El estado del arte y prospectiva de la ingeniería en México y en el mundo

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ISSN 0188 7092
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Congreso Internacional
UNIO DE 1993
"EL ESTADO DEL ARTE
Y PROSPECTIVA
DE LA INGENIERIA
EN MEXICO
Y EN EL MUNDO"
Ing. Javier Jiménez Espriú
Presidente de la Academia
Mexicana de Ingeniería
CONACYT
Cc/oA&ioi de Crry Txnokglá

..,
•. ...... .
4:
La Academia Mexicana de Ingeniería, A.C.,
con el patrociniodel Consejo Nadonal de Cien-
cia y Tecnología, editó el presente Fascículo,
constando la edición de 1000 ejemplares.
La tipografía estuvo a cargo de Norma Kobeh
González (Diticom) y la impresión de
Promagráfica Mexicana, S.A. de CV., habién-
dose terminado la impresión el día 19 de Julio
de 1993.

Memorias de las celebraciones del Primer Centenario de la
actual Facultad de Ingeniería y 175 Aniversario de la Fun-
dación del Real Colegio y Seminario de Minas. 1976
9. Cien años de la Ingeniería Mexicana. Ing. Luis E.
Bracamontes. SEFI Memorias de las celebraciones del Pri-
mer Centenario de la actual Facultad de Ingeniería y 175
Aniversario de la Fundación del Real Colegio y Seminario
de Minas. 1976
El Espejo Enterrado. Carlos Fuentes. Colección Tierra Fir-
me. Fondo de Cultura Económica. Primera Edición, Méxi-
co, 1992.
Memorias Jaime Torres Bodet. Editorial Porrúa S.A. 1981.
"Reales Ordenanzas para la Dirección, Régimen y Gobierno
del Importante Cuerpo de la Minería de Nueva España y de
su Real Tribunal General de Orden de su Majestad" SEFI
1976 - Copia facsimilar del original impreso en 1873.
PALABRAS DEL INGENIERO JAVIER JIMENEZ
ESPRIU, PRESIDENTE DE LA ACADEMIA
MEXICANA DE INGENIERIA, EN LA
CEREMONIA DE CLAUSURA DEL SEGUNDO
CONGRESO INTERNACIONAL SOBRE:
"EL ESTADO DEL ARTE Y PROSPECTIVA DE LA
INGENIERIA EN MEXICO Y EN EL MUNDO".
PALACIO DE MINERIA
México, D.F., a 11 de junio de 1993

BIBLIOGRAFIA
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Academia Mexicana de Ingeniería. 1991
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Academia Mexicana de Ingeniería II. 1993
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Bernal Díaz del Castillo. Fernáñdez Editores, S.A. 1972
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y Destino. Fondo Cultural Banamex y Fideicomiso México-
Sevilla Expo-92.
5 Etre Ingenieur Aujourd hui Claudine Lange CNISF
Editions du Rocher 1993 Monaco, Franci
Discurso de Ingreso a la Academia de Artes México. Fede-
rico Silva. 1993
Primeros pasos en la industrialización de México; de que
modo la agricultura y la industria se complementan y se
• • sirven. Ing. Marte R. Gómez. SEFI Memorias de las cele-
braciones del Primer Centenario de la actual Facultad de
Ingeniería y 175 Aniversario de la Fundación del Real Co-
legio y Seminario de Minas. 1967
La importancia de la minería en la formación de las nacio-
nalidades mexicanas. Lic. Carlos Prieto. SEFI
27

• " ' La ingeniería mexiCana cuenta con una amplia y larga fra-
dición.
Obras extraordinarias, de vivienda, hidráulicas, caminos,
para el estudio de lá astronomía,para la práctica de los depor-
tes, y que hoy siguen siendo la admiración de todos por su
perfección geonétrica, matemática, de uso de materiales, técni-
cas constructivas, ingenio y arte, ubican el origen de nuestra
vocación en los primeros siglos de nuestra era, y su nivel de
calidad, cuándo menos, a la altura de los mayores desarrollos
del planeta:
• Baste mencionar, a manera de ejemplo, que la construcción
teotihuacana es contemporánea de la Muralla China, la edifica-
• ' ción de 'Uxmal, anterior a la Mezquita de Córdoba o que los
murales del Giotto, considerados el inicio de laz pintura narra-
tiva y con expresión, son siete 'siglos posteriores a los de
Bonampak.
Edzná (800-900 d.c.);' el Tajín (500-800 d.c.); Uxmal (550-
900 d.c.); Kabah (700-900 d.c.); Tula (850-1000 d.c.); Chichén ltzá
(950-1200 d.c.); Palenque (800.850 d.c.) Tulum (1000-1200 d.c.);
Mitia (1000-1200 d.c.), son vestigios de la grandeza de nuestros
ances.tros; ciudades extraordinarias de vivos y de muertos; de
hombres y de dioses.
Tenochtitlan 1350, "en mitad de' la laguna se asienta la
metrópoli como una inmensa flor de piedra" decía Alfonso Reyes;
llega a tener al momento del arribo de los españoles en 1519,
300,000 habitantes, dicen algunos.
Al igual que incorporaban el arte (la pintura y la escultura)
a las construcciones,'inventarOfl procesos de prefabricación o el
uso del ladrillo cocido, lo que aún se puede observar en las
ciudades que edificaron para sus dioses.
3

Ciudades y sistemas de, ciudades, de diseño notable, de
emplazamientos privilegiados y diversidades de ubicación.
Grandes urbes incorporadas magníficamente al ambiente, con
sentido y conciencia.
propuestas, para su conocimiento, y ante las organizaciones y
personas responsables de las grandes decisiones nacionales, para
su consideración.
"Y otro día por la mañana llegamos a la calzada ancha y
vamos camino de Estapalapa. Y desde que vimos tantas ciuda-
des y villas pobladas en el agua y en tierra firme otras grandes
poblazones, y aquella calzada tan derecha y por nivel como iba
a México, nos quedamos admirados, y decíamos que parecía a
las cosas de encantamiento que cuentan en el libro de Amadís,
por las grandes torres y "cúes" y edificios que tenían dentro en
el agua, y todos de calicanto, y aún algunos de nuestros solda-
dos decían que si aquello que veían si era entre sueños, y no es
de maravillar que yo escriba aquí de esta manera, porque hay
mucho que ponderar en ello que no se como lo cuente: ver cosas
nunca oídas ni aún soñadas, como veíamos".., relata Bernal
Díaz del Castillo en su Historia Verdadera de la Conquista de
la Nueva España.
La construcción en el lecho del lago, el Templo Mayor, las
colosales pirámides, observatorios y castillos, el albarradón de
Netzahualcóyotl, el acueducto de Chapultepec, los juegos de
pelota, los diques-calzada, los caminos mayas, las plazas ex-
traordinarias, los centros ceremoniales, los sistemas hidráulicos,
son muestras de la extraordinaria habilidad y conocimiento de
nuestros antepasados.
"Más de 2000 años de tradición astronómica y matemáti-
ca... más de 1000 observatorios astronómicos"
El cálculo de la duración del año, que difiere solo dos diez
milésimas del cómputo actual.
Relojes cósmicos de piedra; el desarrollo de un modelo
matemático del mundo. La concepción del cero, ausente en el
conocimiento de griegos y romanos.
El desarrollo de un sistema numérico propio.
Por ello, reiteramos nuestra actitud de colaboración en
toda acción en que la ingeniería pueda ser un elemento de
suma, y por ello, también, agradecemos a todos quienes con su
esfuerzo han hecho de este Congreso un espacio de diálogo
fructífero de la más alta calidad, del que se generarán enormes
beneficios para la sociedad.
A nuestros colegas del extranjero, nuestro reconocimiento
por su excelente participación y nuestos mejores deseos por su
retorno feliz a sus hogares, la seguridad de que dejan en México
nuevos amigos a quienes vinculan lazos de admiración y senti-
mientos de inquietudes compartidas.
A usted, señor Secretario de Comunicaciones y Transpor-
tes, nuestra gratitud por su amplio apoyo y por haber aceptado
presidir esta Ceremonia de Clausura con lo que manifiesta el
interés del Gobierno por conocer los trabajos y las opiniones de
un gremio profesional que sin arrogancia ninguna, se esfuerza
denodadamente en participar con calidad, con seriedad, con
eficiencia y con nacionalismo, en el logro de la justicia social y
el desarrollo de México.
4 25

La creación de sistemas agrícolas de alto rendimiento, lo-
grados al elevar la tierra sobre el agua..., son algunas referencias
del desarrollo previo a los 500 años de nuestra nueva condición.
luego, de la formación de los hombres y de la creación de los
conocimientos.
La Doctora Otala nos decía ayer: "Quien crea que la capa-
citación es cara, que considere el costo de la ignorancia".
Y Manuel Viejo nos recordaba algunas palabras del "De-
safío" de Emilio Rosenblueth: "Necesitamos preparar mucho
mejor que ahora a los futuros ingenieros, si es que queremos
seguir siendo Reyes en nuestra tierra". "O hacemos buena in-
geniería en México, o la hacen otros".
No podemos dejar nada a la generación espontánea o a la
urgencia de las presiones de la realidad; no podemos detener-
nos, ante la paradójica claridad de las complejidades del futuro,
y esperar un día, estar en condiciones de lanzarnos a la búsque-
da del tiempo perdido.
Señor Secretario:
Señoras y Señores:
Ante esta situación, la Academia Mexicana de Ingeniería,
ratifica su compromiso de participación como una organización
que estudia, razona, debate y propone, en un foro en donde no
existe cortapisa alguna, en que no se pone límite a la libertad de
expresión, de pensamiento y de actuación.
Como una organización que está convencida de su enorme
responsabilidad social frente a un mundo impactado por los
avances tecnológicos y ante una sociedad nacional con grandes
contrastes, que vive a un tiempo las ventajas y las tragedias de
un mundo superdesarrollado1 y del que, lamentablemente en
forma mayoritaria, aún no supera niveles de supervivencia.
- Como una institución con una profunda vocación científica
y cultural y una convencida conciencia social.
Por ello estamos en esa cruzada interior y exterior a que
antes me refería; por ello, con la misma libertad y firmeza con
que discutimos en el seno de nuestra agrupación, alzamos la
voz de alerta ante la sociedad sobre nuestras inquietudes y
El ingenio y creatividad de los mesoamencanos para en-
contrar las soluciones adecuadas a los problemas de su vida
cotidiana que incluían ya, el aprovechamiento y el cuidado del
medio ambiente, son impresionantes.
Sus soluciones en edificación, con cimentaciones en zonas
pantanosas y sísmicas; el cálculo estructural para edificios de
varios pisos; sus aplicaciones del talúd; el arco maya, sus siste-
mas de irrigación; sus acueductos abiertos, cerrados y de doble
caño; los desagües urbanos.
El aprovechamiento de recursos minerales; el aislamiento
de cloruro y de bicarbonato de sodio; sus tecnologías para ex-
tracción, aleación y fundición de metales; sus técnicas textiles;
sus telares de cintura y vara; sus tintes, fijadores y teñidos; la
elaboración de pegamentos y colorantes; la producción de fer-
tilizantes y abonos.
Todo ello, nos da una clara idea del estado del arte en la
época precolonial, de lo que hoy llamamos ingeniería.
Herencia extraordinaria a la que se suma la que viene con
la Conquista, para conformar la nación plural y multi-cultural
que hoy somos.
No menos rica es la herencia de los años de la Colonia y
del México Independiente; la infraestructura hidráulica con sus
presas y sus grandes acueductos coloniales: Querétaro, Morelia,
Oaxaca, Tembleque o el Sitio; las obras de introducción del agua
del Valle de Lerma a la Ciudad de México, o las obras de
desagüe, desde el Tajo de Nochistongo de Don Enrico Martínez
y el gran canal, antecedentes del drenaje profundo de la Ciudad
Capital.
Particularmente importante es la evolución de la ingeniería
hidráulica mexicana hasta la construcción de grandes presas y
24

