La entrevista trata sobre la poesía y el papel del poeta en la sociedad. Silvia N. Barei, poeta y ensayista cordobesa, opina que la poesía sirve para plantear preguntas sobre problemas humanos y sociales. También cree que los poetas deben comprometerse con la solidaridad y denunciar los efectos negativos del capitalismo salvaje. Su próximo libro de poesía se titula "Nosotras" y contiene diálogos poéticos entre ella y otras 23 poetas argentinas contemporáneas.
PRESENTACION DE LA SEMANA NUMERO 8 EN APLICACIONES DE INTERNET
Corredor Mediterráneo
1. Suplemento Cultural del Centro
Río Cuarto . Río Tercero . San Francisco . Villa María Miércoles 25 de marzo de 2020 . Año 20 N° 896
El Corredor Mediterráneo
humorsolini
POR HERALDO MUSSOLINI
PÁG. 8
La poeta y ensayista cordobesa, exvicerrectora y actual docente de posgrado de la Universidad
Nacional de Córdoba dialoga con ECM sobre poesía y sobre conflictividad y diversidad cultu-
ral ofreciendo una mirada lúcida e inteligente sobre el estado social en estos tiempos.
PÁG. 2-3
ENTREVISTAA
SILVIA N. BAREI
LA COLUMNA
CARTAS DE LA PALABRA RÍO
MISTY
POR CLAUDIO ASAAD
PÁG. 8
SOLEDAD DE
LOS OLVIDOS
DE L. MANUEL LASTRA
POR A.T.
PÁG. 7
BICENTENARIO
DEL MOTÍN DE
AREQUITO (2)
POR MARTÍN A. TOSELLI
PÁG. 4-5
ENREDADITOS
SE HA PERDIDO
LA MEMORIA
POR BACHI SALAS
PÁG. 6
2. Silvia N. Barei es una de las personalidades
más activas de la vida cultural de Córdoba
capital. Su labor como docente universitaria
y su escritura poética y ensayística trascien-
den al ámbito nacional e internacional.
“Acá,ayer,heanotadoenunpapel/contan-
tos libros bajo el brazo / no he llegado a la
piel de nadie…”, dicen unos versos suyos
de Animal ciego que trasuntan cierto senti-
miento de frustración respecto a lo que
esperadelconocimientolibrescoo,entodo
caso, del conocimiento poético.
Tal vez sea una especie de descreimiento
con respecto a cualquier forma de conoci-
miento, pero sobre todo el intelectual.
Hemos encontrado pocos espacios para
reconciliar heridas y diferencias, no pode-
mos explicar pleitos y deslealtades y el
poder de percepción, de diálogo, de ejerci-
cio de la libertad de la palabra poética, no
noshaalcanzadonuncaparapensarnuestra
vulnerabilidad como seres humanos, para
resolverlasenormesincógnitasdelmundoo
para procurar el amor y su resolución plena.
Muchos opinan que la poesía tiene una fun-
ciónyqueésta,segúncadaopinante,eside-
ológica,política,religiosa,etc.¿Tienelapoe-
sía una función o cuál es su razón de ser?
No estoy segura de que la palabra función
sea adecuada. Distintas épocas le han asig-
nadoalapoesíadistintasfuncionescomolas
que mencionas. Hasta la de no servir para
nada. Creo que la poesía es una palabra muy
elaborada que tiene en su capacidad expre-
siva, en su capacidad metafórica y de sínte-
sis, la posibilidad de hablar de los dolores
profundos de los seres humanos. Y sobre
todo,lacapacidaddedejarpreguntas.Ypor-
que nadie alcanzará nunca una respuesta
correcta y definitiva, tal vez esa sea la “fun-
ción”,simplementeladeplantearpreguntas
ante el rompecabezas que es hoy el mundo:
componentes políticos, culturales, nuevas
subjetividades, nuevas demandas y nuevas
luchas plantean nuevos desafíos.
En estos tiempos caóticos, desordenados,
condicionados por un capitalismo salvaje
que instrumentaliza el desarrollo científico
ytecnológicoparasupropiobeneficio¿cuál
es el rol del poeta?
¿Ninguno? ¿El mismo que el de todos los
seres humanos? ¿El rol de la solidaridad y el
compromiso?. Dar cuenta de una experien-
cia de lo humano, del entregarse a sí misma
en todo momento y de sentir que entre
todos y con todos, una sigue viva. O como
dice Olga Orozco “ a cada cual su copa para
medir el vino cuando se acaba la sed”.
Gilles Deleuze, en la estela de Foucault, en
un famoso seminario taller dado en 2013,
hablaba de la fragmentación del individuo
en la sociedad de control y usted, un año
antes,publicóCulturasenconflicto,libroen
el que planteaba “la representación fractu-
rada del mundo”…
Eselibrorecopilaunaseriedeartículossobre
lo que en la pregunta anterior formulaste
como “tiempos caóticos, desordenados,
condicionados por un capitalismo salvaje”.
