el
campo de la cortesía. Cuando existe el riesgo de
alguna posible amenaza para el interlocutor,
quien habla utiliza diferentes estrategias: hace
algunas aclaraciones o presenta la instrucción
requerida para comprender la razón de la pre-
gunta, de ese modo el locutor y el alocutario
colaboran – tengo que salir ya, profe? – expre-
sión dicha por un niño frente al llamado de un
profesor de otro curso. En el caso de máxima
amenaza se hacen preguntas con un valor de soli-
CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
140
citud de permiso. Ejemplo: Puedo mirar en el
libro para copiar las palabras?, emisión hecha
por un niño al resolver un ejercicio impuesto por
el maestro.
Por su parte los enunciados interrogativos
con valor de pregunta tienen generalmente fun-
ciones que rebasan la solicitud de información.
Hintika (1981, p. 56) afirma que las preguntas
contienen un doble aspecto: La especificación
de información, carácter epistémico y una soli-
citud de respuesta, carácter comunicativo. Se en-
cuentran así dos operadores: el imperativo y el
epistémico. De acuerdo con lo anterior, el sig-
nificado de las preguntas no se reduce a su ca-
rácter proposicional. En ellas se pueden encon-
trar cuatro partes diferentes: desideratum, reve-
la el estado epistémico que el emisor pretende
lograr; el operador imperativo, refleja la peti-
ción contenida en la pregunta; el aspecto presu-
posicional hace parte de la proposición y se en-
cuentra afirmado implícitamente en ella. La re-
lación entre forma gramatical y uso es multifor-
me. Esta multiformidad ocurre por el redescu-
brimiento en el enunciado de las diferentes in-
tenciones del hablante. Tradicionalmente, la cla-
sificación de las preguntas, ha superpuesto dos
criterios: formales y pragmáticos. Esta división
es inadecuada por cuanto el enunciado contiene
a la vez elementos tanto gramaticales como prag-
máticos. Los valores que adquieren las emisio-
nes interrogativas en el discurso son consecuen-
cia por un lado, de los valores de la representa-
ción y de las intenciones del hablante, y por otro
de las condiciones que rodean la emisión. Por
ello, es inadecuado derivar las emisiones inte-
rrogativas exclusivamente de la forma gramáti-
cal o de los aspectos pragmáticos.
En los enunciados interrogativos con valor
epistémico, el emisor construye una serie de hi-
pótesis en torno al conocimiento que el receptor
debe poseer acerca del tópico objeto de la pre-
gunta. En los casos donde el valor epistémico es
fuerte, si el hablante considera que el oyente des-
conoce absolutamente el tema en cuestión, qui-
zás utilice formas interrogativas que le permitan
precisar cuál es el grado real de desconocimien-
to y qué otros conceptos posee el oyente que,
eventualmente, pueden ayudarle a acceder a esta
nueva información. Cuando el hablante presu-
me que el oyente tiene algún conocimiento so-
bre el tópico en cuestión, sus preguntas podrían
orientarse hacia la búsqueda de confirmación del
nivel de conocimiento supuesto. Por otro lado,
también el hablante realiza una serie de consi-
deraciones sobre su propio conocimiento del
tema.
El maestro hace uso de la intertextualidad a
partir de elementos que retoma de los conoci-
mientos aportados por los niños, sean extraes-
colares o escolares. El hecho de incorporar es-
tos conocimientos amplía la perspectiva de la
discusión y, aunque tácitamente expresado, pue-
de producir cambios significativos en la posi-
ción de los alumnos frente al maestro, ligadas
con el valor de reaseguramiento que se sustenta
en una autoimagen positiva. Muchos de estos co-
nocimientos provienen de textos diferentes a los
indicados previamente por el docente. En este
tipo de pauta interactiva tanto el grupo de maes-
tros estudiados como los alumnos registran dis-
tintos comportamientos:
El maestro emplea diferentes clases de re-
cursos argumentativos. Utiliza también experien-
cias cotidianas para mostrar las semejanzas exis-
tentes con algún tipo de conocimiento científi-
co. Usa fenómenos conocidos por los alumnos
para mostrar y estudiar las semejanzas o las di-
ferencias con aquellos que se están estudiando.
Identifica las variables que interviene en el fe-
nómeno estudiado y en otros para analizar hasta
que punto pueden considerarse iguales y en cuá-
les aspectos son diferentes.
Usa pruebas empíricas que ejemplifican los
conceptos estudiados. Utiliza contra ejemplos
que operan como un punto de vista distinto que
tiene que ser cuestionado con razones; igualmen-
te. apela a la confrontación de puntos de vista.
Esta secuencia interactiva representa según esta
autora el nivel más alto de organización argu-
mentativa representado en las clases por ella es-
tudiadas. En los registros hechos a los maestros
en esta investigación, este tipo de estrategia sólo
es utilizado por dos maestros del total de la po-
blación. Detengámonos ahora en el análisis de
MIRALBA CORREA RESTREPO
141
las aserciones encontradas en el discurso de los
maestros.El análisis del corpus ha permitido
identificar en el transcurso de las clases tres for-
mas de proceder en relación con los contenidos
enseñados. Estas formas se denominan como
aserciones referenciales de procedimiento y de
control.
Antes de caracterizar cada uno de los tipos
de aserciones vale la pena que se recuerda el pro-
blema del enunciado asertivo. Los enunciados
asertivos o descriptivos desde una perspectiva
de acción discursiva pueden asimilarse a lo que
Austin (1971) denominó enunciados constituti-
vos con función descriptiva y valor lógico,
opuestos a los enunciados performativos, sin
valor de verdad y empleados más para hacer que
para decir.
Sin entrar a polemizar sobre la pertinencia
o no de la discusión anteriormente planteada se
destaca el hecho de que al decir o asertar X tam-
bién se postula sobre una forma de hacer. Frente
a la aserción: «las palabras sinónimas son aque-
llas que portan el mismo significado» proferido
por una maestra en clase corresponde explícita-
mente el performativo: yo afirmo que las pala-
bras sinónimas... etc. Donde además de asertar
sobre un concepto se representa la posición del
sujeto de la enunciación. A este respecto Kriste-
va (1975, p. 232) afirma que: «Es evidente que
si la función asertiva propia de la predicación
concierne tanto al objeto afirmado como al su-
jeto hablante que afirma lleva en ella misma las
posibilidades de todas las modalidades de la
enunciación».
Al estar representado el sujeto de la enun-
ciación en el enunciado descriptivo, la dicoto-
mía enunciado descriptivo–enunciado modal ya
no es pertinente. Las representaciones y cance-
laciones del sujeto forman parte de las estrate-
gias discursivas de las que es responsable el su-
jeto de la enunciación. Una primera conclusión
que se desprende de los planteamientos anterio-
res, es la posibilidad de introducir la perspecti-
va performativa en el estudio de las modalida-
des y observar como señala Zuber (1973, p. 6),
los enunciados modales como «Actos Individua-
les de enunciación».
Al introducir el «acto individual de enun-
ciación» se cambia de manera sustancial el tra-
tamiento que desde la lógica se ha dado a las
modalidades. Ya no se trata de la verdad o la
falsedad de las proposiciones. Igualmente se
pone en cuestión el planteamiento lógico sobre
referencia y verdad. Con respecto a la referen-
cia ésta adquiere una nueva dimensión y en la
dirección en la que arguye Todorov (1973) cuan-
do afirma que «el problema de la referencia está
estrechamente ligado a la enunciación (...). La
cuestión de la verdad, subordinada a la de la re-
ferencia, es igualmente inconcebible fuera de la
enunciación, en sí mismo un enunciado no es
verdadero ni falso, deviene como tal únicamen-
te en el curso de una enunciación particular»(p.
64). Conceptuado de este modo la verdad de un
enunciado no es una propiedad que le sea intrín-
seca, inmanente o constitutiva, es una propie-
dad adquirida en el recorrido de su actualiza-
ción discursiva.
Las consideraciones anteriores sirven de
fundamento a la clasificación del tipo de aser-
ciones hechas por el maestro en sus clases. En
un esfuerzo constante por ir de los hechos a la
teoría y de ésta a los acontecimientos se encuen-
tra al analizar los registros de clase los tres gran-
des tipos de aserciones señaladas al inicio de este
apartado: referenciales, procedimentales y de
control del comportamiento. Se analiza la fun-
ción de cada una de ellas.
Las aserciones referenciales consisten bá-
sicamente en el uso que el maestro hace de dife-
rentes recursos de información específica, rela-
tiva a los contenidos curriculares, informacio-
nes que los alumnos deben atender y seguir. Su
función principal, desde el punto de vista ins-
truccional, es ofrecer las condiciones para la
comprensión de los tópicos explicados. El pa-
trón de actuaciones en este caso es la explica-
ción del profesor y el seguimiento que de ella
hacen los alumnos. En este «patrón» compuesto
por explicación – seguimiento- el profesor mues-
tra la información nueva o la información vieja
desde el tablero, situado en la parte delantera de
la clase. Además, se apoya en dibujos, esque-
mas, gestos y ejemplos que los alumnos deben
CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
142
seguir atentamente, consignando en sus cuader-
nos tales explicaciones. Puede considerarse que
esta situación, cuando existe efectivamente un
seguimiento de los alumnos, promueve una ac-
ción y atención conjuntas. Si ello no es así, y lo
es con mucha frecuencia en las clases observa-
das, este propósito no se cumple. Analizando el
conjunto de registros se encontró que los profe-
sores dedican 14,5% del tiempo a la producción
de enunciados referenciales. Este porcentaje tan
bajo es ya un índice importante para mostrar el
carácter de las actividades ejecutadas en clase y
la posición epistémico-actitudinal de los maes-
tros.
En cuanto a las aserciones procedimentales
se incluye el conjunto de actos de habla cuya
función es indicar procedimientos o estrategias
para resolver una tarea, un problema, un ejerci-
cio. También se consideran aquí, aquellos actos
de habla emitidos con el propósito de inducir a
los niños a ejecutar tareas de rutina: tipo de cua-
dernos a usar, modos de distribución en el espa-
cio, cantidad de ejercicios a realizar. En este
patrón de actuaciones se destacan dos caracte-
rísticas. En primer lugar, ofrece un marco alta-
mente pautado y controlado por el maestro en el
que los alumnos pueden participar de diferentes
formas. En segundo lugar, este patrón facilita el
mantenimiento de la referencia compartida en-
tre el maestro y el o los alumnos participantes.
En las clases observadas este tipo de patrones
de acción conjunta se establecen entre el profe-
sor y el alumno o entre este y un grupo pequeño
(máximo tres niños), mientras esto ocurre algu-
nos alumnos trabajan individualmente o en pa-
rejas, mientras que los demás no logran centrar
su atención en las tareas propuestas. El porcen-
taje de tiempo dedicado por el conjunto de pro-
fesores a este tipo de aserciones es del 35%.
En las aserciones destinadas al control del
comportamiento se incluye el conjunto de actos
de habla usados por los maestros para modificar
la conducta de los niños con el propósito de man-
tener el orden y crear las condiciones considera-
das por ellos como necesarias para el desarrollo
de los procesos de enseñanza – aprendizaje. Cabe
destacar el tiempo 51.5% dedicado por los maes-
tros a la emisión de enunciados de este tipo. La
comparación entre el tipo de preguntas y aser-
ciones emitidas por los maestros ponen en evi-
dencia el porcentaje de tiempo en que los maes-
tros trabajan conjuntamente con los niños. Una
discusión sobre los efectos de esta forma de re-
lación se da en el último apartado. Con el pro-
pósito de contar con más elementos para esta
discusión, a continuación puntualizamos en los
modos de ocurrencia de las interacciones en el
contexto del aula.
Tipo de patrones de interacción encon-
trados en el aula
Hecha la contraposición entre las pregun-
tas y las aserciones del maestro y una vez seña-
lado el tipo de posición epistémica a la que da
lugar, se tratará de mostrar cuales son los efec-
tos de estas posiciones en la construcción de re-
laciones sociales en el aula, puestas en eviden-
cia en el tipo de patrones interactivos allí confi-
gurados. Los intercambios maestro alumno que
tiene lugar durante el desarrollo de una clase tie-
nen una organización cuyos componentes son:
el espacio, el tiempo, la duración del evento, las
personas que intervienen en él y los tópicos pro-
puestos.
La interacción, en los salones de clase estu-
diados, no opera siempre con la lógica de la es-
tructura de intercambio profundo que según Sin-
clair y Counthard (1975) es típica de muchas de
las aulas observadas por ellos: I. iniciación del
maestro, corresponde una R. Respuesta del alum-
no, frente a los cuales se produce inmediatamente
después una E, evaluación del maestro de lo di-
cho por el alumno. Los autores designan esta
última intervención como una F correspondien-
te a feedback. Más bien ocurren diferentes es-
feras de interacción, que sirven de base para la
esquematización de lo que ocurre en el aula.
Al analizar las transcripciones de las clases
encontramos diferentes patrones de intercambio:
(Maestro –Alumno), (Alumno – Maestro,Alum-
no), – (Alumno, Maestro – Alumno – Alumno –
Maestro) Estos patrones de intercambios entre
maestros y alumnos se pueden esquematizar así:
MIRALBA CORREA RESTREPO
143
Primer Tipo
En este tipo de patrón la intervención la ini-
cia siempre el maestro. El patrón es fundamen-
talmente unidireccional, estos es, el maestro es-
tablece muy pocas interacciones efectivas con
los alumnos. Informa, ordena, no formula pre-
guntas, y si, eventualmente, aparecen no espera
que sean respondidas. Esto se deduce porque si-
gue hablando y no hace gestos o ademanes que
indiquen una convocatoria de participación del
alumno, que dé lugar a los turnos en la conver-
sación
Segundo Tipo
Se observan varias parejas de niños interac-
tuando entre ellos sin prestar atención a las pro-
puestas de la maestra.
Se dan dos modalidades en este tipo de pa-
trón, el maestro inicia la intervención (Mi) y el
alumno responde a la demanda de participación
(Ar). En la segunda modalidad nuevamente es
el maestro quien inicia el intercambio, el alum-
no da una respuesta y el maestro interviene nue-
vamente siguiendo la conversación a partir de la
respuesta dada por el estudiante. El carácter de
esta interacción es unidireccional en el primer
caso y bidireccional en el segundo. Aun cuando
muchas de las intervenciones de los maestros y
alumnos sobre los contenidos se banalizan, éste
patrón de intercambios refleja una posición más
activa de maestros y alumnos en la situación co-
municativa del aula, en una relación cara a cara.
El tipo de actos de habla predominantes en este
intercambio son preguntas de carácter cerrado o
aquellas de tipo puntual, dirigidas a constatar en
los alumnos la realización de ciertas activida-
des, la preparación de útiles de escritorio, libros,
etc.
Tercer Tipo
Este patrón comporta relaciones más simé-
tricas donde participan el maestro y varios alum-
nos. Puede esquematizarse así:
Se observan varias parejas de niños interac-
tuando entre ellos sin prestar atención a las pro-
puestas de la maestra.
En este tipo de patrón interactivo se obser-
va una diversidad mayor de actos de habla: pre-
guntas, comentarios explicativos, aserciones que
revelan la ocurrencia de una actividad conjunta
llevada a cabo en esta esfera de interacción. Ge-
neralmente, estos subgrupos se dedican a resol-
ver algún tipo de problema: cotidiano, académi-
co o social.
Cuarto tipo
Un cuarto tipo de patrón es el que se da gra-
cias a la constitución de esferas de interacción
entre pares, paralelas a las establecidas por el
maestro con un alumno o pequeños grupos de
alumnos. De este tipo se encuentran dos varian-
tes: La primera se refiere a interacciones Alum-
no – Alumno, la segunda alude a interacciones
de varios alumnos.
El esquema correspondiente a esta situación
es el siguiente:
CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
Mi A
Mi Ø A
Mi
Ar
Mc
Mi Ar
Mi Ar1
Ar2
Mr
Mi Ar Al mismo tiempo y de una
forma paralela uno o
144
Varios grupos de alumnos establecen otras
esferas de Interacción que pueden graficarse así:
La constitución de distintas esferas de inte-
racción pone en evidencia las posibilidades de
relación que de todas maneras se otorgan los ni-
ños. Igualmente, revelan la dificultad que en
muchas ocasiones tienen los maestros para man-