sistemas hidroeléctricos en Chicoasén, Malpaso, Infiernillo, La
Angpstura y pronto Aguamilpa y Huites.
El urbanismo, que a partir de las ordenanzas de Felipe II
para la fundación de las grandes ciudades de México, Veracruz,
Puebla, Morelia y Tlaxcala, recoge la tradición precolonial que
enriquecida con las nuevas aportaciones crea las ciudades mine-
ras, portuarias y políticos-administrativas, desarrollándose has-
ta las modernas conurbaciones actuales y la ciudad más grande
del mundo.
La ancestral tradición caminera que sigue a los caminos
mayas, a través de caminos arrieros, de postas y de diligencias,
hasta nuestra actual red de caminos y autopistas.
Su componente ferroviaria,, desde la ruta México-Veracruz
construída en 1850, hasta el lamentablemente último gran es-
fuerzo, en la de Chihuahua al Pacífico en los 60s. de este siglo,
y su vertiente aeronáutica en la red de los 60 aeropuertos nacio-
nales.
Y desde luego, la tradición minera que nos dió nombre a
nosotros, oro y plata a los conquistadores, "el Quinto" al Rey y
nuevas técnicas de, amalgamación de metales al mundo, y nos
convirtió en país exportador de productos minerales por exce-
lencia.
"De no haber sido por la minería -decía el Ing. Gustavo P.
Serrano- que logró salvar las grandes distancias y los enormes
obstáculos que la imponente geografía ofrecía, el esfuerzo espa-
ñol habría sido embotado por la acción de la selva o de la
montaña y los pobladores y los colonizadores hubieran caído en
un ruralismo enervante".
"La minería ha hecho a México -así como a la América
Española- y si su importancia pretendiera desconocerse, lo
gritarían las piedras, las piedras de las poblaciones, de los ca-
minos, y de las obras de arte que a ella se deben".
Nuestra industria, con todas sus debilidades y sus altib-
jos, recoge también sus orígenes en tiempos precortesianos.
ción económica global, pero sin perder el sentido de la propia
historia, de las propias raíces?" debemos "preguntarnos no sólo
quienes somos, sino en qué nos estamos conviertiendo".
Reto inédito de nuevas dimensiones, pero no de mayores
magnitudes que los que enfrentaron nuestros predecesores y
resolvieron con eficiencia y arte.
Reto abordable, cuyo encuentro debe iniciarse çon el con-
vencimiento general de la necesidad de la búsqueda permanen-
te de la calidad y de que esa búsqueda tiene dos precondiciones
insoslayables:
• Una enseñanza de la ingeniería de alto nivel:
• Un esfuerzo organizado, sistemático, permanente y. serio
en investigación y desarrollo tecnológico en las áreas de
nuestras necesidades, de nuestros recursos y de nuestras
vocaciones.
Ambas cosas requieren de cirugía mayor. Si no lo acep-
tamos así y. actuamos en consecuencia, los resultados de nues-
tros esfuerzos no pasarán de los discursos.
No podemos aspirar a una enseñanza de calidad (no des-
conozco las excepciones), ni a lograr buenos resultados en la
investigación (también aquí hablo de la generalidad), cuando
los ingenieros dedicados a estas actividades, son los peor paga-
dos de la profesión, cuando los recursos asignados a la inves-
tigación y al desarrollo tecnológico alcanzan solo unas décimas
de punto del producto nacional, muy por debajo de lo que
sucede en las economías medianas del planeta y cuando los
planes de investigación científica y desarrollo tecnológico tienen
en el mejor de los casos un horizonte sexenal.
En la era de la tecnología, en la era de la ecología, en la era
de la informática y de las comunicaciones, no se puede aspirar
a formar parte del primer mundo, y ésta si es una afirmación
contundente, si no se invierte justamente en eso, en, tecnología,
en ecología en informática, en comunicaciones, a partir, desde
23

La adecuada vinculación entre las partes, el reconocimien-
to mutuo y de la sociedad de los valores de la profesión y una
infraestructura normativa de información, de comunicación
moderna, apoyada con mecanismos consensuales de normaliza-
ción y reconocimiento, son asuntos que requieren de una inme-
diata y organizada atención.
El mejoramiento de nuestra infraestructura carretera, de
transporte, de telecomunicaciones, de informática para permitir
el desarrollo de una industria de bienes y servicios competitivos
en un mercado abierto.
El cuidado de nuestros recursos naturales y su explotación
y uso racional y eficiente, particularmente energéticos y agua,
para nuestro propio consumo y para las exportaciones que re-
quiere y aconseja la economía nacional.
La necesidad de aumentar la productividad del agro mexi-
cano para atender a una población creciente.
La generación de la energía necesaria para nuestras nece-
sidades.
Los requerimientos de alta productividad para defender el
mercado interno de la competencia internacional y para intentar
conquistar mercados externos para atenuar el desequilibrio de
nuestra balanza comercial.
Todo ello con recursos limitados, con el fantasma
deshumanizado del desempleo y ante la necesidad vital hecha
ya conciencia universal de preservar los ecosistemas como con-
dición "sine qua non" del desarrollo, es el complejo marco de
referencia de los retos de la ingeniería mexicana.
Y todo ello también, sin eludir las preguntas fundamenta-
les que Carlos Fuentes nos plantea en ese libro de obligada
lectura que es "El Espejo Enterrado", cuando escribe:
"anos será permitido a todos los pueblos hispanohablantes
progresar también con un profundo sentido de la tradición;
vivir en un mundo de comunicaciones instantáneas e integra-
Vinculada con la agricultura -se pierde la refencia de quien fue
subestructura de la otra- fué simplemente, aceptando la defini-
ción original de "maña, destreza o artificio aplicados por el
hombre para hacer cualquier cosa", artesanía, que independien-
temente de su eficiencia y su belleza, no tuvo evolución impre-
sionante; nació como en el resto de la historia del hombre, con
la colaboración de rudimentarios implementos agrícolas: bieldos,
rastrillos, arados de palo hasta incorporar con la conquista, "las
yuntas que tiraban, como jalando hacía el porvenir".
La talabartería, la herrería, la carrocería fueron los pasos
siguientes de nuestra "industrialización".
Entre la historia y la leyenda, Fray Thomas Goge relata en
1625, que había en México "buenos artesanos que practicaban la
alfarería, que fabricaban mosaicos y azulejos, que eran vidrieros
u orfebres; que en los conventos, o para los conventos, se pre-
paraban conservas y confituras, y se ejecutaba la industria case-
ra que era la conservación de frutas y legumbres", pero tam-
bién, que existían ya en nuestra patria "estancias en que se
criaba ganado vacuno y mular, y junto con la industria manual
básica que consistía simplemente en la recolección de la cochi-
nilla, o de la miel de abejas, el establecimiento de los primeros
ingenios azucareros".
Ya los primeros períodicos que se imprimieron en México,
relataban los productos que importábamos y cómo "fragatas,
bergantes, goletas, paquebotes y saetías en que venía todxel
abigarrado conjunto de productos" que importábamos, "regre-
saban cargados, en su mayor parte, con los de nuestra minería:
oro acuñado en A7onoros castellanos o trabajado en piezas labra-
das; pesos de plata acuñada y barras del mismo metal; láminas
de cobre", así como "sobornales de grana, zurrones de añil,
tercios de azúcar, tercios de raíz de Xalapa, arrobas de ixtle, y
a granel, palo de tinte, tablones de cedro, sacos y fardos de hilo
de henequén.
Esa situación prevaleció hasta el momento de nuestra in-
dependencia. Ya antes del grito de Dolores, el Padre Hidalgo,
promovía oficios artesanales, porque señalaba que "deberíamos
dejar de exportar los frutos de nuestra pobreza".
22

El desarrollo de nuestra industria hubo de aceptar el pago
de su gran estancamiento, producto de los movimientos sociales
que nos hicieron libres, pago sin duda importante, pero que
bien valió la pena, aún si este hubiese sido más alto.
En la Colonia surgieron, sin embargo, los antecedentes de
lo que hoy se llama ingeniería: Minera, Geológica, Mecánica,
Química e Industrial ; y evoluciona la hoy llamada ingeniería
Civil.
Y se da un acontecimiento fundamental para la historia de
la ingeniería en nuestro continente: la creación de la primera
casa de las ciencias en América.
Es así que aquí, en la muy noble, insigne y muy leal
Ciudad de México, hace 200 años se establece el Real Seminario
de Minas, primera casa de la ciencia en el Continente America-
no, primer sitio en el llamado nuevo mundo, en que se enseñó,
sistemáticamente, con orden y concierto la química, las matemá-
ticas, la física, "para que nuncan falten sujetos conocidos, y
educados desde su niñez en buenas costumbres, instruídos para
el más acertado laborío de las Minas y que lo que hasta ahora
se ha conseguido con prolixas y penosas experiencias por largos
siglos y diversas naciones, y aún por la particular y propia
industria de los mineros americanos, pueda conservarse de una
manera más exacta y completa que por la mera tradición, regu-
larmente escasa y poco fiel, es mi Soberana voluntad y mando
-instruía Carlos III al Virrey Antonio María de Bucareli en 1783-
que se erijan y establezcan y si se hallaren ya establecidos se
conserven y fomenten con el mayor esmero y atención, el Co-
legio y Escuelas que para los expresados fines se me propusie-
ron los Diputados Generales del referido importante Cuerpo de
Minería y en la forma y modo que se ordena en los siguientes
Artículos"... Esto mandan las Reales Ordenanzas, que dieron
origen a la Escuela que inició sus trabajos en la casa # 90 de la
hoy calle de Guatemala y que luego se trasladó a este Palacio
de Minería, cuna, sede y símbolo de la ingeniería mexicana.
Al triunfo de la República, el Benemérito Juárez reorganiza
la Instrucción Pública y se transforma en la Escuela Nacional de
Ingenieros el Colegio de Minería, creándose las carreras de in-
zo a las ideas de los demás, vengan de quien vengan, cuando
sean inteligentes y bien intencionadas.
La vinculación entre la profesión, la industria, el gobierno
y el sector académico debe fortalecerse dando a cada parte el
liderazgo en los asuntos de su competencia, con el apoyo de los
demás y con respeto a sus autonomías y responsabilidades.
No planteamos una toma de posición política, sino una
propuesta de colaboración nacional.
Hemos dicho , con sinceridad, que la calidad de la inge-
niería mexicana, de la enseñanza de la ingeniería y de la inves-
tigación y el desarrollo tecnológico en nuestras áreas, salvo
excepciones, ni es uniforme, ni tiene el nivel que deseamos.
Este es un asunto que hay que aceptar sin ambages, afron-
tar con absoluta seriedad, y atacar sin dilación.
En ningún tema, pero menos en este, del que depende en
buena parte el bienestar futuro de nuestra sociedad, se puede
hablar con simulación o demagogia.
Un sistema de aseguramiento de la calidad de la enseñan-
za de la ingeniería; de la obligatoriedad profesional de la edu-
cación contínua; una certificación homogénea de la capacidad
de los profesionales que descarte la subjetividad, atenúe los
efectos de la propaganda comercial, cancele los sesgos de las
tendencias ideológicas o de élite y garantice una evaluación
seria y objetiva, permitirá a la sociedad nacional estar segura de
su ingeniería y la llevará a dar una consideración de respeto a
una profesión respetable.
Esta es una necesidad cuya atención no acepta demora,
ante un mundo en que los países poderosos establecen
unilateralmente reglas severísimas para la competencia interna-
cional, al amparo de normas tecnológicas, ecológicas, de segu-
ridad, etc., muchas veces exageradas, a menudo innecesarias y
siempre sin consideración ni conocimiento de las condiciones de
los países a los que se las imponen, pero que disfrazan prácticas
proteccionistas.
21