Yo pienso que nunca nos hemos sabido cui-
dar como especie, hemos reproducido cada
vez más las desigualdades, hemos acentua-
do las diferencias y obturado los diálogos,
hemos asumido los calificativos y los estig-
mas para referirnos a los otros/otras y por
ello nos hemos permitido denigrar, destruir,
violar, asesinar y hasta olvidar, vanaglorián-
donosdelohecho.Lapoesíaapelasiemprea
ladimensióndelosensiblequeaunquenolo
.parezca, también es una dimensión política
envarada en nuestros cuerpos, en nuestros
modos de percepción . Cuando la percep-
ción sensible perturba, es entonces el
momento político en el cual debemos consi-
derar el sistema de inclusiones/exclusiones
que hemos construido, darlas vuelta y
actuar. La poesía de hoy habla de la tierra y
de sus habitantes: de la contaminación del
agua, la desertificacion de los suelos, la des-
trucción de los bosques nativos, la desapari-
cióndemilesdeanimalesyplantas,ladesnu-
trición infantil, el acoso , la droga, el alcohol,
los femicidio , las fronteras urbanas y sus sis-
temas de exclusión. Hay por ejemplo, un
número reciente de la revista italiana Isla
Negra dirigida por el argentino Gabriel
Impaglione, dedicada a los animales que
interroga por los otros seres vivos del
mundo y que se plantea indudablemente en
un problema ético.
Si bien puede haber una lectura positiva
sobre la fracturación ante la imposibilidad
humana de representar el todo, también
puede haber una lectura negativa de acuer-
do con la cual, y evocando el mito babélico,
la fragmentación y la dispersión son instru-
mentos a través de los cuales el poder man-
tiene su hegemonía sobre las mayorías.
Cuando en la facultad de lenguas me tocaba
recibir a los alumnos de primer año siempre
lesdecíaquehabíaquedesmitificarBabelen
su sentido negativo. Que Babel es la posibili-
dad de contactos de culturas y sujetos, por-
que toda lengua, todo texto, toda cultura
tiene posibilidades de traducción. Más allá
de los poderes hay sujetos, hay hombres y
mujeres que discuten con la idea del poder
de que las cosas son de una determinada
manera. Si se mira para abajo y desde abajo,
se ve de qué manera pueden plantearse
resistencias.
¿No cree que esta fragmentación nos con-
duce a una crisis de identidad colectiva, a lo
que el poeta ecuatoriano Mario Campana
llama “gremialización de lo particular”, que
es fruto de una pérdida del sentido del bien
común?
El individualismo es una característica de
nuestros tiempos, de lo que llamamos post-
modernidad, globalización o post liberalis-
mo,cuyomecanismomásefectivohasidola
acumulación y la apropiación capitalista, la
homogeneización de los sujetos y el autori-
tarismo, modos desvastadores contra todas
las formas de vida. De allí el aislamiento y la
pérdidadeidentidadescolectivasyelrolfun-
damental que yo atribuyo al arte en general,
en este caso a la poesía: decir lo que pasa en
la calle, contrarrestar las políticas del miedo,
poner en escena las subjetividades diferen-
tes, mirar desde otro lugar, plantear las for-
mas posibles de resistencia y poner sobre el
tapete una palabra-otra. En un mundo frag-
mentado vamos dejando e incorporando
pedacitos de nosotros mismos, palabras,
experiencias, recorridos, encuentros que
nos suman o nos desafían pero siempre nos
enriquecen, arriesgando, apostando a otra
cosa, aprendiendo, conociendo, sorpren-
diéndose, maravillándose y doliéndose a
cada paso, a cada noche y día, a cada trayec-
to de vida. Y hay desiertos, y hay murallas, y
hay cuerpos y presencias que parecen sóli-
das y luego se deslíen en el agua, en el aire,
en la arena, en las sombras, en el tiempo.
Hay un grabado de Goya que se titula “El
sueño de la razón crea monstruos” y usted,
como dice en el poema “1990”, fue una de
las que creyó “que la razón y la inocencia
eran suficientes”, pero ¿es el sueño de la
razón o la ignorancia lo que crea los mons-
truos?
Estamos viviendo una transformación del
mundo que sucede ante nuestros ojos y
también una transformación de nuestras
subjetividades y conciencias. Ya sabemos
que la razón nos ha sido insuficiente porque
ha creado monstruos. Si en el mundo solo el
20%delapoblacióneseldueñodelosbienes
que deberían ser de todos, indudablemente
hemos pensado mal y actuado peor. Parte
deesemodelotambiénhadejadoamillones
en la ignorancia porque indudablemente, la
El Corredor Mediterráneo / Página 2
ENTREVISTAA
SILVIAN. BAREI
Por Antonio Tello
3. gente con hambre, sin alfabetización, sin
escuelas y sin esferas colectivas que se arti-
culen es más fácil de dominar, de adoctrinar
y de expulsar de toda vida digna. Entonces
ambos, razón e ignorancia, forman una
dupla de cuidado. Creo que si uno recorre
los grabados de Goya encuentra los dos
mensajes en un siglo que entronizó a la
razón como panacea sin advertir que los
monstruos estaban agazapados en su inte-
rior. El arte revela esta paradoja.
¿Puede, como poeta, pensar en estos días
que los humanos hemos perdido la capaci-
dad de pensar con lucidez y, consecuente-
mente,noshemosconvertidoen“animales
ciegos”?
Siemprehemossidoanimalesciegos,yaestá
la idea en las tragedias griegas, en
Shakespeare y viene a mi memoria el mara-
villoso y terrible final de la película de
Kurosawa Ran, ( significa caos, miseria): el
ciego Tsurumaru, el único que queda de una
estirpe real que lo ha perdido todo por su
insensatez guerrera, camina con su bastón
tambaleante hacia el abismo. O sea, no
hemos perdido a la vez la capacidad de pen-
sarconlucidezynohemosdejadodeserani-
males ciegos, una dualidad en la que nos
movemos magistral y trágicamente. Creo
que el arte es el modo en que las culturas
expresan lucidamente su denuncia de nues-
tra ceguera. La experiencia constante de la
pequeñez en la inmensidad, de la soledad
enmultitud,elnodejarnosniunapausapara
pensar, puede sentirse como vivencia en el
desierto, en una especie de intemperie que
parece no tener fin.
