El documento describe las cualidades necesarias para ser un buen formador. Señala que los formadores deben dominar su especialidad y saber transmitir los conocimientos de manera clara. También deben saber controlarse a sí mismos y actuar con rigor y tolerancia hacia los estudiantes. Las cualidades clave incluyen la sensibilidad, disponibilidad, entrega, cordialidad, entusiasmo y comprensión. Los formadores deben estar abiertos a los cambios y aceptar las críticas como oportunidades para mejorar.