nes dogmáticas; como no hay tampoco evasivas hipócritas o
disculpas irresponsables.
Pero podemos, con mejor información, con mayor conoci-
miento de causa, señalar caminos, indicar peligros y proponer
acciones que, permanentemente vigiladas, orientadas y reorien-
tadas, permitan enfrentar en las mejores condiciones posibles la
inexorable realidad del futuro que nace cada día, convencidos
de que las interrogantes del porvenir requieren las respuestas
de hoy, aún con el riesgo que esto entraña y la evidente incer-
tidumbre que conlieva.
Las acciones deben dirigirse hacia cinco grandes temas:
• Concientización
• Organización
• Participación
.Calidad
• Atención de problemas urgentes
y deben abarcar los cuatro ámbitos protagónicos:
• Los ingenieros
• La industria
• El gobierno
• El Sector Académico
Los ingenieros debemos emprender una cruzada interior y
exterior por la dignificación y el reconocimiento social de la
profesión, a partir del conocimiento de logros y valores y de los
beneficios que la sociedad recibe de la ingeniería; de la convic-
ción de que la profesión es un pacto moral con nosotros mismos
y con los demás, y que el ejercicio profesional no se desarrolla
al margen de la ética, la honradez y la moral personales.
La industria y el gobierno deben tomar conciencia del papel
de la ingeniería y propiciar la participación de los mejores inge-
nieros y de los gremios organizados en las grandes decisiones,
al igual que el sector académico debe abrir la discusión sobre la
formación de los profesionales, a gremios y usuarios, sin recha-
geniero civil, ingeniero mecánico e ingeniero topógrafo y agri-
mensor.
Antes, en 1843, aparece en México por primera vez el
título de ingeniero, al convertir a los Peritos Facultativos de
Minas que salían del Colegio, en Ingenieros de Minas.
"Pero no es, sino hasta consumada nuestra independencia
política que un hombre que tuvo la característica de sustentar
las ideas políticas de un retrógrado y las ideas económicas de
un precursor -así definía Don Marte R. Gómez a Lucas Alamán-
pensara en la industria y en la industrialización y promoviera,
aunque no en todo con éxito, además de la rehabilitación de las
minas anegadas durante la guerra de independencia, la indus-
tria de hilados y tejidos; la cría del gusano de seda y el otorga-
miento de patentes que consideraba la palanca fundamental
para el desarrollo de inventores".
Sin embargo, es al ferrocarril, iniciado con concesiones de
operación subsidiadas, de derecho de vía, de compra de terre-
nos aledaños, de explotación de bosques, y que nacionalizara
muchos años después el Ing. Alberto J. Pani, a quien toca ser el
verdadero detonador de la industrialización del país, a partir de
la construcción de las vías y desde luego por la infraestructura
de transporte que proveyó.
El telégrafo mexicano envía su primer mensaje en 1851,
iniciando la infraestructura de telecomunicaciones, siendo luego
con el ferrocarril, la infraestructura de la Revolución Mexicana.
Entre 1878 y 1882, se instalan en la ciudad de México las
primeras redes telefónicas, solo tres años después del extraor-
dinario descubrimiento de Alexander Graham Bell y en 1902, las
primeras estaciones de telegrafía sin hilos.
En 1920 llega a México la radio de aficionados y en 1930
la radiodifusión comercial, precursora de la televisión que llega
en los SOs y de la comunicación analógica y digital de las si-
guientes décadas y de nuestro sistema satelital de los 80s.
20

Un punto de enorme trascendencia para la ingeniería
mexicana de las telecomunicaciones es el origen de la televisión
en México, que se remonta a 1935, cuando el Ing. GuillerrnQ
González Camarena realiza transmisiones experimentales cn
equipo que él mismo diseñó, patentando en 1940 un sistema de
televisión en color, varios años antes que el uso de la televísi6n
en blanco y negro se generalizara en el país.
Es también a principios de este siglo, cuando se inician la
industria petrolera y la electrificación del país y los primeros
esfuerzos, malogrados, en la aeronáutica, y por su propia
ya recientemente la industria electrónica, la nuclear, La ae
planeación, la de sistemas.
Pero en muchos ámbitos, en la mayoría de los más evdtu-
cionados, son técnicos y tecnologías del exterior que vienen a
establecerse a nuestra patria, haciéndonos sotamenfe
recipendiarios de algunos servicios, operadores de algunas plan-
tas, trabajadores de algunas empresas y en el mejor de los çasos,
compradores de tecnología en paquetes para la industrializo-
ción nacional.
Esto nos permitió en la época post-revolucionaria y con
11
modelo económico que parecía permanentemente válido, inte-
grar una industria y desarrollar una infraestructura nacionales
que nos llevaron a ser la décimo-tercera economía mundial y
vivir en lo que se conoció como el "milagro mexicano".
Aunque esta situación introdujo formas y modelos que
han influído en hábitos y costumbres que es necesario modifi-
car, es claro que la más antigua tradición constructiva del cori-
tinente y la más remota tradición en la enseñanza de la ingenie-
ría en América, sustentan nuestra vocación.
Tradiciones que abrazamos, por cuanto significan como
raíz, origen, vínculo, identidad, y que convocamos por lo que
aportan para iluminar el futuro, como lo hacen todas las tradi-
ciones que nacen de los valores superiores de la humanidad.
Tradiciones que abruman y comprometen y se traducen en
un reto extraordinario.
10
La propia industria ha cambiado completamente su natu-
raleza: la informática y la robótica invaden las oficinas de estu-
dios y los talleres y sustituyen progresivamente a los obreros.
La producción integrada, las cadenas de ensamble robotizado,
los talleres flexibles, se convierten en imperativos de la produc-
tividad y de la competitividad.
Correlativamente, las dimensiones económicas de las uni-
dades industriales crecen ante la presión de los costos de inver-
sión dedicados al desarrollo de productos y al equipamiento de
las fábricas. Las concentraciones se multiplican y trascendiendo
las fronteras encuentran límites que no pueden ser superados
sino por la cooperación. Ya no se encuentran en el mundo sino
tres productores de aviones comerciales, una docena de fabri-
cantes de automóviles y otro tanto para implementos electróni-
cos.
Sin embargo, a pesar y a menudo en razón de este progre-
so, las contradicciones se acumulan: se promueve la industria-
lización, pero al mismo tiempo la protección ambiental que la
frena y encarece; se propugna por la productividad pero se
habla igualmente del desempleo y de la división del trabajo; se
pretende liberar el comercio, pero se permite el establecimiento
de caos monetarios que no pueden conducir sino al proteccio-
nismo".
Esta es, en palabras de Henri Martre, Presidente del Grupo
de Industrias Aeronáuticas y Espaciales de Francia, la realidad
del mundo en la que está inserto nuestro país, y ante la que la
ingeniería mexicana está obligada a consolidar y perfecccionar
las áreas de sus fortalezas y a superar sus carencias, so pena de
cancelar las expectativas del país para acceder a estadios supe-
riores de desarrollo y de progreso, imposibles sin una ingeniería
nacional de alta calidad.
Ante esta vorágine de cambios, frente a esta creciente
complejidad, ¿cuáles son los pasos que deben dar la ingeniería
y los ingenieros mexicanos?
No hay en esta etapa de nuestro estudio ni respuestas
contundentes a esta pregunta, ni verdades absolutas, ni posicio-
19

los ingenieros, particularmente de quienes se dedican a la inves-
tigación y a la docencia.
La certificación profesional, la definición de estándares
educativos, la certificación de la calidad de las escuelas de in-
geniería, y la consideración de la actualización permanente como
educación formal, son el basamento fundamental de la pirámide
de nuestra profesión.
El reconocimiento, la capacidad de influencia, la imagen
de la profesión, componentes esenciales para la realización y la
satisfacción profesional del ingeniero, están estrechamente rela-
cionados con la competitividad del sector productivo, la satis-
facción de las necesidades sociales y por lo tanto con el nivel de
bienestar de la población.
Nuestras reflexiones, no son en el sentido ni de lamentar
nuestras debilidades, que son importantes, ni de loar nuestros
logros aunque sean significativos.
Tienen como objetivo, conocernos mejor para estar prepa-
rados para actuar, ante un nuevo momento histórico de la mayor
trascendencia.
"La nueva dinámica mundial de globalización y
regionalización y el surgimiento de una impresionante red de
flujos comerciales internacionales y empresas multinacionales;
las nuevas exigencias sociales para la preservación del medio
ambiente; la escasez de agua y de energía y su vinculación con
la ecología; la generación de nuevos mercados por la aparición
de nuevas tecnologías, nuevos productos y nuevos métodos de
producción, son el marco general de nuestras preocupaciones.
Los microprocesadores invand en igualmente los complejos
sistemas de comunicación y los juguetes; los materiales com-
puestos aparecen tanto en los artículos deportivos como en los
satélites; las nuevas cerámicas componen los artículos de casa y
las turbinas de los aviones supersónicos; la química extiende
por todas partes sus aplicaciones. Los productos industriales se
han convertido en obras maestras de la imaginación y en mara-
villas de la realización.
18
U.eto que nos obliga también a superar, por otra parte,
çñdiciones culturales supervinientes que nos han llevado, en
palabias de Jaime Torres Bodet, a "la dramática asimetría que
--e . qp mayor o menor relieve- demostraron los pueblos que la
historia asoció dentro de la colectividad mexicana, entre la abun-
dancia de las manifestaciones espirituales y la escasez de los
medios técnicos".
Reto que es en fin, articulación entre lo tradicional y lo
moderno; reto que es la búsqueda del equilibrio entre la capa-
cidad de ruptura y la sensibilidad de arraigo, porque si la pri-
mera es necesaria en la perspectiva del progreso y en la obliga-
da relación con otras culturas y con países con mayor nivel de
desarrollo, la segunda es imprescindible para afirmar la identi-
dd nacional.
- Para ello, cuando la dinámica tecnológica; la movilidad
comercial; las evoluciones políticas obligan a la necesaria
ri.iltidisciplinariedad, al trabajo en equipo, a la ampliación del
espectro de atención, es cuando los gremios deben, sin inte-
rrumpir su esfuerzo cotidiano, revisar sus activos, analizar su
posición, redefinir sus responsabilidades.
Las nuevas tecnologías, los modelos económicos globales,
14s políticas nacionales de desarrollo, los problemas demográfi-
c, l4 transformación económica de México, la urbanización de
la 'población, la tercierización de la economía mundial, la con-
solidación de la democracia, en fin, los temas que encabezan
hy todos los discursos, nos muestran una situación nacional
quç requiere de profundos cambios, de ajustes complejos en los
que la ingeniería debe jugar un papel vital.
Por eso la Academia Mexicana de Ingeniería se abocó hace
trEs años a un estudio sobre la situación de la profesión, que
llamamos "El Estado del Arte de la Ingeniería en México y en
el Mundo" y cuya primera versión presentamos en el 1 Congre-
so InCernacional de la Academia celebrado en 1991.
ta idea original del esPudio que emprendió la Academia,
cornjyjejo por sí mismo, adquirió, como todas las ideas propues-
t4s, al análisis de individuos de mente y espíritu abiertos, nue-
- 11