Su próximo libro de poesía, a punto de
publicarse por la editorial Alción se titula
Nosotras ¿Cuál es la propuesta de este
libro? ¿Qué indaga aquí su poesía?
La historia de este libro es muy simple. Yo
tenía escritos unos poemas bajo el nombre
de Nosotras -el nombre del primer poema
del libro- y se me ocurrió que si quería ser
coherente con ese “nosotras”, no podía
estar solo mi voz. Por lo tanto me puse en la
tarea de conectarme con muchas poetas
argentinas contemporáneas y que estén
escribiendo en la actualidad y pedirles auto-
rización para poner en diálogo un poema
mío con uno de ellas. Trabajé a partir del epí-
grafedeLucíaCarmonaquedice:“Noshicie-
ron mujeres y como tales somos/ una mitad
de símbolo/y una mitad de arena”.Entonces
el libro tiene dos partes respondiendo a
estas metáforas, la primera (mujeres de
arena) sobre cosas comunes y corrientes
(sentimientos, hechos de la vida cotidiana) y
lasegunda(mujeressímbolo)tomandofigu-
ras femeninas notables (Frida, Evita, Camila
O’Gorman, Marilyn, Virginia Woolf, etc). Las
respuestas de las poetas fueron de una
generosidad total y así el libro fue teniendo
forma y cobrando vida y yo fui rearmando
mis poemas incluyendo las voces de las
otras (que son 23 poetas) y cuyos versos
reescribo en cursiva y negrita. Puedo dar un
ejemplo de ello:
Carta a María Victoria
Crujen vidrios y madera
en esta guerra despareja
ahora que tu historia es
la noticia en el diario
acerca de una chica que ha muerto
a las cuatro de la mañana
en la terraza de su casa
lejos de un encuentro clandestino conmigo
sin formas posibles de entendimiento.
Ahora yo escribo :
Pudiste elegir otros caminos.
Viviste para otros y esos otros son millones.
Soy yo quien renace
en tu resguardo.
Cielos rotos
Vicky
cielos rotos
se abren para esperarte.
Yo que sabía
tus gestos, tu batalla y tu vigilia
tus ojos de muchacha brava
en una ciudad apestada
donde rondaba la muerte.
Yo que he de decir
no tengo la esperanza de ser escuchado
y sí tengo
la certeza de ser perseguido.
Yo que no pensaba
despedirte
Yo, Rodolfo,
yo, tu padre,
un día de invierno
una vida escamoteada
una patria entera
en la parábola:
delgada figura en camisón
fusilada en un techo.
MONICA FLORES
NIÑO QUE MIRA
La ciudad era vigilada
las casas arañadas
el aire ácido.
No tenían cuarto
pero el niño empujaba en el vientre
alguien les cedió su cama
y para el recién nacido
un sillón de cuero.
Vino al mundo en verano
a una ciudad apestada
donde rondaba la muerte
con su olor a cloroformo.
Había en la penumbra
brillo de armas
ominosas siluetas
se adueñaban de las veredas.
Una tarde de sábado
acorralan su casa.
El niño los mira desde la cuna
realizar la tarea infame
les tiende los brazos
mientras se llevan a su padre.
El niño crece riendo y llorando
en su pupila queda un recuerdo confuso
en su pecho un hueco.
Para no dejar sin responder tu inquietud
acerca de las preguntas del libro, podría
decir que Nosotras indaga el lugar de las
mujeres en el mundo, el lugar para escribir,
para pintar, para hacer arte, para vivir, para
pelear,paraayudar,paradarlamano. Yapa-
recen aunadas en el libro la posibilidad de
vivir juntos/juntas, de ser una y muchas, de
compartirconlosotros/otras,deapostarala
palabra,alacreación,queescomoapostara
la vida.
El Corredor Mediterráneo / Página 3
En vísperas de aparecer su próximo libro de poesía – Nosotras- publicado por la
reconocida editorial cordobesa Alción, la poeta y ensayista mantiene un diálogo
intenso y lúcido con ECM.
4. El Corredor Mediterráneo / Página 4
Al producirse la crisis de 1820, las provin-
cias conservaron las instituciones hereda-
das de la dominación española y las que se
habían creado durante el primer decenio
de existencia independiente. El régimen de
Ordenanzas de Intendentes perduró en
diversos aspectos, pero más se atendió a
las disposiciones del Reglamento
Provisorio del 3 de diciembre de 1817. Con
el surgimiento de los Estados autónomos,
aparecieron los textos constitucionales
provinciales.
“En general, las constituciones provinciales
rioplatenses, en la medida en que tendían a
fundar la autonomía provincial frente a las
tentativas de unificación estatal, monárqui-
cas o republicanas unitarias, siguieron los
lineamientos del constitucionalismo repu-
blicano al establecer un poder legislativo
basado en la soberanía popular. Este nuevo
poder fue con frecuencia rudimentario; la
organización judicial, por otra parte, no
llegó a constituirse en un tercer poder”
(Goldman, 2005: 111-112).