tener el control del grupo, o para centrar la aten-
ción en un tópico de trabajo.2
De acuerdo con las condiciones adoptadas
para analizar las transcripciones que conforman
el corpus, cuando el maestro y el alumno hablan,
sus intervenciones se indican utilizando una i,
cuando responden se utiliza una R. La situación
en la que maestro habla y no se produce respuesta
por parte del alumno se indica con el signo 0,
los vectores señalan un intercambio.
Las distintas posibilidades resultantes son
las que indican a continuación. La primera pue-
de caracterizarse como una posición unipartita
y vacía, la segunda y tercera como bipartitas,
aunque de diferente carácter porque la segunda
es unidireccional y lateral es bidireccional. La
cuarta es tripartita y la quinta dicotómica uni, bi
o tripartita. El carácter tripartito se refiere a la
participación de tres personas en la conversa-
ción.
Parece importante resaltar la presencia de
dos constantes, una el uso reiterativo de actos
de habla encaminados a ordenar, advertir y re-
criminar y el número reducido de actos de habla
destinados a la explicación. Otra, la plurifuncio-
nalidad de los actos de habla que conllevaría, si
se diera la oportunidad, a producir una gama más
amplia de posibles respuestas. Sin embargo, ello
no es cierto porque en muchas ocasiones esta
pluralidad está encaminada a afianzar las órde-
nes o a mantener el control.
Con base en los resultados del estudio es
posible sintetizar las características de los inter-
cambios que se observaron en los salones de
clase, así se puede afirmar que:
• El maestro interviene en algunos casos, más
allá del 80% de las veces.
• Existe una tendencia generalizada a estable-
cer patrones de tipo M-A, de carácter uni-
direccional.
• Los enunciados emitidos por el maestro son
básicamente órdenes.
• Las interacciones de los alumnos se circuns-
criben a informar, repetir o contestar pre-
guntas que en la mayoría de los casos son
retomadas por el maestro para avanzar en
la explicación o en la aclaración de un tema.
• La contra argumentación entre maestro y
alumnos se halla prácticamente ausente de
las actividades escolares de los cursos ob-
servados: primero, segundo y tercero de pri-
maria
Si bien no es posible plantear conclusiones
definitivas sobre el efecto de este tipo de patro-
nes sobre el conocimiento de los niños sí se ade-
lantan algunas afirmaciones que parecen plausi-
bles. En primer lugar, la interacción en el salón
de clase está estructurada para conducir a los
alumnos hacia la compresión de diferentes tipos
de conceptos. Las pocas interacciones en las
A1
Mi A2
A3
A4
1. A1 Ar
2. A2 Ar
A3 A4r
A5
2
Los esquemas anteriores están graficados mediante convenciones, signo
y líneas. Puede resultar mucho más comprensible su lectura si se ex-
plícita a que corresponde cada una de las convenciones. Así M repre-
senta al maestro, A1, al primer alumno que interviene, A2, como el
segundo y así sucesivamente. Se utiliza un sistema de vectores para
indicar el modo de relación. Si es horizontal muestra una relación uno
a uno, si es vertical señala la participación de un tercero. Los vectores
pueden ser de una solo vía o de doble vía. Aquellos de doble vía co-
rresponden a intercambios denominados bipartitos. Se usa además el
signo 0 para indicar que no hay interacción.
MIRALBA CORREA RESTREPO
145
que se da una acción conjunta en torno a una
situación específica de aprendizaje, muestran
como los maestros ignoran o al menos parecen
desconocer la importancia de promover inter-
cambios que conduzcan al establecimiento de
juicios, procesos de razonamiento, o de posicio-
nes críticas, necesarios para la construcción del
conocimiento. Ignoran, además, que el alumno
crea nuevos modos de pensar y puede reafirman
los que posee en las diversas relaciones que con-
trae durante su vida, entre ellas, las que estable-
ce en la escuela.
Las observaciones y el procesamiento de los
datos encontrados llevan a plantear que parece
existir un desconocimiento sobre los efectos de
la interacción en la construcción del conocimien-
to, no se es muy consciente de que mediante ella
el alumno reorganiza sus procesos de pensamien-
to, avanzando en la comprensión de los proble-
mas. A este respecto Vigotsky planteó que la
comprensión de los niños se ve moldeada, no
sólo a través de encuentros de adaptación con el
mundo físico, sino, también, por medio de expe-
riencias comunicativas y por su relación con un
mundo de signos. Este mundo es básicamente
cultural, no es simplemente físico o aprehendi-
do perceptivamente. Tiene un sentido y una sig-
nificación específicas, resultado principalmente
de la experiencia de los individuo con el lengua-
je y con los otros sistemas semióticos.
Los patrones de intercambio descritos son
característicos de la relación maestro – alumno
establecida en las clases observadas. En cada uno
de ellos se presentan mecanismos particulares
mediante los cuales el maestro conserva la ini-
ciativa de la conversación. Los papeles de quie-
nes intervienen en esta relación, se actualizan y
mantienen mediante estrategias de discurso apro-
piadas al contexto del aula .
Si se retoman el tipo de preguntas y las aser-
ciones hechas por los maestros y se comparan
con los patrones interactivos se encuentra una
relación significativa entre la posición epistémica
del maestro y el tipo de patrones de interacción
establecidos con los alumnos.Aquellos que asu-
men una postura epistémica más cerrada tien-
den a establecer los patrones 1 y 2; en ese caso
se da mayor número de esferas de interacción
entre los niños, que operan de forma paralela a
la establecida por el maestro y los demás niños.
Aquellos maestros que muestran la posición epis-
témica más abierta a la negociación establecen
patrones interactivos del tercer tipo.
En un trabajo posterior que intenta explorar
los patrones de interacción se ha encontrado con
algunas maneras de interactuar con los alumnos
que se distancian de las ya descritas. Se trata de
intercambios propiciados por una maestra cuan-
do propone a los niños la corrección de un cuen-
to escrito por ellos, en estos intercambios no sólo
da cuenta de una posición epistémica sino que
cumple las diferentes condiciones de las rela-
ciones dialógicas, que señalamos de manera ex-
tensa al enmarcar esta exposición. Este patrón
recuerda una figura de red, o aquellas con las
que se representan los sociogramas. Todos los
miembros del grupo interactúan entre sí en tor-
no al problema de la corrección. Una síntesis muy
apretada de lo que ocurre permite afirmar que:
• Tanto los niños como la maestra respetan
las diferentes reglas de la conversación
• La participación es distribuida equitativa-
mente.
• Los tópicos de la discusión se mantienen a
lo largo de la actividad.
• Se da una autorregulación de la participa-
ción.
• Las diversas participaciones son acogidas
con atención y respeto.
Este tipo de patrón se puede esquematizar
del siguiente modo:
Mi A1 An
A2 A3 A4
Todos los niños responden a las iniciativas
del maestro y discuten sobre sus propuestas y
las de sus pares, manteniendo una circulación
constante en la participación.
CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
146
Al observar el desempeño de las maestra(os)
se puede afirmar que la dinámica de las interac-
ciones depende en buena medida del grado de
cooperación que se logre establecer entre los
actores escolares para crear y sostener los com-
promisos recíprocos establecidos. Sin embargo,
vale la pena señalar que la actuación del maes-
tro en este sentido es decisiva puesto que no sólo
ha de implicarse de tal modo que sea accesible a
los alumnos sino que ha de crear las condicio-
nes para que estos a su turno lo sean. Lo que no
es para nada evidente en estas relaciones es el
hecho de que el maestro también resulta afecta-
do. Sus intervenciones y las de los alumnos de-
terminan cambios tanto en sus propios compor-
tamientos como en el de los otros. Cada encuen-
tro origina nuevos significados porque da lugar
a cambios en los interlocutores: en cada nueva
relación los sujetos que intervienen no son ne-
cesariamente idénticos aunque en apariencia si-
gan siendo los mismos.
Metacognición e interacción
Se cree que es pertinente recoger lo dicho
hasta el momento, señalando los efectos de la
interacción sobre el conocimiento, en particular
en lo relacionado con la metacognición. Según
Flavell, la metacognición consiste en una serie
de procesos que conducen a los niños al conoci-
miento de sus capacidades y a poder controlar
sus actuaciones en diferentes tareas, entre ellas
la comprensión y la producción de textos. De
allí que el énfasis en funcionamientos metacog-
nitivos permita entender cómo los niños van ad-
quiriendo un mayor conocimiento sobre sus pro-
cesos mentales y la forma como los van regu-
lando al resolver diferente tipo de problemas,
en este caso cuando leen y escriben.
Tal como se ha señalado, los diferentes ti-
pos de patrones de interacción llevan a los niños
a algún tipo de saber. Indudablemente, que es en
el último patrón descrito donde se promueve una
mayor cantidad de razonamientos de orden me-
tacognitivo. La actividad cooperativa, el proce-
so de soluciones compartidas y el resolver los
interrogantes y las dudas con respecto a la tarea
de escritura propuesta proporcionan una fuente
adicional de andamiaje para el aprendizaje, en
contraste con el que tendría cada niño por sepa-
rado. Diferentes autores están de acuerdo con
señalar que en el contexto de la interacción coo-
perativa en un grupo de pares que colaboran en
la resolución de una tarea, el control de la acti-
vidad es trasladado al grupo y distribuido entre
sus miembros.
Por otra parte la cognición distribuida divi-
de la carga de trabajo cognitivo, permitiendo al
grupo completar de manera conjunta lo que nin-
guno de sus miembros podría conseguir por si
sólo. Es innegable que es particularmente ven-
tajoso que cada compañero contribuya con com-
petencias que no están en el repertorio del otro
y que pueden hacer las veces de un mecanismo
de andamiaje, dado que la competencia del com-
pañero menos capaz es activada por la guía que
provee el compañero más capacitado (Khun,
2001). Además de la interacción existen otros
mecanismos que contribuyen al aprendizaje de
la tarea, como son: el conflicto sociocognitivo y
la coconstrucción del conocimiento, cruciales
para promover la metacognición (Mateos citan-
do a Palinskar y Webb 1998).
El intercambio social sirve de escenario
donde las representaciones, percepciones, creen-
cias, actitudes, opiniones y formas de pensamien-
to de unos y otros sujetos enseñan diferencias
frente a un problema; Las discrepancias que se
presenten generan conflictos de carácter socio-
cognitivo que obligan al sujeto a explicitar, ela-
borar y justificar sus propios puntos de vista, de
tal forma, que pueda confrontarlos con las pers-
pectivas de los otros.
Las confrontaciones entre los pares permi-
te objetivar los diferentes conocimientos, de tal
suerte que: «La comunicación verbal de nivel
de entendimiento metacognitivo se externaliza,
haciéndola explícita; el beneficio potencial de
la colaboración es bien captado en la teoría del
orangután; si tengo algunas nuevas ideas y voy
a un cuarto con un orangután para explicárselas,
MIRALBA CORREA RESTREPO
147
Referencias
Austin,J. L (1971). Palabras y acciones. Cómo
hacer cosas con palabras. Buenos Aires:
Paidós.
Baktin, M. y Voloshinov (1992) El marxismo y
la filosofía del lenguaje. Alianza editoria,
Madrid. Obra publicada inicialmente en
1929.
Bruner, J. (1995) Actos de significado. Más allá
de la revolución cognitiva. Madrid: Alian-
za Editorial.
Bruner, J. (1988) Realidad mental y mundos
posibles. Los actos de la imaginación que
dan sentido a la experiencia. Madrid: Ge-
disa
Calonje, P. y Correa, M. (1995) Discurso, Co-
nocimiento e Interacción en el Aula: Un
estudio sobre los actos de habla directos e
indirectos en el discurso del maestro de pri-
maria. Informe Final de Investigación. Cali:
Universidad del Valle.
Coll, C. (1995). Actividad conjunta y habla: una
aproximación al estudio de los mecanismos
de influencia educativa. En P. Fernández
Berrocal y M. Angeles Melero (Eds.) La
interacción social en contextos educativos.
Madrid: Siglo XXI.
Eco, U. (1977). Tratado de semiótica general.
Barcelona: Lumen.
Eco, U. (2000). Semiótica y filosofía del lengua-
je. Barcelona: Liberduplex. S.A.
Flavell. J. (1976). Metacognitive aspects of pro-
blem solving. En L. B. Resnik (Ed), The
Nature of Intelligence. Hillsdale, NJ:
Lawrence Erlbaum.
Flavell. J. (1979). Metacognition and cognitive
monitoring: A new area of cognitive – de-
velopmental inquiry. American Psycholo-
gist, 34, 10, 906–911.
Flavell. J. (1987). Speculation about the motive
and development of metacognition. En F.
Weinert y R. Klowe, R. (Eds.), Metacogni-
tion, Motivation and Understanding. Lon-
dres: Lawrence Erlbaum Associates
éste simplemente se quedará ahí y seguirá co-
miendo su banano, mientras yo, saldré del cuar-
to sabiendo más de lo que sabía antes. Es decir,
mi comunicación explícita de metasaber a un
compañero o la comunicación explícita de mi
compañero a mi, puede influenciar y guiar al
receptor de esta comunicación, de manera par-
ticular si éste es más capaz; cuando ambos com-
pañeros tienen alguna competencia, es posible
predecir un efecto más poderoso, es decir, uno
en el cual ambos compañeros se benefician,
dado q ue cada uno guía el metaconocimiento
del otro, en otras palabras cada compañero sir-
ve de operador del metasaber del otro, ayudán-
dolo a monitorear y manejar las operaciones
estratégicas» (Khun, 2001), citado por Gam-
boa, González, y Gutiérrez, (2003). Al inten-
tar comprender las ideas de los otros y de re-
conciliarlas con las propias, implica un proce-
so de negociación de significados que puede
resultar en la co-construcción o construcción
conjunta de nuevas ideas, de nuevos procesos
de pensamiento o de nuevas estrategias de so-
lución de problemas. La confrontación cons-
tante general lleva tanto a la metacognición
como a la constitución de mecanismos de au-
torregulación
Con respecto a la autorregulación, Brown
(1987) muestra la importancia de conocer es-
tos mecanismos para comprender los cambios
en el aprendizaje y para mejorar los procedi-
mientos de enseñanza. De sus planteamientos
se desprende la necesidad de investigar la rela-
ción entre procesos metacognitivos y regula-
ción del conocimiento. Para la Psicología del
Lenguaje y para la Pedagogía es valioso cono-
cer esta relación: los psicólogos educativos
pueden seguir y explicar con precisión la ma-
nera como opera la mente de los niños en la
composición escrita, y los docentes pueden
ayudar a sus estudiantes a incorporar procedi-
mientos autorreguladores en su escritura, para
que sean más recursivos, reflexivos, con metas
orientadas y una actitud positiva de sí mismos
como sujetos del conocimiento.
CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
148
Flavell. J. (1996). El desarrollo cognitivo. Ma-
drid: Visor.
Gamboa, J., González, L. y Gutiérrez, R. (2003).
Metacognición en procesos de interacción.
Trabajo de grado no publicado. Cali: Ponti-
ficia Universidad Javeriana Cali.
Greimas, A. J. (1973). En torno al sentido. Ma-
drid: Fragua.
Greimas, A. J. (1983). La semiótica del texto:
ejercicios prácticos. México, D. F.: Paidós.
Greimas, A. J. y Courtés, J. (1979). Semiótica.
Diccionario razonado de la teoría del len-
guaje. Madrid: Gredos
Halliday, M.A.K. (1978) El lenguaje como se-
miótica social. México, D. F.: Facultad
Ciencias de la Educación.
Searle, J. R. ( 1972). Les actes de langage. Coll.
Savoir. Paris: Hermann.
Searle, J. R. (1977). Speech acts. New York:
Academic Press.
Todorov, T. (1981). Mikhail Baktine le principe
dialogique. Paris: Le Senil.
Todorov, T. (1973). Gramática del Decamerón.
Madrid: Ediciones Josefina Betancor.
Kuhn, D. (2001). Why Development does (and
does not) ocurr: Evidence from the domain
of indictive reasoning. Mahwah, NJ:
Lawrence Erlbaum.
Van Dijk, T. (1977). Text and Context. Explora-
tions in teh semantic and pragmaticsof dis-
course. Londres: Longman.
Van Dijk, T. (1980). Estructuras y funciones del
discurso. Madrid: Cátedra.
Van Dijk, T. (1983). La ciencia del texto. Bue-
nos Aires: Paidós.
Valsiner, J. (1994) ¿Qué tienen de ‘natural’ los
«contextos naturales?: Construcción cultu-
ral del desarrollo humano (y de su estudio).
Infancia y Aprendizaje, 56, 100-104.
Vigotsky, L. S. (1979). El desarrollo de los pro-
cesos mentales superiores Barcelona: Crí-
tica.
MIRALBA CORREA RESTREPO