vos derroteros, mayores complejidades, más amplios horizon-
tes, mayores alturas.
Como efecto y como causa, vieron luz los pocos centros de
excelencia para la investigación con que contamos.
En el esfuerzo por conocer la situación de la ingeniería
mexicana frente a sí y frente a las ingenierías del mundo, se
esclarecieron muchas situaciones hasta hoy insuficientemente
analizadas y se ordenaron algunas ideas dispersas o inatendidas,
pero surgieron, como es natural, nuevas interrogantes; se am-
plió el espectro de nuestras inquietudes, la necesidad de profun-
dizar en todos los aspectos y de incorporar consideraciones que
surgen día a día por la dinámica mundial que presiona y
reconforma todas las actividades del hombre.
Así, el esfuerzo de la Academia permite presentar al gre-
mio de los ingenieros y a la sociedad mexicana, reflexiones y
propuestas a partir de los resultados de una encuesta directa
hecha a más de 2,500 ingenieros de distintas edades, sobre su
situación profesional; del trabajo de las Comisiones de Especia-
lidad en relación con los logros de la ingeniería mexicana, sus
fuerzas y sus debilidades, sus interrelaciones y su
posicionamiento con respecto a otras disciplinas, su influencia y
atención en los sectores económico y social; el estado de la
investigación y el desarrollo tecnológico y la situación de la
enseñanza de la ingeniería, aquí y en algunos países claves para
nuestro estudio.
Con la consigna intransigente de la objetividad, hemos
tratado de señalar tanto los aspectos positivos como las fallas de
nuestra profesión.
Hemos llegado a la conclusión general de que la ingeniería
mexicana, en el momento actual, es más fuerte en aspectos
operativos que conceptuales y que existen más debilidades fun-
cionales que estructurales.
Debemos encender varios focos amarillos, porque en áreas
de la mayor trascendencia como la formación, la investigación
y el desarrollo tecnológico y la administración de la ingeniería,
la balanza se inclina peligrosamente hacia el platillo de las de-
bilidades.
12
Como causa y como efecto surgieron los hombres mayores
de la ingeniería: Aguilera, Barros Sierra, Carrillo, González
Camarena, Colomo, Quintana, Buchanan, Cerrillo, Moreno To-
rres, Espinoza, Sandoval, Ramírez Ulloa, Massieu, Agraz,
Medellín, por citar solo a algunos de los ya desaparecidos..,
porque los hombres y sus circunstancias son igualmente causa
y efecto.
Nuestras debilidades tienen su origen igualmente, según
nuestros análisis, en fuentes muy diversas. Ciertamente, algu-
nas no son privativas de la ingeniería y tienen raíces profundas
en la historia y en la cultura; otras son propias de nuestra pro-
fesión. Aunque cada una tenga distinta trascendencia, todas
son igualmente relevantes en el análisis global, para definir las
prioridades y la intensidad de su atención.
De enorme importancia resulta la evidencia del interés
insuficiente del ingeniero hacia la problemática social, económi-
ca y política de su entorno y la insuficiente consideración de la
sociedad en general, hacia el papel de la ingeniería en el mundo
moderno y en los beneficios que le aporta. Este hecho, por otra
parte, se repite prácticamente en todos los países estudiados.
Pero el "mal de muchos" no debe conducirnos a su desatención.
También parece fundamental una mayor conciencia en
nuestra profesión de la necesidad de incorporarnos a prácticas
comerciales y administrativas modernas y competitivas y al
trabajo en equipo, tan distante de nuestra idiosincrasia.
Otras debilidades nacen de la escasa participación de los
sectores productivos en la formación de ingenieros (es casi
inexistente la vinculación escuela-industria), y de la escasa in-
fluencia de la ingeniería en los grandes asuntos nacionales.
Pero tal vez, las más urgentes, las que requieren de accio-
nes inmediatas, constantes e inteligentes son las que se refieren
a la calidad y normalización de la profesión y concomitantemente,
al reconocimiento individual y a la remuneración adecuada de
17

En general, podemos afirmar que la ingeniería mexicana es
fuerte en operación, débil en conceptualización e innovación y
media en infraestructura.
hemos podido con éxito conseguirlo en la operación y la ade-
cuación de tecnología para procesos de manufactura y opera-
ción de plantas.
Ha resultado del mayor interés tratar de definir y analizar
las causas de estas dos situaciones y que van de la abundancia
de algún recurso a la carencia de otro; la coyuntura o la perma-
nencia de una situación, su gravedad en términos del impacto
en la satisfacción de necesidades o la existencia de oportunida-
des de mercado, hasta la presencia de un lider dispuesto a
cambiar una situación por difícil que esto pareciera.
Buena parte de nuestras actuales fortalezas tienen su ori-
gen en circunstancias en que se reunen varias de estas condicio-
nes.
La decisión política de crear las Comisiones Nacionales de
Irrigación y de Caminos en 26; la expropiación petrolera y la
creación de la Comisión Federal de Electricidad en 38, son hitos
en la historia de nuestra evolución, que permitieron a la inge-
niería, o que le exigieron, según se quiera ver, la presencia de
las capacidades de los ingenieros mexicanos.
Las condiciones del subsuelo de la ciudad de México,
nuestras particulares características de sismicidad que impiden
la cara pero cómoda adquisición de tecnología importada, han
llevado a los ingenieros civiles mexicanos a desarrollos propios
y a colocarse en el nivel de los mejores.
Las modificaciones de los mercados internacionales por la
segunda guerra mundial, dieron a nuestro país oportunidades,
que se aprovecharon para su industrialización.
El descubrimiento de los importantes yacimientos de hi-
drocarburos que colocaron a México en la cúspide del mapa
petrolero mundial, estimularon una rápida evolución de la in-
geniería petrolera y de las ramas vinculadas con esa industria.
Así, la ingeniería mexicana hizo viable la construcción de
la infraestructura nacional, la industrialización del país y la
explotación de nuestros recursos naturales.
16
En efecto, hay evidencia de reconocimientos internaciona-
les en operación y eficiencia: plantas industriales con indicadores
del más alto nivel internacional, el liderazgo mundial de pun-
tualidad en una de nuestras líneas aéreas, y la planta nucleo
eléctrica de Laguna Verde, son ejemplos de nuestras capacida-
des en la operación de sistemas complejos, en los que es muy
poco frecuente la presencia de ingenieros extranjeros.
Pero debemos aceptar deficiencias severas en cuanto a
productividad, que son sin embargo, más imputables a insufi-
ciente inversión (atraso tecnológico) y a problemas económico-
laborales, que a falta de capacidad intrínseca de los técnicos
mexicanos.
En cambio, nuestras capacidades de creación son escasas:
los inventos e innovaciones de mexicanos son poco frecuentes y
poco significativos.
Los mexicanos (empresas e individuos) patentamos poco.
La costumbre de adquirir en el extranjero diseños o tecnología,
asimilarlos y agregar en general poco valor a los bienes y
servicios, nos ha llevado a una posición de suma fragilidad ante
las nuevas condiciones del mundo globalizado.
El círculo vicioso que tiene un punto de extrema debilidad
en la muy escasa inversión nacional en investigación y desarro-
llo, fortalece la proclividad a la importación tecnológica y frus-
tra los pocos esfuerzos de desarrollo científico y tecnológico
propios.
Ni el sector público, ni el privado -mucho menos este úl-
timo- han hecho de este renglón un tema prioritario, lo que si
bien ya plantea dificultades importantes, en el futuro próximo,
si no hay una pronta reconsideración, serán fundamentales y
lamentablemente irreversibles.
13

Aún cuando hay instituciones de investigación y desarro-
llo tecnológico que cuentan con investigadores y programas de
punta, éstas son pocas y salvo excepción, con débil vinculación
con los usuarios potenciales de los resultados de su esfuerzo.
La infraestructura nacional de ingeniería (entendida ésta
como el conjunto: ingenieros, tecnología, enseñanza, organiza-
ción), es fuerte en algunos aspectos, aunque la podríamos cali-
ficar como media en términos generales.
El número de egresados de nuestras escuelas de ingeniería
con estudios completos, se eleva a 475,000, lo que si bien no nos
coloca al nivel de los países desarrollados en la relación ingenie-
ros/número de habitantes, nos da una posición no deleznable
en el contexto internacional.
El rezago puede ser superable; la proporción de estudian-
tes de ingeniería (23% de los inscritos en el nivel profesional),
es la mayor del mundo y el número de egresados por año de
nuestras escuelas, que es del orden de 25,000, así lo sugiere.
Sin embargo, el tema de la calidad de la enseñanza está
aún fuera de control. La heterogeneidad de programas, las
acendradas diferencias de los recursos disponibles por escuela,
los problemas de centralización del país; y muy particularmente
los bajos sueldos de los académicos, plantean una grave proble-
mática de necesaria y urgente atención.
Debemos ser claros, no podemos aspirar a participar
competitivamente en la nueva organización mundial de la pro-
ducción, cada vez más influyente en el desarrollo económico,
político, social y cultural de las naciones, sin una ingeniería
consistente, sólida, sin fracturas, que se inicia con una enseñan-
za de calidad, y tiene sus siguientes peldaños, sin duda ni dis-
culpa, en la investigación y el desarrollo tecnológico.
Sabemos que una buena ingeniería nacional no va a resol-
ver, por sí sola, la problemática del país, pero estamos persua-
didos de qúe esta no podrá resolverse, si no contamos con una
buena ingeniería nacional.
14
Esta convicción se basa en experiencias vividas por la in-
geniería mexicana y por la nación; en los logros de nuestra
profesión, que son testimonio de nuestras potencialidades, al
igual que en el conocimiento de nuestras realidades: de nuestras
necesidades y nuestros recursos; de la capacidad de respuesta
ante acontecimientos inexorables; de nuestra capacidad de orga-
nización ante decisiones políticas precisas y de las limitantes
que nacen de nuestras circunstancias, nuestros errores y nues-
tras debilidades e insuficiencias.
Podemos ejemplificar nuestras capacidades, con el
señalamiento de algunos logros de nuestra profesión, reconoci-
dos internacionalmente.
Obras de construcción importantes en suelos inestables
como el drenaje profundo de la ciudad de México o el Sistema
de Transporte Colectivo (Metro), o desarrollos tecnológicos como
los pilotes de control o los disipadores de energía sísmica.
Grandes obras de infraestructura como el puente atirantado
de Tampico, el Mezcala, el Quetzalapa, el Papagayo, o los sis-
temas hidroeléctricos y de irrigación de Malpaso, La Angostura
y Chicoasén, o Aguamilpa y Zimapan (en construcción).
El desarrollo de maquinaria y equipo para moldeo de vi-
drio o el diseño y fabricación de transmisiones para camiones
ligeros ofrecen, aún en la condición de su muestra, ciertamente
no innumerable, prueba de capacidades insuficientemente utili-
zadas, pero que nos indican su existencia, y por ende, la viabi-
lidad de su aportación eficiente al desarrollo y progreso del
país.
Efectivamente, en diversos casos ha sido posible desarro-
llar una capacidad mexicana de diseño e innovación.
Hay evidencias también, de que se han alcanzado even-
tualmente, niveles de organización y de coordinación de exce-
lencia.
Sin embargo, y aquí una de nuestras flaquezas, no hemos
logrado hacer de estas potencialidades un logro general, como
15

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EL FUTURO DE MÉXICO
SIN INGENIERÍA MEXICANA
Ing. Javier Jiménez Espriú
Académico de Honor
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La edición de
El futuro de México sin ingeniería mexicana
del ingeniero Javier Jiménez Espriú se
formó en New Brunswick en 10/14 pts.
El Diseño y la formación estuvo a cargo de
D. G.Oscar Jurado Osorio

INGENIERO JAVIER JIMÉNEZ EsPRIÚ
36
en congresos, seminarios, etc., sobre educación, ciencia y tecnolo-
gía, comunicaciones y transportes, energía y los recursos y las
necesidades nacionales.
El Estado del Arte y Prospectiva de la Ingeniería en México y en el
Mundo, Academia Mexicana de Ingeniería, Segundo Congreso In-
ternacional, Junio 1993
Mensaje a un joven ingeniero mexicano, 1997
Distinciones
Beca de Estudio otorgada por el Gobierno Francés al Conservatoire
des Arts et Metiers. Froid Industriel. París, 1960-1961.
Beca de Estancia otorgada por el Gobierno Francés para estudiar
Electrónica Médica. París, 1963.
Medalla al Mérito Docente por 10 años de labor Académica.
Universidad Militar Latinoamericana. 1967.
Insignias de Comendador de la Orden Nacional del Mérito. Repú-
blica Francesa. 1986.
Primer Recipendiario del «Lectureship Award» JOSEPH M.
BIEDENBACH que otorga la Asociación Internacional de Educa-
ción Continua para Ingenieros (lACEE) 5 11 Conferencia Mundial.
Universidad Tecnológica de Helsinki. Junio 2, 1992
Premio AJUME a la Excelencia Profesional 1995.- Medalla de Oro
y Diploma. Junio 1996
Grado de Académico de Honor de la Academia Mexicana de Inge-
niería. Septiembre 1997
Discurso del Ingeniero
Javier Jiménez Espriú,
al recibir el grado de
Académico de Honor
de la Academia Mexicana de
Ingeniería
Palacio de Minería, México D.F., 25 de septiembre de 1997