El Poder Legislativo era una innovación
ajena a la tradición política hispana. Los
Cabildos, encargados antes de ejercer fun-
ciones limitadas al núcleo urbano y a la
campaña correspondiente, habían asumido
funciones provinciales, pero la irrupción
política de la población rural obligó a dar
formar a una nueva figura de organización
política de las sociedades rioplatenses, así
el Estado autónomo provincial condenó a
los Cabildos a su desaparición.
El conjunto de las soberanías provinciales
adoptó, ciertas formas republicanas repre-
sentativas, a las cuales no escaparon los
mismos regímenes de caudillos, como solu-
ción provisional para legitimar un orden
social y político luego de las luchas de la
Independencia, pero también para resistir
a la tendencia hegemónica de Buenos
Aires.
El poder del caudillo, basado en parte
importante en relaciones informales de
tipo familiar, amistosa y comercial, se sos-
tuvo también en un conjunto de relaciones
formales. Este rasgo puede observarse, asi-
mismo, en sus actividades privadas. No se
puede afirmar que el caudillo se sometió a
las disposiciones de las autoridades provin-
ciales, sino “(…) reconocer la existencia de
una relación más compleja entre legalidad
y legitimidad en los regímenes de caudillos,
en un período en el que la formación de
liderazgos políticos se vinculó con la afir-
mación de soberanías provinciales que coe-
xistieron conflictivamente con proyectos
de organización nacional” (Goldman, 2005:
122).
En la provincia de Córdoba, las corporacio-
nes tradicionales (clero, universidad y con-
sulado) mantuvieron un peso fundamental
mientras la mayoría de los miembros de la
gestión política (ubicados en la Sala de
Representantes y en otros cargos de la
administración provincial) pertenecía a la
elite urbana con intereses en el comercio,
y, en parte, en la campaña.
La constitución provincial (Reglamento
Provisorio sancionado en 1821) otorgaba
fuertes poderes al ejecutivo (1) , pero la
Legislatura no parecía tener un papel deco-
rativo, sino que gravitaba en la vida política
provincial como demuestra la creación de,
entre otras cosas, una comisión permanen-
te para que funcionara durante los recesos
del cuerpo.
Al Reglamento se le realizaron reformas en
1824, 1825, 1826 y 1832; sin embargo ningu-
na de ellas afectó los aspectos sustanciales
de su construcción política. Organizó el
orden público de acuerdo a las característi-
cas generales del Estado liberal: incluía los
preceptos básicos de los derechos del
hombre y del ciudadano, la división de
poderes, la periodicidad de las funciones, la
responsabilidad de los funcionarios y la
publicidad de los actos de gobierno; un
gobierno representativo y los procedimien-
tos electorales; también organizó la instan-
cia de decisión, de ejecución y las de orden
y justicia. Sin embargo, “(…) buena parte
de esta organización queda sólo en la letra
ya que, en la práctica, por ejemplo en el
principio de división de poderes, el ejecuti-
vo termina subordinado a los otros dos (…
)” (Lobos, 2011: 36).
En esa ley máxima, los cabildos conserva-
ban sus funciones siendo sus miembros
elegidos anualmente en forma indirecta
por cinco electores elegidos por el pueblo,
de la ciudad y Villa donde existían. Pero,
“(…) gana cuerpo la idea de que para que
la institución del gobernador se afirme
parece necesario que éste desaparezca. Y
precisamente en esto coinciden unitarios y
federales (…)” (Lobos, 2011: 42), situación
que será implementada a fines de 1824.
Durante la década de 1820, Juan Bautistas
Bustos “(…) dominó la escena provincial
(cordobesa) y fue considerado un caudillo
que logró imponerse sobre las disputas fac-
ciosas desplegadas luego de 1810”
(Ternavasio, 2009: 135), al menos en el inte-
rior de su jurisdicción.
“(…) En todo caso el derrumbe institucio-
nal de 1820 no significa en el Interior un
traspaso del poder político a sectores
sociales nuevos, ni aún reajustes importan-
tes entre los ya dominantes.” (Halperín
Donghi, 2007: 195).
El poder ocupado por esa elite comercial
ilustrada urbana, aunque también con algu-
nas propiedades rurales sobre todo en las
áreas serranas y/o circundantes a los cen-
tros urbanos como la ciudad de Córdoba,
que integraban un número reducido de
grupos familiares que nucleaban una
amplia red de parientes colaterales y una
clientela rural y urbana, constituyó, en cier-
ta forma, “(…) un grupo informal de poder
y mantuvo una presencia continua en la
administración provincial e incluso crecien-
te durante el gobierno de Manuel López
(Gobernador de Córdoba desde 1835,
quien estará al frente del la provincia por 17
años consecutivos, interrumpidos sólo por
un breve período de meses), a través de la
participación directa de alguno de los
miembros en cargos políticos y militares o
de sus relaciones de parentesco con fun-
cionarios en ejercicio” (Tell, 2008: 376-377).
Durante el gobierno de Bustos, además,
ésta elite coexistió con una base de poder
proveniente del ámbito rural. Según la
hipótesis de Ayrolo (1999), en los tres años
que permaneció al mando del Ejército
Auxiliar del Norte defendiendo la frontera
este de Córdoba de los ataques de los cau-
dillos López, Ramírez y Carrera, Bustos y su
tropa, conformada por hombres del inte-
rior, habrían forjado fuertes lazos con la
población local, principalmente en los para-
jes de Ranchos, Fraile Muerto y Cruz Alta,
que llevarían al futuro gobernador a ser
percibido como representante legítimo de
los subalternos, es decir como un caudillos
interlocutor de un sector nuevo que se
conformó como tal en y para la guerra.