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Cuadro sinópico margarita gomez palacios
Cuadro sinópico margarita gomez palaciosCuadro sinópico margarita gomez palacios
Cuadro sinópico margarita gomez palaciosyisselrobles
 
LA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICA
LA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICALA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICA
LA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICAPrograma TIC B03
 
Construccion del concepto de numero
Construccion del concepto de numeroConstruccion del concepto de numero
Construccion del concepto de numeroZhalma Olmedo
 
Miguel martínez investigación acción en el aula
Miguel martínez investigación acción en el aulaMiguel martínez investigación acción en el aula
Miguel martínez investigación acción en el aulaSistemadeEstudiosMed
 
Plan de matematicas suma resta... angulos (2)
Plan de matematicas suma resta... angulos (2)Plan de matematicas suma resta... angulos (2)
Plan de matematicas suma resta... angulos (2)Alexx Rodriiguez
 
Malla matematicas 6 a 11
Malla  matematicas 6 a 11Malla  matematicas 6 a 11
Malla matematicas 6 a 11hubapla
 
Lectura 4 y actividades matematicas escolares y competencia matematica
Lectura 4 y actividades matematicas escolares y competencia matematicaLectura 4 y actividades matematicas escolares y competencia matematica
Lectura 4 y actividades matematicas escolares y competencia matematicaEsther Barrales
 
Niveles de desempeño en preescolar
Niveles de desempeño en preescolarNiveles de desempeño en preescolar
Niveles de desempeño en preescolarJuLy Mgm
 
Emilia ferreiro y miriam nemirovsky el espacio de la lectura y la escritura
Emilia ferreiro y miriam nemirovsky el espacio de la lectura y la escrituraEmilia ferreiro y miriam nemirovsky el espacio de la lectura y la escritura
Emilia ferreiro y miriam nemirovsky el espacio de la lectura y la escriturayoly gzzibarra
 
Clase Numeros Naturales Grado Primero de primaria
Clase Numeros Naturales Grado Primero de primaria Clase Numeros Naturales Grado Primero de primaria
Clase Numeros Naturales Grado Primero de primaria 10302763
 
Enfoque por competencias y la enseñanza de las artes
Enfoque por competencias  y la enseñanza de las artesEnfoque por competencias  y la enseñanza de las artes
Enfoque por competencias y la enseñanza de las artesGenny Escobar
 
Planeacion Trimestre 3 - Matematicas 1ro
Planeacion Trimestre 3 - Matematicas 1roPlaneacion Trimestre 3 - Matematicas 1ro
Planeacion Trimestre 3 - Matematicas 1roOswaldo Alvear
 
Lista de cotejo 2do Primaria
Lista de cotejo 2do PrimariaLista de cotejo 2do Primaria
Lista de cotejo 2do PrimariaPEducativo
 
Proyecto de aprendizaje 1er grado conservo la naturaleza para vivir.
Proyecto de aprendizaje 1er grado conservo la naturaleza para vivir.Proyecto de aprendizaje 1er grado conservo la naturaleza para vivir.
Proyecto de aprendizaje 1er grado conservo la naturaleza para vivir.luis gerardo rivas lopez
 
1er grado de secundaria Planificación de matemática (1).docx
1er grado de secundaria Planificación de matemática (1).docx1er grado de secundaria Planificación de matemática (1).docx
1er grado de secundaria Planificación de matemática (1).docxFranciscaGarcia33
 
Fundamentos de las matemáticas y la resolución de problemas
Fundamentos de las matemáticas y la resolución de problemasFundamentos de las matemáticas y la resolución de problemas
Fundamentos de las matemáticas y la resolución de problemasFidela Corona Donge
 
Niveles escritura
Niveles escrituraNiveles escritura
Niveles escriturakaren2591
 

La actualidad más candente (20)

Programa de Tercero 2012
Programa de Tercero 2012Programa de Tercero 2012
Programa de Tercero 2012
 
Cuadro sinópico margarita gomez palacios
Cuadro sinópico margarita gomez palaciosCuadro sinópico margarita gomez palacios
Cuadro sinópico margarita gomez palacios
 
LA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICA
LA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICALA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICA
LA EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA DE LA COMPETENCIA MATEMÁTICA
 
Construccion del concepto de numero
Construccion del concepto de numeroConstruccion del concepto de numero
Construccion del concepto de numero
 
Miguel martínez investigación acción en el aula
Miguel martínez investigación acción en el aulaMiguel martínez investigación acción en el aula
Miguel martínez investigación acción en el aula
 
Plan de matematicas suma resta... angulos (2)
Plan de matematicas suma resta... angulos (2)Plan de matematicas suma resta... angulos (2)
Plan de matematicas suma resta... angulos (2)
 
Malla matematicas 6 a 11
Malla  matematicas 6 a 11Malla  matematicas 6 a 11
Malla matematicas 6 a 11
 
Lectura 4 y actividades matematicas escolares y competencia matematica
Lectura 4 y actividades matematicas escolares y competencia matematicaLectura 4 y actividades matematicas escolares y competencia matematica
Lectura 4 y actividades matematicas escolares y competencia matematica
 
Niveles de desempeño en preescolar
Niveles de desempeño en preescolarNiveles de desempeño en preescolar
Niveles de desempeño en preescolar
 
Emilia ferreiro y miriam nemirovsky el espacio de la lectura y la escritura
Emilia ferreiro y miriam nemirovsky el espacio de la lectura y la escrituraEmilia ferreiro y miriam nemirovsky el espacio de la lectura y la escritura
Emilia ferreiro y miriam nemirovsky el espacio de la lectura y la escritura
 
Clase Numeros Naturales Grado Primero de primaria
Clase Numeros Naturales Grado Primero de primaria Clase Numeros Naturales Grado Primero de primaria
Clase Numeros Naturales Grado Primero de primaria
 
Enfoque por competencias y la enseñanza de las artes
Enfoque por competencias  y la enseñanza de las artesEnfoque por competencias  y la enseñanza de las artes
Enfoque por competencias y la enseñanza de las artes
 
Unidad didactica lengua Letra R
Unidad didactica lengua Letra RUnidad didactica lengua Letra R
Unidad didactica lengua Letra R
 
Planeacion Trimestre 3 - Matematicas 1ro
Planeacion Trimestre 3 - Matematicas 1roPlaneacion Trimestre 3 - Matematicas 1ro
Planeacion Trimestre 3 - Matematicas 1ro
 
Lista de cotejo 2do Primaria
Lista de cotejo 2do PrimariaLista de cotejo 2do Primaria
Lista de cotejo 2do Primaria
 
Proyecto de aprendizaje 1er grado conservo la naturaleza para vivir.
Proyecto de aprendizaje 1er grado conservo la naturaleza para vivir.Proyecto de aprendizaje 1er grado conservo la naturaleza para vivir.
Proyecto de aprendizaje 1er grado conservo la naturaleza para vivir.
 
1er grado de secundaria Planificación de matemática (1).docx
1er grado de secundaria Planificación de matemática (1).docx1er grado de secundaria Planificación de matemática (1).docx
1er grado de secundaria Planificación de matemática (1).docx
 
Reparto y fracciones
Reparto y fraccionesReparto y fracciones
Reparto y fracciones
 
Fundamentos de las matemáticas y la resolución de problemas
Fundamentos de las matemáticas y la resolución de problemasFundamentos de las matemáticas y la resolución de problemas
Fundamentos de las matemáticas y la resolución de problemas
 
Niveles escritura
Niveles escrituraNiveles escritura
Niveles escritura
 

Similar a Interacción, contexto y conocimiento en el aula

Ceibal caf graciela_diaz (2)[1]lb1
Ceibal caf graciela_diaz (2)[1]lb1Ceibal caf graciela_diaz (2)[1]lb1
Ceibal caf graciela_diaz (2)[1]lb1Magdalena Lallo
 
Diálogos entre comunicación_y_evaluación.una_perspectiva_educativa
Diálogos entre comunicación_y_evaluación.una_perspectiva_educativaDiálogos entre comunicación_y_evaluación.una_perspectiva_educativa
Diálogos entre comunicación_y_evaluación.una_perspectiva_educativaclaudia elisabet fernandez
 
El espacio áulico
El espacio áulicoEl espacio áulico
El espacio áulicorever48
 
2010 hsca- pautas para la realización de t ps
2010  hsca- pautas para la realización de t ps2010  hsca- pautas para la realización de t ps
2010 hsca- pautas para la realización de t psHAV
 
Hsca textos universiatrios
Hsca  textos universiatriosHsca  textos universiatrios
Hsca textos universiatriosHAV
 
Practicas y calidad educativa
Practicas y calidad educativaPracticas y calidad educativa
Practicas y calidad educativaLuz Suarez
 
Ambientes de-aprendizaje
Ambientes de-aprendizajeAmbientes de-aprendizaje
Ambientes de-aprendizajealbycom
 
Contextos del aprendizaje_IAFJSR
Contextos del aprendizaje_IAFJSRContextos del aprendizaje_IAFJSR
Contextos del aprendizaje_IAFJSRMauri Rojas
 
Práctica e investigación veronica edwars
Práctica e investigación veronica edwarsPráctica e investigación veronica edwars
Práctica e investigación veronica edwarsMayra Fabiana Jaksa
 
TRAYECTORIAS CONCEPTUALES Y ENTRAMADOS DISCURSIVOS EN EL CAMPO PEDAGOGICO
TRAYECTORIAS CONCEPTUALES Y ENTRAMADOS DISCURSIVOS EN EL CAMPO PEDAGOGICOTRAYECTORIAS CONCEPTUALES Y ENTRAMADOS DISCURSIVOS EN EL CAMPO PEDAGOGICO
TRAYECTORIAS CONCEPTUALES Y ENTRAMADOS DISCURSIVOS EN EL CAMPO PEDAGOGICOFES Acatlán - UNAM
 
El currículum oculto en los textos. Una perspectiva semiótica
El currículum oculto en los textos. Una perspectiva semióticaEl currículum oculto en los textos. Una perspectiva semiótica
El currículum oculto en los textos. Una perspectiva semióticaMaría Janeth Ríos C.
 