35
Miembro de la Comisión de Títulos y Grados del Consejo Universitario.
1978-1981
Miembro de la Comisión Dictaminadora del Centro de Investiga-
ciones y Servicios Museológicos. UNAM. Marzo de 1981-1983.
Presidente del Patronato Deportivo Universitario de 1973 a 1978.
Fundador de la Academia de Música del Palacio de Minería y Pre-
sidente Ejecutivo del Patronato de 1978 a 1982
Fundador de la Feria Internacional del Libro México-UNAM en 1979
Facultad de Ingeniería, y organizador de la misma de1979 a 1982.
Miembro del Jurado del Premio Nacional de Ciencia y Tecnología
para la Juventud CREA- SEP. Septiembre 1979-1984.
Miembro del Jurado del Premio Nacional de Ingeniería Mecánica
Eléctrica y de Ramas Afines. 1979
Representante de la UNAM en el Fideicomiso UNAM-SOMEX, para
el Desarrollo de la Investigación. 1980.
Miembro Fundador del Patronato de la Orquesta Sinfónica de la
Ciudad de México. 1990.
Miembro del Consejo Editorial de la Revista Tecno-Industria, pu-
blicación bimestral de CONACYT. 1991 a la fecha.
Miembro por México de la Comisión Bilateral México-Estados Uni-
dos Para el Intercambio Educativo y Cultural. 1994 a la fecha. (Be-
cas Fullbrigth-García Robles)
Sociedades, Conferencias, Congresos, Seminarios, Pu-
blicaciones, Etcétera
Miembro de diversas sociedades científicas y culturales nacionales
y extranjeras.
Más de 100 conferencias presentadas nacional e ernacionalmente

INGENIERO JAVIER JIMÉNEZ ESPRIÚ
34
3
Consejero NKS Industria Pesada 199 1-1992
Vicepresidente de la Cámara Nacional del Aerotransporte. 1991-1992
Cargos de Elección y Honoríficos
Miembro Fundador de la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de
Ingeniería de la UNAM. 1962.
Presidente de la Asociación de Ingenieros Universitarios Mecáni-
cos Electricistas. 1963-1968
Presidente de la Asociación de Facultades y Escuelas de la Inge-
niería. 1970-1971.
Miembro del Consejo de la División Internacional de la American
Society for Engineering Education. 1974.
Presidente de la Asociación Nacional de Instituciones de Educa-
ción en Informática. 1982.
Presidente de la Sociedad de Exalumnos de la Facultad de
Ingeniería. (SEFI) 1985-1987 De la que fue también Secreta-
rio y Vicepresidente.Presidente de la Academia Mexicana de
Ingeniería. 1991 a 1993, de la que fue Coordinador y Vicepre-
sidente.
Otras Actividades
Presidente de la Comisión Editorial de «Revista Ingeniería». Orga-
no Oficial de la Facultad de Ingeniería, 1978- 1982 y Miembro de la
Comisión de 1982 a 1997
Miembro del Consejo Universitario, UNAM. 1978-1982
Miembro del Comité Técnico del Centro de Estudios Nucleares de
1aUNAM: 1976-1981.
El futuro de México sin ingeniería mexicana
Cuando se llega al momento en que se recibe un reconocimiento
de la importancia del que hoy me otorgan mis colegas de profe-
sión, al concederme el grado de Miembro de Honor de la Academia
Mexicana de Ingeniería, se adquieren al mismo tiempo, según yo,
una nueva responsabilidad y un derecho.
La responsabilidad consiste en actuar siempre a la altura del
honor que se recibe y el derecho lo entiendo, como una licencia
que el gremio otorga a uno de los suyos, para decir en todo mo-
mento, sin cortapisa alguna, todo cuanto dictan la experiencia, el
conocimiento y la razón, pero también la emoción, el amor y las
pasiones; las tristezas y las alegrías profesionales; las ilusiones,
los éxitos y las frustraciones.
Es decir, una licencia amplia para alguien que se supone ya
está «más allá del bien y del mal» y que le permite decir todo cuan-
to le plazca.
Yo deseo inaugurar mi condición de Académico de Honor ha-
ciendo el uso más amplio de ese derecho, pero tratando de cumplir
a un tiempo con la obligación que desde ahora me impone la distin-
ción que recibo, no sin antes agradecer a la Academia Mexicana de

INGENIERO JAVIER JIMÉNEZ ESPRIÚ INGENIERO JAVIER JIMÉNEZ ESPRIÚ
11
Ingeniería todas las satisfacciones que me ha dado, y a todos sus
miembros el privilegio de su amistad, de su colaboración y de su
comprensión, así como su apoyo invaluable para esta designación
que corona mi devenir profesional con un nombramiento tan ex-
traordinario como inmerecido.
Puedo así desde hoy, hacer uso in extenso de la libertad,
arrogarme el más amplio derecho para decir todo cuanto siento,
que por lo demás me he restringido en la vida solo contadas ocasio-
nes por alguna actitud de prudencia que me ha dictado mi propia
conciencia-, porque al igual que el Adriano de Margarita Yourcenar
»he buscado la libertad más que el poder y el poder tan solo porque
en parte favorecía la libertad».
Hoy, la libertad plena me la da el poder que deriva del honor
que recibo.
Dadas la actuales circunstancias de mi Patria, he considera-
do oportuno exponer ante ustedes, bajo el título de El futuro de
México sin ingeniería mexicana un conjunto de reflexiones que han
ido inquietando no solo mi condición de profesional de la ingenie-
ría, sino fundamentalmente mi visión como mexicano.
No se trata, así, de un título que encabeza una especulación
filosófica o que plantea un horizonte imaginario, fantástico o irónico
en el que caeríamos si no nos portamos bien, ni enmarca una ame-
naza catastrófica en vista de que la ingeniería mexicana no tiene el
reconocimiento que nosotros los ingenieros suponemos que debería
tener de la sociedad o de los grupos de decisión nacional.
Vocal Ejecutivo del Programa Nacional Indicativo de la Industria Me-
tal-Mecánica del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología. 1980-1982.
Miembro del Patronato de Becas del Consejo de Ciencia y Tecnolo-
gía del Estado de Querétaro. 1988 a la fecha.
Coordinador del Grupo Organizador de los Institutos Mexicanos de
Comunicaciones y Transporte. (Centros de Investigación).
Miembro de Consejos de Administración
Equipos Mecánicos 1974-1978
Grupo IDESA. (Industrias Derivadas del Etileno, S.A.) 1974-1978.
Teléfonos de México, S.A. 1983-1988.
Compañía Mexicana de Aviación. 1983-1988.
Aerovías de México, S.A. 1983-1988.
Banco Nacional de México. 1983-1988.
Institutos Mexicanos de la Radio, Televisión y Cinematografia. 1983-1988.
Compañía Operadora de Teatros,S.A. 1983-1988
Presidente del Consejo de Turborreactores, S.A. de C.V. 1983-1988.
Consejero de la Junta Directiva de la Comisión Federal de Electri-
cidad (CFE) 1990- 1992.
Presidente del Consejo de Administración de Petróleos Mexicanos
Internacional (PMI) 1990-1992
Consejero Propietario del Consejo de Administración por Petró-
leos Mexicanos de REPSOL-MEXICO, S.A. DE C.V. 1990-1992
Consejero por Petróleos Mexicanos de REPSOL-ESPAÑA. 1990-1992.
Consejero por Petróleos Mexicanos de MEXPETROL. 1990-1992
Presidente Suplente del Consejo de Administración de Compañía
Operadora de Estaciones de Servicio, S.A. de C.V. (CODESSA)
1990-1992.

32
Presidente y Director General de Energesis Consultores, S.A. de
C.V. y de Epsilón Consultores, S.A. de C.V. 1989-1990
Subdirector Comercial de Petróleos Mexicanos del 16 de febrero
de 1990 a 16 de julio de 1992.
Consultor de NEC de México, S.A. de C.V, Rolls-Royce, Aerovías
de México y Mexicana de Aviación, de agosto de 1992 a julio de
1994.
Director de Compañía Mexicana de Aviación, de agosto de 1994 a
agosto 1995.
Actividades Docentes
Universidad Militar Latinoamericana. Profesor-Bachillerato.
Física. 1957-1969.
Facultad de Ingeniería, UNAM. Profesor Titular de Asignatura y de
Tiempo Completo, Categoría B y C, de 1959 a 1977y de 1977 a 1990 y
de 1991 a 1993, respectivamente de Física, Electricidad, Circuitos Eléc-
tricos, Laboratorio de Circuitos Eléctricos, Laboratorio de Máquinas
Eléctricas, Introducción a la Ingeniería, Técnicas Administrativas,
Ingeniería Económica y Recursos y Necesidades de México.
Consejos y Asesorías
Miembro del Consejo Académico del Colegio Nacional de Educa-
ción Profesional Técnica. (CONALEP) 1979-1982.
Miembro del Consejo Directivo del Instituto Mexicano del Petró-
leo. 1978-1982 y de 1990 a 1992.
Miembro del Consejo Directivo del Instituto de Investigaciones
Eléctricas 1978-1982.
Se trata de una visión pretérita, sincera y franca, preocupante
e incierta, aunque personal, de la evolución de nuestro presente.
Hemos dicho en repetidas ocasiones, muchas en este mismo
recinto y en el seno de nuestra Academia, que el futuro no se
prevé, se construye; que se trata -cito a Hugues de Jouvenel-, de
«un dominio de libertad, de poder y de voluntad, pero que los pode-
res suponen la existencia de un proyecto».
«No hay viento más favorable -nos decía Jouvenel aquí mis-
mo- que el que sopla para el que sabe a donde va», y que «el porve-
nir está abierto para una variedad de futuros posibles, aunque esté
parcialmente hipotecado por las acciones que emprendimos ayer».
La liberación de la hipoteca de las acciones del pasado re-
ciente y de las interrupciones y cambios frecuentes de nuestro
proyecto nacional, que ha transcurrido de la ambigüedad a la
inexistencia pasando a ratos por cartabones rígidos, pero cuyas
razones casi nunca han quedado claras para algunos de nosotros;
la necesidad de revisar su rumbo en el contexto mundial, pero a
partir de nuestras condiciones, nuestra cultura y nuestra
idiosincracia y la definición de las acciones a emprender hoy en
beneficio de un mejor mañana, son los temas de mi reflexión.
Ante la inevitable restricción del tiempo de nuestra ceremo-
nia, por el respeto que me merece la atención de ustedes y cons-
ciente de las limitaciones de mi capacidad, me concentraré en el
ámbito de la importancia de una ingeniería mexicana, nacional y
nacionalista, con ideología y conciencia de nuestros deberes, de

