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13. Prematuridad. 
Bebé prematuro 
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Es un bebé nacido antes de 37 semanas completas de gestación (más de tres semanas antes de 
la "fecha prevista del parto"). 
Causas 
Al nacer, un bebé se clasifica como: 
 Prematuro (de menos de 37 semanas de gestación) 
 A término (de 37 a 42 semanas de gestación) 
 Postérmino o posmaduro (nacido después de 42 semanas de gestación) 
Si una mujer entra en trabajo de parto antes de las 37 semanas, se denomina contracciones 
prematuras. 
Es posible que los bebés "prematuros tardíos" que nacen entre las semanas 35 y 37 de 
gestación no luzcan prematuros. Posiblemente no se los ingrese en una unidad de cuidados 
intensivos, pero todavía están en riesgo de más problemas que los bebés a término. 
Los problemas de salud en la madre como diabetes, cardiopatía y nefropatía pueden contribuir a 
las contracciones prematuras. A menudo la causa de esto se desconoce. Los embarazos múltiples 
(gemelos, trillizos, etc.) conforman alrededor del 15% de todos los nacimientos prematuros. 
Diferentes problemas relacionados con el embarazo incrementan el riesgo de contracciones 
prematuras o el parto prematuro: 
 Un cuello uterino debilitado que comienza a abrirse (dilatarse) temprano, también llamado 
insuficiencia cervicouterina. 
 Anomalías congénitas del útero. 
 Antecedentes de parto prematuro. 
 Infección (como una infección urinaria o de la membrana amniótica). 
 Mala nutrición poco antes o durante el embarazo. 
 Preeclampsia: manifestación de hipertensión arterial y presencia de proteína en la orina 
después de la semana 20 del embarazo. 
 Ruptura prematura de membranas (placenta previa). 
Otros factores que incrementan el riesgo de contracciones prematuras y un parto 
prematuro abarcan: 
 Edad de la madre (madres menores de 16 y mayores de 35) 
 Raza negra 
 Falta de cuidados prenatales
 Nivel socioeconómico bajo 
 Consumo de tabaco, cocaína o anfetaminas 
Síntomas 
El bebé puede tener problemas para respirar y mantener una temperatura corporal constante. 
Pruebas y exámenes 
Un bebé prematuro puede tener signos de los siguientes problemas: 
 Anemia 
 Sangrado en el cerebro o daño a la sustancia blanca de éste 
 Infección o sepsis neonatal 
 Bajo nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia) 
 Síndrome de dificultad respiratoria neonatal, aire extra en el tejido pulmonar (enfisema 
intersticial pulmonar) o sangrado en los pulmones (hemorragia pulmonar) 
 Ictericia del recién nacido 
 Vello corporal (lanugo) 
 Problemas para respirar debido a los pulmones inmaduros, neumonía o conducto arterial 
persistente 
 Inflamación intestinal grave (enterocolitis necrosante) 
Un bebé prematuro tendrá un peso más bajo al nacer que un bebé a término. Los signos comunes 
de prematuridad abarcan: 
 Patrones respiratorios anormales (pausas irregulares y superficiales en la respiración 
llamadas apnea). 
 Vello corporal (lanugo). 
 Clítoris agrandado (en las niñas). 
 Menos grasa corporal. 
 Tono muscular más bajo y menor actividad que los bebés a término. 
 Problemas para alimentarse debido a la dificultad para succionar o coordinar la deglución y 
la respiración. 
 Escroto pequeño que es liso y sin pliegues y testículos sin descender (en los niños). 
 Cartílago del oído suave y flexible. 
 Piel delgada, lisa, brillante, que a menudo es transparente (se pueden ver las venas bajo la 
piel). 
El prematuro es aquel feto que es expuesto a los 
rigores físico- químicos de la vida extrauterina sin 
haber completado el desarrollo de las capacidades 
metabólicas necesarias para adaptarse a la nueva 
situación postnatal. Además, paraliza la preparación 
del metabolismo fetal así como la de algunas 
estructuras tisulares para la esperada situación , lo
cual hace al prematuro vulnerable a la vida extrauterina. 
Un modelo para estudio bioquímico de la prematuridad es la rata porque su 
metabolismo es parecido al del hombre. Se establecieron modelos de prematuros 
cercanos ( 2-4) y lejanos ( 5-6). 
13.1. CAUSAS BIOQUIMICAS DE LA PREMATURIDAD 
Las prostaglandinas juegan un papel fisiológico muy importante durante la 
gestación y el parto. En este último actúan dos prostaglandinas principales: la PGF 
2 alfa, que actúa en la inducción y consecución del parto, y la PGE 2 que provoca el 
complicado proceso de la maduración del cuello uterino. 
La PGF 2 alfa promueve las contracciones del músculo 
uterino y aumenta la acción de la oxitocina. Expone al 
exterior los receptores del endometrio para la oxitocina y 
aumenta la acción de esta hormona. Al parecer también 
actúa en la regresión del cuerpo lúteo, suprimiendo uno de los 
órganos más importantes para el mantenimiento de la 
gestación. También induce la 20–-hidroxi-esteroide-deshidrogenasa, 
enzima que convierte la progesterona en un 
metabolito biológicamente inactivo. 
Un aumento en sus concentraciones conduciría 
inmediatamente a la inducción del parto. Se podría sugerir 
que los traumas fetales y por su parte, la senescencia 
placentaria, provocan un aumento de la producción de 
prostaglandinas de los tipos F y E en la decidua y/o amnios, lo que conduciría a 
la aparición del parto prematuro. Como mensajero de este aumento en la síntesis 
de prostaglandinas, puede implicarse al PAF (factor de actividad plaquetario). Dicho 
factor está presente en altas concentraciones en el líquido amniótico durante el 
parto aunque no en sus proximidades. 
Otros eventos bioquímicos podrían conducir al parto prematuro: trauma materno, 
accidente fetal ó senescencia placentaria, inducirían la secreción de una señal de 
peligro molecular, que posiblemente a través de un aumento de la concentración 
intracelular de calcio, induciría la síntesis de PAF por los tejidos y esto aumentaría 
la síntesis de prostaglandinas de tipo F y E las cuales llevarían a cabo los efectos 
indicados: la PGE 2 produciría la maduración del cuello uterino y la PGF 2 alfa 
induciría el parto. 
13.2. HANDICAPS METABOLICOS DEL NEONATO PREMATURO. 
13.2.1. HIPOTERMIA. 
Mediante un experimento se investigó si el recién nacido pretérmino pierde 
calor por su mayor razón superficie/volumen ó si posee algún mecanismo 
metabólico defectuoso de los que se encargan de la generación del calor. Se observó 
mediante un termómetro termopar la temperatura rectal de recién nacidos de ratas 
maduros y prematuros sometidos a un ambiente isotérmico. Los a término son 
capaces de alcanzar la temperatura ambiente (37 grados centígrados) durante la 
primera hora de vida extrauterina. Los 
pretérmino hasta las dos horas 
después. 
Al parecer la incapacidad observada 
en el prematuro no puede ser debida a 
una mayor pérdida de calor por la 
superficie corporal puesto que el
prematuro se encuentra en un ambiente ligeramente hipertérmico. Estos 
resultados parecen indicar que el recién nacido pretérmino tiene una menor 
capacidad termogénica, debida a algún retraso en la maduración de los mecanismo 
generadores de calor. 
Como no tienen la capacidad termogénica muscular del adulto, la sustituyen por 
la termogénesis de un tejido adiposo marrón. Se inicia con la liberación de 
noradrenalina por los terminales simpáticos in situ. Esta interacciona con los 
receptores adrenérgicos Beta 1, que a través de las proteínas G activan la adenilato 
ciclasa provocando el aumento de las concentraciones de AMP- cíclico. Este 
aumento activa la proteín-cinasa, la cual gracias a un mecanismo de fosforilación, 
activa la TGC lipasa provocando la lipólisis. Los ácidos grasos resultantes , una vez 
en la mitocondria, son oxidados por la beta-oxidación dando origen a equivalentes 
reducidos, los cuales producen la expulsión específica de protones al exterior de la 
mitocondria, generando un gradiente electro químico. Este gradiente se disipa 
normalmente a través del canal protónico de la ATP asa, originando ATP. 
Las mitocondrias del tejido adiposo marrón poseen un canal protónico que disipa 
el gradiente protónico sin generación de energía de enlace. Esto provoca la 
liberación de energía en forma de calor, resultando en un perfecto mecanismo 
termogénico. 
En qué momento este mecanismo no se realiza en el prematuro? 
A través de estudiar las concentraciones plasmáticas de glicerol que proviene de 
la lipólisis del tejido adiposo marrón, ya que en ratas estudiadas al nacimiento no 
tienen tejido adiposo blanco. 
Si se determina la concentración en sangre de glicerol en neonatos maduros y 
pretérmino sometidos a un ambiente isotérmico, se observa que ambos 
grupos muestran similares incrementos postnatales de la concentración de glicerol 
en sangre. La disminución de la capacidad termogénica observada en el prematuro 
tiene consecuencias decisivas en el metabolismo energético. La hipotermia (menor 
a 30 grados centígrados) provoca el adormecimiento del metabolismo energético, 
inhibiéndose procesos metabólicos tan importantes como glucogenólisis, utilización 
de glucosa y lactato, etc. 
En fechas recientes se han realizado estudios donde se trata de probar que al 
mantener temperaturas bajas en la cabeza, entre 35.7 y 36 grados centígrados, se 
podría mejorar el estado general de niños que han sufrido asfixia perinatal. En 
efecto, se realizó un estudio con 22 recién nacidos con algún grado de asfixia a 
quienes se llevó a mantener una temperatura fría en la cabeza y así observar que 
tenían una mejor respuesta en su estado general y también que puede ser una 
estrategia efectiva como neuroprotección neonatal (3,6). 