A Juan Bautista Bustos, en tanto que, en
cierta medida, persona ajena a la elite local,
la construcción de una base de poder rural
le permitió, de acuerdo con el planteo de
Halperín Donghi (2002), intervenir como
árbitro de las disputas entre las facciones
locales.
Esta base de poder local, según Romano
(2002), en cierto grado fue ampliada y per-
feccionada por López, pero a diferencia de
Bustos que tuvo un proyecto estatal autó-
nomo, López no logró un proyecto de
Estado diferente al porteño.
El 19 de enero de 1820, un Cabildo abierto
designó a José Javier Díaz gobernador inte-
rino, con el mandato de convocar a la pro-
vincia para elegir a los representantes que
debían nombrar al gobernador titular y
nuevamente, se procedió a declarar la inde-
pendencia. “Pronto comprendió Díaz, por
los términos de las comunicaciones de
Bustos y por el espíritu general reinante,
que le será sumamente difícil permanecer
en el poder. De todas maneras, invita al
cabildo a recibir con honores a Bustos y a
su ejército” (Lobos, 2011: 27-28).
En la Villa de la Concepción del Río Cuarto,
la nueva situación hizo que los que deten-
taban el poder local se comenzaran a aline-
ar en la nueva dirección que tomaban los
recientes acontecimientos. Es por ello que
el cambio político necesitaba ganar apoyo
mediante medidas “revisionistas” que
merecieran el consenso popular, como la
supresión de algunas gabelas heredadas
del régimen depuesto. “El Cabildo de Río
Cuarto consultó al gobierno si se suspendía
la contribución mensual para sostener los
ejércitos en campaña (…) en atención a los
Por Martín A. Toselli*
BICENTENARIO
DELMOTÍN
DEAREQUITO (2)
HISTORIA
5. El Corredor Mediterráneo / Página 5
SegundaentregasobrelarebeliónencabezadaporelgeneralJuanBautistaBustosquediolugar
a la primera Constitución de la provincia de Córdoba, hace ahora doscientos años.
recientes acontecimientos políticos y en
virtud de ser ella generalmente repugnan-
te en toda esta jurisdicción (…)” (Oficio
del Cabildo de la Villa de la Concepción al
Gobernador. A.H.P.C. 17/02/1820.
Gobierno, Caja Nº:70, Carpeta Nº: 5).
En consecuencia el gobierno interino de la
provincia le responde: “Teniendo presen-
te la odiosidad con que generalmente se
mira ya por el público la exacción de la
suscripción voluntaria, he ordenado que,
concluida que sea la recaudación del cuar-
to mes de su establecimiento, se dé por
fenecida (…)” (Circular del Gobierno
Provincial. Archivo Histórico de la
Provincia de Córdoba –en adelante
A.H.P.C.- 23/02/1820. Córdoba. Tomo Nº:
72-E, Legajo Nº: 7).
Luego de los sucesos de Arequito, Bustos
llega a Córdoba para quedarse. La provi-
sión del ejército que lo acompaña signifi-
cará nuevas penurias para Córdoba y –
como necesaria consecuencia- una segura
causa de impopularidad para el goberna-
dor interino, que debe buscar nuevas con-
tribuciones. En paralelo con su llegada,
“(…) los más señalados miembros del
bando directorial se han consagrado a
armar un partido para Bustos (…) la prue-
ba decisiva es la elección de gobernador,
en que se agregan a los ya comprometi-
dos por Bustos otros representantes que
han advertido ya hacia dónde se inclinan
las cosas” (Halperín Donghi, 2002: 326-
327).
El 30 de enero, el Ejército Auxiliar del
Norte entró en la ciudad en medio de un
recibimiento triunfal donde todos los
estratos sociales participaron de las cele-
braciones que se le dedicaron al aconteci-
miento. Inmediatamente, se trabó una
sorda lucha entre Díaz y Bustos para
alcanzar la gobernación titular. La trans-
formación federal iniciada en Córdoba,
por el segundo, partía del reconocimiento
de la capacidad política del pueblo para
darse sus autoridades (Newton, 1973).
“Sólo en Córdoba el jefe de un pronuncia-
miento militar puede, con apoyo de los
cuerpos que ha sustraído a la obediencia
del gobierno directorial, poner las bases
de una hegemonía local que encontrará
de inmediato modo de arraigar sólida-
mente (…)” (Halperín Donghi, 2002: 324).
Por ello, y en razón del reconocido apoyo
rural hacia aquél jefe, el 15 de febrero Díaz
se dirigió a los habitantes de la campaña
convocándolos para que elijan a sus com-
promisarios en cada una de sus respecti-
vas pedanías, los que a su vez se reunirían
en los respectivos curatos y, en elección
presidida por el juez, el cura y un vecino
honrado, debían elegir al representante
que, ya en la ciudad, en unión con los
representantes de ésta, debían declarar
pública y solemnemente la independen-
cia, designar gobernador titular y a los
miembros de la asamblea constituyente y
legislativa, porque ésta sería la encargada
de dictar las leyes fundamentales y las
ordinarias (Segreti, 1970).
