LA SOCIEDAD CREATIVA: ANTICIPA, INNOVA Y PARTICIPA.
1. LA SOCIEDAD CREATIVA: ANTICIPA, INNOVA Y PARTICIPA
CLAVES: Sociedad, creatividad, ocio, ciudad-escuela.
*Por: Leonardo Favio Correa.1
“Solamente con una evolución responsable,
construida a través del progreso consciente,
podremos convertir conocimiento en pensamiento,
alejándonos de este modo de la sociedad de la ignorancia”.
Eudald Carbonell Roura.
El siglo que finalizó ha contemplado los progresos en ciencia y tecnología,
acompañados por el “Big-Bamg” de la información. En efecto, el siglo XX ha sido
un período de avances revolucionarios en las comunicaciones, desde el
experimento de Marconi en 1901 de enviar señales por radio a través del Océano
atlántico, hasta la fenomenal expansión de la industria electrónica, que da origen a
la informática. La digitalización y la automatización es una crítica profunda a la
revolución industrial, a sus procesos, a las maneras de producción. La
característica especial de la época actual es la aparición de dispositivos
multimedia, las redes telemáticas, los sistemas especiales de inteligencia artificial
y todo eso bajo la vertiginosa interactividad... la velocidad del procesamiento de la
información crece constantemente, así como la capacidad casi ilimitada de
almacenamiento. ¿Qué nos espera el mañana?
La clave de la sociedad actual, es de modo alguno, la capacidad de procesar la
inmensa cantidad de información de la que dispone gracias al desarrollo de las
nuevas tecnologías de información y comunicación que se transforman en
herramientas significativas para el uso humano. La velocidad con que se comunica
el hombre, hace pensar que se responde a la necesidad de una mayor igualdad,
libertad y solidaridad entre la ciudadanía planetaria que avanza hacia el siglo XXI
rompiendo los moldes acuñados del pasado. Sin embargo, la sociedad del siglo
XX no pudo resolver el hambre, la guerra, la ignorancia, el racismo, la xenofobia y
otros tantos defectos que, en lugar de disminuir con el progreso del ser humano,
se acrecientan haciendo más profunda la distancia a pesar del acercamiento al
mundo sin fronteras.
La “revolución tecnológica constituye a todas luces un elemento esencial para
entender la sociedad del siglo en curso en la medida que crea nuevas formas de
socialización, e incluso nuevas definiciones de identidad individual y colectiva...”
1
Licenciado en Filosofía U.S.B. Mg. en Ciencias de la Educación. U.S.B. Dp. en Legislación educativa
U. Javeriana. Actualmente profesor del Bachillerato Internacional en The English School de Bogotá.
2. (UNESCO, 1996: 68), a la generación que surge hoy en particular, se le hace
imposible entender la configuración de una sociedad sin la influencia de la
información y con el valor de preguntarse ¿cómo aprender a vivir feliz?
Las transformaciones son tan intensas que, además de estar rehaciendo una
nueva cartografía del universo científico, logran una configuración del saber
alrededor de novedosas y atractivas disciplinas de estudio como la genética, la
informática o las ciencias de la comunicación y de la información. Los cambios en
la comunicación, en la manera de hacer ciencia, en la circulación de los
contenidos, en el pensamiento, en las estrategias del marketing, en las relaciones
sociales etc. ejercen gran influencia en las antiguas formas de participación social,
en la gestión y trasmisión del conocimiento, en la política, en el desarrollo de las
ciudades, en los comportamientos sociales, tanto que su impacto puede ser
comparado con el gran invento de Gutemberg.
El influjo del nuevo paradigma de la comunicación está en todo, así la mediación
de las redes sociales y la “internet” cobra un papel importante en la era de las
tecnologías de la información y la comunicación, dando la sensación de estar en
un tránsito social que sugiere un cambio en la forma de pensar. En esta sociedad
actual, no sólo hay más información, sino, que aparece la conciencia vigilante en
buena parte gracias a los declives institucionales de las antiguas entidades que
representaban a la humanidad occidental, y la crisis ecológica-existencial agrava
aún más la situación.
Todos estos temas llevan a pensar cuál es el verdadero papel del hombre con
respecto a los usos del poder-saber y de cómo enseñar a vivir feliz. Sin embargo
no se trata sólo de que se está transitando hacia otra sociedad, sino que se hace
necesario cambiar la forma de cómo se piensa, asume y actúa frente a las
mencionadas transformaciones epocales; algo esencial está cambiando, pero, ¿en
qué planos transcurre el cambio? ¿Con qué estrategias de pensamiento se
pueden situar esos cambios? Cierto es “pero no irrelevante: el cambio induce una
alteración en los modos de pensar…la queja: la modernidad-posmodernidad se
agota cuando el Estado ya no provee supuestos para la subjetividad y el
pensamiento” (Lewkowicz, 2004), no sólo el Estado, la sociedad, la Familia, la
Empresa, la Iglesia, la Escuela, etc.
Estos temas parecen coyunturales y al parecer las propuestas a tales también
resultarían de la misma manera pero lo valioso es precisamente que constituyen
una ocasión para forjar nuevos modos de pensar y actuar, pues los movimientos
sociales parecen venir de cualquier lugar sin centro alguno, choques, cruces,
encuentros y malentendidos son el fruto del nuevo siglo; “cada uno parece tener
su propio universo, así es como siempre se está recomenzando, una manera de
pensamiento sin centro… No nos une una corriente de opinión o de teoría sino un
apremio en el movimiento de pensamiento actual, una co-rriente de problemas que
podemos llamar, para simplificar, siglo XXI”. (Lewkowicz, 2004). La sociedad está
en una nueva etapa de recomposición y junto a ella aquellas instituciones del
pasado que quieran sobrevivir.