13.2.2. INMADUREZ ENDOCRINA 
Durante el parto prematuro el feto se ve privado del control endocrino que venia 
siendo regulado por la unidad materno fetal. 
Hay dos hechos importantes para resaltar: 
13.2.2.1. Privación del efecto de los corticoides. 
La concentración de corticoides en muy alta durante toda la gestación siendo 
responsables de muchos procesos vitales en la adaptación del recién nacido a la vida 
extrauterina, como por ejemplo de la inducción de la glucagón sintasa, enzima clave 
de la síntesis de glucógeno , y de la síntesis de estructuras tisulares 
importantes para la
supervivencia posnatal, como el surfactante, elemento esencial en la transferencia 
de gases en el alvéolo. Al no haber este surfactante se produce la enfermedad de 
Membrana Hialina , aumentándose así el riesgo de morbi-mortalidad en los 
prematuros. 
13.2.2.2. Falta de respuesta del páncreas endocrino en la etapa postnatal 
inmediata. 
Las concentraciones plásmaticas de insulina y glucagón sufren cambios drásticos 
inmediatamente después del nacimiento. La concentración de insulina cae 
inmediatamente después del nacimiento hasta alcanzar los valores normales del 
adulto, mientras que la de glucagón se aumenta a niveles muy superiores a los 
fetales. 
El neonato prematuro llega a la vida extrauterina con una “ pereza” de las células 
alfa y beta del islote de Langerhans en la respuesta a los estímulos externos. El 
aclaramiento de insulina fetal se retrasa en el pretérmino hasta el punto de persistir 
altas concentraciones de insulina durante mucho más tiempo que el neonato nacido 
a 
término. Por otro lado, la secreción de glucagón inmediata al nacimiento, no tiene 
lugar en el pretérmino, al menos durante las dos primeras horas de vida 
extrauterina. Estos hechos conducen al mantenimiento de altas razones 
insulina/glucagón durante las primeras horas de vida extrauterina , responsables 
del retraso de glucogenolisis y de la gluconeogénesis. 
13.2.3. HIPOGLICEMIA 
Inmediatamente después del nacimiento tiene lugar un período transitorio , la 
prelactancia, que ocurre desde el nacimiento hasta el acceso a la leche materna. 
La prelactancia se caracteriza por un ayuno absoluto, en el que el neonato se ve 
obligado a vivir exclusivamente de sus reservas. Aunque el feto se ha preparado 
para este momento durante el último período de la gestación, la ausencia de 
suministro exógeno de substratos conduce a la penuria energética. El suministro 
de ácidos grasos se retrasa dejando a la glucosa como único substrato metabólico, 
lo cual no es suficiente, apareciendo la hipoglicemia. Aunque este es un proceso 
normal en la vida inmediata postnatal, es un proceso transitorio, gracias a la 
inducción de procesos compensadores de la glicemia, como la 
gluconeogénesis. Durante la primera hora de vida extrauterina la hipoglicemia se 
intenta compensar con la activación de la glucógenolisis , aunque el consumo es 
mucho mayor, permaneciendo la hipoglicemia durante la segunda hora de vida. 
Sólo hasta la tercera hora de vida alcanza sus niveles normales, cuando empieza 
a funcionar la gluconeogénesis. 
En el recién nacido prematuro la situación se puede empeorar ya que no hay 
reservas suficientes de glucógeno y la glicemia no se normaliza hasta pasadas seis 
horas del nacimiento, cuando la gluconeogénesis empieza a funcionar. Las 
consecuencias patológicas que pueden derivarse de la persistencia de la 
hipoglicemia, pueden observarse en el prematuro paralizando los procesos de 
síntesis y posponer el desarrollo de los tejidos neonatales. 
Estudios recientes han demostrado que la hipoglicemia en recién nacidos 
prematuros tiene consecuencias a largo plazo, como son: no aumento del perímetro 
cefálico y bajos puntajes en test de psicometría. Se tomaron 85 recién nacidos 
pretérmino pequeños 
para su edad gestacional , con cifras de glicemia por debajo de 47 mg/dl (72.9 % de 
la población ). La hipoglicemia recurrente causó esta disminución del perímetro 
cefálico a los 18 meses de edad, a los 3.5 años y a los 5 años. Se concluyó que
recurrentes episodios de hipoglicemia pueden llevar a déficits en el crecimiento 
físico y el desarrollo neurológico y de ahí la necesidad de realizar un tratamiento 
rápido para prevenir la hipoglicemia en estos niños (5). 
En otro estudio se tomaron 79 recién nacidos pretérmino los cuales recibieron 
alimentación regular cada cuatro horas. Después de cuatro horas de la última 
comida se tomaron datos de glucosa, lactato, insulina, glucagón, corticotropina, 
cortisol, hormona del crecimiento , B-hidroxibutirato y acetoacetato. Los infantes 
fueron divididos en varios grupos de acuerdo con los niveles de glicemia: 
normoglicémicos, hipoglicemia leve e hipoglicemia persistente. Los resultados 
mostraron que los pesos eran más bajos en aquellos en quienes persistió la 
hipoglicemia al igual que la ingesta calórica fue mayor en ellos. De ahí la 
recomendación que aquellos recién nacidos que se encuentren en riesgo de 
presentar hipoglicemia, deben ser alimentados frecuentemente para evitar riesgos 
metabólicos mayores en ellos. Los niveles de cortisol y lactato fueron mayores en 
el grupo con severa hipoglicemia, al igual que los niveles de B- hidroxibutirato, 
siendo bajos en los niños sin hipoglicemia (2). 
13.2.4. HIPOXIA 
Durante la vida intrauterina el feto recibe el oxígeno por vía transplacentaria, 
gracias a la diferente afinidad por el oxígeno que presentan la hemoglobina materna 
y fetal. El acceso a la vida extrauterina conlleva el cese del aporte materno de 
oxígeno, obligando a la inmediata puesta a punto de la ventilación pulmonar. Tras 
el nacimiento la presión parcial de oxígeno aumenta rápidamente hasta alcanzar 
valores estables después de la segunda hora de vida extrauterina. El prematuro sin 
embargo, muestra una persistencia de la hipoxia, prolongándose esta aún después 
de las dos horas de vida postnatal. 
La incidencia de la hipoxia en los neonatos de alto 
riesgo fue observada en los años 50, aconsejando la 
oxigenoterapia como tratamiento en estos recién 
nacidos. Sin embargo, el descubrimiento de la 
asociación entre oxígenoterapia y retinopatía de la 
prematurez, ha hecho que se reevalue la utilización 
del oxígeno y se haga de una manera prudente. 
El origen de la hipoxia en el prematuro tiene 
diversas causas; la existencia de un retraso en la 
oclusión del ductus arterioso, la deficiencia de surfactante pulmonar, etc. 
El ductus arterioso patente se caracteriza por la oclusión tardía del conducto 
arterioso, que se acompaña de hipertensión pulmonar y problemas respiratorios, 
aunque no es un 
síndrome asociado directamente con la prematuridad. Inmediatamente tras el 
nacimiento existe un período transitorio de hipercapnia, que en el a término tiene 
una duración aproximada de 30 minutos. Dicho período podría coincidir con la 
oclusión del conducto arterioso. Esta oclusión impulsaría gran cantidad de sangre a 
los pulmones cuyo primer efecto sería la espiración del CO2 acumulado. Si esto es 
así, se podría 
concluir que el prematuro tiene un ligero retraso en la oclusión del ductus, puesto 
que el período de hipercapnia es más largo, alcanzándose los valores normales 
después de los 60 minutos de vida extrauterina. Sin embargo, si se compara la 
evolución de las PO2 y las PCO2 , se puede observar que el período hipóxico del 
prematuro no coincide con el tiempo de la hipercapnia. La hipoxia continua 
después de la remisión de la oclusión del ductus arterioso . Por consiguiente, la 
hipoxia que sufre el prematuro no parece estar relacionada con un presumible
retraso en la oclusión del ductus. 
Otra de las enfermedades que se puede relacionar con la hipoxia es la enfermedad 
de membrana hialina, causada por un déficit del surfactante pulmonar. Este es un 
complejo lipoproteico en el que los fosfolípidos constituyen la totalidad de la 
fracción lipídica. Se sitúan en la superficie luminal del alvéolo, disminuyendo la 
tensión superficial y permitiendo una enorme flexibilidad de la superficie alveolar 
en los movimientos respiratorios. Los fosfolípidos se sintetizan en los últimos 
meses de gestación , siendo su síntesis interrumpida en el parto prematuro. Uno de 
los tratamientos es la utilización de corticoides en la madre, para aumentar el 
contenido total de fosfolípidos pulmonares en el prematuro. En la vida 
extrauterina, ya se utilizan surfactantes para aplicarlos a los prematuros y así 
mejorar su condición. 
Estudios recientes han mostrado la necesidad de vigilar y analizar muy bien los 
patrones respiratorios en recién nacidos pretérmino a través de la observación 
clínica, de exámenes de laboratorio y de aparatos para poder llevar a tiempo la 
intervención más adecuada y así evitar complicaciones mayores en estos niños. Un 
gran número de eventos severos hipóxicos no asociados a verdaderas apneas ó 
bradicardias, sugieren que los eventos hipóxicos así como las desaturaciones 
asociadas a apneas/hipoapneas deberían ser reportadas durante la monitorización 
clínica así como el tiempo en que ocurren para prevenir el no adecuado desarrollo 
del sistema nervioso central (4). 
13.2.5. HIPERLACTIACIDEMIA 
Durante el último período de la gestación, el feto acumula considerables 
cantidades de lactato en sangre, que llegan a ser de 5 mM en el momento del parto. 