INGENIERO JAVIER JIMÉNEZ EsPRIÚ INGENIERO JAVIER JIMÉNEZ ESPRIÚ
31
nuestros haberes y de nuestras posibilidades, al igual que de sus
capacidades y de su responsabilidad.
Con frecuencia hemos discutido sobre estos temas, pero gene-
ralmente también, los hemos analizado en un contexto aislado, a
menudo sin considerar las repercusiones de los cambios sociales en
nuestra profesión y a veces sin evaluar con precisión el impacto de
nuestras acciones en la sociedad. La ingeniería, que es consustan-
cial a todos los actos de la vida de los individuos y de las comunida-
des, acciona nuestra existencia, modifica las relaciones entre noso-
tros, impacta igualmente nuestra comodidad y nuestra psique, alte-
ra nuestro trabajo, orienta nuestros gustos, afecta para bien o para
mal nuestra salud, nos induce al goce o a la frustración, estimula
nuestros sentidos o cancela nuestras capacidades sensoriales; todo
ello, las más de las veces, sin darnos espacio para la consideración
de todos sus efectos, inexorable ante nuestra ignorancia o trascen-
diendo nuestra capacidad de observación o de discernimiento.
Si un acto de la ingeniería altera el paisaje, modifica la
ecología, sustituye al libro por el internet o suplanta a Mozart,
afecta la existencia de todos.
Formación profesional
Ingeniero Mecánico Electricista.- Facultad de Ingeniería, Univer-
sidad Nacional Autónoma de México - 1960.
Refrigeración Industrial en el Instituto de Refrigeración Industrial.
Conservatorio de Artes y Oficios de París - 1961.
Electrónica Médica en la Compagnie General de Radiologie en París - 1963.
Cargos Desempeñados en la UNAM
Jefe de Sección de Ingeniería Eléctrica, Facultad de Ingeniería
UNAM 1967.
Jefe de Sección de Ingeniería de Control, Comunicaciones y Elec-
trónica Facultad de Ingeniería UNAM 1968.
Jefe del Departamento de Ingeniería Mecánica y Eléctrica, Facul-
tad de Ingeniería, UNAM 1968-70.
Secretario General Administrativo. Universidad Nacional Autó-
noma de México. 1973-78.
Director, Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autó-
noma de México. 1978-82.
Otros Cargos
Si un hecho de la tecnología comunica a los hombres, sana
sus enfermedades, regenera la tierra, incrementa la producción o
da acceso a la cultura; modifica la vida del individuo y de la socie-
dad en su conjunto.
Sin embargo, su cotidianidad, su omnipresencia en el tiempo
y en el espacio, su permanente y silenciosa compañía en todos los
Gerente General de Compañía Mexicana de Helicópteros y Equi-
pos Aéreos. (Helaero), S.A., 1963-1967.
Director General de Maquinaria y Transporte. Secretaría de Obras
Públicas. 1970-73
Subsecretario, Comunicaciones y Desarrollo Tecnológico, Secre-
taría de Comunicaciones y Transportes. 20-12-82 al 30-11-88.

30
CLJRRICULUM VITAE
Javier Jiménez Espriú
Julio 31 de 1937, México, D.F. México
Actividades Actuales
• Presidente de NEC de México, S. A. de C. V.
• Miembro de la Junta de Gobierno de la Universidad Nacional
Autónoma de México.
• Socio Consultor de Analítica Consultores, S. A. de C. V.
• Presidente de la Fundación Javier Barros Sierra y de los Centros
de Investigación Sísmica, de Instrumentos y de Prospectiva
• Presidente de la International Association for Continuing
Engineering Education
• Académico de Honor de la Academia Mexicana de Ingeniería
• Académico Titular de la Academia Internacional de Astronáutica
• Académico Foráneo de la Real Academia Sueca de Ciencias e
Ingeniería
• Miembro del Consejo Directivo de la Fundación UNAM
• Miembro del Consejo Directivo del Club UNAM, A. C.
• Miembro de la Junta de Honor de la Academia de Música del
Palacio de Minería
• Patrono de la OFUNAM
• Miembro por México de la Comisión Bilateral México-Estados
Unidos para el Intercambio Educativo y Cultural (Becas Fullbright-
García Robles)
• Miembro del Comité Técnico-Científico México-EUA del Proyec-
to GTMJLMT Gran Telescopio Milimétrico INAOE - Universidad
de Massachusetts
actos y cosas de la vida, la convierten en invisible, en etérea, al
igual que el aire que respiramos y que de siempre hacerlo con
naturalidad, lo olvidamos, lo ignoramos y a veces, como a todos
nos consta, lo agraviamos consciente o inconscientemente.
La ingeniería, así, no es un área de exclusividad de los inge-
nieros; es sin duda, un patrimonio de la humanidad si del universo
hablamos o un patrimonio de la sociedad si la limitamos a una
nación; patrimonio que toca administrar a los ingenieros, pero que
pertenece a la sociedad toda.
Patrimonio que por otra parte la humanidad y las sociedades
nacionales han ido creando y acrecentando con el esfuerzo de mi-
les de seres de múltiples generaciones que han ido acumulando
experiencia y conocimiento en beneficio del hombre, para su de-
fensa y su progreso.
Patrimonio que por ignorancia, por apatía, por incompren-
sión, por intereses, por corrupción, por presiones, por inconscien-
cia, en ocasiones se deteriora, se degrada, se pierde, se aniquila.
Y qué puede ser de una nación sin ingeniería propia frente a
los hechos de la modernidad, en el umbral del próximo milenio;
montados en el caballo de la globalización; enfrentados al
monetarismo implacable y desalmado; en la era de la información
y las comunicaciones digitales; de la multimedia y la realidad vir-
tual; del diseño por computadora y el comercio electrónico; de los
materiales compuestos y la ingeniería genética, de los flujos inter-
nacionales de comercio y las empresas multinacionales; de los ta-

INGENIERO JAVIER JIMÉNEZ ESPRIÚ INGENIERO JAVIER JIMÉNEZ EsPRIÚ
29
lleres flexibles y las líneas de producción robotizadas; de las alian-
zas estratégicas, la preservación del ambiente y los emporios fi-
nancieros?.
¿Qué puede hacer una nación así, sin ingeniería propia?
Seguramente, otra vez, cambiar vidrios y espejos por los
frutos de nuestras entrañas, aunque ya no usemos penachos con
plumas ni obtengamos nuestros titulos y grados en el Calmécac.
No hemos aprendido una lección fundamental: la autodeter-
minación tecnológica, que no autosuficiencia, y por ende el apoyo
al desarrollo de la ciencia y la tecnología, son cuestiones de su-
pervivencia nacional; de no lograrla, seguiremos exportando los
frutos del subdesarrollo, e importando, con la ineficiencia de la
ignorancia, lo que nos vendan; y hasta hoy no solo no la hemos
logrado, sino que estamos destruyendo lo conseguido en largos
años y penosos esfuerzos.
Hemos ido cancelando, matando por inanición, cerrando por
decreto, degradando por descuido e ineficiencia, por ignorancia,
por soberbia o por intereses discutibles, los escasos logros en in-
vestigación y desarrollo que un día fueron, de la misma manera
que por falta de estímulos o de conocimiento, hemos obstaculizado
el florecimiento de nuevas acciones.
Independientemente de la claridad de las cuentas y de los
criterios de asignación y de eficiencia, el indicador oficial de inver-
sión en estos rubros de 0.33% del Producto Interno Bruto confir-
alzo hoy la voz a la mitad del foro
a la manera del tenor que imita
la gutural modulación del bajo,
para cortar a la epopeya un gajo
y subrayar como en la Epístola Satírica de Quevedo:
No he de callar, por más que con el dedo,
ya tocando la boca, o ya la frente,
silencio avises o amenaces miedo.
¿No ha de haber un espíritu valiente?
¿Siempre se ha de sentir lo que se dice?
¿Nunca se ha de decir lo que se siente?...
En otros siglos pudo ser pecado
severo estudio y la verdad desnuda...
Hoy no lo es más, digamos todo ya, lo que sentimos y lo que
sabemos, no hay pretexto que valga para el silencio y para la abs-
tención, actuemos sin temores, ni demora.
Y si no logramos superar nuestras debilidades y nuestras res-
tricciones, que la sociedad nos lo demande.
Gracias Academia Mexicana de Ingeniería por la honrosa de-
signación y la oportunidad que me ha brindado y gracias a ustedes,
mis amigos de siempre por acompañarme, escuchar mis palabras
y aceptar y tal vez comprender mis emociones.

28
espíritu positivo, decidido, basado en la claridad de nuestras re-
flexiones y en nuestra visión del futuro; sin ilusiones virtuales,
con pragmatismo sereno, con ideales sólidos y con principios na-
cionalistas.
No empiezo a hablar desde hoy, bajo el amparo del honor
recibido y ante la evidencia de una zona minada y en devastación;
siempre que he previsto borrascas en el horizonte he expresado
con la mayor honestidad mis preocupaciones, pero he cometido a
veces el error de adelantar juicios en contra de intereses podero-
sos, o de tesis y criterios de quienes ostentaban puestos de mayor
poder que los míos, por lo que con frecuencia fueron disminuídos,
ignorados o anulados. Hoy compruebo que en algunos casos me
asistía la razón, pero «tener razón demasiado pronto es lo mismo
que equivocarse» decía también el emperador Adriano, o «adelan-
tar la suerte», diría cualquier taurófilo, hasta en los toros suele
ser fatal.
Siendo taurófilo de siempre y admirador de Adriano desde mi
juventud, no puedo perdonarme el haber tantas veces ignorado
verdades tan verdad.
Pero hoy me encuentro, gracias a su generosidad, en una
posición privilegiada; puedo hacer uso, para expresar ideas no sólo
mías, aunque naturalmente bajo mi estricta responsabilidad, de
este foro respetable, respetado y magnífico que es la tribuna de
Honor de la Academia Mexicana de Ingeniería, para decir como
López Velarde en su Suave Patria, impecable y diamantina:
9
mado en el reciente Informe Presidencial, es suficientemente ex-
plícito en su insuficiencia, habida cuenta, además, de la situación
de por sí precaria de la que partimos y que arrastramos.
Lo mismo estamos haciendo de los logros, que en momentos
lúcidos de nuestra historia, nos permitieron nuestro desarrollo
ingenieril y el avance de nuestras capacidades de creación y creci-
miento, en esta disciplina fundamental.
Hemos ido estableciendo igualmente, un entramado inter-
minable de tratados, leyes, normas, reglamentos, especificacio-
nes, procedimientos, aranceles, licencias, etcétera, etcétera, et-
cétera, que han conseguido desplazar a la ingeniería mexicana y a
las empresas mexicanas que la emplean a un segundo o tercer
plano de participación en la satisfacción de nuestras propias nece-
sidades, como subcontratistas o maquiladoras de los grandes con-
sorcios internacionales.
Las limitaciones que imponen hoy la falta de conocimien-
tos técnicos, la insuficiencia de capital, el escaso acceso a crédi-
tos, las altas tasas financieras, la imposibilidad de cubrir las ga-
rantías económicas, o la discriminación en los pagos que, pun-
tuales para los extranjeros se retrasan larga y consistentemente
para los nacionales, y los nuevos criterios para la obra pública de
los proyectos «llave en mano», las formas y procedimientos de
licitación, las nuevas fórmulas de construye y transfiere, o cons-
truye, opera y vende, etcétera, son cuestiones que de natural,
inclinan la balanza en favor de los grandes consorcios multina-
cionales dueños del dinero.