3. Lewkowicz (Lewkowicz, 2004), expone los posibles cambios paradigmaticos,
valioso considerarlos como elementos esenciales para este escrito que pretende
ser un lucero en el inmenso cielo estrellado lleno de grandes nebulosas y soles
que emiten fuertemente sus rayos al infinito; los temas espigados son la
conversión de Estado-Nación en estados tecnico-adminstrativos, la transfomración
simultánea de los ciudadanos en consumidores, la emergente figura del
consumidor como clave para los nuevos modelos de contrato social y junto a estos
temas cabe recordar los referidos a las tecnologías de la información y las
comunicaciones. Con lo anterior entonces se asiste a la convención que muestra
como el Estado desterritorializa su sustancia fundante: el pueblo, y cómo este
último es absorvido por el supuesto Estado-representativo. Tambien aparece el
problema de accesibilidad a las Tic; el afan desmedido de la economía que no
presume en agotar los recursos naturales, porque se está pensando en colonizar
la luna, el hombre bajo esa actitud parace un emjambre de langosta que arraza
cuanto cultivo encuentra a su paso. Así quedan algunos temas que la sociedad, la
familia, el estado y la escuela deben afrontar.
Otro autor que nos puede ayudar a comprender la clave de la sociedad actual es
Deleuze, quien dice: “las sociedades disciplinarias eran lo que ya no éramos, lo
que dejábamos de ser”… refiriéndose a “los espacios de encierro” como la familia,
la escuela, la empresa y la prisión que cuyo objeto era pues “recaudar más que
organizar la producción, decidir la muerte más que administrar la vida… la crisis es
generalizada todos los lugares de encierro: prisión, hospital, fábrica, escuela,
familia; todos los interiores, etc” (Deleuze, 1991). Los hombres “competentes” con
altos cargos en el mundo y en los países no han dejado de anunciar reformas
supuestamente necesarias en todas las esferas de la vida mundial. Reformar la
escuela, reformar la industria, el hospital, el ejército, la prisión: pero todos saben
que estas instituciones están terminadas, a más o menos corto plazo. Sólo se trata
de administrar su agonía y de ocupar a la gente hasta la instalación de las nuevas
fuerzas que están golpeando la puerta. “Son las sociedades de control las que
están remplazando a las sociedades disciplinarias” (Deleuze, 1991), entonces no
se trata de temer o de esperar, sino de buscar nuevas alternativas de solución a
este panorama social.
En esta sociedad se propone un problema interesante y es precisamente la
socialización de contenidos que están a la vuelta y que transitan por la Web. Es
tan importante el tema que la escuela queda entre dicho porque a la revolución
tecnológica le ha venido consigo la revolución informática y todo contenido que se
genere desde ella está mediado por los dispositivos tecnológicos de comunicación
tanto que la formalidad educativa, se está mediando por las plataformas de
aprendizaje y no más basta escuchar “educación virtual”.
La educación está siendo cuestionada por los navegantes y sorfistas del
ciberespacio, son las relaciones con la información y la manera como se busca el
conocimientos las que sugieren esa crítica, así como para algunos leer un libro, ir
al museo, disfrutar de la ópera les produce placer; para muchos, mejor
4. muchísimos son los que al navegar, sorffear, al pescar en la red les produce
satisfacción… en el ciberespacio, el saber no se concibe como abstracto o
trascedente, es cada vez más visible, tangible en el tiempo real porque es la
expresión de un grupo de una población con características similares y a la vez
heterogéneas, las edades de los navegantes se diluyen entre olas, remolinos,
corrientes y vientos informáticos adversos. El tsunami de saberes se produce
cuando se hace Click.
El flujo del saber, el trabajo como transacción de conocimientos, las tecnologías
de la inteligencia individual y colectiva cambian profundamente el enfoque de la
educación y la capacitación. Los avances informáticos suscitan alternativas de
prácticas sociales distintas en la escuela que como institución formal de la
educación, ha de re-mezclar sus prácticas con las maneras de socializar los
contenidos como lo hace la Web; colaborativamente.
Las nuevas generaciones nacen y crecen en un entorno “telematizado”, que dan
lugar a nuevos hábitos y procesos mentales transformados por el influjo fehaciente
de la tecnología, gustos, actitudes y emociones no pueden pasar desapercibidos.
Es bueno determinar junto a Blázquez Entonado (2001) que así como en los
últimos siglos la transmisión de conocimientos ha usado como elemento primordial
la información escrita –consecuencia del invento del Sr. Gutemberg-, ahora se
realiza, cada vez con mayor intensidad, a través de instrumentos teleinformáticos
gracias al Sr. Jobs. Las tecnologías de la comunicación son maneras novedosas
de transmitir y no sólo de transmitir sino de emancipar a los ciudadanos a través
de producción y experimentación de sus vidas en contexto.
La educación del presente y del futuro previsible no puede pensarse al margen de
toda esta situación descrita. De la escuela se espera que supere los deficientes
vínculos establecidos entre aprendizaje individual y social-colectivo, la ampliación
de los contextos, la necesidad de enriquecerse de los elementos de cambio que le
propicien su subsistencia, la de armonizar contextos a través del diálogo y la
interacción que son algunos de los muchos factores que se ocultan tras la
necesidad y requisitos propios de la innovación, del aprendizaje <innovador>
propios de la época de la información, de las tecnologías, de la amenaza
económica.