La procedencia y destino de dicho lactato están muy discutidos, pero parece ser 
que constituye en excelente sustrato metabólico incluso como precursor de los 
fosfolípidos del surfactante pulmonar. La hiperlactiacidemia en el recién nacido se 
ha relacionado con problemas perinatales. Un aumento del lactato en sangre fetal 
se reconoce como un síntoma de sufrimiento del feto, y un aumento del lactato en 
sangre del recién nacido indica problemas respiratorios. La persistencia de 
hiperlactiacidemia en el recién nacido indica la existencia de una inhibición del 
consumo de lactato, cuyas implicaciones en el desarrollo cerebral parecen 
evidentes. Al parecer el lactato podría incorporarse a los lípidos cerebrales 
específicos, lo que aumentaría las implicaciones patológicas de la lactiacidemia del 
prematuro. 
Parece evidente que la hiperlactiacidemia esta directamente relacionada con la 
hipoxia, puesto que la administración de oxígeno al prematuro aumenta la 
utilización de lactato hasta alcanzar los niveles del neonato a término. Las 
concentraciones de oxígeno y lactato en sangre están correlacionadas 
estadísticamente, mientras que la hipoxia experimental produce hiperlactiacidemia 
en el neonato a término. Esto, junto con el descubrimiento de que el lactato no es 
un sustrato gluconeogénico, durante las dos primeras horas de vida extrauterina, 
sugiere que el lactato es oxidado como fuente de energía ó empleados sus carbonos 
en la lipogénesis de novo. Ambos procesos son 
sensibles a la disminución del suministro de oxígeno, de donde se colige la relación 
existente entre la hipoxia y la hiperlactiacidemia en el prematuro. 
13.2.6. HIPERAMONEMIA 
El amonio es una forma muy soluble de eliminación de nitrógeno pero que 
plantea graves problemas a los animales no acuáticos por su gran toxicidad. 
El feto y el neonato poseen cantidades considerables de amonio en sangre, lo que
plantea la necesaria atoxicidad del amonio en estas circunstancias. 
Se ha detectado una rata hiperamonemia en recién nacidos de bajo peso, 
relacionado con la hipoxemia y la hipoglicemia. Los datos indican una fuerte 
hiperamonemia en ratas prematuras claramente relacionada con su inmadurez 
metabólica. Al parecer este aumento estaría relacionado con la hiperlactiacidemia 
como un mecanismo compensatorio de pH, manteniéndolo dentro de los limites 
tolerables por el prematuro. 
retraso del crecimiento intrauterino 
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Se refiere al crecimiento deficiente de un bebé mientras está en el útero durante el embarazo. 
Específicamente, significa que el feto pesa menos del 90% de otros bebés de la misma edad 
gestacional. 
Causas 
Muchos factores diferentes pueden llevar a que se presente un retraso del crecimiento intrauterino 
(RCIU). Es posible que un feto no reciba suficiente oxígeno y nutrición de la placenta durante el 
embarazo debido a: 
 Grandes altitudes 
 Embarazos múltiples (gemelos, trillizos, etc.) 
 Problemas en la placenta 
 Preeclampsia o eclampsia 
Las anomalías congénitas o cromosómicas a menudo están asociadas con un peso por debajo de 
lo normal. Las infecciones durante el embarazo que afectan al feto, como la rubéola, el 
citomegalovirus, la toxoplasmosis y la sífilis también pueden afectar el peso fetal. 
Los factores de riesgo en la madre que pueden contribuir al retraso del crecimiento intrauterino 
comprenden: 
 Alcoholismo 
 Trastornos de coagulación 
 Drogadicción 
 Cardiopatía o hipertensión arterial 
 Nefropatía 
 Desnutrición 
 Tabaquismo 
Si la madre es pequeña, puede ser normal que el bebé sea pequeño, pero esto no se debe al 
retraso del crecimiento intrauterino. 
Dependiendo de la causa de este retraso, el feto puede ser simétricamente pequeño o tener una 
cabeza del tamaño normal para su edad gestacional, mientras el resto de su cuerpo es pequeño.
Síntomas 
Una mujer embarazada puede sentir que su bebé no es tan grande como debería ser. La medida 
desde el hueso púbico de la madre hasta la parte superior del útero será más pequeña de lo 
esperado para la edad gestacional de su bebé. Esta medida se denomina altura del fondo uterino. 
Pruebas y exámenes 
El retraso del crecimiento intrauterino (RCIU) se puede sospechar si el tamaño del útero de la 
mujer embarazada es pequeño. La afección generalmente se confirma por medio de una ecografía. 
Es posible que se necesiten exámenes adicionales para detectar infección o problemas genéticos 
si se sospecha de dicho retraso del crecimiento intrauterino. 
Tratamiento 
El retraso del crecimiento intrauterino aumenta el riesgo de que el bebé muera dentro del útero 
antes de nacer. Si el médico sospecha que usted podría tener esta afección, se le hará un 
seguimiento cuidadoso con algunas ecografías durante el embarazo para medir el crecimiento, los 
movimientos, la circulación y el líquido alrededor del bebé. 
También se realizará una cardiotocografía en reposo. 
Dependiendo de los resultados de estos exámenes, puede ser necesario dar a luz a su bebé. 
Expectativas (pronóstico) 
Después del parto, el crecimiento y desarrollo del recién nacido depende de la gravedad y causa 
del RCIU. El pronóstico del bebé se debe analizar con el obstetra y el pediatra. 
Posibles complicaciones 
Dependiendo de la causa específica, el retraso del crecimiento intrauterino incrementa el riesgo de 
complicaciones del embarazo y del recién nacido. Los bebés pueden tener una frecuencia cardíaca 
fetal anormal durante el período de dilatación, por lo que se requiere un parto por cesárea. 
Cuándo contactar a un profesional médico 
Póngase en contacto con el médico de inmediato si está embarazada y nota que el bebé se está 
moviendo menos de lo habitual. 
Igualmente, consulte con el médico si su bebé o niño no parece estar creciendo o desarrollándose 
normalmente. 
Prevención 
No consuma alcohol, ni cigarrillo ni drogas. Consuma alimentos saludables y solicite cuidado 
prenatal regular. Si tiene una afección crónica o toma medicamentos recetados de manera regular, 
consulte con el médico antes de quedar en embarazo. Esto puede ayudar a reducir cualquier 
efecto de la afección sobre su embarazo y el bebé. 
Nombres alternativos
Retardo del crecimiento intrauterino; RCIU 
INFECCIONES PERINATALES 
Dr. Patricio Ventura-Juncá 
INTRODUCCION 
Las infecciones del feto y el recién nacido son una causa importante de 
morbilidad, mortalidad y secuelas en el RN. Las características propias de la 
etapa fetal hacen que las infecciones que ocurren en este período tengan una
patogenia especial y produzcan una infección con características clínicas únicas. 
Estas varían según el semestre del embarazo en que ocurren. En el período 
neonatal, las características propias de la inmunidad del RN le dan también una 
forma de presentación y evolución características. 
FORMAS DE TRANSMISION 
Las infecciones pueden ser transmitidas de la madre al feto y al RN por los 
siguientes mecanismos: 
 Intrauterina: Esta puede ser por vía transplacentaria o por vía ascendente 
desde la vagina, hecho que ocurre especialmente cuando hay rotura 
prematura de membranas. 
 Durante el parto y el período inmediato después del nacimiento. En el 
canal del parto pueden existir agentes infecciosos que infecten al RN. En 
el período inmediato después del nacimiento hay también determinadas 
infecciones presentes en la madre que pueden ser transmitidas al RN por 
el contacto de ella con él o a través de su leche. 
INFECCIONES BACTERIANAS 
Las infecciones bacterianas del RN tienden a la diseminación, resultando en 
Sepsis y Meningitis, cuadros clínicos graves que requieren una oportuna 
sospecha, pesquisa y tratamiento precoz si se quiere evitar la alta morbilidad y 
mortalidad potencial que tienen. 
Según su forma de adquisición, se denominan infecciones connatales a aquellas 
que son adquiridas por transmisión materna y que se presentan habitualmente 
precozmente en los primeros días de vida. Se denominan nosocomiales aquellas 
infecciones que son adquiridas por contagio intrahospitalario de gérmenes 
provenientes de otros niños o del personal de la Unidad de Recién Nacidos. 
Infecciones Connatales 
Son infecciones en general graves y es importante sospecharlas anticipadamente. 
Para esto hay que evaluar los siguientes factores predisponentes: 
 Rotura prematura de membranas e infección materna periparto
 Colonización vaginal con streptococcus tipo B 
 Trabajo de parto prematuro. Este puede ser la primera expresión de una 
infección, especialmente si se han descartado causas no infecciosas y si se 
trata de un prematuro de < 1.500 g. 
 Otros factores incluyen: infección urinaria de la madre, parto prolongado, 
instrumentación del parto. 
El factor de riesgo neonatal más importante es el bajo peso de nacimiento. La 
frecuencia de sepsis en el prematuro de < 1500 g. es 8 a 10 veces mayor que en el 
RNT. 
Los gérmenes que con más frecuencia dan Sepsis y Meningitis Connatal son el 
Streptococcus Grupo B, la Listeria monocitogenes y la Escherichia coli. 
Diagnóstico y cuadro clínico: 
La buena anamnesis perinatal es la clave para identificar a los niños de riesgo. 
Según l evaluación de los antecedentes de riesgo de infección, se toman cultivos, 
hemograma y se inicia el tratamiento antibiótico inmediatamente (caso de niños 
de muy bajo peso) o se deja al RN en observación (caso de RNT asintomáticos) y 
se espera el resultado de los exámenes. 