En el caso de la Frontera Sur, se eligió, el
10 de marzo de 1820, por mayoría, como
compromisario representante y votante
por todo el curato de Río Cuarto al Doctor
Marcelino Tissera. La elección se realizó
en el cabildo de la Villa de la Concepción
del Río Cuarto. Para ello se reunieron allí
los “vecinos”: “(…) Francisco Antonio
Ortíz (de Piedra Blanca), Santiago
Echenique (de Las Barrancas), José María
Maldonado (de Intiguasi), Solano
Berrotarán (de Las Peñas), el Sargento
Mayor Pedro Vargas (de Sampacho),
Manuel Cejas (de La Lagunilla), Mariano
Guzmán (de Achiras), Juan Arguello (de La
Esquina), José Luis Soria (de La
Horqueta), Juan Fierro (de Santa
Catalina), Hermenegildo Díaz (de Tegua),
el capitán Juan Luis Ordoñez (de la Villa de
la Concepción), el presbítero Valentín
Tissera (párroco), Pedro Ignacio Mendoza
(Síndico Procurador), José Gregorio
Cabral (Defensor de Pobres), Santiago
Bengolea (Defensor de Menores), Felipe
Neri Guerra (Fiel Ejecutor), Agustín
Montenegro (Regidor Decano) y José
Marcelino Tissera (Alcalde Ordinario). El
capitán Pedro Bengolea (de San
Bernardo) no concurrió (…) los compro-
misarios eligieron por Mayoría, elector del
Curato de Río Cuarto, al Dr. José
Marcelino Tissera (…)” (A.H.P.C.
Gobierno. Caja Nº: 68. Expediente Nº: 17,
año 1820).
Para el 15 de marzo todos los compromi-
sarios ya estaban en Córdoba. El 21 de
marzo la asamblea eligió gobernador a
Juan Bautista Bustos apoyándose en el
buen concepto que tenía en la provincia y
en el Ejército del Norte, quien juró el 24.
“En esa oportunidad, expresó la necesi-
dad de una constitución liberal que los
garantice de toda invasión externa e inte-
rior, que establecida sobre las bases de la
igualdad entre provincias y ciudadanos,
reposasen tranquilos los unos y los otros
en el goce de la vida, libertad y propieda-
des que hacen la suma de sus derechos”
(Lobos, 2011: 31).
Ni bien el nuevo gobernador asumió su
función, los miembros del Cabildo de la
Villa de la Concepción, en tanto represen-
tantes institucionales del lugar y región, le
envían un oficio al nuevo mandatario, en
el que si bien la postura de adhesión para
con Bustos no era demasiado explícita, sí
lo era su intención de comenzar a entablar
buenas relaciones con él. Tal actitud por
parte del Cabildo de Río Cuarto, podría
enmarcarse en la poca legitimidad y dudas
que generaba el reciente gobernador asu-
mido para con los sectores de la elite del
sur provincial, cuestión que se iría zanje-
ando con el paso de los años, y en los apo-
yos que aún recibía o intereses comparti-
dos que algunas personas importantes del
sur cordobés podían tener, aún, con José
Javier Díaz, gobernador saliente que se
había enfrentado electoralmente con
Bustos.
Un nuevo orden político, social, militar y
económico en la provincia mediterránea,
así como en lo que luego sería la
Confederación Argentina, comenzaba a
gestarse. No obstante de algunos avances
y cambios en materia institucional y eco-
nómica-productiva, la ruralización y milita-
rización del poder –al decir de Tulio
Halperín Donghi-, con algunas prácticas
de resolución de los conflictos a veces un
tanto brutales por parte de los bandos en
pugna, serían lo que marcaría los rasgos
más sobresalientes en los próximos cin-
cuenta años de lo que hoy es nuestro país.
(1) Entre otras atribuciones, el gobernador
era capitán general de las fuerzas militares
provinciales.
*Martín A. Toselli es Licenciado en
Historia e Intendente de la localidad de
Bulnes.
6. El Corredor Mediterráneo / Página 6
SE HA
PERDIDO
LA MEMORIA
Por Bachi Salas
Ilustración: Fernanda González
ENREDADITOS
Porque la memoria nos recuerda
quiénes somos.
Porque la memoria mantiene vivo el
recuerdo de todas las luchas para
conquistar derechos.
Porque la memoria es un camino
permanente para HONRAR al
inmenso árbol humano al que perte-
necemos: nuestras raíces familiares,
nuestros héroes conocidos y anóni-
mos que lucharon por la libertad de
la tierra en la que vivimos, nuestra
cultura, por eso, es importante que
cuando la memoria se pierda, todos
salgamos a buscarla.
Mirando desde arriba, los pájaros
nos enteramos de las extrañas
cosas que hacen los humanos.
Caminan con dos patas y no vuelan
jamás.
Además, muchas veces discuten a
los gritos y se acusan unos a otros
de robarse objetos que les perte-
necen.
Ayer, por ejemplo, un hombre dijo
Se ha perdido la memoria. ¿Quién
nos ha robado la memoria, quién?
Y en vez de salir a buscarla, como
corresponde cuando algo se pier-
de, empezaron un montón de
humanos a discutir que sí, que no,
que la memoria no es lo más impor-
tante; y unos diciendo que cómo
no va a ser importante; y otros que
lo que pasó ya está.
Yo soy un pajarito, pero entiendo
que si la memoria se pierde, todos
los seres estaremos en un gran lío.
Sin memoria no podré volver a mi
nido, ni conocer a mis pichones, ni
recordar que existen cazadores de
pajaritos que tienen peligrosas
hondas en sus manos.