La propuesta de requisitos que constituyen los principales rasgos de una sociedad
innovadora que pueda afrontar con toda creatividad los desafíos del tránsito que
se viven serán: la anticipación y la participación. Anticipar es la herramienta idónea
para que la sociedad haga frente a las situaciones emergentes y sin precedentes;
participar es el swiche que enciende la chispa, la prueba de fuego de los procesos
que adelante en materia de emancipación. Serán anticipar y participar las
habilidades que se deben trasladar a la escuela para que la misma sociedad de
frente al futuro prevea los acontecimientos que se avecinan, lo cual requiere no
sólo aprender de la experiencia, sino también de «experimentar» situaciones
sustitutivas o imaginadas.
5. Al anticiparse y al participar la escuela responde a efectos imprevistos, al «efecto
sorpresa» a razón de que la mayor parte de los conocimientos adquiridos por una
persona al inicio de su vida profesional serán obsoletos al final de su carrera. La
nueva naturaleza del trabajo, en la que la transacción de conocimientos cobra
mayor importancia porque trabajar requiere aprender, transmitir y producir
conocimientos, la nueva plataforma, el ciberespacio se constituye en soporte para
que las experiencias surgidas en el entorno del trabajo se compartan, se socialicen,
cada vez son más los blogs donde se indagan por las maneras y formas de hacer
cualquier cosa. La tecnología se convierte en espacio mediador para la creación de
grupos intelectuales que amplifican, exteriorizan y modifican numerosas funciones
cognitivas del ser humano permitiendo que los conocimientos puedan ser
compartidos por un gran número de individuos, incrementando el potencial de
inteligencia colectiva de los grupos humanos. Con todo esto aparece la Innovación
distribuida, la granulidad en la participación y experiencias de comunidades de
práctica.
Creatividad y sociedad de la información. La característica distintiva que
antecede a la primera revolución industrial parece ser la de la invención. Inventar
es ver de nuevo; como dijo Einstein: “para plantear nuevas preguntas, nuevas
posibilidades, en lo que se refiere a viejas preguntas desde una nueva
perspectiva”. La invención es un proceso exploratorio, con un resultado que es
incierto o desconocido, en el que hay fracasos y éxitos. La inspiración puede
iniciar el proceso, pero luego hay que completar la idea inicial. Anticiparse es
«invención» o creación de nuevas alternativas allí donde antes no había nada. La
anticipación economiza el valioso proceso de la experiencia vivida; contribuye a
evitar traumáticas y costosas lecciones por shock.
La invención posibilita cada vez más una influencia sustancial y consciente sobre
la marcha del futuro esperado, por ejemplo sustituir la energía humana o animal
por la potencia mecánica, -la revolución industrial-, la primera revolución de la
información –imprenta- y la última la de las Tic han y está creando procesos que
traen como resultado una extensión de la mente humana. Se vive una época en
que se perfilan transiciones entre las grandes esferas de la creación humana;
entre las diferentes disciplinas científicas, entre éstas y la cultura. La velocidad de
procesamiento de los ordenadores, así como la capacidad casi ilimitada de
almacenamiento permite la transmisión de información cada vez mayor y en
menor cantidad de tiempo y espacio cada día.
El proceso de innovar se destaca por la disposición para actuar en nuevas
situaciones, la exploración de lo que puede suceder o parece que va a ocurrir. La
disposición se vuelve ineludiblemente uno de los pilares básicos del aprendizaje
creativo, la innovación parte del interés personal que al verse ante la misma
vivencia puede crear experiencias nuevas.
Los creativos pueden, por ejemplo, tratar de mejorar algo haciéndolo más eficaz,
más sano, más rápido, más eficiente, más fácil de usar, más duradero, más
6. barato, con una luz nueva, con más colores, de peso más ligero, más ergonómico,
estructuralmente diferente, más ecológico o estéticamente distinto. Los
innovadores normalmente tienen una fuerte inquietud por el futuro, creen en sus
ideas y normalmente no se dan por vencidos por uno o muchos fracasos; son
famosos por su perseverancia, su confianza y su pasión. La necesidad puede ser
la madre de la creatividad y la invención puede ser la recompensa, pero a la
invención puede crear la necesidad.
Antes de que Edison inventase el fonógrafo nadie lo necesitaba. Del mismo modo,
pocos imaginaron el teléfono o el avión, pero hoy muchas personas no pueden
vivir sin estos inventos. La idea de una invención puede ser elaborada en papel
escribiendo o dibujando, por ensayo y por error, haciendo modelos,
experimentando, probando; la colaboración también ha dado lugar a muchas
invenciones. La creación de la Internet facilita en gran medida la reflexión y
desarrollo conjunto de proyectos creativos. Las carreteras que van a permitir la
libre circulación de nuestros trabajos están terminando de construirse, hay que
tener disponibles los vehículos de nuestra inteligencia creativa para que puedan
circular por ellas, favoreciendo la labor de la imaginación.
Con la aparición del nuevo modelo de comunicación la transmisión oral directa y el
medio escrito al parecer están siendo sustituidos en estos momentos por dos
nuevas ofertas comunicativas: el texto electrónico y el medio audiovisual. Las
telecomunicaciones, la informática y la telemática, tecnologías basadas en la
electrónica, producen fuertes impactos en la sociedad, ayudando a que ésta
asimile, al mismo tiempo, las nuevas tecnologías de la información. Ese poder
cuasi mágico y esas posibles ventajas sociales de la comunicación, pueden llegar
a imponerse de forma inexorable como viciosa, sin importar el posible alto coste
social de esa imposición.