Silvana baroni powerpoint 2
Silvana baroni powerpoint 2Silvana baroni powerpoint 2
Silvana baroni powerpoint 2aurelia garcia
 
Culturaycomunicacion hasta pág 15
Culturaycomunicacion hasta pág  15Culturaycomunicacion hasta pág  15
Culturaycomunicacion hasta pág 15Daiana Martínez
 
Práctica Docente
Práctica DocentePráctica Docente
Práctica Docentevirgirod
 

Similar a Interacción, contexto y conocimiento en el aula (20)

Ceibal caf graciela_diaz (2)[1]lb1
Ceibal caf graciela_diaz (2)[1]lb1Ceibal caf graciela_diaz (2)[1]lb1
Ceibal caf graciela_diaz (2)[1]lb1
 
Diálogos entre comunicación_y_evaluación.una_perspectiva_educativa
Diálogos entre comunicación_y_evaluación.una_perspectiva_educativaDiálogos entre comunicación_y_evaluación.una_perspectiva_educativa
Diálogos entre comunicación_y_evaluación.una_perspectiva_educativa
 
El espacio áulico
El espacio áulicoEl espacio áulico
El espacio áulico
 
ortiz_contexto.docx
ortiz_contexto.docxortiz_contexto.docx
ortiz_contexto.docx
 
Plan area 2o 2013
Plan area 2o 2013Plan area 2o 2013
Plan area 2o 2013
 
2010 hsca- pautas para la realización de t ps
2010  hsca- pautas para la realización de t ps2010  hsca- pautas para la realización de t ps
2010 hsca- pautas para la realización de t ps
 
Hsca textos universiatrios
Hsca  textos universiatriosHsca  textos universiatrios
Hsca textos universiatrios
 
Practicas y calidad educativa
Practicas y calidad educativaPracticas y calidad educativa
Practicas y calidad educativa
 
Ambientes de-aprendizaje
Ambientes de-aprendizajeAmbientes de-aprendizaje
Ambientes de-aprendizaje
 
1. sesion
1.  sesion1.  sesion
1. sesion
 
Contextos del aprendizaje_IAFJSR
Contextos del aprendizaje_IAFJSRContextos del aprendizaje_IAFJSR
Contextos del aprendizaje_IAFJSR
 
Seminario antro y educ.
Seminario antro y educ.Seminario antro y educ.
Seminario antro y educ.
 
Práctica e investigación veronica edwars
Práctica e investigación veronica edwarsPráctica e investigación veronica edwars
Práctica e investigación veronica edwars
 
TRAYECTORIAS CONCEPTUALES Y ENTRAMADOS DISCURSIVOS EN EL CAMPO PEDAGOGICO
TRAYECTORIAS CONCEPTUALES Y ENTRAMADOS DISCURSIVOS EN EL CAMPO PEDAGOGICOTRAYECTORIAS CONCEPTUALES Y ENTRAMADOS DISCURSIVOS EN EL CAMPO PEDAGOGICO
TRAYECTORIAS CONCEPTUALES Y ENTRAMADOS DISCURSIVOS EN EL CAMPO PEDAGOGICO
 
El currículum oculto en los textos. Una perspectiva semiótica
El currículum oculto en los textos. Una perspectiva semióticaEl currículum oculto en los textos. Una perspectiva semiótica
El currículum oculto en los textos. Una perspectiva semiótica
 
Silvana baroni powerpoint 2
Silvana baroni powerpoint 2Silvana baroni powerpoint 2
Silvana baroni powerpoint 2
 
Oreintaciones lengua materna 2016
Oreintaciones lengua materna 2016Oreintaciones lengua materna 2016
Oreintaciones lengua materna 2016
 
Libro sobre el lenguaje.
Libro sobre el lenguaje.Libro sobre el lenguaje.
Libro sobre el lenguaje.
 
Culturaycomunicacion hasta pág 15
Culturaycomunicacion hasta pág  15Culturaycomunicacion hasta pág  15
Culturaycomunicacion hasta pág 15
 
Práctica Docente
Práctica DocentePráctica Docente
Práctica Docente
 

Más de Nathaly Puentes

Blanco atencion a la diversidad
Blanco atencion a la diversidadBlanco atencion a la diversidad
Blanco atencion a la diversidadNathaly Puentes
 
Educación, estética y actividad creativa
Educación, estética y actividad creativaEducación, estética y actividad creativa
Educación, estética y actividad creativaNathaly Puentes
 
Formacion estetica y estetica de la formacion (1)
Formacion estetica y estetica de la formacion (1)Formacion estetica y estetica de la formacion (1)
Formacion estetica y estetica de la formacion (1)Nathaly Puentes
 
Dialnet configuracion delasubjetividadenlaprimerainfancia
Dialnet configuracion delasubjetividadenlaprimerainfanciaDialnet configuracion delasubjetividadenlaprimerainfancia
Dialnet configuracion delasubjetividadenlaprimerainfanciaNathaly Puentes
 
Perspectivas para comprender_la_relacion entre la teoria y la practica
Perspectivas para comprender_la_relacion entre la teoria y la practicaPerspectivas para comprender_la_relacion entre la teoria y la practica
Perspectivas para comprender_la_relacion entre la teoria y la practicaNathaly Puentes
 
Instrumentos de recoleccion_de_datos_secuencia
Instrumentos de recoleccion_de_datos_secuenciaInstrumentos de recoleccion_de_datos_secuencia
Instrumentos de recoleccion_de_datos_secuenciaNathaly Puentes
 

Más de Nathaly Puentes (10)

Fotos planeador
Fotos planeadorFotos planeador
Fotos planeador
 
Arte mente-y-cerebro
Arte mente-y-cerebro Arte mente-y-cerebro
Arte mente-y-cerebro
 
Blanco atencion a la diversidad
Blanco atencion a la diversidadBlanco atencion a la diversidad
Blanco atencion a la diversidad
 
Educación, estética y actividad creativa
Educación, estética y actividad creativaEducación, estética y actividad creativa
Educación, estética y actividad creativa
 
Formacion estetica y estetica de la formacion (1)
Formacion estetica y estetica de la formacion (1)Formacion estetica y estetica de la formacion (1)
Formacion estetica y estetica de la formacion (1)
 
Cultura escolar reforma
Cultura escolar reformaCultura escolar reforma
Cultura escolar reforma
 
Dialnet configuracion delasubjetividadenlaprimerainfancia
Dialnet configuracion delasubjetividadenlaprimerainfanciaDialnet configuracion delasubjetividadenlaprimerainfancia
Dialnet configuracion delasubjetividadenlaprimerainfancia
 
Perspectivas para comprender_la_relacion entre la teoria y la practica
Perspectivas para comprender_la_relacion entre la teoria y la practicaPerspectivas para comprender_la_relacion entre la teoria y la practica
Perspectivas para comprender_la_relacion entre la teoria y la practica
 
Instrumentos de recoleccion_de_datos_secuencia
Instrumentos de recoleccion_de_datos_secuenciaInstrumentos de recoleccion_de_datos_secuencia
Instrumentos de recoleccion_de_datos_secuencia
 
Diario de campo
Diario de campoDiario de campo
Diario de campo
 

Último

SEXTO SEGUNDO PERIODO EMPRENDIMIENTO.pptx
SEXTO SEGUNDO PERIODO EMPRENDIMIENTO.pptxSEXTO SEGUNDO PERIODO EMPRENDIMIENTO.pptx
SEXTO SEGUNDO PERIODO EMPRENDIMIENTO.pptxYadi Campos
 
TECNOLOGÍA FARMACEUTICA OPERACIONES UNITARIAS.pptx
TECNOLOGÍA FARMACEUTICA OPERACIONES UNITARIAS.pptxTECNOLOGÍA FARMACEUTICA OPERACIONES UNITARIAS.pptx
TECNOLOGÍA FARMACEUTICA OPERACIONES UNITARIAS.pptxKarlaMassielMartinez
 
2024 - Expo Visibles - Visibilidad Lesbica.pdf
2024 - Expo Visibles - Visibilidad Lesbica.pdf2024 - Expo Visibles - Visibilidad Lesbica.pdf
2024 - Expo Visibles - Visibilidad Lesbica.pdfBaker Publishing Company
 
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativoHeinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativoFundación YOD YOD
 
La triple Naturaleza del Hombre estudio.
La triple Naturaleza del Hombre estudio.La triple Naturaleza del Hombre estudio.
La triple Naturaleza del Hombre estudio.amayarogel
 
30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf
30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf
30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdfgimenanahuel
 
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fiscala unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fiscaeliseo91
 
Registro Auxiliar - Primaria 2024 (1).pptx
Registro Auxiliar - Primaria  2024 (1).pptxRegistro Auxiliar - Primaria  2024 (1).pptx
Registro Auxiliar - Primaria 2024 (1).pptxFelicitasAsuncionDia
 
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdad
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdadLecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdad
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdadAlejandrino Halire Ccahuana
 
Historia y técnica del collage en el arte
Historia y técnica del collage en el arteHistoria y técnica del collage en el arte
Historia y técnica del collage en el arteRaquel Martín Contreras
 
Informatica Generalidades - Conceptos Básicos
Informatica Generalidades - Conceptos BásicosInformatica Generalidades - Conceptos Básicos
Informatica Generalidades - Conceptos BásicosCesarFernandez937857
 
Qué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativaQué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativaDecaunlz
 
cortes de luz abril 2024 en la provincia de tungurahua
cortes de luz abril 2024 en la provincia de tungurahuacortes de luz abril 2024 en la provincia de tungurahua
cortes de luz abril 2024 en la provincia de tungurahuaDANNYISAACCARVAJALGA
 
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grandeMAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grandeMarjorie Burga
 

Último (20)

Fe contra todo pronóstico. La fe es confianza.
Fe contra todo pronóstico. La fe es confianza.Fe contra todo pronóstico. La fe es confianza.
Fe contra todo pronóstico. La fe es confianza.
 
Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdfTema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
Tema 8.- PROTECCION DE LOS SISTEMAS DE INFORMACIÓN.pdf
 
SEXTO SEGUNDO PERIODO EMPRENDIMIENTO.pptx
SEXTO SEGUNDO PERIODO EMPRENDIMIENTO.pptxSEXTO SEGUNDO PERIODO EMPRENDIMIENTO.pptx
SEXTO SEGUNDO PERIODO EMPRENDIMIENTO.pptx
 
TECNOLOGÍA FARMACEUTICA OPERACIONES UNITARIAS.pptx
TECNOLOGÍA FARMACEUTICA OPERACIONES UNITARIAS.pptxTECNOLOGÍA FARMACEUTICA OPERACIONES UNITARIAS.pptx
TECNOLOGÍA FARMACEUTICA OPERACIONES UNITARIAS.pptx
 
Presentacion Metodología de Enseñanza Multigrado
Presentacion Metodología de Enseñanza MultigradoPresentacion Metodología de Enseñanza Multigrado
Presentacion Metodología de Enseñanza Multigrado
 
2024 - Expo Visibles - Visibilidad Lesbica.pdf
2024 - Expo Visibles - Visibilidad Lesbica.pdf2024 - Expo Visibles - Visibilidad Lesbica.pdf
2024 - Expo Visibles - Visibilidad Lesbica.pdf
 
Sesión de clase: Defendamos la verdad.pdf
Sesión de clase: Defendamos la verdad.pdfSesión de clase: Defendamos la verdad.pdf
Sesión de clase: Defendamos la verdad.pdf
 
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativoHeinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
Heinsohn Privacidad y Ciberseguridad para el sector educativo
 
Power Point: Fe contra todo pronóstico.pptx
Power Point: Fe contra todo pronóstico.pptxPower Point: Fe contra todo pronóstico.pptx
Power Point: Fe contra todo pronóstico.pptx
 
La triple Naturaleza del Hombre estudio.
La triple Naturaleza del Hombre estudio.La triple Naturaleza del Hombre estudio.
La triple Naturaleza del Hombre estudio.
 
