El documento discute el uso y abuso de embriones humanos. Señala que el comercio de embriones es ilícito y que la investigación con embriones solo es lícita si no daña la vida o integridad del embrión, con consentimiento informado de los padres y con un propósito científico real. La experimentación pura con embriones con fines de progreso técnico no es ética. Finalmente, el documento analiza el destino de los embriones crioconservados y concluye que no hay una solución moralmente aceptable