“Es indiscutible que las nuevas tecnologías de la comunicación caracterizadas, por
la inmaterialidad, interactividad, instantaneidad, innovación, con elevados
parámetros de calidad de imagen, sonido, digitalización y automatización, estarían
amenazando significativamente la persistencia de algunos de los ejes que
caracterizan al sistema de transmisión cultural dominante en nuestra sociedad,
una cultura tradicionalmente organizada en torno a la letra impresa, al texto, al
libro y a la palabra del profesor” (Blázquez Entonado, 2001). Sin embargo el cine
no sustituyó el teatro, ni la televisión al cine, ni mucho menos a la radio
sencillamente son formas nuevas de comunicarse el hombre, la humanidad; lo que
sucede en este momento como crucial es la convergencia de medios en los
aparatos móviles, todo casi todo en un solo aparato.
Las actividades de producción, elaboración, distribución de las informaciones y de
los medios de comunicación asumen una dimensión tendencialmente creciente en
la economía de los países industrializados hasta el punto de que los países
desarrollados invierten altos porcentajes de su producto nacional bruto en la
llamada «industria del conocimiento». La mayoría de las explicaciones sobre la
evolución de las tecnologías de la información padecen un fuerte determinismo
7. tecnológico (Adell, 1996). Es decir, con frecuencia olvidamos que una tecnología
no sólo tiene implicaciones sociales, sino que también es producto de las
condiciones políticas, sociales y económicas de una época y de un país. El
contexto histórico es un factor fundamental para explicar su éxito o fracaso frente
a tecnologías rivales y las condiciones de su generalización.
La sociedad actúa como propulsor decisivo no sólo de la innovación sino de la
difusión y generalización de la tecnología. Como afirma (Castell, 1995), el cambio
tecnológico tan sólo puede ser comprendido en el contexto de la estructura social
dentro de la cual ocurre. Sin embargo la mayor parte del potencial científico y
tecnológico continúa concentrado en un número limitado de países, los únicos que
poseen los medios necesarios para continuar las investigaciones en determinados
sectores, especialmente en los sectores punta, adueñándose así de los previsibles
progresos futuros.
El ocio en la sociedad de la información. En el prólogo al libro La sociedad de la
ignorancia Eduald Carbonell expresa que: “la tecnología y su socialización
generan tensiones y divisiones en nuestras estructuras etológicas y culturales” y
continua diciendo algo que a juicio del particular es bastante curioso en la era de
la información puesto que según él, “no se ha producido, una socialización efectiva
del conocimiento y ello impide que caminemos hacia la sociedad del pensamiento,
tal como debería ser”. Esto sugiere reconsiderar la idea de “sociedad de la
información” y plantear las palabras de Emmanuel Kant de que “Vivimos en una
época de ilustración pero no ilustrada”. Estas ideas podrían ser claves para
enfrentar la incertidumbre generada por los vertiginosos cambios en materia de la
comunicación, la información y el consumismo programado.
Es atractiva, la crítica sobre las dicotomías históricas que en pleno progreso
tecnológico e informático aún está presente el fantasma medieval de la película “el
nombre de la rosa” que ni los monjes expertos y eruditos ni tampoco los sabios
discípulos tienen la suficiente capacidad para integrar la información de que se
dispone hoy. Para tal situación Carbonell (2009) invita a que el individualismo
debe dar paso a la individualidad, las personas han de actuar no como
especímenes, si no como constructores sociales, aportando de forma crítica los
conocimientos a la organización de la especie. “Esto, por ahora, no es así, a pesar
de la socialización de la cultura y de la educación” (en Bray A., 2009). Con lo
anterior hay que estar a la espera de que todo sea consecuencia del momento de
transición en que se halla inmersa la humanidad, se espera que esto sea un
capítulo pasajero en la travesía del hombre hacia la mejora ecológica y cultural de
la especie.
A lo anterior, añadiría un aspecto que tiene que ver con cuestiones culturales, se
ha asimilado esta situación de forma inmediata y los gustos, los hábitos, las
pautas de comportamiento también se han contagiado de esa aceleración histórica
y del consumo compulsivo asistiendo a esos cambios sin sorpresa alguna. El uso
de telecomunicaciones a gran escala, el incremento de la globalización, nuevas
macroformas de poder y cambios sustanciales en los patrones de consumo y de la
8. relación producción-servicios bajo los nuevos sistemas mundiales que son entre
otros las características de la nueva sociedad.
Pero tal situación no emerge de manera espontánea ni aislada. Elias (1992) al
plantear su teoría sociológica desarrollista argumenta que el proceso de
civilización experimentado por las sociedades a lo largo de la historia supone un
camino de definición de las estructuras y las relaciones sociales en busca del
control de conflictos y emociones personales públicas. Este proceso, dinámico y
constante, se establece gradualmente, canalizado por una serie de estructuras
sociales que surgen para tal fin y que a la vez son transformadas por el proceso
civilizador.
¿Cuáles serían esas formas de control social? Según Elías estas maneras son:
control sobre las conexiones extra-humanas de los acontecimientos, gracias al
desarrollo científico y tecnológico; control sobre las conexiones inter-humanas, los
nexos sociales, a través de la organización social; y control sobre uno mismo o
autocontrol de cada uno de los miembros de la sociedad (Elias y Dunning, 1992).
El avance de una sociedad se determina por el desarrollo de cada una de estas
fuentes de control social que, evidentemente, no siguen el mismo ritmo en su
crecimiento. ¿Y en qué fase del proceso civilizador se encuentra la sociedad de
finales de siglo e inicios de uno nuevo?