Los signos de infección son inespecíficos y con frecuencia sutiles: inestabilidad 
térmica, disminución del tono y de la actividad, dificultad para alimentarse, 
letargia, distensión abdominal. El compromiso del aparato respiratorio es muy 
frecuente y da signos de dificultad respiratoria. Otros signos sugerentes de 
infección son púrpura, petequias, palidez, hipotensión y convulsiones. 
El diagnóstico se confirma con el hemocultivo y el cultivo de líquido cefalo-raquídeo. 
Estos no siempre salen positivos y en estos casos deben predominar los 
antecedentes perinatales y la signología clínica para el inicio y duración del 
tratamiento antibiótico. El hemograma ayuda en esta decisión. Son sugerentes de 
infección una desviación a la izquierda de la serie blanca con una relación >0.2 
de las formas inmaduras divididas por los neutrófilos totales. También es 
importante si hay <5.000 leucocitos o < de 1.000 neutrófilos. 
Tratamiento: 
Estos niños requieren ser cuidados según su gravedad en una unidad 
especializada que cuente con cuidado intensivo e intermedio. El tratamiento 
comprende dos aspectos fundamentales:
Tratamiento específico con antibióticos: 
Cuando el germen no es conocido el esquema más utilizado es un aminoglicócido 
y una penicilina. En nuestra Unidad utilizamos: 
 ampicilina 150 mg/Kg. IV c/12 
 Gentamicina 2,5 mg/Kg. IV c/12 a 24 hrs. según la edad gestacional del 
niño: 
o Cada 12 hrs. en RNT 
o Cada 18 hrs. en RNPr de 30 a 36 semanas 
o Cada 24 hrs. en RNPr de < 30 semanas 
La duración del tratamiento es de 7 a 10 días o hasta 5 a 7 días después de que 
han desaparecido los signos de infección. 
Tratamiento general de sostén: 
Incluye el control permanente de signos vitales; ambiente térmico neutral; apoyo 
hemodinámico y respiratorio; corrección de anemia, acidosis y problemas de 
coagulación; apoyo nutricional; aislamiento para evitar contagio de otros niños. 
Infecciones nosocomiales: 
Son muy frecuentes en las unidades de cuidado intensivo en que hay gran 
manipulación y uso de procedimientos y vías invasivas. El germen varía según 
cada unidad, pero el Stafilococcus es el más frecuente en la mayoría de los casos. 
Lo más importante es prevenirlas. Dentro de las normas para evitar el contagio de 
otros niños, la más importante y decisivo es el buen lavado de manos antes y 
después de examinar al niño y el uso de material estéril o limpio según el caso. 
La unidad debe tener un espacio suficiente con una apropiada distribución de los 
pacientes que permita mantener el aislamiento de los niños infectados. 
INFECCIONES VIRALES Y PARASITARIAS 
Cuando la infección ocurre intrautero el resultado puede ser la muerte del feto, la 
presencia de distintos estigmas y malformaciones y a veces secuelas que se 
presentan en el desarrollo posterior del niño. Estas se denominan infecciones 
congénitas. Cuando ocurre en el parto o inmediatamente después se denominan 
perinatales. Muchos agentes infecciosos pueden producir ambas pero con 
distintas consecuencias.
Los siguientes signos deben llevar a sospechar e investigar la presencia de una 
infección viral o parasitaria congénita en un RN : 
 Retardo del crecimiento intrauterino grave sin causa evidente 
 Hidrocefalia y microcefalia 
 Alteraciones oculares: catarata y corioretinitis. 
 Calcificaciones cerebrales 
 Púrpura o petequias 
 Hepatoesplenomegalia 
 Alteraciones neurológicas 
Los antecedentes epidemiológicos y la anamnesis perinatal revisada de manera 
focalizada según la infección que se sospecha son claves para la orientación 
diagnóstica. 
El desarrollo de la virología ha permitido identificar una gran cantidad de agentes 
capaces de producir infecciones en el feto y el RN. Aquí describiremos 
resumidamente aquello agentes virales y parasitarios más frecuentes y que 
producen cuadros de mayor gravedad. 
Citomegalovirus: 
Las mujeres embarazadas susceptibles varían según la región geográfica y el 
nivel socioeconómico en Chile: 
 5 a 15% del nivel socioeconómico bajo 
 40 a 50% en nivel socioeconómico alto 
El riesgo de transmisión al feto en infección primaria materna es de un 40%. Un 
7 a 11% de los fetos infectados son sintomáticos al nacer. Un 10% de los 
infectados presentan síntomas al nacer con una letalidad de un 10-20%. Un 15% 
de los asintomáticos desarrollarán secuelas tardías. 
La signología en el recién nacido incluye retardo del crecimiento intrauterino, 
microcefalia, corioretinitis, y calcificaciones cerebrales. Puede también 
presentarse como una sepsis viral con compromiso multiorgánico, presencia de 
hepatomegalia, púrpura, petequias, ictericia, anemia y trombocitopenia. Las 
secuelas más frecuentes son retardo mental, alteraciones de la audición y 
espasticidad. El diagnóstico se confirma con la detección del virus en la orina, 
secreciones nasofaríngeas o sangre. La determinación de IgM es la alternativa 
para el diagnóstico cuando no se puede realizar cultivo.
El tratamiento incluye las medidas generales de sostén y eventual rehabilitación 
cuando hay secuelas. El tratamiento específico antiviral está en etapa 
experimental. Se ha usado el Ganciclovir. También se ha usado la 
gammaglobulina hiperinmune con resultados no concluyentes. 
Rubéola: 
Alrededor del 10% de las embarazadas en Chile es susceptible a la Rubéola. El 
perfil epidemiológico puede estar cambiando con la introducción de la vacuna, 
que se indica al año de edad junto a la del sarampión y parotiditis. Se recomienda 
repetirla entre los cuatro y seis años de vida. 
Los efectos de la infección por el virus rubéola sobre el feto dependen del 
período del embarazo en que este es adquirido. Así el riesgo de infección fetal es 
de alrededor : 
 81% en las primeras 12 semanas 
 56% de las 13 a 16 semanas 
 36% de las 17 a 22 semanas 
Los fetos infectados en las primeras 8 semanas presentan malformaciones 
especialmente cardíacas y sordera en el 50% de los casos. Entre las 9-12 semanas 
el riesgo de malformaciones es de alrededor de 40% y entre las 13-16 semanas 
baja a un 16%. No se han reportado anormalidades cuando la infección es 
adquirida después de las 20 semanas. 
El diagnóstico clínico tiene algunas características especiales que se ha 
denominado Síndrome Rubeólico. Este se caracteriza por la triada de: catarata, 
sordera y malformaciones cardíacas. A éstas se agregan el retardo de crecimiento 
intrauterino, la retinopatía, meningoencefalitis, púrpura y hepatomegalia. La 
confirmación de laboratorio se puede efectuar por : aislamiento del virus en orina 
o secreciones nasofaríngeas, por detección de IgM específica y control seriado de 
IgG en los primeros meses de vida. 
La rubéola no tiene un tratamiento específico, por lo que el énfasis debe estar 
dado en la prevención. Ya mencionamos la vacuna que está dentro del Programa 
Chileno de Inmunizaciones. En el caso de las mujeres en edad fértil que no han 
recibido vacuna ni han tenido contacto con el virus se recomienda que se 
vacunen, advirtiéndoles evitar el embarazo en los siguientes tres meses 
posteriores después de colocada ésta.
Contraindicaciones para la vacuna en mujeres susceptibles son: el embarazo, las 
inmunodeficiencias y el haber recibido inmunoglobulinas o sangre en los últimos 
tres meses. 
Virus de Inmunodeficiencia Humana: 
La prevalencia creciente de este virus en madres embarazadas le da especial 
relevancia a aspectos de prevención de la madre que escapan al ámbito de este 
capítulo en el cual nos referiremos especialmente a la transmisión y prevención 
del virus al feto. 
Estudios epidemiológicos han demostrado que el riesgo de transmisión de una 
madre infectada al feto y al RN es de alrededor de un 17 a 30%. El mecanismo de 
transmisión puede ser transplacentario durante el parto y a través de la leche 
materna. 
La transmisión transplacentaria y periparto de la infección al feto se ha logrado 
reducir aproximadamente en dos tercios con el uso de Zidobudina en las 
embarazadas infectadas, que es la terapia antiretroviral de elección. El esquema 
actualmente recomendado es el siguiente: 
Iniciar entre las 14 y 34 
semanas de gestación hasta el 
parto 
100 mg 5 veces al día Oral 
Durante el trabajo de parto 2 mg/Kg. durante la 
primera hora, y luego 1 
mg/Kg. /hora hasta que 
ocurra el parto 
Intravenoso 
En el RN iniciar tratamiento a 
las 8 a 12 horas después del 
parto hasta las 6 semanas de 
vida 
2 mg/Kg. 4 veces al día Oral 
Infección por Parvovirus: 
El Parvovirus es el agente que produce el eritema infeccioso. La seroprevalencia 
en adultos es de alrededor de un 50%.. En los casos en que la embarazada contrae 
la infección, la transmisión vertical al feto es de alrededor de un 30%. Esta puede 
resultar en infección asintomática o producir una enfermedad grave con anemia, 
insuficiencia cardíaca e hydrops y eventual muerte del feto. No hay tratamiento 
específico.
Infección por Herpes Simplex: 
El virus habitualmente es transmitido al recién nacido en el momento del parto 
por contagio con lesiones herpéticas en el cuello y vulva de la madre. En estos 
casos la transmisión al RN es de alrededor del 95%. La transmisión antenatal es 
muy rara. 
El virus Herpes produce una enfermedad grave con una mortalidad mayor al 
50%. Compromete el sistema nervioso central, piel, ojos y boca y en los casos 
más graves hay una infección diseminada con compromiso multiorgánico. Se 
dispone ahora de una efectiva terapia antiviral: el Aciclovir. En los casos en que 
la madre tiene herpes genital se debe optar por la operación cesárea. 
