Este documento contrasta los efectos de una vida sedentaria con los de una vida activa físicamente. Una vida sedentaria puede conllevar trastornos físicos o psíquicos y un mayor riesgo de obesidad, alcoholismo y tabaquismo, así como de enfermedades terminales. Una vida activa físicamente mejora la apariencia, la salud, fortalece los músculos y ejercita el corazón, previene la obesidad y mejora la autoestima.