Propongo situarse en la sociedad impregnada del desarrollo tecnológico y
abocado al consumo masivo. Una sociedad con un desarrollo desequilibrado y
predominante en esas formas que Elias llama de control de las relaciones extra-
humanas, pero que afectan en gran medida los aspectos más inmediatos del
individuo, a sus relaciones sociales y a su propia personalidad. Ante tal situación
es natural que nadie aspire a estudiar cuestiones teóricas si no le ha de servir para
ganarse la vida humanamente, “y es innegable que el esfuerzo del estudiante difí-
cilmente se verá recompensado con un puesto de trabajo bien remunerado en su
especialidad” (Bray A., 2009).
En realidad, como lo plantea Bray (2009) la elección de los jóvenes es el reflejo de
las prioridades de la sociedad descrita. Se trata de un buen indicador que muestra
las tendencias generales que, en algunos casos, aún no han sido expuestas en
forma de discursos explícitos. “La falta de interés por estudiar materias abstractas,
complejas y con escaso recorrido en el mundo laboral, vendría a poner de
manifiesto una inclinación colectiva creciente hacia lo pragmático y un desinterés
por el conocimiento como fin en sí mismo” (Bray A., 2009).
Indudablemente vivimos tiempos de cambios, de cierta aceleración histórica,
apareciendo a sí los nuevos paradigmas que están determinando la sociedad: la
importancia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación y el
consumismo desenfrenado de estas. Ya se había narrado un poco como el
espacio trabajo se convertía en espacio de creación de conocimiento, de
socialización de tal experiencia, de producción de sentido. Hay una gran
preocupación frente al trabajo porque hoy día las empresas en un número
9. considerable están facilitando aparatos de comunicación que permitan a los
empleados trabajar desde sus lugares de privacidad como la familia, el hogar etc.
Esto platea precisamente el nuevo rol del ocio como espacio de libre de
creatividad y potenciación del espíritu humano.
Ahora bien, es necesario preguntarse ¿qué tanto las conductas de ocio de la
población son ajenas a las situaciones que se han señalado? ¿Se podrá negar
una actividad humana como el ocio sesgado de la realidad social en la que se
vive, una realidad social macro-global? ¿No afectan el desarrollo tecnológico y los
nuevos medios interactivos de consumo este fenómeno del ocio?
¿Será posible que el fenómeno ocio está alejado de esta realidad cuando se habla
de los simuladores de juego, los avatar, los juegos de roles electrónicos, el Wi,y
otros similares? Creo que no! Las nuevas formas de ocio están completamente
inmersas en la sociedad interactiva. Se puede pensar más bien que esta manera
de hacer ocio devuelve a la pregunta ¿en qué sociedad se vive? ¿En la realidad, o
camina por la ruta de la “Matrix”, donde algunos hombre prefieren comer un trozo
de carne simulada a gozar de la mezcla pastosa de harina insípida, quizás, pero
disfrutar de la libertad de ser el creador de su propia realidad al estilo Neo?.
El ocio es un tema de preocupación científica, educativa, política, social y personal
de los seres humanos en estas sociedades post-industriales avanzadas porque se
inserta en los nuevos procesos de consumo. Puede además ser un dispositivo de
reivindicación y emancipación, es un elemento clave del nuevo engranaje de la
economía nacional e internacional como parte del proceso de civilización del que
se habló anteriormente. Una sociedad como la nuestra, tiene un ocio como el
nuestro porque responde a una evolución constante de la vida de los seres
humanos en comunidad, desde la antigüedad hasta nuestros días. El ocio es un
fenómeno totalmente incrustado en nuestra sociedad, en nuestra cultura.
La cultura posmoderna se extiende irrefrenablemente, gracias a los medios de
comunicación de masas y a la tecnología aplicada a la información. Pero el
pensamiento moderno, que se basa en ese empirismo deductivo, dejó una cierta
sobrevaloración de las capacidades del hombre, cuyo estandarte es la supremacía
de la ciencia y la razón.
A nivel social y económico tuvo una gran repercusión mediante la aplicación de la
tecnología a los procesos de industrialización; además aporta los nuevos
conceptos éticos y políticos que contribuyó a la jerarquización del conocimiento,
de los sistemas políticos, de las estructuras sociales y económicas. Toda esa
búsqueda de la máxima eficiencia en la producción trajo, necesariamente, la
división, especialización y jerarquización del trabajo que, a su vez, posibilitó la
irrupción de nuevos roles sociales determinando la propia dinámica de las
relaciones, contribuyendo a generar mayor desigualdad entre las personas. La
época Moderna basó así sus ideas en la Ilustración y manifestó cambios sociales
y económicos como consecuencia de la revolución industrial.
10. Entre las sociedades industrial y postindustrial se dan cambios y los más
significativos podrían ser los siguientes: el uso de las telecomunicaciones digitales
inteligentes a gran escala, la nueva configuración de la unidad tiempo espacio que
están mediados por las Tics, “el incremento de la globalización y la evolución de
los sistemas mundiales, las tensiones y relaciones entre nuevas formas de poder,
los cambios en los patrones de consumismo e intercambio de productos y
servicios, las nuevas oportunidades para las mujeres y los nuevos contextos de
trabajo y de vida” (Aguila, 2005).
Así entonces, en la Postmodernidad la nueva cultura aparece y se impone, las
sociedades globalizadas, el consumo de masas altamente tecnificados y
gobernadas por los medios de comunicación y por el acceso a la información.
Instituciones, tradiciones, familia, costumbres… se ven influenciadas
significativamente por proceso de globalización y no de universalización. Se
perciben claramente en la vida diaria que por eso, ya no sorprenden los cambios
(Aguila, 2005), porque forman parte de la “aldea global”.