Para la conducta precisa del uso de aciclovir según las distintas condiciones y 
alternativas del parto se requiere acudir a la orientación especializada de un 
infectólogo. 
Infección por virus Varicela Zoster: 
Alrededor de un 25% de los RN se infectan en las madres que desarrollan 
Varicela en el período alrededor del parto. La infección más grave ocurre cuando 
la madre desarrolla la enfermedad en los cuatro días previos al parto. 
Actualmente existe un tratamiento antiviral efectivo con inmunoglobulina y 
Aciclovir. Las medidas de aislamiento y el tratamiento deben ser consultados en 
sus distintas alternativas con un infectólogo. 
Toxoplasmosis: 
La infección por Toxoplasma gondii es frecuente en la población general. La 
prevalencia de mujeres susceptibles varía según la edad y la región geográfica. 
En Chile un 25 a 30% de las madres en edad fértil han tenido exposición al 
Toxoplasma. La transmisión vertical al feto es de un 30 a 40% y varía según el 
trimestre del embarazo en que se adquiere la infección. De un 15% en el primer 
trimestre aumenta a una 60% en el tercer trimestre. El toxoplasma se contagia 
fundamentalmente por la ingestión de carne cruda y del contacto con gatos, que 
son antecedentes epidemiológicos importantes de investigar en la madre cuando 
se sospecha de esta infección. 
La forma clínica de presentación en el recién nacido varía según el período del 
embarazo en que fue adquirida. En los casos más precoces se encuentran 
hidrocefalia, microcefalia, coreoretinitis, calcificaciones cerebrales y 
convulsiones. Un 50 a 80% de los niños infectados son asintomáticos al nacer,
pero tienen un alto riesgo de desarrollar compromiso de retina y neurológico a 
largo plazo. El diagnóstico se realiza por el cuadro clínico y se confirma con la 
identificación del toxoplasma en la placenta y en la sangre del niño. También se 
puede realizar por la detección de IgM específica y por el control seriado de IgG. 
El tratamiento del niño y de la madre y las medidas de prevención deben 
realizarse con la asesoría de un infectólogo. 
Sífilis Congénita: 
La infección por Treponema Pallidum en el embarazo puede resultar en un aborto 
espontáneo, mortinato o infección del feto con manifestaciones precoces durante 
el período neonatal o tardías durante la infancia. 
La incidencia de la Sífilis varía según las situaciones geográficas, siendo más alta 
en los centros urbanos. La promiscuidad sexual es un factor de riesgo importante. 
La Sífilis Congénita debería desaparecer con el control precoz y adecuado del 
embarazo. La serología(VDRL) permite identificar a las madres infectadas y su 
oportuno tratamiento. 
El diagnóstico en el RN se sospecha por la historia materna y conductas de alto 
riesgo. El antecedente más importante es la serología de la madre, sin embargo 
en la mayoría de los casos de sífilis congénita el control prenatal ha sido 
inadecuado. En estos casos debe efectuarse un VDRL en el recién nacido. 
En el RN hay una variedad de manifestaciones clínicas que van desde niños 
asintomáticos a una infección diseminada con características de septicemia. El 
tratamiento de las embarazadas y del recién nacidos se efectúa con penicilina G. 
Hay numerosos otros agentes infecciosos que pueden producir infecciones 
perinatales. El manejo de esto supone el trabajo integrado del obstetra, el 
neonatólogo y el infectólogo para implementar medidas efectivas de prevención, 
pesquisa, diagnóstico precoz y tratamiento apropiado.

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  • 1. 13. Prematuridad. Bebé prematuro Share on facebookShare on twitterFavorito/CompartirVersión para imprimir Es un bebé nacido antes de 37 semanas completas de gestación (más de tres semanas antes de la "fecha prevista del parto"). Causas Al nacer, un bebé se clasifica como:  Prematuro (de menos de 37 semanas de gestación)  A término (de 37 a 42 semanas de gestación)  Postérmino o posmaduro (nacido después de 42 semanas de gestación) Si una mujer entra en trabajo de parto antes de las 37 semanas, se denomina contracciones prematuras. Es posible que los bebés "prematuros tardíos" que nacen entre las semanas 35 y 37 de gestación no luzcan prematuros. Posiblemente no se los ingrese en una unidad de cuidados intensivos, pero todavía están en riesgo de más problemas que los bebés a término. Los problemas de salud en la madre como diabetes, cardiopatía y nefropatía pueden contribuir a las contracciones prematuras. A menudo la causa de esto se desconoce. Los embarazos múltiples (gemelos, trillizos, etc.) conforman alrededor del 15% de todos los nacimientos prematuros. Diferentes problemas relacionados con el embarazo incrementan el riesgo de contracciones prematuras o el parto prematuro:  Un cuello uterino debilitado que comienza a abrirse (dilatarse) temprano, también llamado insuficiencia cervicouterina.  Anomalías congénitas del útero.  Antecedentes de parto prematuro.  Infección (como una infección urinaria o de la membrana amniótica).  Mala nutrición poco antes o durante el embarazo.  Preeclampsia: manifestación de hipertensión arterial y presencia de proteína en la orina después de la semana 20 del embarazo.  Ruptura prematura de membranas (placenta previa). Otros factores que incrementan el riesgo de contracciones prematuras y un parto prematuro abarcan:  Edad de la madre (madres menores de 16 y mayores de 35)  Raza negra  Falta de cuidados prenatales
  • 2.  Nivel socioeconómico bajo  Consumo de tabaco, cocaína o anfetaminas Síntomas El bebé puede tener problemas para respirar y mantener una temperatura corporal constante. Pruebas y exámenes Un bebé prematuro puede tener signos de los siguientes problemas:  Anemia  Sangrado en el cerebro o daño a la sustancia blanca de éste  Infección o sepsis neonatal  Bajo nivel de azúcar en la sangre (hipoglucemia)  Síndrome de dificultad respiratoria neonatal, aire extra en el tejido pulmonar (enfisema intersticial pulmonar) o sangrado en los pulmones (hemorragia pulmonar)  Ictericia del recién nacido  Vello corporal (lanugo)  Problemas para respirar debido a los pulmones inmaduros, neumonía o conducto arterial persistente  Inflamación intestinal grave (enterocolitis necrosante) Un bebé prematuro tendrá un peso más bajo al nacer que un bebé a término. Los signos comunes de prematuridad abarcan:  Patrones respiratorios anormales (pausas irregulares y superficiales en la respiración llamadas apnea).  Vello corporal (lanugo).  Clítoris agrandado (en las niñas).  Menos grasa corporal.  Tono muscular más bajo y menor actividad que los bebés a término.  Problemas para alimentarse debido a la dificultad para succionar o coordinar la deglución y la respiración.  Escroto pequeño que es liso y sin pliegues y testículos sin descender (en los niños).  Cartílago del oído suave y flexible.  Piel delgada, lisa, brillante, que a menudo es transparente (se pueden ver las venas bajo la piel). El prematuro es aquel feto que es expuesto a los rigores físico- químicos de la vida extrauterina sin haber completado el desarrollo de las capacidades metabólicas necesarias para adaptarse a la nueva situación postnatal. Además, paraliza la preparación del metabolismo fetal así como la de algunas estructuras tisulares para la esperada situación , lo
  • 3. cual hace al prematuro vulnerable a la vida extrauterina. Un modelo para estudio bioquímico de la prematuridad es la rata porque su metabolismo es parecido al del hombre. Se establecieron modelos de prematuros cercanos ( 2-4) y lejanos ( 5-6). 13.1. CAUSAS BIOQUIMICAS DE LA PREMATURIDAD Las prostaglandinas juegan un papel fisiológico muy importante durante la gestación y el parto. En este último actúan dos prostaglandinas principales: la PGF 2 alfa, que actúa en la inducción y consecución del parto, y la PGE 2 que provoca el complicado proceso de la maduración del cuello uterino. La PGF 2 alfa promueve las contracciones del músculo uterino y aumenta la acción de la oxitocina. Expone al exterior los receptores del endometrio para la oxitocina y aumenta la acción de esta hormona. Al parecer también actúa en la regresión del cuerpo lúteo, suprimiendo uno de los órganos más importantes para el mantenimiento de la gestación. También induce la 20–-hidroxi-esteroide-deshidrogenasa, enzima que convierte la progesterona en un metabolito biológicamente inactivo. Un aumento en sus concentraciones conduciría inmediatamente a la inducción del parto. Se podría sugerir que los traumas fetales y por su parte, la senescencia placentaria, provocan un aumento de la producción de prostaglandinas de los tipos F y E en la decidua y/o amnios, lo que conduciría a la aparición del parto prematuro. Como mensajero de este aumento en la síntesis de prostaglandinas, puede implicarse al PAF (factor de actividad plaquetario). Dicho factor está presente en altas concentraciones en el líquido amniótico durante el parto aunque no en sus proximidades. Otros eventos bioquímicos podrían conducir al parto prematuro: trauma materno, accidente fetal ó senescencia placentaria, inducirían la secreción de una señal de peligro molecular, que posiblemente a través de un aumento de la concentración intracelular de calcio, induciría la síntesis de PAF por los tejidos y esto aumentaría la síntesis de prostaglandinas de tipo F y E las cuales llevarían a cabo los efectos indicados: la PGE 2 produciría la maduración del cuello uterino y la PGF 2 alfa induciría el parto. 13.2. HANDICAPS METABOLICOS DEL NEONATO PREMATURO. 13.2.1. HIPOTERMIA. Mediante un experimento se investigó si el recién nacido pretérmino pierde calor por su mayor razón superficie/volumen ó si posee algún mecanismo metabólico defectuoso de los que se encargan de la generación del calor. Se observó mediante un termómetro termopar la temperatura rectal de recién nacidos de ratas maduros y prematuros sometidos a un ambiente isotérmico. Los a término son capaces de alcanzar la temperatura ambiente (37 grados centígrados) durante la primera hora de vida extrauterina. Los pretérmino hasta las dos horas después. Al parecer la incapacidad observada en el prematuro no puede ser debida a una mayor pérdida de calor por la superficie corporal puesto que el