Así de preocupado estaba, en la
punta del álamo, cuando pasó una
mariposa y me dijo:
Lo que pasa, pajarito, es que la
Memoria se ha cansado de escu-
char que muchos humanos digan
que ella está en los días feriados,
que son los días que ellos usan
para acordarse de cosas que pasa-
ron. Y que después hay que guar-
darla hasta el año que viene por-
que no hace falta andar siempre
con la memoria a cuestas.
Sobre todo si son cosas tristes. Eso
dicen muchos humanos- agregó
una vieja paloma.
Yo seguí en mi refugio de las altu-
ras y los hombres discutidores se
fueron por la calle sin ponerse de
acuerdo.
Y estuve inquieto y volando de un
álamo a otro, hasta que el cielo se
puso naranja y después violeta y
después el sol se fue a dormir.
Entonces la vi.
Era la Memoria. La conozco bien.
Tiene alas como nosotros, pero es
invisible a los ojos humanos.
Señora doña Memoria – pié– cómo
es eso de que dicen que se la roba-
ron pero es usted la que anda
jugando a las escondidas…Los
hombres se pelean por su culpa,
vuelva, doña señora.
Ay, pajarito – contestó la Memoria
– yo me voy cuando me olvidan y
vuelvo cuando me recuerdan.
Ahora es de noche y muchos huma-
nos están soñando conmigo;
saben que sin mí no se puede escri-
bir la Historia, que sin mí no hay
Patria, que sin mí en este lugar del
mundo llamado Argentina, no hay
Soberanía, no hay Malvinas, ni hay
San Martín, ni Belgrano, ni Moreno
ni muertos y desaparecidos duran-
te la dictadura, ni siquiera el dibujo
de la palabra Libertad…. Por eso
vuelvo, una y otra vez. Y volveré,
aunque algunos hombres me pier-
dan y me escondan. Volveré cada
vez que alguien sueñe conmigo y
me busque con lágrimas en su
almohada.
¿Y yo?- le pregunté molesto, como
si solo los humanos fueran impor-
tantes - ¿Yo no cuento para nada?
Ay, pajarito, pajarito. También vuel-
vo y seguiré volviendo por vos -
me dijo la doña señora Memoria-
para que tus ojos reconozcan los
álamos donde posarte y tu pico
sepa cuál es tu trino, volveré para
que nunca olvides que existen los
cazadores, para que siempre
recuerdes el camino que te lleva a
tu nido y para que jamás la oscura
pregunta que llega del olvido
pueda alcanzarte: “¿Para qué me
servirán las alas?”
FIN
ENREDADITOS es un material educa-
tivo digital, producido por la SUBSE-
CRETARÍA DE EDUCACIÓN Y CULTO
DE LA MUNICIPALIDAD DE RÍO CUAR-
TO , destinado a los niveles inicial y
primario de todas las escuelas de la
ciudad y que se encuentra en el sitio
oficial de la Municipalidad, www.rio-
cuarto.gov.ar. El siguiente cuento
ha sido realizado en el marco del
PROGRAMA DE EXTENSIÓN SOCIO
EDUCATIVA A partir del eje de traba-
jo de este año 2020, “EL ARTE COMO
HERRAMIENTA DE TRANSFORMA-
CIÓN SOCIAL”
7. El Corredor Mediterráneo / Página 7
reseña SOLEDAD DE
LOS OLVIDOS
LAUTARO MANUEL LASTRA
El perro de Heráclito,
Río Cuarto, 2020
Quizás los versos finales del poema
“Otoño” – Hubo una época / en
que las aves cantaron / y tomaron
nuestros cuerpos / las plantas del
estanque. / Hay una música que nos
libera del dolor- constituyan el lati-
do más explícito de la poética de
Lautaro Manuel Lastra, quien,
como músico que es, bien sabe del
poder liberador y sanador de la
música desde los tiempos en que la
vida comenzó a gestarse en el
mundo. En ese mítico instante
genésico, la música y la poesía ya
estaban presentes como primitivas
arqueobacterias del espíritu huma-
no. Un espíritu que, a través de esa
pulsión poética, resiste “la soledad
de los olvidos”, reino de las injusti-
cias y de la impunidad [En silencio
se acercaban / sobre lo inobjetable
/ En cada pierna un árbol / El trota-
mundos infrecuente / se abalanzó
sobre las eras (…) Añoraban el últi-
mo día / Una presencia de quien se
halló inmóvil / encontré sobre la
mesa de roble / BIENVENIDO / El sol
fue reemplazado por un demonio.]
Es así como el poeta, ese ser
“extraño” y “silencioso”, según lo
define el autor, nos revela el modo
en que descubre el mal en el cora-
zón de la luz que da vida al mundo.
Sobre estas líneas fundamentales
discurren los poemas de “Soledad
de los olvidos”, cada uno con su
propia memoria de lo cotidiano vivi-
do resistiendo la acción erosiona-
dora del tiempo y la fugacidad de la
carne.[-Indice de sienes, / donde
comienza el cauce de luz. / Días
lunares / en donde el río / termina
en penumbra. / Cada día, cada
noche, /masas enérgicas / se acer-
can al escenario / en el que siempre
alguien perece / bajo el aluvión / (de
almas)…]
Sirvan estos breves apuntes para
saludar a Lautaro Manuel Lastra
como un joven y muy prometedor
poeta. En estos tiempos de tanto
ruido y superficialidad, de tanto
menosprecio por la lengua, es
esperanzador leer a alguien que no
escribe “con los ojos vendados de
hipocresía”.