Ante todo esto el descanso, la recreación y el ocio serían la fuga-mundi, práctica
ascética de mayor impacto. Alejarse de la sobre abundancia de información y
sentar cabeza, razón frente al acontecimiento de la era informática. Hoy la vida
cotidiana es cada vez más compleja, aparecen nuevas necesidades que restan
momentos para el ocio personal. Por ello, cada vez un mayor número de personas
necesita segundos trabajos o dedica parte de su tiempo libre a la formación y
cualificación que les proporciona más oportunidades laborales y lograr satisfacer
esas necesidades secundarias. Desde esta perspectiva “el aumento del tiempo
libre es una falacia que, lejos de mejorar la satisfacción de las poblaciones
urbanas, nos ha introducido en un acelerado tren vida, que nos hace tener la
sensación constante de falta de tiempo” (Aguila, 2005). Aguila citando a Zatien y
otros, menciona el “ocio de la sociedad apresurada”, destacando con este término
los mecanismos que inciden en la percepción de escasez de tiempo: la
tecnologización de los procesos productivos. Con lo anterior la mayor
productividad requiere consecuentemente un mayor tiempo dedicado al consumo,
además de tener que trabajar más para aumentar el poder adquisitivo; el trabajo
como incentivo: es trabajar más. El ocio apresurado es en definitiva:
“fundamentalmente activo, consumista y evasivo, si no se tienen
responsabilidades familiares, doméstico, en torno a la televisión como principal
entretenimiento, entre los que sí las tienen, en cualquier caso, la alta valoración
del ocio hace que se intente ocupar con el mayor número de actividades, a pesar
de la escasez de tiempo, constituyendo una especie de ocio hiperactivo
contagiado de la vida acelerada que nos rodea” (Aguila, 2005).
El ocio comienza a ser una faceta importante del hombre, en primer lugar, por el
carácter compensatorio, constituyéndose como social autónomo, condicionado por
el tipo de trabajo, pero que influye en éste. No obstante, el ocio alcanza el grado
de reivindicación personal y de derecho social, relacionado con la salud, el
bienestar, la satisfacción y la calidad de vida. Es una experiencia humana en la
que se ejerce la libertad de elección que produce altas dosis de satisfacción; para
11. que una conducta sea percibida como ocio es necesario encontrar la percepción
de libertad, la motivación intrínseca, escasa relación con el trabajo y que tenga
finalidad en sí misma. Sin renunciar a la connotación del ocio como evento
extraordinario, lo cierto es que su incorporación a la vida de forma habitual, le da
un toque de normalidad, de rutina.
Los valores de la nueva cultura posmoderna tienen en el ocio el vehículo perfecto
para su manifestación. “La búsqueda del placer, la diversión, la exaltación del
presente, la apertura de las emociones, el triunfo de la estética, son algunos de los
valores que contienen la mayoría de las prácticas de ocio actuales, dirigidas a la
evasión del mundo real, de un mundo que constriñe nuestra libertad, que sólo nos
invita a ser partícipes de proyectos inacabados o de frustraciones sociales”
(Aguila, 2005).
La comprensión del ocio exige ir más allá de las simples actividades, es
profundizar en su sentido, en las motivaciones y en las expectativas de sus
practicantes; la tecnología al parecer propuso un incremento del tiempo libre, pero
al entrar forma parte de muchas de las actividades de ocio, así las nuevas pautas
culturales al permear el fenómeno del ocio, los cambios estructurales y técnicos
apoyan definitivamente las actividades ociosas, y los medios de comunicación de
masas se han institucionalizado como prácticas de ocio en nuestros hogares.
Al incrementar el tiempo libre también aparece la posibilidad de encontrar en los
mismos productores, los objetivos de la producción, es decir, el mundo del ocio en
las sociedades avanzadas forma parte de un ciclo de producción-consumo, del
que todos somos partícipes, del que todos somos “prosumidores” (Toffler, 1980).
Mantener una actitud inercial, consumiendo pasivamente el ocio que nos
proporcionan, o por el contrario, apostar por una actitud crítica que realmente
posibilite la liberación del hombre, que dote de mayor sentido su existencia y que
le haga encontrar esos valores con los que desarrollarse como ser humano. El
trasfondo ético alcanza a las instituciones responsables del mismo. Sería
necesario analizar qué ocio se está ofreciendo y el efecto que puede generar en la
humanidad. Creerse sentirse libres cuando se dedican al ocio pero que cada vez
son mayores y más fuertes las influencias de los medios de comunicación que
llevan al consumo y a determinadas formas de ocupar el tiempo es una falacia. Se
reivindica el espacio y tiempo para el ocio, deslegitimando el trabajo como vía de
realización personal, pero se llena con actividades que adocenan y limitan la
creatividad es un verdadero problema cultural.
Ciudad y escuela, dos contextos que comparten características comunes.
Las ciudades del siglo XXI que inicia pasan a ser la concreción más visible de los
cambios sociales y culturales de una sociedad en continua transformación, “donde
no sólo importa la cantidad de los servicios disponibles sino también su calidad y
donde los ciudadanos pueden ejercer de manera inmediata sus derechos cívicos y
sus legítimas aspiraciones de desarrollo personal, cultural y social” (Servicio de
Educación Ayuntamiento de Zaragoza., 2009).
12. La ciudad no es un fenómeno urbanístico simplemente. Se organiza alrededor de
instituciones, de espacios significativos y culturales, brinda posibilidades de
aprender; la producción de mensajes y significados permite, al tiempo, aprender
de la misma ciudad, también, de su pasado y su presente. Nos invita aprender, el
fin de la ciudad es el ciudadano y permitiéndole desarrollar sentido de pertenencia
en la medida en que opte por conocerla, construirla y cuidarla.