30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf
30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf
30-de-abril-plebiscito-1902_240420_104511.pdf
 
Unidad 3 | Metodología de la Investigación
Unidad 3 | Metodología de la InvestigaciónUnidad 3 | Metodología de la Investigación
Unidad 3 | Metodología de la Investigación
 
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fiscala unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
la unidad de s sesion edussssssssssssssscacio fisca
 
Registro Auxiliar - Primaria 2024 (1).pptx
Registro Auxiliar - Primaria  2024 (1).pptxRegistro Auxiliar - Primaria  2024 (1).pptx
Registro Auxiliar - Primaria 2024 (1).pptx
 
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdad
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdadLecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdad
Lecciones 04 Esc. Sabática. Defendamos la verdad
 
Historia y técnica del collage en el arte
Historia y técnica del collage en el arteHistoria y técnica del collage en el arte
Historia y técnica del collage en el arte
 
Informatica Generalidades - Conceptos Básicos
Informatica Generalidades - Conceptos BásicosInformatica Generalidades - Conceptos Básicos
Informatica Generalidades - Conceptos Básicos
 
Qué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativaQué es la Inteligencia artificial generativa
Qué es la Inteligencia artificial generativa
 
cortes de luz abril 2024 en la provincia de tungurahua
cortes de luz abril 2024 en la provincia de tungurahuacortes de luz abril 2024 en la provincia de tungurahua
cortes de luz abril 2024 en la provincia de tungurahua
 
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grandeMAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
MAYO 1 PROYECTO día de la madre el amor más grande
 