  • 4. prematuro se encuentra en un ambiente ligeramente hipertérmico. Estos resultados parecen indicar que el recién nacido pretérmino tiene una menor capacidad termogénica, debida a algún retraso en la maduración de los mecanismo generadores de calor. Como no tienen la capacidad termogénica muscular del adulto, la sustituyen por la termogénesis de un tejido adiposo marrón. Se inicia con la liberación de noradrenalina por los terminales simpáticos in situ. Esta interacciona con los receptores adrenérgicos Beta 1, que a través de las proteínas G activan la adenilato ciclasa provocando el aumento de las concentraciones de AMP- cíclico. Este aumento activa la proteín-cinasa, la cual gracias a un mecanismo de fosforilación, activa la TGC lipasa provocando la lipólisis. Los ácidos grasos resultantes , una vez en la mitocondria, son oxidados por la beta-oxidación dando origen a equivalentes reducidos, los cuales producen la expulsión específica de protones al exterior de la mitocondria, generando un gradiente electro químico. Este gradiente se disipa normalmente a través del canal protónico de la ATP asa, originando ATP. Las mitocondrias del tejido adiposo marrón poseen un canal protónico que disipa el gradiente protónico sin generación de energía de enlace. Esto provoca la liberación de energía en forma de calor, resultando en un perfecto mecanismo termogénico. En qué momento este mecanismo no se realiza en el prematuro? A través de estudiar las concentraciones plasmáticas de glicerol que proviene de la lipólisis del tejido adiposo marrón, ya que en ratas estudiadas al nacimiento no tienen tejido adiposo blanco. Si se determina la concentración en sangre de glicerol en neonatos maduros y pretérmino sometidos a un ambiente isotérmico, se observa que ambos grupos muestran similares incrementos postnatales de la concentración de glicerol en sangre. La disminución de la capacidad termogénica observada en el prematuro tiene consecuencias decisivas en el metabolismo energético. La hipotermia (menor a 30 grados centígrados) provoca el adormecimiento del metabolismo energético, inhibiéndose procesos metabólicos tan importantes como glucogenólisis, utilización de glucosa y lactato, etc. En fechas recientes se han realizado estudios donde se trata de probar que al mantener temperaturas bajas en la cabeza, entre 35.7 y 36 grados centígrados, se podría mejorar el estado general de niños que han sufrido asfixia perinatal. En efecto, se realizó un estudio con 22 recién nacidos con algún grado de asfixia a quienes se llevó a mantener una temperatura fría en la cabeza y así observar que tenían una mejor respuesta en su estado general y también que puede ser una estrategia efectiva como neuroprotección neonatal (3,6). 13.2.2. INMADUREZ ENDOCRINA Durante el parto prematuro el feto se ve privado del control endocrino que venia siendo regulado por la unidad materno fetal. Hay dos hechos importantes para resaltar: 13.2.2.1. Privación del efecto de los corticoides. La concentración de corticoides en muy alta durante toda la gestación siendo responsables de muchos procesos vitales en la adaptación del recién nacido a la vida extrauterina, como por ejemplo de la inducción de la glucagón sintasa, enzima clave de la síntesis de glucógeno , y de la síntesis de estructuras tisulares importantes para la
  • 5. supervivencia posnatal, como el surfactante, elemento esencial en la transferencia de gases en el alvéolo. Al no haber este surfactante se produce la enfermedad de Membrana Hialina , aumentándose así el riesgo de morbi-mortalidad en los prematuros. 13.2.2.2. Falta de respuesta del páncreas endocrino en la etapa postnatal inmediata. Las concentraciones plásmaticas de insulina y glucagón sufren cambios drásticos inmediatamente después del nacimiento. La concentración de insulina cae inmediatamente después del nacimiento hasta alcanzar los valores normales del adulto, mientras que la de glucagón se aumenta a niveles muy superiores a los fetales. El neonato prematuro llega a la vida extrauterina con una “ pereza” de las células alfa y beta del islote de Langerhans en la respuesta a los estímulos externos. El aclaramiento de insulina fetal se retrasa en el pretérmino hasta el punto de persistir altas concentraciones de insulina durante mucho más tiempo que el neonato nacido a término. Por otro lado, la secreción de glucagón inmediata al nacimiento, no tiene lugar en el pretérmino, al menos durante las dos primeras horas de vida extrauterina. Estos hechos conducen al mantenimiento de altas razones insulina/glucagón durante las primeras horas de vida extrauterina , responsables del retraso de glucogenolisis y de la gluconeogénesis. 13.2.3. HIPOGLICEMIA Inmediatamente después del nacimiento tiene lugar un período transitorio , la prelactancia, que ocurre desde el nacimiento hasta el acceso a la leche materna. La prelactancia se caracteriza por un ayuno absoluto, en el que el neonato se ve obligado a vivir exclusivamente de sus reservas. Aunque el feto se ha preparado para este momento durante el último período de la gestación, la ausencia de suministro exógeno de substratos conduce a la penuria energética. El suministro de ácidos grasos se retrasa dejando a la glucosa como único substrato metabólico, lo cual no es suficiente, apareciendo la hipoglicemia. Aunque este es un proceso normal en la vida inmediata postnatal, es un proceso transitorio, gracias a la inducción de procesos compensadores de la glicemia, como la gluconeogénesis. Durante la primera hora de vida extrauterina la hipoglicemia se intenta compensar con la activación de la glucógenolisis , aunque el consumo es mucho mayor, permaneciendo la hipoglicemia durante la segunda hora de vida. Sólo hasta la tercera hora de vida alcanza sus niveles normales, cuando empieza a funcionar la gluconeogénesis. En el recién nacido prematuro la situación se puede empeorar ya que no hay reservas suficientes de glucógeno y la glicemia no se normaliza hasta pasadas seis horas del nacimiento, cuando la gluconeogénesis empieza a funcionar. Las consecuencias patológicas que pueden derivarse de la persistencia de la hipoglicemia, pueden observarse en el prematuro paralizando los procesos de síntesis y posponer el desarrollo de los tejidos neonatales. Estudios recientes han demostrado que la hipoglicemia en recién nacidos prematuros tiene consecuencias a largo plazo, como son: no aumento del perímetro cefálico y bajos puntajes en test de psicometría. Se tomaron 85 recién nacidos pretérmino pequeños para su edad gestacional , con cifras de glicemia por debajo de 47 mg/dl (72.9 % de la población ). La hipoglicemia recurrente causó esta disminución del perímetro cefálico a los 18 meses de edad, a los 3.5 años y a los 5 años. Se concluyó que
  • 6. recurrentes episodios de hipoglicemia pueden llevar a déficits en el crecimiento físico y el desarrollo neurológico y de ahí la necesidad de realizar un tratamiento rápido para prevenir la hipoglicemia en estos niños (5). En otro estudio se tomaron 79 recién nacidos pretérmino los cuales recibieron alimentación regular cada cuatro horas. Después de cuatro horas de la última comida se tomaron datos de glucosa, lactato, insulina, glucagón, corticotropina, cortisol, hormona del crecimiento , B-hidroxibutirato y acetoacetato. Los infantes fueron divididos en varios grupos de acuerdo con los niveles de glicemia: normoglicémicos, hipoglicemia leve e hipoglicemia persistente. Los resultados mostraron que los pesos eran más bajos en aquellos en quienes persistió la hipoglicemia al igual que la ingesta calórica fue mayor en ellos. De ahí la recomendación que aquellos recién nacidos que se encuentren en riesgo de presentar hipoglicemia, deben ser alimentados frecuentemente para evitar riesgos metabólicos mayores en ellos. Los niveles de cortisol y lactato fueron mayores en el grupo con severa hipoglicemia, al igual que los niveles de B- hidroxibutirato, siendo bajos en los niños sin hipoglicemia (2). 13.2.4. HIPOXIA Durante la vida intrauterina el feto recibe el oxígeno por vía transplacentaria, gracias a la diferente afinidad por el oxígeno que presentan la hemoglobina materna y fetal. El acceso a la vida extrauterina conlleva el cese del aporte materno de oxígeno, obligando a la inmediata puesta a punto de la ventilación pulmonar. Tras el nacimiento la presión parcial de oxígeno aumenta rápidamente hasta alcanzar valores estables después de la segunda hora de vida extrauterina. El prematuro sin embargo, muestra una persistencia de la hipoxia, prolongándose esta aún después de las dos horas de vida postnatal. La incidencia de la hipoxia en los neonatos de alto riesgo fue observada en los años 50, aconsejando la oxigenoterapia como tratamiento en estos recién nacidos. Sin embargo, el descubrimiento de la asociación entre oxígenoterapia y retinopatía de la prematurez, ha hecho que se reevalue la utilización del oxígeno y se haga de una manera prudente. El origen de la hipoxia en el prematuro tiene diversas causas; la existencia de un retraso en la oclusión del ductus arterioso, la deficiencia de surfactante pulmonar, etc. El ductus arterioso patente se caracteriza por la oclusión tardía del conducto arterioso, que se acompaña de hipertensión pulmonar y problemas respiratorios, aunque no es un síndrome asociado directamente con la prematuridad. Inmediatamente tras el nacimiento existe un período transitorio de hipercapnia, que en el a término tiene una duración aproximada de 30 minutos. Dicho período podría coincidir con la oclusión del conducto arterioso. Esta oclusión impulsaría gran cantidad de sangre a los pulmones cuyo primer efecto sería la espiración del CO2 acumulado. Si esto es así, se podría concluir que el prematuro tiene un ligero retraso en la oclusión del ductus, puesto que el período de hipercapnia es más largo, alcanzándose los valores normales después de los 60 minutos de vida extrauterina. Sin embargo, si se compara la evolución de las PO2 y las PCO2 , se puede observar que el período hipóxico del prematuro no coincide con el tiempo de la hipercapnia. La hipoxia continua después de la remisión de la oclusión del ductus arterioso . Por consiguiente, la hipoxia que sufre el prematuro no parece estar relacionada con un presumible