No obstante, realizamos el aprendizaje cultural mayoritariamente por imitación o
por enseñanza directa de un congénere. La existencia de formas de comunicación
sofisticadas, hacen posible el proceso de transmisión, cualquier innovación en la
capacidad para comunicarnos debe poseer, una incidencia profunda sobre la
cultura y sobre la esencia diferenciadora de nuestra especie (Bray A., 2009).
En las formas de conocer la ciudad, aparecen maneras singulares de
comunicación y en el territorio de la cívita se marcan juegos confusos de
identidades y de relaciones en los cuales se reconocen los ciudadanos. Sus
espacios y lugares demarcan una posibilidad de referencias, que se escriben la
mayoría de las veces sobre las huellas de su propio devenir, y las historias de su
presente.
La ciudad, desde la perspectiva de Félix Guattari (1990) tendría como fin la
construcción de una ciudadanía organizada, autónoma y solidaria, con capacidad
para convivir, en la diferencia y de solucionar desde la paz sus conflictos. Se
propone hacerlo con “sentido de pertenencia, identidad y apertura al mundo,
mediante la potenciación de las instituciones y de sus espacios culturales, con el
aprendizaje de los sentidos y las simbologías urbanas, a través de la investigación
y el seguimiento de la problemática urbana cotidiana” (Rodriguez, 1999).
La ciudad como marco y agente educador, practica la opinión pública y la libertad;
ante la tendencia de perpetuación del poder, la ciudad ha de defender la
ciudadanía; ante el individualismo, debe practicar la individualidad solidaria...
permitiendo formar personas sensibles tanto a sus deberes como a sus derechos
sociales y en particular ciudadanos.
La ciudad es sujeto entendida desde la categoría de esa ciudad vivida, apropiada
y consumible. Se mueve con su ritmo y sus tiempos, se expande y contrae según
la percepción de sus espacios. Se construye y desconstruye según el proyecto de
vida de los actores. La ciudad sujeto es el espacio domesticado, tanto en el
contexto privado como en el público. “Es la ciudad texto que se lee al ritmo de la
cotidianidad” (Rodriguez, 1999).
La ciudad no puede ser sólo para vivir o trabajar, es el espacio de encuentro
donde las interacciones humanas se convierten en ciudadanas, permiten una
convivencia y un enriquecimiento mutuo, que va más allá de la simple
coexistencia. La participación, tolerancia, respeto y visión colectiva son valores
13. que hacen parte de las ciudades crean un entorno idóneo para el disfrute, el
aprendizaje y el desarrollo de todos los potenciales individuales y colectivos.
Lo anterior permite expresar como lo proclamó el alcalde de Zaragoza, España en
el 8vo encuentro de la Red estatal de Ciudad educadoras R.E.C.E. (2009) “una
persona comprometida y formada en actitudes y valores ciudadanos, sin duda
desarrollará comportamientos cívicos en su vida privada y pública, y nuestras
calles y plazas se convertirán en espacios para un ocio sano y una convivencia
lúdica, donde sean posibles la solidaridad y el aprendizaje mutuo. Por
consiguiente, una apuesta decidida por una educación para el ocio, como garantía
de unos ciudadanos más libres y responsables, hacen de este trabajo una
aportación necesaria que animo a todos a compartir”.
Desde la perspectiva de las ciudades educadoras, se pone sobre la mesa todos
los recursos de la ciudad en pro de la consecución de una excelencia educadora y
ello conlleva que el niño, el joven, el adulto y las personas mayores estén
aprendiendo siempre. Y una formación adecuada en el qué hacer en nuestro
tiempo libre, es tan necesaria como que el uso del mismo tenga un carácter de
aprendizaje y de desarrollo personal. La ciudad, por su propia estructura, es
creadora de espacios y tiempos de disfrute y aprendizaje. Buscar la simbiosis
entre la ciudad y la escuela será el cometido de las políticas públicas, enfocadas
en desarrollar una ciudadanía comprometida, participativa y cocreadora de su
identidad y su desarrollo como sociedad y como personas individuales.
Lo anterior pude ser una ayuda a la preocupación que expresa Guattari (2009)
sobre las relaciones de la humanidad con el socius, con la psique y con la
«naturaleza» puesto que tienden, a deteriorarse cada vez más, no sólo en razón
de contaminaciones y de poluciones objetivas, sino también por el hecho de un
desconocimiento y de una pasividad fatalista de los individuos y de los poderes en
su conjunto. “La ecología social deberá trabajar en la reconstrucción de las
relaciones humanas a todos los niveles del socius” citadino (Guattari 2009).
La ciudad posee una perspectiva urbanística, una morfología propia, que la define
en sí misma. El hábitat citadino es natural y cultural, es paisajístico y social. Allí se
viven relaciones medio ambientales muy significativas, de importancia para la
salud y para la estética, y es por ello que la mirada ecológica aparece con interés.
Si bien la participación creadora, pone de relieve la detección, la percepción, la
formulación y la comprensión común de los problemas, no limitándose a su mera
resolución, sino desde la ecología social, sin esperar que llegue el tiempo de lucha
para que todos y todas se vean obligados a fijarse objetivos comunes; llegando
ese “tiempo de resingularización en el que las subjetividades individuales y
colectivas «plegarán velas», y en el que lo que primará será la expresión creadora
como tal, sin más preocupación respecto a finalidades colectivas” (Guattari 2009).
