El documento discute las contribuciones de Immanuel Kant, Antón Makarenko y Geovanni Pestalozzi a la educación. Sostiene que los sentidos proporcionan la materia del conocimiento pero que es el ser humano quien le da forma, y que la educación debe enfocarse en inculcar conceptos de bien y mal a una edad temprana basándose en máximas en lugar de disciplina, defendiendo el cumplimiento del deber por el deber mismo e imponiendo criterios racionales sobre el interés propio, aunque se requieran sacrificios.