  • 7. retraso en la oclusión del ductus. Otra de las enfermedades que se puede relacionar con la hipoxia es la enfermedad de membrana hialina, causada por un déficit del surfactante pulmonar. Este es un complejo lipoproteico en el que los fosfolípidos constituyen la totalidad de la fracción lipídica. Se sitúan en la superficie luminal del alvéolo, disminuyendo la tensión superficial y permitiendo una enorme flexibilidad de la superficie alveolar en los movimientos respiratorios. Los fosfolípidos se sintetizan en los últimos meses de gestación , siendo su síntesis interrumpida en el parto prematuro. Uno de los tratamientos es la utilización de corticoides en la madre, para aumentar el contenido total de fosfolípidos pulmonares en el prematuro. En la vida extrauterina, ya se utilizan surfactantes para aplicarlos a los prematuros y así mejorar su condición. Estudios recientes han mostrado la necesidad de vigilar y analizar muy bien los patrones respiratorios en recién nacidos pretérmino a través de la observación clínica, de exámenes de laboratorio y de aparatos para poder llevar a tiempo la intervención más adecuada y así evitar complicaciones mayores en estos niños. Un gran número de eventos severos hipóxicos no asociados a verdaderas apneas ó bradicardias, sugieren que los eventos hipóxicos así como las desaturaciones asociadas a apneas/hipoapneas deberían ser reportadas durante la monitorización clínica así como el tiempo en que ocurren para prevenir el no adecuado desarrollo del sistema nervioso central (4). 13.2.5. HIPERLACTIACIDEMIA Durante el último período de la gestación, el feto acumula considerables cantidades de lactato en sangre, que llegan a ser de 5 mM en el momento del parto. La procedencia y destino de dicho lactato están muy discutidos, pero parece ser que constituye en excelente sustrato metabólico incluso como precursor de los fosfolípidos del surfactante pulmonar. La hiperlactiacidemia en el recién nacido se ha relacionado con problemas perinatales. Un aumento del lactato en sangre fetal se reconoce como un síntoma de sufrimiento del feto, y un aumento del lactato en sangre del recién nacido indica problemas respiratorios. La persistencia de hiperlactiacidemia en el recién nacido indica la existencia de una inhibición del consumo de lactato, cuyas implicaciones en el desarrollo cerebral parecen evidentes. Al parecer el lactato podría incorporarse a los lípidos cerebrales específicos, lo que aumentaría las implicaciones patológicas de la lactiacidemia del prematuro. Parece evidente que la hiperlactiacidemia esta directamente relacionada con la hipoxia, puesto que la administración de oxígeno al prematuro aumenta la utilización de lactato hasta alcanzar los niveles del neonato a término. Las concentraciones de oxígeno y lactato en sangre están correlacionadas estadísticamente, mientras que la hipoxia experimental produce hiperlactiacidemia en el neonato a término. Esto, junto con el descubrimiento de que el lactato no es un sustrato gluconeogénico, durante las dos primeras horas de vida extrauterina, sugiere que el lactato es oxidado como fuente de energía ó empleados sus carbonos en la lipogénesis de novo. Ambos procesos son sensibles a la disminución del suministro de oxígeno, de donde se colige la relación existente entre la hipoxia y la hiperlactiacidemia en el prematuro. 13.2.6. HIPERAMONEMIA El amonio es una forma muy soluble de eliminación de nitrógeno pero que plantea graves problemas a los animales no acuáticos por su gran toxicidad. El feto y el neonato poseen cantidades considerables de amonio en sangre, lo que
  • 8. plantea la necesaria atoxicidad del amonio en estas circunstancias. Se ha detectado una rata hiperamonemia en recién nacidos de bajo peso, relacionado con la hipoxemia y la hipoglicemia. Los datos indican una fuerte hiperamonemia en ratas prematuras claramente relacionada con su inmadurez metabólica. Al parecer este aumento estaría relacionado con la hiperlactiacidemia como un mecanismo compensatorio de pH, manteniéndolo dentro de los limites tolerables por el prematuro. retraso del crecimiento intrauterino Share on facebookShare on twitterFavorito/CompartirVersión para imprimir Se refiere al crecimiento deficiente de un bebé mientras está en el útero durante el embarazo. Específicamente, significa que el feto pesa menos del 90% de otros bebés de la misma edad gestacional. Causas Muchos factores diferentes pueden llevar a que se presente un retraso del crecimiento intrauterino (RCIU). Es posible que un feto no reciba suficiente oxígeno y nutrición de la placenta durante el embarazo debido a:  Grandes altitudes  Embarazos múltiples (gemelos, trillizos, etc.)  Problemas en la placenta  Preeclampsia o eclampsia Las anomalías congénitas o cromosómicas a menudo están asociadas con un peso por debajo de lo normal. Las infecciones durante el embarazo que afectan al feto, como la rubéola, el citomegalovirus, la toxoplasmosis y la sífilis también pueden afectar el peso fetal. Los factores de riesgo en la madre que pueden contribuir al retraso del crecimiento intrauterino comprenden:  Alcoholismo  Trastornos de coagulación  Drogadicción  Cardiopatía o hipertensión arterial  Nefropatía  Desnutrición  Tabaquismo Si la madre es pequeña, puede ser normal que el bebé sea pequeño, pero esto no se debe al retraso del crecimiento intrauterino. Dependiendo de la causa de este retraso, el feto puede ser simétricamente pequeño o tener una cabeza del tamaño normal para su edad gestacional, mientras el resto de su cuerpo es pequeño.
  • 9. Síntomas Una mujer embarazada puede sentir que su bebé no es tan grande como debería ser. La medida desde el hueso púbico de la madre hasta la parte superior del útero será más pequeña de lo esperado para la edad gestacional de su bebé. Esta medida se denomina altura del fondo uterino. Pruebas y exámenes El retraso del crecimiento intrauterino (RCIU) se puede sospechar si el tamaño del útero de la mujer embarazada es pequeño. La afección generalmente se confirma por medio de una ecografía. Es posible que se necesiten exámenes adicionales para detectar infección o problemas genéticos si se sospecha de dicho retraso del crecimiento intrauterino. Tratamiento El retraso del crecimiento intrauterino aumenta el riesgo de que el bebé muera dentro del útero antes de nacer. Si el médico sospecha que usted podría tener esta afección, se le hará un seguimiento cuidadoso con algunas ecografías durante el embarazo para medir el crecimiento, los movimientos, la circulación y el líquido alrededor del bebé. También se realizará una cardiotocografía en reposo. Dependiendo de los resultados de estos exámenes, puede ser necesario dar a luz a su bebé. Expectativas (pronóstico) Después del parto, el crecimiento y desarrollo del recién nacido depende de la gravedad y causa del RCIU. El pronóstico del bebé se debe analizar con el obstetra y el pediatra. Posibles complicaciones Dependiendo de la causa específica, el retraso del crecimiento intrauterino incrementa el riesgo de complicaciones del embarazo y del recién nacido. Los bebés pueden tener una frecuencia cardíaca fetal anormal durante el período de dilatación, por lo que se requiere un parto por cesárea. Cuándo contactar a un profesional médico Póngase en contacto con el médico de inmediato si está embarazada y nota que el bebé se está moviendo menos de lo habitual. Igualmente, consulte con el médico si su bebé o niño no parece estar creciendo o desarrollándose normalmente. Prevención No consuma alcohol, ni cigarrillo ni drogas. Consuma alimentos saludables y solicite cuidado prenatal regular. Si tiene una afección crónica o toma medicamentos recetados de manera regular, consulte con el médico antes de quedar en embarazo. Esto puede ayudar a reducir cualquier efecto de la afección sobre su embarazo y el bebé. Nombres alternativos
  • 10. Retardo del crecimiento intrauterino; RCIU INFECCIONES PERINATALES Dr. Patricio Ventura-Juncá INTRODUCCION Las infecciones del feto y el recién nacido son una causa importante de morbilidad, mortalidad y secuelas en el RN. Las características propias de la etapa fetal hacen que las infecciones que ocurren en este período tengan una
  • 11. patogenia especial y produzcan una infección con características clínicas únicas. Estas varían según el semestre del embarazo en que ocurren. En el período neonatal, las características propias de la inmunidad del RN le dan también una forma de presentación y evolución características. FORMAS DE TRANSMISION Las infecciones pueden ser transmitidas de la madre al feto y al RN por los siguientes mecanismos:  Intrauterina: Esta puede ser por vía transplacentaria o por vía ascendente desde la vagina, hecho que ocurre especialmente cuando hay rotura prematura de membranas.  Durante el parto y el período inmediato después del nacimiento. En el canal del parto pueden existir agentes infecciosos que infecten al RN. En el período inmediato después del nacimiento hay también determinadas infecciones presentes en la madre que pueden ser transmitidas al RN por el contacto de ella con él o a través de su leche. INFECCIONES BACTERIANAS Las infecciones bacterianas del RN tienden a la diseminación, resultando en Sepsis y Meningitis, cuadros clínicos graves que requieren una oportuna sospecha, pesquisa y tratamiento precoz si se quiere evitar la alta morbilidad y mortalidad potencial que tienen. Según su forma de adquisición, se denominan infecciones connatales a aquellas que son adquiridas por transmisión materna y que se presentan habitualmente precozmente en los primeros días de vida. Se denominan nosocomiales aquellas infecciones que son adquiridas por contagio intrahospitalario de gérmenes provenientes de otros niños o del personal de la Unidad de Recién Nacidos. Infecciones Connatales Son infecciones en general graves y es importante sospecharlas anticipadamente. Para esto hay que evaluar los siguientes factores predisponentes:  Rotura prematura de membranas e infección materna periparto