lo
Esto, no solo crea un contexto de imposibilidad de acción para
muchas empresas nacionales, sino impide además, lamentablemen-
te, las actividades de formación, capacitación y entrenamiento de
nuestras mujeres y nuestros hombres, en el ejercicio de la inge-
niería.
Obstaculiza aquí y transfiere al extranjero, la formación del
capital intelectual de una nación que en su pobreza y sus limitacio-
nes está subsidiando -ironías de la globalización-, el desarrollo eco-
nómico, científico, tecnológico, organizacional y cultural, de los
países que lo tienen todo.
Sabemos que el ámbito financiero plantea desequilibrios que
los países pobres no pueden superar. Es sabido igualmente que los
flujos económicos son 10 veces superiores al producto fisico mun-
dial y 35 veces mayores que las transacciones comerciales reales.
Pero no hay que olvidar que aún así las principales fuentes
de riqueza hoy en día, son con los flujos financieros (Mase dinero),
los programas y las patentes (o sea la ingeniería) y que nosotros
que no contamos con los primeros, estaremos, si no reconsideramos
pronto, igualmente carentes de los segundos.
Y no podemos ignorar tampoco que la búsqueda actual de la
competitividad y la productividad, se basa en la innovación y ésta
es sola y pura ingeniería.
Pensemos tan solo que el valor del mercado de un
microprocesador es 20 veces el del material con que está hecho y
27
Nuestra Academia tiene la obligación -yo acepto mi parte- de
ahondar en el análisis de estos problemas, de gritar a los cuatro
vientos los peligros de su permanencia, de hacer propuestas para
enderezar la nave, de asumir con toda amplitud nuestra responsa-
bilidad como ciudadanos y como ingenieros.
No planteo una lucha por el gremio, sino una cruzada gre-
mial por el futuro de la nación.
Somos ingenieros enamorados de una profesión extraordina-
ria, pero somos antes y sobre todo mexicanos apasionados por su
Patria que no pueden aceptar su entrega, ni en aras de la moderni-
dad seductora, ni en busca del «vellocino de oro», y menos aún, si
la modernidad nos la imponen de fuera y si el vellocino nos lo
venden en una caja negra, «llave en mano».
Debemos reconocer que la situación actual de la ingeniería
mexicana es sin duda nuestra culpa, pero aceptemos que su futuro
es nuestra actual responsabilidad y enfrentémosla viril y decidida-
mente.
De lo que hoy hagamos o dejemos de hacer, depende el futuro
de México. No es permisible para nosotros una postura de lamen-
tación por lo perdido o de nostálgica remembranza por lo que tuvi-
mos en el pasado.
Es necesario actuar, sin precipitaciones, pero sin demora; sin
amarillismos, pero sin ocultamientos ni simulaciones; sin agresio-
nes, ni intransigencias, pero sin tolerancias vergonzantes; con un

.1-
26
que no exagere; si no puedo exagerar, entonces no tengo nada que
decir»:
La segunda sería proponer que antes de calificarme, discuta-
mos a fondo mis afirmaciones, si hay dudas o puntos de vista con-
trarios.
La primera va con mi nuevo derecho, la segunda con mi nue-
va responsabilidad.
Como persona, me gusta la primera, va más con mi espíritu
romántico y con mi vocación de libertad.
Como ingeniero en cambio, prefiero la segunda porque es
congruente con la razón, porque es lógica con nuestra ocupación
profesional y sobre todo, porque es la que permitirá definir y dar
los pasos necesarios para dirigirnos al sitio que requiere nuestro
país, que es lo que se busca, que es lo que propongo, que es lo que
pretendo y porque es además, lo que puedo someter a la considera-
ción de la Academia.
No se trata aquí de criticar acremente a quienes han tomado
decisiones que han afectado a la ingeniería y señalar culpables; se
pretende analizar nuestra situación con claridad y seriedad para
encontrar soluciones.
No se trata tampoco de una apología del pasado y una solici-
tud de regreso, sino del análisis de lo que ha sido y será de utilidad,
de lo que debemos preservar, estimular y promover.
de la mano de obra que lo elabora, y el resto es tecnología, paten-
tes y costos financieros y comerciales.
O recordemos, tomando otro enfoque, cual es el valor agre-
gado nacional en nuestra industria maquiladora.
Sin ingeniería propia, no habrá opción diferente -azares de
la globalización- a ser compradores sin nada que vender, aún
cuando compremos y nos compren lo «Hecho en México», por-
que aunque geográfica y paradójicamente se ponga aquí ese se-
llo, la mayor parte de las veces lo esencial y lo intangible, es
decir, lo de mayor valor, está hecho fuera y hacia fuera se irán
los beneficios.
¿No resulta evidente de estas premisas y ejemplos elementa-
les, la necesidad de contar con una ingeniería propia y capaz de
«saber hacer» y de saber comprar programas y patentes?
¿Cómo vamos de otra manera a resolver nuestros problemas
de trueque, que no es otra cosa el comercio internacional, si adqui-
rimos todo lo de valor agregado, si le aunamos nuestras insuficien-
cias financieras y esto lo pagamos con ineficientes productos pri-
marios del subdesarrollo, con mano de obra barata y con cerebro a
bajo precio, ofrecidos para maquilar y así satisfacer a través de
consorcios o compañías transnacionales, entre otras, nuestras pro-
pias necesidades?.
En números claros, las empresas multinacionales nos cobran
10 veces más la hora ingeniero que lo que ellos pagan a los inge-

2
fieros mexicanos para que hagan parte de lo que entregan a las
organizaciones mexicanas que las contratan.
¿Cómo se están atacando los grandes proyectos nacionales,
igual sea la reconfiguración de la Refinería de Cadereyta, el desa-
rrollo de los yacimientos de Cantareil y la planta de Nitrógeno en
Pemex, que las obras de Petatlán y de Mérida III de la Comisión
Federal de Electricidad o las del Drenaje Profundo y el
equipamiento del Metro de la ciudad de México? por citar ejem-
pios importantes.
Todos de igual forma: contratos de tal magnitud y plantea-
dos con formalidades tales, -las más obligadas por las condiciones
de los créditos disponibles-, que resulta imposible para las em-
presas y para la ingeniería mexicana abordarlas si no es en un
segundo plano de bajo perfil, «colaborando» con empresas extran-
jeras fuertemente apoyadas, dejando para ellas utilidades, apren-
dizaje, desarrollo tecnológico y prestigio, y conformándonos con
tener «ocupado» y con pagos de supervivencia a un cada vez me-
nor grupo de ingenieros mexicanos encauzados a su degradación
y a su frustración profesional y ampliando día a día una brecha
cada vez más difícil de disminuir, con consecuencias que no de-
biéramos soslayar.
Hace un mes más o menos, leía en un periódico nacional un
artículo titulado «Empate Técnico por Monterrey II», sobre la lici-
tación de una central termoeléctrica de ciclo combinado, del que
transcribo unos párrafos elocuentes:
IK
satisfagan las necesidades del mercado, porque nuestro mercado
se ha convertido en un «mercado sobre ruedas», pobre, trashu-
mante, incierto y limitado, sino para atender las necesidades de un
futuro que tiene tantas dimensiones como dificultades, pero que
debemos nosotros diseñar, atender y lograr, en beneficio nuestro.
Debemos impulsar la enseñanza de la ingeniería y el desa-
rrollo de la ciencia y la tecnología, no hacia el mejoramiento de las
estadísticas, que nos ha orientado con frecuencia, sino a su supe-
ración cualitativa
Una enseñanza hacia la calidad profesional a partir de la cali-
dad de la enseñanza de la profesión.
Una enseñanza presente con visión de futuro, porque en él
ejercerán los profesionales que se forman hoy.
Sin olvidar tampoco que en la globalización, la acreditación
de los estudios, orientada de igual forma que la acreditación de la
calidad de las industrias o de tantas especificaciones de toda índole
que establecen sus reales en el mundo moderno son, para los paí-
ses pobres, productos también de importación.
Se podría decir que en mis planteamientos caigo en la exage-
ración; tal vez, ante lo cual yo podría asumir dos posturas que
considero válidas:
La primera, en función de lo que expresé al principio de mis
palabras, tomar la posición de Borges cuando dice: «No me pidan

INGENIERO JAVIER JIMÉNEZ EsPRIÚ INGENIERO JAVIER JIMÉNEZ ESPRIÚ
24 13
fesionales de la ingeniería, de investigadores y tecnólogos, la pirá-
mide completa de nuestras capacidades tecnológicas, cancelando
desde hoy las posibilidades del mañana, porque, además:
De estos grupos provenían los mejores profesores de
ingeniería de nuestro país
De estos profesores emanaban las ideas reformadoras de
la educación superior en las ciencias exactas
De estas ideas se lograba la transformación y la
modernización práctica y experimentada de los planes y
programas de estudio de nuestras carreras y la
innovación de las formas de la enseñanza, y
Estos grupos eran la única vía exitosa que hasta hoy se
ha logrado de vinculación escuela-industria y de
comunicación industria-estudiante.
Así, otra gravísima consecuencia de nuestra situación, la más
seria ciertamente para el largo plazo, es la dificultad de lograr un
mayor apoyo a la excelencia académica de nuestra educación supe-
rior que continúa padeciendo, salvo contadas excepciones, la impo-
sibilidad de romper cartabones rígidos, restricciones administrati-
vas, insuficiencias presupuestales, y esclerosis o hemofilia acadé-
micas.
Debemos seguir insistiendo en una revolución en la ense-
ñanza de la ingeniería, no hacia la producción de profesionales que
«Las japonesas Marubeni Corp. y Mitsubishi Corp., se perfi-
lan con un interesante proyecto de financiamiento basado en cré-
ditos con el Eximbank de Japón.
Mientras tanto, el consorcio conformado por ASEA Brown
Boyen (ABB), asociada con Nissho Iwai Corp. apuesta a su eficien-
cia productora para ganar la licitación».
Otro párrafo agrega, entre esperanzador y suplicante: «Ade-
más se espera que sean empresas mexicanas quienes participen
en la construcción de la central»:
Finalmente ganó el consorcio Suizo - Japonés.
Cuando existen condiciones bélicas, los pueblos se arman, se
pertrechan y definen sus estrategias tanto para la defensa como
para el ataque.
Cuando la guerra, aún llamada civilizadamente competencia,
se da en el plano del comercio, de la ciencia y la tecnología, de las
finanzas internacionales y las grandes corporaciones, resulta ino-
cente apostar todo a comprar al contendiente todas las armas que
usaremos y pedirle que nos diseñe nuestras estrategias.
No es otra cosa lo que hacemos cuando les adquirimos la
tecnología que nos quieren vender, que normalmente nos envían
empacada en elegantes «cajas negras», ni es distinto el que sean
ellos a través de sus transnacionales los que propongan nuestras
estrategias, quienes impongan las especificaciones y quienes esta-

14
blezcan las reglas de nuestro desarrollo energético, industrial o de
infraestructura, por citar los casos más sensibles.
Las alianzas estratégicas -obligados recursos de la
globalización- debieran ser colaboración internacional, intercam-
bios y sinergias del conjunto, y no «convenios» en los que una de
las partes define la estrategia y la otra queda obligada a aceptar «la
alianza».
Hemos dicho desde hace mucho, que la moderna tecnología
de la dependencia es el crear la dependencia de la tecnología.
En esta nueva guerra de la competencia, el enemigo se
transformó en «socio comercial» y en «aliado estratégico»; hoy
se respetan las más de las veces los límites territoriales, pero
se arrasan las barreras de la soberanía con normas, especifica-
ciones y criterios que solo pueden alcanzar, en su conjunto, los
poderosos.
Y nosotros, cada vez con menos ingeniería, firmamos los
acuerdos con la inocencia de la ignorancia y la mayor confianza en
la buena fe de nuestra competencia.
Así como en relación con la lucha por el poder político en
nuestro país, o con el modelo económico en turno, los analistas
distinguen épocas y eventos importantes en nuestro acontecer que
han cambiado el rumbo de la historia, igualmente podemos inten-
tarlo sintéticamente, para el devenir de la ingeniería mexicana en
este siglo, con objeto de revisar las ideas que subyacen en ellos,
23
La disminución o la desaparición de la capacidad ingenieril
en:
• Compañía de Luz y Fuerza del Centro
• Comisión Federal de Electricidad
• Petróleos Mexicanos
• Ferrocarriles Nacionales de México
• Secretaría de Comunicaciones y Transportes
• Grupos de la extinta Secretaría de Recursos Hidráulicos
• Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares
• Instituto de Investigaciones Eléctricas
• Instituto Mexicano del Petróleo
• Instituto de Investigaciones Siderúrgicas
La cancelación de la Industria de Bienes de Capital y la
situación de la Industria de la Construcción.
Los cambios en la Política Industrial y en la Política de
Ciencia y Tecnología.
Las consecuencias de la aplicación de leyes y tratados,
procedimientos y normas relativas a los contratos de obras,
consultoría, supervisión y diseño en ingeniería.
Considerando además que todo esto, no afecta solamente la
estructura productiva de la Nación y su autosuficiencia ingenieril,
sino erosiona también, desde su base, que es la formación de pro-