A.T.
8. El Corredor Mediterráneo / Página 8
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La Columna
humorsolini
Por Heraldo Mussolini
SUPLEMENTO CULTURAL DEL CENTRO
DECLARADO DE INTERÉS CULTURAL POR EL
CONCEJO DELIBERANTE DE RÍO CUARTO
CARTAS DE LA PALABRA RÍO
MISTY
Por Claudio Asaad
“Look at me, I'm as helpless as a kitten up a tree
And I feel like I'm clingin' to a cloud,
I can't understand
I get misty, just holding your hand”
Es invierno del año 1977. Me duele el estómago esta mañana y me
cuesta además distinguir los aromas que me gustan. El olor a café,
el pan recién hecho, el éter, un disolvente que con una jeringa el
Coco inyecta en un extremo de los cañitos de cobre unidos a los
medidores de temperatura de los autos. El caño se enfría en el
acto. Luego, en la punta les coloca un bulbo de bronce que suelda
con estaño, llena un jarro de agua donde los sumerge todos juntos,
para controlar que funcionen bien, que indiquen la temperatura
correcta. “Cuando el agua hierva deben marcar los 100 Grados cen-
tígrados”, dice el Coco y yo asiento con la cabeza. Si uno toma un
poco de distancia, la imagen se asemeja a la de un pulpo mecánico,
un experimento del siglo XVII, los cuadrantes de los indicadores de
temperatura como ojos móviles; cuando hay poca luz, se activan
las marcas de color fosforescente y componen una flor desprolija
que se repite más de una vez por semana, después hay que sacar-
los del agua, secarlos, enrollarlos con cuidado y etiquetarlos con la
fecha y el nombre de su dueño. Esta mañana de dolor de panza y
de mundo sin olores, desde la timidez de una radio estéreo conec-
tada a un banco de pruebas escucho las primeras notas: “Look at
me, I'm as helpless as a kitten up a tree”, (“Mírame, estoy tan
desamparada como un gatito en un árbol”);un piano como lejano,
que emite notas como pidiendo abrirse paso en un mundo lleno de
oscuridad, de noche cerrada, de huno y murmullo. Dialogando con
él la voz de timbre casi perfecto avanza sobre una casi impercepti-
ble ronquera, un matiz para rasguñar la transparencia esa que le
suma ternura a la sensualidad. Ella y el piano. Ella pronombre en
español y nombre propio en lengua anglosajona juega sin vanidad
con las notas musicales que se parecen a pequeños saltos de gra-
cia en el aire, escalas que práctica con maestría vocal, recorridos
sin esfuerzo que fluyen como una coreografía sobre todo el espa-
cio de la canción.
Quedo inmóvil. Coco me mira desde su puesto de comando, en ese
laboratorio experimental y desordenado que es la habitación de
reparación de instrumental de automotores. Baja la velocidad del
testeador de velocímetros, gira sobre si su enorme cuerpo y me
mira, hasta controlar que vuelva a respirar. ¿No sabés quién es?,
me dice el hombre que es mi jefe en ese altillo. Un melómano de
viejas y nuevas músicas que en esos años de prohibiciones y dicta-
dura me dio a escuchar a Mercedes Sosa, pero también fue el res-
ponsable de mi romance con Donna Summer. No alcance a contes-
tarle cuando la voz de Norma Simmons lo dijo mejor, “La única, la
increíble Ella Fitzgerald en una versión de “Misty”. Los dos queda-
mos mudos. El Coco y yo. El Coco volvió a colocarse los lentes chi-
quitos para mirar mejor el interior de los velocímetros, acomodo
su cuerpo debajo de la lamparita de noche y agrego sin mirarme.
“Una Diosa esta negra, también, pero no me preguntes que quiere
decir “Misty” porque no tengo la menor idea”. A las 12 menos
cinco, salí de un salto montado en mi pobre mini -bicicleta a reco-
rrer disquerías, a averiguar quién era Ella F. No podía sacar de mi
mente el modo en que cada palabra había sido pronunciada, los
modos en que el piano con la voz había logrado expandirse y hacer
esa increíble música, ese efecto de poesía sin que entendiera a mis
13 años de edad una sola palabra de la letra. Y sobre todo, que que-
ría decir “Misty”. La canción fue compuesta para piano original-
mente en 1954 por Errol Garner, la letra, escrita por Johnny Burke
se añadió años después. Muchos cantantes destacados de la
época grabaron esta canción, entre ellos Sara Vaughan, quien fue
la primera en registrarla en disco en 1958. Pero debe decir, que por
lo menos a mi aun hoy, la versión de Ella Fitzgerald, es la mejor
lograda por su particular interpretación, me produce el mismo
efecto. Mi estómago se vuelve un espiral y los objetos del mundo
giran a favor de lo sublime. Técnica vocal de por medio o lo que se
quiera, la poética que le agrega Ella a “Misty” y otros temas musi-
cales del Jazz es único e irrepetible.
La traducción de la palabra “Misty” es confundido/a, abrumado/a,
una palabra que en su idioma original suena musical, se abre y se
cierra con el sonido de una misma vocal, y acompaña el tono inti-
mista de esa confesión de amor escrita por Johnny Burke.
La manera en que llegamos, los momentos en los que nos llegan
las músicas a la vida de cada uno, definen, de manera irreductible
las maneras en que nuestra sensibilidad se enfrenta a las cosas de
este mundo y del tiempo para seguir viviendo, a pesar de todo.
Elías