Interacción, contexto y conocimiento en el aula

  • 1. 133 Contexto, interacción y conocimiento en el aula* Miralba Correa Restrepo1 Universidad del Valle (Cali, Colombia) Recibido: 15/11/2006 Aceptado:20/11/2006 «…Somos como sujetos, lo que la forma del mundo producida por los signos nos hace ser.» Eco, U. (1990:74). Resumen En el artículo se realiza una revisión sobre las interacciones que se presentan en el aula y su relación con los procesos de conocimiento en el aula. Diferentes autores plantean la importancia del contexto. Esta investigación es fundamental como elemento de reflexión y análisis de la proyección del psicólogo educativo y los procesos cognitivos en la composición escrita. Adicionalmente, se analiza el rol activo del docente y el alumno en los procedimientos autorreguladores. Palabras claves: contexto, interacción y conocimiento Abstract In the article a revision is made on the interactions that appear in the classroom and its relation with the processes of knowledge in the classroom. Different authors raise the importance of the context. This investigation is fundamental like element of reflection and analysis of the projection of the educative psychologist and the cognitive processes in the written composition. Additionally, one analyzes the active roll of educational and the student in the self-regulating procedures. Key Words: context, interaction and knowledge Dirección de Correspondencia: Universidad del Valle E-mail: miralbacorrea@hotmail.com * Los planteamientos relacionados con la interacción recogen algunos de los hallazgos de la investigación titulada» Lenguaje y conocimiento en el aula: un estudio de los actos de habla directos e indirectos en el discurso del maestro de primaria» de Calonje y Correa, (1995), realizada con el apoyo de la Universidad del Valle y la financiación de la Fundación FES 1 Profesora Titular. Instituto de Psicología Universidad del Valle. Pensamiento Psicológico, Vol.2, N°7, 2006, pp. 133-148
  • 2. 134 El Carácter ‘Natural’ de los contextos ¿Qué tienen de <natural> los «contextos na- turales».?, se pregunta Jaan Valsiner, al abordar diferentes perspectivas para estudiar aspectos del desarrollo humano sensibles al contexto. Esta pregunta es igualmente válida cuando se trata de dilucidar lo que ocurre en el ámbito pedagó- gico, en el que es corriente escuchar que se hace observación en el contexto natural de la clase, o que se investiga en contextos naturales de aula. Pareciera que hay una cierta preocupación por develar la «realidad», tal como ella se presenta. Pero este afán es ilusorio. Lo real siempre es una construcción mediada por algún sistema de sig- nos y depende de la interpretación hecha por la mente del observador. De allí que se invite a dar algunos rodeos para precisar la naturaleza de los contextos educativos –se dice en plural- y para romper el mito qué hace pensar en la posi- bilidad de tener un conocimiento más válido cuando se tiene una «relación directa» con los acontecimientos. Con ese propósito se precisa qué entendemos por contexto o contextos peda- gógicos, de qué manera o maneras inciden las interacciones que ocurren en ellos en el avance del conocimiento y por qué no son naturales. Se empezará la disquisición en sentido in- verso. Se puntualiza, en primer término la defi- nición de natural dada por el diccionario de la Real Academia, que a la letra dice: «Relativo a la naturaleza. Puro, sin mezcla de manipulación». Pero los contextos, educativos o pedagógicos, están lejos de ser naturales. Son construcciones socio- históricas y como tales contienen los va- lores, creencias, temores, expectativas y metas aceptables para cada época, participan en ellos individuos vinculados por diferentes tipos de relaciones y que comparten algunos principios, con posiciones que varían de acuerdo con las condiciones de la situación De este modo los contextos se organizan como espacios configu- rados por diversos sistemas de significación; se puede entonces afirmar que los contextos- que tienen las características ya señaladas- son siem- pre de orden mental, dinámicos y cambiantes. Ahora bien, ¿qué hace que los contextos sean vivos, dinámicos?. No hay duda en señalar al lenguaje como el elemento fundante y respon- sable de dicha condición, con mayor razón si nos acogemos a la posición de J.Austin, cuando afir- ma que el «lenguaje construye realidades» y, si además, se postula que el lenguaje es la base del proceso comunicativo y social La relación entre el individuo y la sociedad se da a través de él, gracias a negociaciones interpersonales donde se discuten y acuerdan los significados pertene- cientes a una cultura. Una traducción libre de las palabras de Edwards (1983, p. 39-40) nos ilustra sobre este asunto. Según él, el término contexto se usa para referirse a aquello que los participantes en una conversación conocen y entienden y que es explícito en lo que dicen, aquello que contribuye a crear el sentido de lo dicho. Así la noción de contexto no es física, sino mental dado que es un parte esencial de la relación entre discurso y conocimiento. Se re- fiere entonces a lo que es relevante y está carga- do de sentido para los participantes de la comu- nicación. De allí que a partir de lo que ha sido dicho se pueda concluir que los contextos edu- cativos son de orden social y semiótico, no per- tenecen al orden de la naturaleza. Ahora se de- ben preguntar, ¿qué tan vivos y dinámicos son los contextos pedagógicos?. Contextos Pedagógicos e interacción Los contextos pedagógicos son por defini- ción espacios de lenguaje, en los que circulan saberes específicos. De este modo, se puede jus- tificar que el interés por el contexto lingüístico conformado por los enunciados emitidos en la situación de interacción y el que se otorga al ex- tralinguistico, esto es a las características físi- cas y sociales de la situación, no se da por las características «objetivas», que pueden ser cap- tadas por un observador externo, sino por las características «subjetivas» plenas de sentido para los propios participantes. De allí que poda- mos considerar plausible la hipótesis de que el establecimiento de un sistema de significados compartidos es el resultado de un proceso de negociaciones sucesivas hechas sobre la defini- ción de la situación y en relación con los ele- MIRALBA CORREA RESTREPO
  • 3. 135 mentos del contexto en el que tienen lugar los intercambios comunicativos. El aspecto que se acaba de mencionar, es determinante para comprender la intencionali- dad propia de la interacción comunicativa, per- mite además, relacionar las interacciones dadas en un contexto con sus respectivas convencio- nes. Gracias a ello, es posible establecer si en la comunicación se satisfacen de forma conjunta ciertas condiciones en el momento de la produc- ción lingüística. Desde ésta perspectiva se de- ben tener en cuenta aquellos factores relaciona- dos con el momento y condiciones de la enun- ciación, las intenciones y los modos de habla. Es así como la pragmática se relaciona con el discurso y depende del contexto compartido. Michael Stubbs, hace alusión a este aspecto y confirma lo expresado por Bruner al plantear que la comunicación es imposible, si el hablante y el oyente no comparten algunos conocimientos y suposiciones, lo que hace pensar que el lengua- je y la situación son inseparables. De tal suerte que los conocimientos y pre- suposiciones se actualizan según los contextos. Ahora bien, los diferentes tipos de contexto con- tienen actos de significación, en estos, «...la gente representa la estructura social, afirmando sus propias posiciones y sus propios papeles, lo mis- mo que estableciendo y transmitiendo los siste- mas comunes de valor y de conocimiento» Ha- lliday, (1978, p. 9). Este autor propone que una realidad social es en sí un edificio de significa- dos, una construcción semiótica». De allí que sea el lenguaje el instrumento que ayuda a con- formar esa realidad social a través del intercam- bio de significados en contextos interpersona- les, a la vez que resulta afectado por estos con- textos. Halliday (1978) llama registro a este he- cho, explicando que la lengua que se habla o escribe varía con el tipo de situación. Esta postura se complementa cuando Stu- bbs plantea que «el tipo de lenguaje utilizado por los hablantes refleja quién está hablando a quien y cuál es le propósito de la conversación (1983, p. 70). Por medio de la forma en que ha- bla a sus alumnos, el profesor les comunica de manera inevitable su definición de la situación, la forma de relación alumno-profesor que con- sidera apropiada. Comunica además, quien tie- ne el derecho de controlar la conversación en la clase y cuáles son los valores básicos de tipo sociocultural y las relaciones de status que se juegan en la interacción. Se trata, entonces como propone Van Dijk (19880) de la: «reconstruc- ción teórica de una serie de rasgos de una situa- ción comunicativa, rasgos que son integrantes de las condiciones que hacen que los enuncia- dos den resultado como actos de habla». De este modo el contexto posee elementos determinan- tes de la aceptación, el logro o la idoneidad de los enunciados. Este autor incluyó posteriormen- te algunas precisiones en relación con ciertos aspectos ligados con las emisiones del locutor: conocimientos, creencias, propósitos e intencio- nes denominados por Jaako Hintika como mo- dalidades personales, que se puede completar de- nominándolas modalidades de participación. Este conjunto de conocimientos, creencias, etc., se expresan en el lenguaje por medio de trans- formaciones modales. Sobre este aspecto se hace un desarrollo más extenso al analizar las formas como los maestros plantean sus preguntas y sus aserciones. El salón de clase como contexto, objeto de esta discusión, es una situación social que remi- te necesariamente a una interacción situada en el orden del discurso. Teniendo como base esta premisa surge la pregunta: realmente, ¿es el sa- lón de clase un contexto social dialógico? Para responder este interrogante, se retoman dos cri- terios, el primero la noción de dialogicidad; el segundo, la consideración de algunos de los ha- llazgos observados por Correa y Calonje (1995) en el trabajo de investigación hecho sobre las formas de discurso y las prácticas de la (os) maestra (os) de primero y segundo de primaria de la ciudad de Cali. Con respecto a la dialogici- dad volvamos sobre algunos de los planteamien- tos de Bajtín, autor que ha sentado las posicio- nes más esclarecedoras sobre el asunto de la dia- logicidad y de los que se puede derivar su im- portancia en los diferentes contextos en los que participamos como seres humanos; estos elemen- tos permitirán evaluar cómo funciona el salón CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
  • 4. 136 de clase y qué lugar tiene la dialogicidad en el contexto escolar. La noción de dialogía es muy compleja. Por esta razón es menester delimitarla en todo mo- mento si se quiere saber de qué se esta hablan- do. Puede entenderse en tres sentidos muy pre- cisos: 1) como producción textual (formas de escritura); 2) como método hermenéutico o de lectura interpretativa; 3) o en su proyección on- tológica. En sus tres formulaciones, la dialogía no es algo pasivo -una forma literaria, un tropo, una forma de leer, un pensamiento ético- es una actividad. Se conforma así la relación dialógica como un acontecimiento significativo, en tanto que una de sus funciones es operar como inter- cambio simbólico. Además lo dialógico desde la propuesta Bajtiniana plantea que el sujeto es excéntrico, que siempre habla desde otra parte - como dice Freud al referirse al inconsciente- Es así como este funcionamiento expresa la com- plejidad de las relaciones con la palabra ajena en todas las esferas de la cultura y en las prácti- cas que llenan la totalidad de la vida del hom- bre, en particular las que ocurren en el ámbito escolar. De allí que sea menester estudiar la fun- ción de la palabra desde el punto de vista de esta relación mutua, así como comprender desde esta misma perspectiva el lugar del yo y su oponen- te el tú. Siguiendo esta línea de pensamiento nos damos cuenta que las relaciones sociales que constituyen la cultura escolar y los sistemas dis- cursivos que en ella circulan están íntimamente relacionados con las ideas y éstas a su vez con un conjunto de sistemas éticos y de significa- ción, ligados al conocimiento individual y co- lectivo y a las prácticas empíricas. La interacción dialógica en el marco de la escuela es -o más bien debería ser-el mundo de lo heterogéneo que lleve a la comprensión de la polifonía de las voces, que no han de entenderse como necesariamente acordes, sino que por el contrario revelan las contradicciones, las luchas, los intentos de definición, de exclusión, e inclu- so de supresión de los puntos de vista antagóni- cos. Todo el sentido de los postulados Bajtinia- nos descansa sobre la premisa de que el uso del lenguaje es dialógico- que siempre involucra a aquellos que están presentes y a los otros que pueden hablar o que incluso han sido silencia- dos. Una característica primordial de las dife- rentes formas dialógicas es la intervención de distintos hablantes, dos o más en forme alterna- da, además de mediar entre ellos algún tipo de contacto, especialmente el visual, que van Dijk (1983) denomina contacto directo cara a cara. Es con base en esta postura que se plantea que el discurso es el vínculo social que configuran la identidad y el sentido de sí mismo. También es desde allí que se le reclama a la escuela su obli- gación de dar lugar a la diversidad de voces de la cultura, creando de ese modo posiciones plu- rales y divergentes entre sus participantes. Desde esta perspectiva en el aula suceden múltiples acciones que podrían clasificarse en primera instancia como intrínsecamente interac- tivas. No se dicta una clase en solitario, siempre se necesitará de un maestro y unos alumnos. Cada acción de una secuencia es condición previa de la otra, o consecuencia de otra acción, ejecutada en cada caso por personas distintas. Puede suce- der también que varias personas (en este caso los alumnos) se vean afectados por una acción, en donde sólo hay un agente, el maestro, mien- tras que los alumnos son objeto de la acción, caso en que se consideraría la interacción como uni- lateral. Ahora bien, para que una interacción sea eficaz y coherente debe cumplir requisitos cog- nitivos y sociales. Los cognitivos exigen que los participantes, no sólo compartan sus intencio- nes, es decir, persigan un objetivo común o com- plementario, sino que además sepan o supongan que cada uno de ellos tiene claro hacia dónde orienta sus acciones, de tal suerte que si el maes- tro desea ejecutar la acción de enseñar con la intención de modificar o crear el conocimiento de sus alumnos y busca que ellos realicen actos resultantes de sus propuestas es necesario que los alumnos reconozcan su intención para llevar a cabo los comportamientos esperados: apren- der o modificar su conocimiento, construir re- glas sociales. Esta sería la situación ideal de la comunicación, ¿pero es así en el salón de clase? Para responder esta pregunta se analizan los MIRALBA CORREA RESTREPO
  • 5. 137 modos como operan la mayor parte de los maes- tros que fueron observados en su trabajo en las aulas. Un punto de partida para enmarcar la co- municación entre maestros y niños es postular que el aprendizaje de los niños en el contexto escolar depende no sólo del desarrollo cogniti- vo de los sujetos y sus ideas previas en torno a los contenidos, sino también del contexto social interactivo en el que se produce, (Bruner, 1984; Coll, 1990). Se presupone que en el salón de cla- ses se da una situación de diálogo permanente generador de acciones comunicativas. ¿Tiene re- gularmente lugar su ocurrencia? ¿Cuáles son sus características? ¿Qué importancia tiene este as- pecto desde la perspectiva analizada? Se observa cómo los actos de habla que es- tructuran el diálogo entre maestros y alumnos, pueden crear, obstaculizar o no posibilitar las condiciones adecuadas para la comunicación. Las preguntas, las aserciones, las órdenes, son las formas de mediación fundamentales en los procesos de apropiación del saber e igualmente muestran el tipo de patrones interactivos consti- tuidos en las aulas estudiadas. Varias condicio- nes se requieren para que se dé una comunica- ción exitosa entre el maestro(a) y sus niños: a) Turnos en la Interlocución. Maestro y alum- no deben desempeñar alternadamente los papeles del emisor y del receptor. Esto im- plica que los interlocutores no pueden ha- blar al mismo tiempo: mientras el uno ha- bla, el otro escucha y viceversa. La afirma- ción anterior es completamente evidente, pero, por paradójico que parezca esta regla de la conversación se transgrede innumera- bles veces en el salón de clase, no sólo por los niños sino también por los maestros. b) Mantenimiento del Tópico o contenido Re- ferencial. El análisis del contenido referen- cial se basa en el supuesto de que es posible captar una parte importante del significado de un mensaje si se identifican los referen- tes a los que remite, es decir, si es posible precisar aquello de lo que hablan los men- sajes.» La referencia es un aspecto del sig- nificado de los enunciados dependiente del contexto: es una relación que se establece entre los hablantes (en términos más gene- rales, los agentes locutivos) y aquello de lo que se hablan en cada caso». Lyons (1983, p. 221-222). La referencia está intrínseca- mente conectada a la existencia; no se pue- de hacer referencia a algo inexistente, ello sólo se puede hacerse cuando se alude a en- tidades ficticias o hipotéticas, pero al hacer- lo se está suponiendo que existen en un mun- do ficticio o hipotético. El maestro tiene la potestad de establecer el tópico sobe el que se hablará, igualmente debe orientar su dis- cusión.Ala vez, los alumnos gracias al prin- cipio de cooperación deben responder a la orientación propuesta, hasta llegar a un punto de acuerdo o de desacuerdo que marque el final de la discusión. c) Los usos conversacionales en el salón de clase, postulan que mientras el maestro ha- bla, el alumno reacciona demostrando su atención por medio de conductas paraver- bales. Fundamentalmente se espera la adop- ción de ciertas posturas y la orientación de la mirada hacia el maestro, indicadores de su participación en la comunicación. Cier- tos comportamientos mímicos y gestuales como muecas, risas, sonidos guturales, ope- ran en ciertos momentos como obstáculos a la comunicación. Algunas veces interrum- pen la dinámica de la conversación alteran- do la coherencia y la cohesión de discurso emitido El conjunto de condiciones señaladas en el apartado inmediatamente anterior, juega un pa- pel importante para dar cuenta de la construc- ción social del conocimiento ligada a los conte- nidos escolares. Se postula que el conocimiento es una construcción colectiva de comprensión compartida que se expresa en las interacciones, y particularmente en el aula, al ser esta el lugar destinado a enseñar y a aprender. Desde esta perspectiva, el conocimiento no es una produc- ción aislada porque implica el encuentro con otros, la presencia de oposiciones, contradiccio- CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