En este orden de ideas la ciudad es por excelencia escenario natural para la
educación en la diversidad. La verdadera educación es la que abre posibilidades,
14. caminos y sentidos nuevos desde la interioridad particular de cada individuo desde
su riqueza interior, su sensibilidad sus talentos y valores. Y con esto la educación
es la sinergia espiritual entre la comunidad y los individuos; y sobra decir, porque
es tautológica, que toda educación es comunitaria y ciudadana, de lo contrario no
sería verdadera educación.
La educación juega ese importante papel en el desarrollo económico y social de
las naciones, las regiones y las ciudades. Existe la preocupación cada vez mayor
por el reparto de la riqueza, así como la necesidad de lograr un entorno social que
permita lograr que el crecimiento sea sostenido y que alcance al mayor porcentaje
de población. Es aquí que la educación juega de capitán en el desarrollo
económico de la ciudad como educadora de ciudadanía, a pesar de este hecho,
son todavía escasos los fondos que se destinan a la construcción de un modelo de
ciudad educadora.
La sociedad de hoy, la de la información requiere un ciudadano altamente crítico,
con los conocimientos que respondan a las necesidades que estas plantean; pero
la escuela del pasado no podrá responder al derrotero propuesto. Sin embargo las
instituciones educativas, primeras responsables de responder a los desafíos
actuales de las sociedades tecnificadas y científicas; necesitan involucrarse en la
construcción de un nuevo individuo social capaz de enfrentarse con gallardía,
prontitud y firmeza a los sin números restos que el pragmatismo actual y futuro les
exige.
La educación del Siglo XXI se halla en la encrucijada de estar en el presente con
los paradigmas del pasado y deseando un futuro distinto. Los modelos de ciudad
actuales que son las tecnológicas llaman la atención de las instituciones
educativas que desean ser vanguardistas pero las instituciones educativas
replican el mismo modelo de la escuela del pasado.
Los últimos escritos propuestos al respecto del tema, permiten vislumbrar con
claridad los retos y problemas que cada vez complejizan más el acto educativo
porque se debe responder sin duda alguna a las circunstancias presentes y
futuras del ambiente social don de se halla. Hoy se hace necesario actualizar y
reivindicar el papel de la ciudad, la escuela y el maestro como centro de formación
y posibilidad de desarrollo del entorno social.
Es la educación quien debe jalonar las respuestas a las preguntas que la ciudad
en su dinámica misma va proponiendo de acuerdo con los modelos que los
avances en materia de ciencia y tecnología van apareciendo. La humanidad de
hoy requiere un nuevo modelo de sociedad, de ciudadano y sólo la escuela puede
llevarlo a cabo a través de políticas surgidas de la misma practica de ciudad.
La escuela junto a la ciudad han de ser innovadora, creativa, pujante en los
programas académicos y en los modelos de construcción del conocimiento, que
lleven a la creación de nuevos productos que requiere el tipo de sociedad actual y
posiblemente futura; queda claro que los métodos de enseñanza deben se
15. dinámicos y estar sirviéndose de las tecnologías que cada vez mejora el
desempeño docente, con estas herramientas responder a los desafíos que se han
contemplado.
Sin embargo muchos de las proposiciones vanguardistas han avanzado más en
terreno de las ideas que el terreno de las practicas alternativas. Educar a la
sociedad es el gran reto de las instituciones que tienen ese papel, la misma
sociedad, el ejercicio político y por ende la escuela como sistema social en pro de
la ciudad educadora.
En este ejercicio reflexivo queda planteada que la educación no puede ser ejercida
sólo por los profesores, sino por los maestros; quienes como ciudadanos conocen
su campo, lo innovan, lo recrean y lo construyen con las nuevas herramientas
tecnológicas, es una responsabilidad muy grande que debe ser tarea propiamente
dicha: de los educadores.
Trabajos citados
UNESCO. (1996). La educación encierra u tesoro. Informe a la Unesco de la
Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI. Madrid: Santillana-
Unesco.
Herrera, J. D. (2010). La comprensión de los social, Horizonte hermeneútico de las
ciencias sociales. Bogotá: CINDE.
Londoño Orozco, E. (2011.). La transmisión de de valores, estudio etnográfico.
Bogotá: Editorial bonaventuriana. .
Savater, F. (1977). El valor de euducar. Barcelona.: Ariel.
Vargas Sierra, G. (2004). Escuela, cultura y comunidad. Bogotá, D.C.: El Búho.
Coy, M. E. (2008.). Apender...Enseñar. Bogotá.: Editorial bonaventuriana. .
Blázquez Entonado, F. (2001). Sociedad de la información y educación. Mérida:
JUNTA DE EXTREMADURA.
Adell, J. (1996). “Tendencias en educación en la sociedad de las. Edutec. Revista
electrónica de tecnología educativa. , 125.
Castell, M. (1995). La ciudad informacional: tecnologías de la información,
reestructuración económica y el proceso urbano regional. Madrid.: Alianza.
16. Bray A., y. O. (2009). La sociedad de la ignorancia y otros ensayos. Barcelona.:
Libros infonomia.
Elias, N. y. (1992). Deporte y ocio en el proceso civilización. México D.F.: Fondo
de cultura económica.
Aguila, C. (2005). Del ocio y la posmodernidad. Apunts EDUCACIÓN FÍSICA Y
DEPORTES , 101-107.
Rodriguez, J. (1999). Palinsesto de la ciudd. Armenia.: Universidad Autónoma de
Manizales.
Servicio de Educación Ayuntamiento de Zaragoza. (2009). Educación y ocio.
Zaragoza.: Aisa Publicidad.