22
Independientemente de lo que estos números económicos sig-
nifican, desde el punto de vista de nuestra profesión hay que crear,
en esos 20 años, 25 millones de empleos, lo que no se puede lograr
sin un sólido desarrollo industrial; y construir vivienda y servicios
-entre los que destaca la educación-, producir alimentos, incremen-
tar la infraestructura fisica, la disponibilidad de energía eléctrica y
energéticos, para atender a una población con 25 millones de habi-
tantes más y superar los serios rezagos que aún nos agobian.
¿Existe alguna fórmula para conseguir esto sin ingeniería
mexicana? ¿Hay ejemplo alguno en la historia, de un logro de esta
magnitud, en alguna parte, sin una ingeniería local muy desarro-
llada? ¿Se puede importar todo esto del extranjero?
La respuesta a todas estas preguntas es, desde luego: NO
Es por lo tanto de fundamental importancia que la sociedad
mexicana sea consciente de la trascendencia de esta situación y
que los líderes de opinión y las gentes responsables de guiar el
futuro de la nación, tanto en el sector público como en el privado y
el social, no solo también la comprendan, sino que actúen en con-
secuencia y de inmediato.
El tiempo es un recurso natural no renovable y ya no nos
queda ni un minuto que perder.
Sería así importante que nuestra Academia estudie en deta-
lle para su corrección, entre otras cosas, las causas y los efectos
que han provocado situaciones como las siguientes:
15
subrayar su trascendencia y delinear y tal vez proponer acciones
en función del futuro que deseamos como nación.
Las decisiones de crear las Comisiones Nacionales de Irriga-
ción y de Caminos en 1925, establecen los cimientos de una inge-
niería civil que evoluciona satisfactoriamente, que sustituye a la
cómoda pero cara e inhibidora adquisición de tecnología y cons-
trucción extranjeras y que logra importantes desarrollos propios
que le permiten al transcurrir del tiempo, colocarse en el nivel de
las mejores en el mundo.
En la década de los 30, la creación del Instituto Politécnico
Nacional, la Expropiación Petrolera y el establecimiento de la Co-
misión Federal de Electricidad, dan cauce a las ingenierías elec-
tromecánica y petrolera que nos llevan, en pocos años, a la autosu-
ficiencia en el diseño y operación de las plantas y las instalaciones
necesarias.
La decisión de aprovechar la coyuntura de la segunda guerra
mundial y la política de sustitución de importaciones de los años
40, así como el proyecto económico estabilizador que llega hasta
los 80, con su impulso a la construcción de infraestructura y al
desarrolllo industrial, lidereado éste último por Nacional Finan-
ciera y las entidades públicas del Gobierno Federal, dan primero
una plataforma de lanzamiento al equipamiento nacional: carrete-
ras, puentes, puertos, aeropuertos, presas, desarrollos urbanos e
• industriales, energía, etcétera, y luego al despegue de la capacidad
industrial: siderúrgica, minera, petrolera, química, de bienes de
capital, autromotriz y alimentaria, por mencionar las principales y

í1
con ello a la formación y consolidación de la ingeniería mexicana y
de ingenieros de alto nivel.
Se diseñan en México por mexicanos todas la obras de infra-
estructura y se construyen con empresas mexicanas; se hace la
ingeniería completa de generación de energía eléctrica, transmi-
Sión y distribución y somos autosuficientes en su instalación y ope-
ración; importamos solo los grandes generadores, y empiezan a
fabricarse por la industria de bienes de capital que se establece, las
turbinas hidráulicas.
Sin embargo, las decisiones políticas de los 80, los nuevos
criterios hacia la competencia global, las decisiones de menor par-
ticipación del Estado en la economía y su retiro brusco, provocan
entre otras cosas, la interrupción de los proyectos de Bienes de
Capital, el inicio del desmantelamiento de la ingeniería en las gran-
des empresas nacionales como Pemex y la Comisión Federal de
Electricidad, y en centros como el Instituto Nacional de Investiga-
ciones Nucleares, de la misma forma que sucede en el sector cen-
tral del gobierno, en donde se concentraba la ingeniería mexicana,
directamente o a través de empresas nacionales, en las Secreta-
rías de Obras Públicas, la desaparecida de Recursos Hidráulicos y
en la de Comunicaciones y Transportes.
Y se dan, a fines de los 80, la apertura indiscriminada,
inequitativa y brutal a productos y servicios del extranjero que
acrecentada después con la firma del Tratado de Libre Comercio
con Norteamérica, es imposible de asimilar en el corto plazo; la
política económica que mantuvo el peso sobrevaluado y condujo a
21
pb, se ha privilegiado la termo-generación eléctrica sobre la hidráulica, que
çpjori ofrece más beneficios y más oportunidades a los mexicanos?
¿Las propuestas para el desarrollo de nuestros campos petrolíferos se
generan a partir de lo que queremos vender o de lo que nos quieren comprar?
¿Las tecnologías que usamos y usaremos son las que nos conviene com-
prar o las que nos quieren vender?
Las respuestas son importantes, independientemente de que en algún
momento pudieran concurrir las conveniencias de ambos y la decisión final
fuera la misma.
De continuar esta tendencia, el futuro de nuestro país no coincidirá con
las expectativas de los mexicanos, porque si bien no cabe afirmar que la
ingeniería mexicana puede resolver todos los problemas nacionales si pode-
mos señalar que los problemas nacionales no se podrán resolver si no conta-
mos con una alta ingeniería mexicana.
En el último infome presidencial, el doctor Zedillo señaló que, si cre-
ciéramos al 5% anual sostenido, nos llevaría 20 años duplicar el ingreso per
cápita actual. Con ese esfuerzo llegaríamos en dos décadas -agrego yo- a
tener el 50% del que hoy tiene España, 75% del de Argentina, 80% del de
Grecia y 67% del de Portugal o Corea del Sur, ¡dentro de 20 años!.
Si nuestro crecimiento pudiera ser el 7%, 20 años seguidos, lo que se
antoja inaccesible, llegaríamos a tener lo que hoy tienen Portugal y Corea
del Sur y el 75% de lo que tiene España, pero aún quedaríamos abajo del 40Ü/c
del ingreso per cápita que hoy tienen los países desarrollados.

20
Otro aspecto delicadfsimo que deberíamos también anali-
zar con detalle, es la influencia de los grupos extranjeros parti-
cipantes en la selección de la tecnología aplicada, que muchas
veces responde más a la conveniencia de sus exportaciones que
a la de nuestras necesidades y condiciones particulares.
Largo sería igualmente el enunciado de la operación de
servicios en que la ingeniería es el insumo fundamental, y en el
que los mecanismos de concesionamiento también conducen a
la presencia de ingeniería extranjera, con tecnologías que se
decidirán en las casas matrices de los concesionarios tecnológi-
cos y en las que la ingeniería mexicana no tendrá oportunidad
de opinar. Señalemos a manera de ejemplo, dos casos en los
que la evidencia de los acontecimientos no permite duda algu-
na: el desarrollo presente de los servicios de telecomunicacio-
nes o la propuesta para la futura operación de los aeropuertos
del país. Ambos campos, desbordantes de ingeniería, en los que
los ingenieros mexicanos serán nuevamente, en el mejor de los
casos, operadores de tecnologías de las que no tendremos ni
conocimientos completos, ni control.
Se seguirá así estrechando el espectro de nuestras posibili-
dades, tanto de empleo como de ingerencia; tanto de trabajo
como de desarrollo profesional.
Ante esta situación debemos hacernos algunas preguntas
fundamentales, como las siguientes:
¿No habrá en esto una explicación del por qué, por ejem-
17
su crisis; la decisión de que la mejor política industrial era la de no
tener política industrial y el advenimiento del comercio mundial
avasallador.
El marco de la llamada política del libre mercado, nos condu-
ce a la importación de todo, al cierre de miles de empresas nacio-
nales y a la gran crisis, con las consecuencias y secuelas que aún
padecemos.
Entre ellas, a la crisis de la ingeniería mexicana que ha pro-
vocado, en síntesis, la desaparición de grupos de especialistas del
sector público y de empresas en el privado, la desintegración de los
escasos grupos de excelencia en la investigación; la transforma-
ción de los pocos esfuerzos supervivientes en grupos de maquila, y
la cada vez más preocupante migración de ingenieros tanto a em-
presas extranjeras que vienen a «hacer el trabajo a México», como
a empresas allende nuestras fronteras, que nos lo hacen desde
allá.
El panorama es delicado, y si analizamos los tiempos es evi-
dente la desproporción que existe entre el que se requiere para
formar un «Capital Intelectual» significativo y el que toma
desintegrarlo. La sustitución de lo perdido en capacidad ingenieril
exigirá tiempo y esfuerzo que incrementan nuestras desventajas.
En suma, dedicamos, con los defectos de todo desarrollo hu-
mano, más de 50 años a forjar una capacidad de ingeniería nacio-
nal importante, que estamos a punto de liquidar en solo 15. ¿Cuanto
tiempo nos llevará reconstruirla?.

18
A diferencia de lo que ya hacíamos antes, hoy los puentes
importantes de nuestras carreteras se diseñan en el extranjero,
en la misma forma que la ingeniería de proyecto y de detalle de las
plantas industriales se hace en casa del que gana la licitación «lla-
ve en mano»; lo mismo podemos señalar de nuestras presas o de
nuestras plantas de generación eléctrica y en general de la mayor
parte de las actividades que requieren una ingeniería avanzada y
de calidad, y ahora, además y sobre todo, de mecanismos y fondos
financieros con los que no contamos.
Hemos llegado por otra parte al extremo de que hoy, empre-
sas extranjeras son las que «califican» las capacidades de las nacio-
nales para participar en los concursos, o para hablar más clara-
mente, a las que les pagamos para que «las descalifiquen» o las
«sentencien», en beneficio de intereses multinacionales.
Revisemos si no las obras de ingeniería realizadas en los pa-
sados 10 o 15 años en nuestro país, y aclaremos cuál ha sido la
aportación real en ellas, de la ingeniería mexicana.
Se dice y esto es algo que deberíamos decidirnos a confirmar
y a rectificar, que el 90% de las licitaciones de proyectos importan-
tes en los que no solo se aplica la ingeniería sino se desarrolla la
innovación tecnológica y con ello el conocimiento, el 90% repito, lo
han ganado empresas o consorcios extranjeros, aunque en algu-
nos de estos grupos han participado empresas mexicanas.
19
parte se orienta a la negociación del contrato y a su gestión, dejan-
do a la ingeniería participaciones marginales y generalmente sin
beneficios de transferencia tecnológica.
Remitámonos a algunos ejemplos recientes que se suman al
futuro de los ya citados.
Planta Mérida II Consorcio ARS Co. (EUA) 30%
Ciclo combinado Nichimen Co. (Japón) 60%
Hermes (México) 10%
Gasoducto Mérida III GUTSA (México) 15%
Trans Canada (Canadá) 60%
Menda Pipe Line (Canadá) 25%
Rosarito III ABB (Suiza) 60%
Ciclo combinado Nissho Iwai Co. (Japón) 40%
Cerro Prieto IV Marubeni Corp. (Japón) 20%
Geotermia Mitsubishi Corp. )Japón) 20%
Raneucitsu Corp. (Japón) 40%
ICA - Fluor Daniel 20%
Ormel-Gez Alshton (Francia)
Turaimex (Suiza - Mex) 10%
Ansaldo de México (Italia-Mex) 10%
Huites CBPO (Brasil) 30%
Hidroeléctrica Siemens (Alemania) 15%
Energomatchexport (Rusia) 5%
ICA (México) 25%
GMD (México) 15%
La Nacional (México) 10%
En este caso, en que la participación mexicana es el 50%, se
trata fundamentalmente de construcción civil; la parte de ingeniería
de avanzada y tecnología es extranjera prácticamente en su totalidad.
Y se dice también que la participación nacional, cuando se da, Este es uno de los pocos y últimos proyectos con buena parti-
no pasa del 20%, salvo casos excepcionales, y de ésta, la mayor cipación nacional.

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