  • 6. 138 nes, el establecimiento de acuerdos, alianzas, convenios. En este sentido la actividad del co- nocer es compartida con otros individuos que son sujetos activos. Se construye y se reconstru- ye permanentemente entre los interlocutores en función de lo que se dice, de lo que se deja de decir, de las formas como se interpelan, de cómo se relacionan y se comportan, de los gestos que se hacen, en fin de aspectos que tienen que ver con lo lingüístico, lo paralinguístico y lo quiné- sico, en síntesis de resolver dialécticamente las contradicciones. Discurso e interacción en el aula Se trata ahora de que se particularice en al- gunos ‘hechos’ que se presentaron en las obser- vaciones, que resultan pertinentes para el obje- tivo de la exposición: mostrar las relaciones en- tre lenguaje y conocimiento en la escuela. Si bien se encontraron diferentes actos de habla de las(os) maestra(os) sólo se retoman algunos de ellos: las preguntas y las aserciones. El dominio empírico de actos de habla como las preguntas encontradas en los registros se caracteriza por su riqueza y polivalencia. Es necesario precisar que las preguntas pueden ser formuladas utili- zando diferentes modalidades de enunciación: Interrogativas, declarativas o imperativas. Estas formas sintácticas adoptan el valor de preguntas gracias a determinaciones de orden pragmático, mencionadas ya muy someramente. La definición pragmática de las preguntas permite su clasificación en verbales o no verba- les. Las preguntas catalogadas como no verba- les se expresan por medio de la gestualidad del locutor constituyéndose en expresiones en otro registro semiótico. Siguiendo a Searle (1986, p. 75) las preguntas pueden ser consideradas como preguntas reales y de examen. En las primeras el hablante desea saber algo, encontrar una res- puesta. En las preguntas de examen, por el con- trario, desea confirmar una respuesta, desea sa- ber si el oyente sabe o no sabe sobre el tópico preguntado. Las preguntas según su carácter pueden con- vocar, o no, una respuesta. Esta posibilidad de convocatoria de la respuesta está en su naturale- za misma y no depende de la disposición del des- tinatario para contestarla o no; ellas pueden lle- gar a convertirse en un procedimiento eficaz para promover el conocimiento en la escuela, sin embargo el valor de la pregunta como fuente de reflexión se debilita por los propósitos que tie- nen los maestros observados al hacerlas. Ahora bien, no todas las preguntas poseen el mismo carácter, algunas están orientadas a solicitar in- formación sobre un asunto, entre estas se encuen- tran aquellas que el maestro anuncia conocien- do de antemano la respuesta. Muy pocas pre- guntas se formulan para buscar en el alumno un conocimiento genuino, tratando de encontrar respuestas sobre tópicos que el maestro desco- nozca. Otras reclaman respuestas puntuales y finalmente están las que buscan compartir al- gún tipo de experiencia. Una de las razones del maestro, para for- mular preguntas es constatar si el alumno tiene una información determinada sobre el tema ex- puesto. Pero quizá éste no sea el propósito más importante, en ciertas situaciones el preguntar apunta a la transformación de algunos compor- tamientos, a la constitución de otros, al cambio de la relación interlocutiva, establecida entre él y los alumnos. Compete únicamente a los maes- tros hacer preguntas de confirmación de conoci- mientos. Estas peticiones permiten al docente controlar la atención y la participación de los alumnos y de muchas maneras confirmar su rol como autoridad. Las preguntas cuyo pronóstico es la confirmación de conocimiento en los alum- nos los lleva a un solo tipo de respuestas. En todas las aulas estudiadas se constata esta regu- laridad. En las secuencias de discurso que tie- nen este propósito se registran preguntas de los maestros que pueden o no suscitar respuestas. Cuando lo hacen estas se caracterizan por su bre- vedad, contienen una palabra o a lo sumo una o dos frases, de hecho se da el caso, relativamente frecuente en un grupo significativo de maestros, de secuencias en las que el maestro formula las preguntas y obtiene en su mayoría como respues- ta el silencio de los alumnos. Así la maestra o el maestro los interpele designándolos explícita- MIRALBA CORREA RESTREPO
  • 7. 139 mente como sus destinatarios mediante el em- pleo de diversos procedimientos, como apela- ciones directas en forma de preguntas, asevera- ciones, órdenes, indexicales personales o índi- ces espaciales. Es también común que pregun- tas o intervenciones hechas por los alumnos en torno al tema tratado no sean consideradas por el maestro. Una gran parte de las sesiones de preguntas y respuestas se sitúa en un nivel intelectual muy precario, al no exigir la utilización de razona- mientos complejos como parte de su repertorio de intervención. La rutinización de ciertos es- quemas impide la formulación de preguntas es- timulantes. Es interesante observar como en las actividades en las que se estimulan las interven- ciones de todos los alumnos el uso de preguntas genuinas se incrementan notablemente. Esto parece indicar que la participación depende de la manera como se estructura la situación de enunciación. La participación de buena parte del grupo en sesiones de preguntas – respuestas ru- tinizadas podría considerarse como una forma del alumno de seguir las orientaciones del maes- tro y hacer lo que él quiere. El silencio, forma reiterada de los comportamientos de los alum- nos, estaría indicando su negativa en la partici- pación de actividades caracterizadas como ruti- narias en las que la información es conocida, redundante o fácilmente previsible. En este tipo de estructuras de interacción las posibilidades de intervención se encuentran limitadas por la clase de preguntas enunciadas por los maestros. Sus opciones son reducidas pues sus respuestas deben ajustarse a lo que es- tos esperan que digan. He aquí un ejemplo: La profesora se encuentra haciendo un ejercicio de matemáticas y ha escrito en el tablero varias su- mas. Se detiene por un momento y pregunta: ¿Qué número he escrito en el tablero? ¿Cuántas unidades tenemos aquí? ¿Cuántas de- cenas? La maestra posee las respuestas y en este caso lo que busca es centrar la atención de los niños, no verifica su conocimiento al no otorgar la palabra para obtener así sea una o dos de las respuestas que las preguntas admiten. Es frecuente encontrar actividades como re- pasos del tema o sesiones de preguntas y res- puestas en las que los alumnos son convocados a adivinar lo que el maestro está pensando. En una clase de ciencias la profesora pregunta, sin convocar a ninguno de los niños a responder: ¿Por dónde corre la sangre? ¿Saben de qué co- lor es nuestra sangre? Las imágenes que el maestro tiene de las posibilidades de participación de sus alumnos se expresa en este tipo de interrogatorios así como las formas como se representan los proce- sos de reproducción de conocimiento. Si un maestro privilegia la repetición como un meca- nismo indispensable para aprender, encontrará justificable promover este tipo de interacciones. Otras preguntas son denominadas de «cole- tilla». Estas son expresiones intermediarias en- tre afirmaciones y preguntas. Las afirmaciones suponen que el hablante solicita un consenso por parte del oyente. Las preguntas, por su parte, exigen respuestas del auditor quien tiene la res- ponsabilidad de contestar. En las preguntas de coletilla, el oyente tiene la libertad de responder o no. La entonación ascendente marca la pre- gunta que se infiere justamente en la existencia de esa pauta de entonación. Tienen una entona- ción descendente que se encuentra más próxima a una afirmación, expresando de este modo la certidumbre de que el oyente estará de acuerdo con el contenido de la pregunta. Ejemplo: Juan se ha marchado, no es verdad? Aquí, el giro in- terrogativo que acompaña la interrogación es una estrategia del hablante para confirmar su decla- ración de que Juan se ha ido. Las preguntas de coletilla se ubican en el campo de la cortesía. Cuando existe el riesgo de alguna posible amenaza para el interlocutor, quien habla utiliza diferentes estrategias: hace algunas aclaraciones o presenta la instrucción requerida para comprender la razón de la pre- gunta, de ese modo el locutor y el alocutario colaboran – tengo que salir ya, profe? – expre- sión dicha por un niño frente al llamado de un profesor de otro curso. En el caso de máxima amenaza se hacen preguntas con un valor de soli- CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
  • 8. 140 citud de permiso. Ejemplo: Puedo mirar en el libro para copiar las palabras?, emisión hecha por un niño al resolver un ejercicio impuesto por el maestro. Por su parte los enunciados interrogativos con valor de pregunta tienen generalmente fun- ciones que rebasan la solicitud de información. Hintika (1981, p. 56) afirma que las preguntas contienen un doble aspecto: La especificación de información, carácter epistémico y una soli- citud de respuesta, carácter comunicativo. Se en- cuentran así dos operadores: el imperativo y el epistémico. De acuerdo con lo anterior, el sig- nificado de las preguntas no se reduce a su ca- rácter proposicional. En ellas se pueden encon- trar cuatro partes diferentes: desideratum, reve- la el estado epistémico que el emisor pretende lograr; el operador imperativo, refleja la peti- ción contenida en la pregunta; el aspecto presu- posicional hace parte de la proposición y se en- cuentra afirmado implícitamente en ella. La re- lación entre forma gramatical y uso es multifor- me. Esta multiformidad ocurre por el redescu- brimiento en el enunciado de las diferentes in- tenciones del hablante. Tradicionalmente, la cla- sificación de las preguntas, ha superpuesto dos criterios: formales y pragmáticos. Esta división es inadecuada por cuanto el enunciado contiene a la vez elementos tanto gramaticales como prag- máticos. Los valores que adquieren las emisio- nes interrogativas en el discurso son consecuen- cia por un lado, de los valores de la representa- ción y de las intenciones del hablante, y por otro de las condiciones que rodean la emisión. Por ello, es inadecuado derivar las emisiones inte- rrogativas exclusivamente de la forma gramáti- cal o de los aspectos pragmáticos. En los enunciados interrogativos con valor epistémico, el emisor construye una serie de hi- pótesis en torno al conocimiento que el receptor debe poseer acerca del tópico objeto de la pre- gunta. En los casos donde el valor epistémico es fuerte, si el hablante considera que el oyente des- conoce absolutamente el tema en cuestión, qui- zás utilice formas interrogativas que le permitan precisar cuál es el grado real de desconocimien- to y qué otros conceptos posee el oyente que, eventualmente, pueden ayudarle a acceder a esta nueva información. Cuando el hablante presu- me que el oyente tiene algún conocimiento so- bre el tópico en cuestión, sus preguntas podrían orientarse hacia la búsqueda de confirmación del nivel de conocimiento supuesto. Por otro lado, también el hablante realiza una serie de consi- deraciones sobre su propio conocimiento del tema. El maestro hace uso de la intertextualidad a partir de elementos que retoma de los conoci- mientos aportados por los niños, sean extraes- colares o escolares. El hecho de incorporar es- tos conocimientos amplía la perspectiva de la discusión y, aunque tácitamente expresado, pue- de producir cambios significativos en la posi- ción de los alumnos frente al maestro, ligadas con el valor de reaseguramiento que se sustenta en una autoimagen positiva. Muchos de estos co- nocimientos provienen de textos diferentes a los indicados previamente por el docente. En este tipo de pauta interactiva tanto el grupo de maes- tros estudiados como los alumnos registran dis- tintos comportamientos: El maestro emplea diferentes clases de re- cursos argumentativos. Utiliza también experien- cias cotidianas para mostrar las semejanzas exis- tentes con algún tipo de conocimiento científi- co. Usa fenómenos conocidos por los alumnos para mostrar y estudiar las semejanzas o las di- ferencias con aquellos que se están estudiando. Identifica las variables que interviene en el fe- nómeno estudiado y en otros para analizar hasta que punto pueden considerarse iguales y en cuá- les aspectos son diferentes. Usa pruebas empíricas que ejemplifican los conceptos estudiados. Utiliza contra ejemplos que operan como un punto de vista distinto que tiene que ser cuestionado con razones; igualmen- te. apela a la confrontación de puntos de vista. Esta secuencia interactiva representa según esta autora el nivel más alto de organización argu- mentativa representado en las clases por ella es- tudiadas. En los registros hechos a los maestros en esta investigación, este tipo de estrategia sólo es utilizado por dos maestros del total de la po- blación. Detengámonos ahora en el análisis de MIRALBA CORREA RESTREPO
  • 9. 141 las aserciones encontradas en el discurso de los maestros.El análisis del corpus ha permitido identificar en el transcurso de las clases tres for- mas de proceder en relación con los contenidos enseñados. Estas formas se denominan como aserciones referenciales de procedimiento y de control. Antes de caracterizar cada uno de los tipos de aserciones vale la pena que se recuerda el pro- blema del enunciado asertivo. Los enunciados asertivos o descriptivos desde una perspectiva de acción discursiva pueden asimilarse a lo que Austin (1971) denominó enunciados constituti- vos con función descriptiva y valor lógico, opuestos a los enunciados performativos, sin valor de verdad y empleados más para hacer que para decir. Sin entrar a polemizar sobre la pertinencia o no de la discusión anteriormente planteada se destaca el hecho de que al decir o asertar X tam- bién se postula sobre una forma de hacer. Frente a la aserción: «las palabras sinónimas son aque- llas que portan el mismo significado» proferido por una maestra en clase corresponde explícita- mente el performativo: yo afirmo que las pala- bras sinónimas... etc. Donde además de asertar sobre un concepto se representa la posición del sujeto de la enunciación. A este respecto Kriste- va (1975, p. 232) afirma que: «Es evidente que si la función asertiva propia de la predicación concierne tanto al objeto afirmado como al su- jeto hablante que afirma lleva en ella misma las posibilidades de todas las modalidades de la enunciación». Al estar representado el sujeto de la enun- ciación en el enunciado descriptivo, la dicoto- mía enunciado descriptivo–enunciado modal ya no es pertinente. Las representaciones y cance- laciones del sujeto forman parte de las estrate- gias discursivas de las que es responsable el su- jeto de la enunciación. Una primera conclusión que se desprende de los planteamientos anterio- res, es la posibilidad de introducir la perspecti- va performativa en el estudio de las modalida- des y observar como señala Zuber (1973, p. 6), los enunciados modales como «Actos Individua- les de enunciación». Al introducir el «acto individual de enun- ciación» se cambia de manera sustancial el tra- tamiento que desde la lógica se ha dado a las modalidades. Ya no se trata de la verdad o la falsedad de las proposiciones. Igualmente se pone en cuestión el planteamiento lógico sobre referencia y verdad. Con respecto a la referen- cia ésta adquiere una nueva dimensión y en la dirección en la que arguye Todorov (1973) cuan- do afirma que «el problema de la referencia está estrechamente ligado a la enunciación (...). La cuestión de la verdad, subordinada a la de la re- ferencia, es igualmente inconcebible fuera de la enunciación, en sí mismo un enunciado no es verdadero ni falso, deviene como tal únicamen- te en el curso de una enunciación particular»(p. 64). Conceptuado de este modo la verdad de un enunciado no es una propiedad que le sea intrín- seca, inmanente o constitutiva, es una propie- dad adquirida en el recorrido de su actualiza- ción discursiva. Las consideraciones anteriores sirven de fundamento a la clasificación del tipo de aser- ciones hechas por el maestro en sus clases. En un esfuerzo constante por ir de los hechos a la teoría y de ésta a los acontecimientos se encuen- tra al analizar los registros de clase los tres gran- des tipos de aserciones señaladas al inicio de este apartado: referenciales, procedimentales y de control del comportamiento. Se analiza la fun- ción de cada una de ellas. Las aserciones referenciales consisten bá- sicamente en el uso que el maestro hace de dife- rentes recursos de información específica, rela- tiva a los contenidos curriculares, informacio- nes que los alumnos deben atender y seguir. Su función principal, desde el punto de vista ins- truccional, es ofrecer las condiciones para la comprensión de los tópicos explicados. El pa- trón de actuaciones en este caso es la explica- ción del profesor y el seguimiento que de ella hacen los alumnos. En este «patrón» compuesto por explicación – seguimiento- el profesor mues- tra la información nueva o la información vieja desde el tablero, situado en la parte delantera de la clase. Además, se apoya en dibujos, esque- mas, gestos y ejemplos que los alumnos deben CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
  • 10. 142 seguir atentamente, consignando en sus cuader- nos tales explicaciones. Puede considerarse que esta situación, cuando existe efectivamente un seguimiento de los alumnos, promueve una ac- ción y atención conjuntas. Si ello no es así, y lo es con mucha frecuencia en las clases observa- das, este propósito no se cumple. Analizando el conjunto de registros se encontró que los profe- sores dedican 14,5% del tiempo a la producción de enunciados referenciales. Este porcentaje tan bajo es ya un índice importante para mostrar el carácter de las actividades ejecutadas en clase y la posición epistémico-actitudinal de los maes- tros. En cuanto a las aserciones procedimentales se incluye el conjunto de actos de habla cuya función es indicar procedimientos o estrategias para resolver una tarea, un problema, un ejerci- cio. También se consideran aquí, aquellos actos de habla emitidos con el propósito de inducir a los niños a ejecutar tareas de rutina: tipo de cua- dernos a usar, modos de distribución en el espa- cio, cantidad de ejercicios a realizar. En este patrón de actuaciones se destacan dos caracte- rísticas. En primer lugar, ofrece un marco alta- mente pautado y controlado por el maestro en el que los alumnos pueden participar de diferentes formas. En segundo lugar, este patrón facilita el mantenimiento de la referencia compartida en- tre el maestro y el o los alumnos participantes. En las clases observadas este tipo de patrones de acción conjunta se establecen entre el profe- sor y el alumno o entre este y un grupo pequeño (máximo tres niños), mientras esto ocurre algu- nos alumnos trabajan individualmente o en pa- rejas, mientras que los demás no logran centrar su atención en las tareas propuestas. El porcen- taje de tiempo dedicado por el conjunto de pro- fesores a este tipo de aserciones es del 35%. En las aserciones destinadas al control del comportamiento se incluye el conjunto de actos de habla usados por los maestros para modificar la conducta de los niños con el propósito de man- tener el orden y crear las condiciones considera- das por ellos como necesarias para el desarrollo de los procesos de enseñanza – aprendizaje. Cabe destacar el tiempo 51.5% dedicado por los maes- tros a la emisión de enunciados de este tipo. La comparación entre el tipo de preguntas y aser- ciones emitidas por los maestros ponen en evi- dencia el porcentaje de tiempo en que los maes- tros trabajan conjuntamente con los niños. Una discusión sobre los efectos de esta forma de re- lación se da en el último apartado. Con el pro- pósito de contar con más elementos para esta discusión, a continuación puntualizamos en los modos de ocurrencia de las interacciones en el contexto del aula. Tipo de patrones de interacción encon- trados en el aula Hecha la contraposición entre las pregun- tas y las aserciones del maestro y una vez seña- lado el tipo de posición epistémica a la que da lugar, se tratará de mostrar cuales son los efec- tos de estas posiciones en la construcción de re- laciones sociales en el aula, puestas en eviden- cia en el tipo de patrones interactivos allí confi- gurados. Los intercambios maestro alumno que tiene lugar durante el desarrollo de una clase tie- nen una organización cuyos componentes son: el espacio, el tiempo, la duración del evento, las personas que intervienen en él y los tópicos pro- puestos. La interacción, en los salones de clase estu- diados, no opera siempre con la lógica de la es- tructura de intercambio profundo que según Sin- clair y Counthard (1975) es típica de muchas de las aulas observadas por ellos: I. iniciación del maestro, corresponde una R. Respuesta del alum- no, frente a los cuales se produce inmediatamente después una E, evaluación del maestro de lo di- cho por el alumno. Los autores designan esta última intervención como una F correspondien- te a feedback. Más bien ocurren diferentes es- feras de interacción, que sirven de base para la esquematización de lo que ocurre en el aula. Al analizar las transcripciones de las clases encontramos diferentes patrones de intercambio: (Maestro –Alumno), (Alumno – Maestro,Alum- no), – (Alumno, Maestro – Alumno – Alumno – Maestro) Estos patrones de intercambios entre maestros y alumnos se pueden esquematizar así: MIRALBA CORREA RESTREPO
  • 11. 143 Primer Tipo En este tipo de patrón la intervención la ini- cia siempre el maestro. El patrón es fundamen- talmente unidireccional, estos es, el maestro es- tablece muy pocas interacciones efectivas con los alumnos. Informa, ordena, no formula pre- guntas, y si, eventualmente, aparecen no espera que sean respondidas. Esto se deduce porque si- gue hablando y no hace gestos o ademanes que indiquen una convocatoria de participación del alumno, que dé lugar a los turnos en la conver- sación Segundo Tipo Se observan varias parejas de niños interac- tuando entre ellos sin prestar atención a las pro- puestas de la maestra. Se dan dos modalidades en este tipo de pa- trón, el maestro inicia la intervención (Mi) y el alumno responde a la demanda de participación (Ar). En la segunda modalidad nuevamente es el maestro quien inicia el intercambio, el alum- no da una respuesta y el maestro interviene nue- vamente siguiendo la conversación a partir de la respuesta dada por el estudiante. El carácter de esta interacción es unidireccional en el primer caso y bidireccional en el segundo. Aun cuando muchas de las intervenciones de los maestros y alumnos sobre los contenidos se banalizan, éste patrón de intercambios refleja una posición más activa de maestros y alumnos en la situación co- municativa del aula, en una relación cara a cara. El tipo de actos de habla predominantes en este intercambio son preguntas de carácter cerrado o aquellas de tipo puntual, dirigidas a constatar en los alumnos la realización de ciertas activida- des, la preparación de útiles de escritorio, libros, etc. Tercer Tipo Este patrón comporta relaciones más simé- tricas donde participan el maestro y varios alum- nos. Puede esquematizarse así: Se observan varias parejas de niños interac- tuando entre ellos sin prestar atención a las pro- puestas de la maestra. En este tipo de patrón interactivo se obser- va una diversidad mayor de actos de habla: pre- guntas, comentarios explicativos, aserciones que revelan la ocurrencia de una actividad conjunta llevada a cabo en esta esfera de interacción. Ge- neralmente, estos subgrupos se dedican a resol- ver algún tipo de problema: cotidiano, académi- co o social. Cuarto tipo Un cuarto tipo de patrón es el que se da gra- cias a la constitución de esferas de interacción entre pares, paralelas a las establecidas por el maestro con un alumno o pequeños grupos de alumnos. De este tipo se encuentran dos varian- tes: La primera se refiere a interacciones Alum- no – Alumno, la segunda alude a interacciones de varios alumnos. El esquema correspondiente a esta situación es el siguiente: CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA Mi A Mi Ø A Mi Ar Mc Mi Ar Mi Ar1 Ar2 Mr Mi Ar Al mismo tiempo y de una forma paralela uno o
  • 12. 144 Varios grupos de alumnos establecen otras esferas de Interacción que pueden graficarse así: La constitución de distintas esferas de inte- racción pone en evidencia las posibilidades de relación que de todas maneras se otorgan los ni- ños. Igualmente, revelan la dificultad que en muchas ocasiones tienen los maestros para man- tener el control del grupo, o para centrar la aten- ción en un tópico de trabajo.2 De acuerdo con las condiciones adoptadas para analizar las transcripciones que conforman el corpus, cuando el maestro y el alumno hablan, sus intervenciones se indican utilizando una i, cuando responden se utiliza una R. La situación en la que maestro habla y no se produce respuesta por parte del alumno se indica con el signo 0, los vectores señalan un intercambio. Las distintas posibilidades resultantes son las que indican a continuación. La primera pue- de caracterizarse como una posición unipartita y vacía, la segunda y tercera como bipartitas, aunque de diferente carácter porque la segunda es unidireccional y lateral es bidireccional. La cuarta es tripartita y la quinta dicotómica uni, bi o tripartita. El carácter tripartito se refiere a la participación de tres personas en la conversa- ción. Parece importante resaltar la presencia de dos constantes, una el uso reiterativo de actos de habla encaminados a ordenar, advertir y re- criminar y el número reducido de actos de habla destinados a la explicación. Otra, la plurifuncio- nalidad de los actos de habla que conllevaría, si se diera la oportunidad, a producir una gama más amplia de posibles respuestas. Sin embargo, ello no es cierto porque en muchas ocasiones esta pluralidad está encaminada a afianzar las órde- nes o a mantener el control. Con base en los resultados del estudio es posible sintetizar las características de los inter- cambios que se observaron en los salones de clase, así se puede afirmar que: • El maestro interviene en algunos casos, más allá del 80% de las veces. • Existe una tendencia generalizada a estable- cer patrones de tipo M-A, de carácter uni- direccional. • Los enunciados emitidos por el maestro son básicamente órdenes. • Las interacciones de los alumnos se circuns- criben a informar, repetir o contestar pre- guntas que en la mayoría de los casos son retomadas por el maestro para avanzar en la explicación o en la aclaración de un tema. • La contra argumentación entre maestro y alumnos se halla prácticamente ausente de las actividades escolares de los cursos ob- servados: primero, segundo y tercero de pri- maria Si bien no es posible plantear conclusiones definitivas sobre el efecto de este tipo de patro- nes sobre el conocimiento de los niños sí se ade- lantan algunas afirmaciones que parecen plausi- bles. En primer lugar, la interacción en el salón de clase está estructurada para conducir a los alumnos hacia la compresión de diferentes tipos de conceptos. Las pocas interacciones en las A1 Mi A2 A3 A4 1. A1 Ar 2. A2 Ar A3 A4r A5 2 Los esquemas anteriores están graficados mediante convenciones, signo y líneas. Puede resultar mucho más comprensible su lectura si se ex- plícita a que corresponde cada una de las convenciones. Así M repre- senta al maestro, A1, al primer alumno que interviene, A2, como el segundo y así sucesivamente. Se utiliza un sistema de vectores para indicar el modo de relación. Si es horizontal muestra una relación uno a uno, si es vertical señala la participación de un tercero. Los vectores pueden ser de una solo vía o de doble vía. Aquellos de doble vía co- rresponden a intercambios denominados bipartitos. Se usa además el signo 0 para indicar que no hay interacción. MIRALBA CORREA RESTREPO
  • 13. 145 que se da una acción conjunta en torno a una situación específica de aprendizaje, muestran como los maestros ignoran o al menos parecen desconocer la importancia de promover inter- cambios que conduzcan al establecimiento de juicios, procesos de razonamiento, o de posicio- nes críticas, necesarios para la construcción del conocimiento. Ignoran, además, que el alumno crea nuevos modos de pensar y puede reafirman los que posee en las diversas relaciones que con- trae durante su vida, entre ellas, las que estable- ce en la escuela. Las observaciones y el procesamiento de los datos encontrados llevan a plantear que parece existir un desconocimiento sobre los efectos de la interacción en la construcción del conocimien- to, no se es muy consciente de que mediante ella el alumno reorganiza sus procesos de pensamien- to, avanzando en la comprensión de los proble- mas. A este respecto Vigotsky planteó que la comprensión de los niños se ve moldeada, no sólo a través de encuentros de adaptación con el mundo físico, sino, también, por medio de expe- riencias comunicativas y por su relación con un mundo de signos. Este mundo es básicamente cultural, no es simplemente físico o aprehendi- do perceptivamente. Tiene un sentido y una sig- nificación específicas, resultado principalmente de la experiencia de los individuo con el lengua- je y con los otros sistemas semióticos. Los patrones de intercambio descritos son característicos de la relación maestro – alumno establecida en las clases observadas. En cada uno de ellos se presentan mecanismos particulares mediante los cuales el maestro conserva la ini- ciativa de la conversación. Los papeles de quie- nes intervienen en esta relación, se actualizan y mantienen mediante estrategias de discurso apro- piadas al contexto del aula . Si se retoman el tipo de preguntas y las aser- ciones hechas por los maestros y se comparan con los patrones interactivos se encuentra una relación significativa entre la posición epistémica del maestro y el tipo de patrones de interacción establecidos con los alumnos.Aquellos que asu- men una postura epistémica más cerrada tien- den a establecer los patrones 1 y 2; en ese caso se da mayor número de esferas de interacción entre los niños, que operan de forma paralela a la establecida por el maestro y los demás niños. Aquellos maestros que muestran la posición epis- témica más abierta a la negociación establecen patrones interactivos del tercer tipo. En un trabajo posterior que intenta explorar los patrones de interacción se ha encontrado con algunas maneras de interactuar con los alumnos que se distancian de las ya descritas. Se trata de intercambios propiciados por una maestra cuan- do propone a los niños la corrección de un cuen- to escrito por ellos, en estos intercambios no sólo da cuenta de una posición epistémica sino que cumple las diferentes condiciones de las rela- ciones dialógicas, que señalamos de manera ex- tensa al enmarcar esta exposición. Este patrón recuerda una figura de red, o aquellas con las que se representan los sociogramas. Todos los miembros del grupo interactúan entre sí en tor- no al problema de la corrección. Una síntesis muy apretada de lo que ocurre permite afirmar que: • Tanto los niños como la maestra respetan las diferentes reglas de la conversación • La participación es distribuida equitativa- mente. • Los tópicos de la discusión se mantienen a lo largo de la actividad. • Se da una autorregulación de la participa- ción. • Las diversas participaciones son acogidas con atención y respeto. Este tipo de patrón se puede esquematizar del siguiente modo: Mi A1 An A2 A3 A4 Todos los niños responden a las iniciativas del maestro y discuten sobre sus propuestas y las de sus pares, manteniendo una circulación constante en la participación. CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
  • 14. 146 Al observar el desempeño de las maestra(os) se puede afirmar que la dinámica de las interac- ciones depende en buena medida del grado de cooperación que se logre establecer entre los actores escolares para crear y sostener los com- promisos recíprocos establecidos. Sin embargo, vale la pena señalar que la actuación del maes- tro en este sentido es decisiva puesto que no sólo ha de implicarse de tal modo que sea accesible a los alumnos sino que ha de crear las condicio- nes para que estos a su turno lo sean. Lo que no es para nada evidente en estas relaciones es el hecho de que el maestro también resulta afecta- do. Sus intervenciones y las de los alumnos de- terminan cambios tanto en sus propios compor- tamientos como en el de los otros. Cada encuen- tro origina nuevos significados porque da lugar a cambios en los interlocutores: en cada nueva relación los sujetos que intervienen no son ne- cesariamente idénticos aunque en apariencia si- gan siendo los mismos. Metacognición e interacción Se cree que es pertinente recoger lo dicho hasta el momento, señalando los efectos de la interacción sobre el conocimiento, en particular en lo relacionado con la metacognición. Según Flavell, la metacognición consiste en una serie de procesos que conducen a los niños al conoci- miento de sus capacidades y a poder controlar sus actuaciones en diferentes tareas, entre ellas la comprensión y la producción de textos. De allí que el énfasis en funcionamientos metacog- nitivos permita entender cómo los niños van ad- quiriendo un mayor conocimiento sobre sus pro- cesos mentales y la forma como los van regu- lando al resolver diferente tipo de problemas, en este caso cuando leen y escriben. Tal como se ha señalado, los diferentes ti- pos de patrones de interacción llevan a los niños a algún tipo de saber. Indudablemente, que es en el último patrón descrito donde se promueve una mayor cantidad de razonamientos de orden me- tacognitivo. La actividad cooperativa, el proce- so de soluciones compartidas y el resolver los interrogantes y las dudas con respecto a la tarea de escritura propuesta proporcionan una fuente adicional de andamiaje para el aprendizaje, en contraste con el que tendría cada niño por sepa- rado. Diferentes autores están de acuerdo con señalar que en el contexto de la interacción coo- perativa en un grupo de pares que colaboran en la resolución de una tarea, el control de la acti- vidad es trasladado al grupo y distribuido entre sus miembros. Por otra parte la cognición distribuida divi- de la carga de trabajo cognitivo, permitiendo al grupo completar de manera conjunta lo que nin- guno de sus miembros podría conseguir por si sólo. Es innegable que es particularmente ven- tajoso que cada compañero contribuya con com- petencias que no están en el repertorio del otro y que pueden hacer las veces de un mecanismo de andamiaje, dado que la competencia del com- pañero menos capaz es activada por la guía que provee el compañero más capacitado (Khun, 2001). Además de la interacción existen otros mecanismos que contribuyen al aprendizaje de la tarea, como son: el conflicto sociocognitivo y la coconstrucción del conocimiento, cruciales para promover la metacognición (Mateos citan- do a Palinskar y Webb 1998). El intercambio social sirve de escenario donde las representaciones, percepciones, creen- cias, actitudes, opiniones y formas de pensamien- to de unos y otros sujetos enseñan diferencias frente a un problema; Las discrepancias que se presenten generan conflictos de carácter socio- cognitivo que obligan al sujeto a explicitar, ela- borar y justificar sus propios puntos de vista, de tal forma, que pueda confrontarlos con las pers- pectivas de los otros. Las confrontaciones entre los pares permi- te objetivar los diferentes conocimientos, de tal suerte que: «La comunicación verbal de nivel de entendimiento metacognitivo se externaliza, haciéndola explícita; el beneficio potencial de la colaboración es bien captado en la teoría del orangután; si tengo algunas nuevas ideas y voy a un cuarto con un orangután para explicárselas, MIRALBA CORREA RESTREPO
  • 15. 147 Referencias Austin,J. L (1971). Palabras y acciones. Cómo hacer cosas con palabras. Buenos Aires: Paidós. Baktin, M. y Voloshinov (1992) El marxismo y la filosofía del lenguaje. Alianza editoria, Madrid. Obra publicada inicialmente en 1929. Bruner, J. (1995) Actos de significado. Más allá de la revolución cognitiva. Madrid: Alian- za Editorial. Bruner, J. (1988) Realidad mental y mundos posibles. Los actos de la imaginación que dan sentido a la experiencia. Madrid: Ge- disa Calonje, P. y Correa, M. (1995) Discurso, Co- nocimiento e Interacción en el Aula: Un estudio sobre los actos de habla directos e indirectos en el discurso del maestro de pri- maria. Informe Final de Investigación. Cali: Universidad del Valle. Coll, C. (1995). Actividad conjunta y habla: una aproximación al estudio de los mecanismos de influencia educativa. En P. Fernández Berrocal y M. Angeles Melero (Eds.) La interacción social en contextos educativos. Madrid: Siglo XXI. Eco, U. (1977). Tratado de semiótica general. Barcelona: Lumen. Eco, U. (2000). Semiótica y filosofía del lengua- je. Barcelona: Liberduplex. S.A. Flavell. J. (1976). Metacognitive aspects of pro- blem solving. En L. B. Resnik (Ed), The Nature of Intelligence. Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum. Flavell. J. (1979). Metacognition and cognitive monitoring: A new area of cognitive – de- velopmental inquiry. American Psycholo- gist, 34, 10, 906–911. Flavell. J. (1987). Speculation about the motive and development of metacognition. En F. Weinert y R. Klowe, R. (Eds.), Metacogni- tion, Motivation and Understanding. Lon- dres: Lawrence Erlbaum Associates éste simplemente se quedará ahí y seguirá co- miendo su banano, mientras yo, saldré del cuar- to sabiendo más de lo que sabía antes. Es decir, mi comunicación explícita de metasaber a un compañero o la comunicación explícita de mi compañero a mi, puede influenciar y guiar al receptor de esta comunicación, de manera par- ticular si éste es más capaz; cuando ambos com- pañeros tienen alguna competencia, es posible predecir un efecto más poderoso, es decir, uno en el cual ambos compañeros se benefician, dado q ue cada uno guía el metaconocimiento del otro, en otras palabras cada compañero sir- ve de operador del metasaber del otro, ayudán- dolo a monitorear y manejar las operaciones estratégicas» (Khun, 2001), citado por Gam- boa, González, y Gutiérrez, (2003). Al inten- tar comprender las ideas de los otros y de re- conciliarlas con las propias, implica un proce- so de negociación de significados que puede resultar en la co-construcción o construcción conjunta de nuevas ideas, de nuevos procesos de pensamiento o de nuevas estrategias de so- lución de problemas. La confrontación cons- tante general lleva tanto a la metacognición como a la constitución de mecanismos de au- torregulación Con respecto a la autorregulación, Brown (1987) muestra la importancia de conocer es- tos mecanismos para comprender los cambios en el aprendizaje y para mejorar los procedi- mientos de enseñanza. De sus planteamientos se desprende la necesidad de investigar la rela- ción entre procesos metacognitivos y regula- ción del conocimiento. Para la Psicología del Lenguaje y para la Pedagogía es valioso cono- cer esta relación: los psicólogos educativos pueden seguir y explicar con precisión la ma- nera como opera la mente de los niños en la composición escrita, y los docentes pueden ayudar a sus estudiantes a incorporar procedi- mientos autorreguladores en su escritura, para que sean más recursivos, reflexivos, con metas orientadas y una actitud positiva de sí mismos como sujetos del conocimiento. CONTEXTO, INTERACCIÓN Y CONOCIMIENTO EN ELAULA
  • 16. 148 Flavell. J. (1996). El desarrollo cognitivo. Ma- drid: Visor. Gamboa, J., González, L. y Gutiérrez, R. (2003). Metacognición en procesos de interacción. Trabajo de grado no publicado. Cali: Ponti- ficia Universidad Javeriana Cali. Greimas, A. J. (1973). En torno al sentido. Ma- drid: Fragua. Greimas, A. J. (1983). La semiótica del texto: ejercicios prácticos. México, D. F.: Paidós. Greimas, A. J. y Courtés, J. (1979). Semiótica. Diccionario razonado de la teoría del len- guaje. Madrid: Gredos Halliday, M.A.K. (1978) El lenguaje como se- miótica social. México, D. F.: Facultad Ciencias de la Educación. Searle, J. R. ( 1972). Les actes de langage. Coll. Savoir. Paris: Hermann. Searle, J. R. (1977). Speech acts. New York: Academic Press. Todorov, T. (1981). Mikhail Baktine le principe dialogique. Paris: Le Senil. Todorov, T. (1973). Gramática del Decamerón. Madrid: Ediciones Josefina Betancor. Kuhn, D. (2001). Why Development does (and does not) ocurr: Evidence from the domain of indictive reasoning. Mahwah, NJ: Lawrence Erlbaum. Van Dijk, T. (1977). Text and Context. Explora- tions in teh semantic and pragmaticsof dis- course. Londres: Longman. Van Dijk, T. (1980). Estructuras y funciones del discurso. Madrid: Cátedra. Van Dijk, T. (1983). La ciencia del texto. Bue- nos Aires: Paidós. Valsiner, J. (1994) ¿Qué tienen de ‘natural’ los «contextos naturales?: Construcción cultu- ral del desarrollo humano (y de su estudio). Infancia y Aprendizaje, 56, 100-104. Vigotsky, L. S. (1979). El desarrollo de los pro- cesos mentales superiores Barcelona: Crí- tica. MIRALBA CORREA RESTREPO