  • 12.  Colonización vaginal con streptococcus tipo B  Trabajo de parto prematuro. Este puede ser la primera expresión de una infección, especialmente si se han descartado causas no infecciosas y si se trata de un prematuro de < 1.500 g.  Otros factores incluyen: infección urinaria de la madre, parto prolongado, instrumentación del parto. El factor de riesgo neonatal más importante es el bajo peso de nacimiento. La frecuencia de sepsis en el prematuro de < 1500 g. es 8 a 10 veces mayor que en el RNT. Los gérmenes que con más frecuencia dan Sepsis y Meningitis Connatal son el Streptococcus Grupo B, la Listeria monocitogenes y la Escherichia coli. Diagnóstico y cuadro clínico: La buena anamnesis perinatal es la clave para identificar a los niños de riesgo. Según l evaluación de los antecedentes de riesgo de infección, se toman cultivos, hemograma y se inicia el tratamiento antibiótico inmediatamente (caso de niños de muy bajo peso) o se deja al RN en observación (caso de RNT asintomáticos) y se espera el resultado de los exámenes. Los signos de infección son inespecíficos y con frecuencia sutiles: inestabilidad térmica, disminución del tono y de la actividad, dificultad para alimentarse, letargia, distensión abdominal. El compromiso del aparato respiratorio es muy frecuente y da signos de dificultad respiratoria. Otros signos sugerentes de infección son púrpura, petequias, palidez, hipotensión y convulsiones. El diagnóstico se confirma con el hemocultivo y el cultivo de líquido cefalo-raquídeo. Estos no siempre salen positivos y en estos casos deben predominar los antecedentes perinatales y la signología clínica para el inicio y duración del tratamiento antibiótico. El hemograma ayuda en esta decisión. Son sugerentes de infección una desviación a la izquierda de la serie blanca con una relación >0.2 de las formas inmaduras divididas por los neutrófilos totales. También es importante si hay <5.000 leucocitos o < de 1.000 neutrófilos. Tratamiento: Estos niños requieren ser cuidados según su gravedad en una unidad especializada que cuente con cuidado intensivo e intermedio. El tratamiento comprende dos aspectos fundamentales:
  • 13. Tratamiento específico con antibióticos: Cuando el germen no es conocido el esquema más utilizado es un aminoglicócido y una penicilina. En nuestra Unidad utilizamos:  ampicilina 150 mg/Kg. IV c/12  Gentamicina 2,5 mg/Kg. IV c/12 a 24 hrs. según la edad gestacional del niño: o Cada 12 hrs. en RNT o Cada 18 hrs. en RNPr de 30 a 36 semanas o Cada 24 hrs. en RNPr de < 30 semanas La duración del tratamiento es de 7 a 10 días o hasta 5 a 7 días después de que han desaparecido los signos de infección. Tratamiento general de sostén: Incluye el control permanente de signos vitales; ambiente térmico neutral; apoyo hemodinámico y respiratorio; corrección de anemia, acidosis y problemas de coagulación; apoyo nutricional; aislamiento para evitar contagio de otros niños. Infecciones nosocomiales: Son muy frecuentes en las unidades de cuidado intensivo en que hay gran manipulación y uso de procedimientos y vías invasivas. El germen varía según cada unidad, pero el Stafilococcus es el más frecuente en la mayoría de los casos. Lo más importante es prevenirlas. Dentro de las normas para evitar el contagio de otros niños, la más importante y decisivo es el buen lavado de manos antes y después de examinar al niño y el uso de material estéril o limpio según el caso. La unidad debe tener un espacio suficiente con una apropiada distribución de los pacientes que permita mantener el aislamiento de los niños infectados. INFECCIONES VIRALES Y PARASITARIAS Cuando la infección ocurre intrautero el resultado puede ser la muerte del feto, la presencia de distintos estigmas y malformaciones y a veces secuelas que se presentan en el desarrollo posterior del niño. Estas se denominan infecciones congénitas. Cuando ocurre en el parto o inmediatamente después se denominan perinatales. Muchos agentes infecciosos pueden producir ambas pero con distintas consecuencias.
  • 14. Los siguientes signos deben llevar a sospechar e investigar la presencia de una infección viral o parasitaria congénita en un RN :  Retardo del crecimiento intrauterino grave sin causa evidente  Hidrocefalia y microcefalia  Alteraciones oculares: catarata y corioretinitis.  Calcificaciones cerebrales  Púrpura o petequias  Hepatoesplenomegalia  Alteraciones neurológicas Los antecedentes epidemiológicos y la anamnesis perinatal revisada de manera focalizada según la infección que se sospecha son claves para la orientación diagnóstica. El desarrollo de la virología ha permitido identificar una gran cantidad de agentes capaces de producir infecciones en el feto y el RN. Aquí describiremos resumidamente aquello agentes virales y parasitarios más frecuentes y que producen cuadros de mayor gravedad. Citomegalovirus: Las mujeres embarazadas susceptibles varían según la región geográfica y el nivel socioeconómico en Chile:  5 a 15% del nivel socioeconómico bajo  40 a 50% en nivel socioeconómico alto El riesgo de transmisión al feto en infección primaria materna es de un 40%. Un 7 a 11% de los fetos infectados son sintomáticos al nacer. Un 10% de los infectados presentan síntomas al nacer con una letalidad de un 10-20%. Un 15% de los asintomáticos desarrollarán secuelas tardías. La signología en el recién nacido incluye retardo del crecimiento intrauterino, microcefalia, corioretinitis, y calcificaciones cerebrales. Puede también presentarse como una sepsis viral con compromiso multiorgánico, presencia de hepatomegalia, púrpura, petequias, ictericia, anemia y trombocitopenia. Las secuelas más frecuentes son retardo mental, alteraciones de la audición y espasticidad. El diagnóstico se confirma con la detección del virus en la orina, secreciones nasofaríngeas o sangre. La determinación de IgM es la alternativa para el diagnóstico cuando no se puede realizar cultivo.
  • 15. El tratamiento incluye las medidas generales de sostén y eventual rehabilitación cuando hay secuelas. El tratamiento específico antiviral está en etapa experimental. Se ha usado el Ganciclovir. También se ha usado la gammaglobulina hiperinmune con resultados no concluyentes. Rubéola: Alrededor del 10% de las embarazadas en Chile es susceptible a la Rubéola. El perfil epidemiológico puede estar cambiando con la introducción de la vacuna, que se indica al año de edad junto a la del sarampión y parotiditis. Se recomienda repetirla entre los cuatro y seis años de vida. Los efectos de la infección por el virus rubéola sobre el feto dependen del período del embarazo en que este es adquirido. Así el riesgo de infección fetal es de alrededor :  81% en las primeras 12 semanas  56% de las 13 a 16 semanas  36% de las 17 a 22 semanas Los fetos infectados en las primeras 8 semanas presentan malformaciones especialmente cardíacas y sordera en el 50% de los casos. Entre las 9-12 semanas el riesgo de malformaciones es de alrededor de 40% y entre las 13-16 semanas baja a un 16%. No se han reportado anormalidades cuando la infección es adquirida después de las 20 semanas. El diagnóstico clínico tiene algunas características especiales que se ha denominado Síndrome Rubeólico. Este se caracteriza por la triada de: catarata, sordera y malformaciones cardíacas. A éstas se agregan el retardo de crecimiento intrauterino, la retinopatía, meningoencefalitis, púrpura y hepatomegalia. La confirmación de laboratorio se puede efectuar por : aislamiento del virus en orina o secreciones nasofaríngeas, por detección de IgM específica y control seriado de IgG en los primeros meses de vida. La rubéola no tiene un tratamiento específico, por lo que el énfasis debe estar dado en la prevención. Ya mencionamos la vacuna que está dentro del Programa Chileno de Inmunizaciones. En el caso de las mujeres en edad fértil que no han recibido vacuna ni han tenido contacto con el virus se recomienda que se vacunen, advirtiéndoles evitar el embarazo en los siguientes tres meses posteriores después de colocada ésta.
  • 16. Contraindicaciones para la vacuna en mujeres susceptibles son: el embarazo, las inmunodeficiencias y el haber recibido inmunoglobulinas o sangre en los últimos tres meses. Virus de Inmunodeficiencia Humana: La prevalencia creciente de este virus en madres embarazadas le da especial relevancia a aspectos de prevención de la madre que escapan al ámbito de este capítulo en el cual nos referiremos especialmente a la transmisión y prevención del virus al feto. Estudios epidemiológicos han demostrado que el riesgo de transmisión de una madre infectada al feto y al RN es de alrededor de un 17 a 30%. El mecanismo de transmisión puede ser transplacentario durante el parto y a través de la leche materna. La transmisión transplacentaria y periparto de la infección al feto se ha logrado reducir aproximadamente en dos tercios con el uso de Zidobudina en las embarazadas infectadas, que es la terapia antiretroviral de elección. El esquema actualmente recomendado es el siguiente: Iniciar entre las 14 y 34 semanas de gestación hasta el parto 100 mg 5 veces al día Oral Durante el trabajo de parto 2 mg/Kg. durante la primera hora, y luego 1 mg/Kg. /hora hasta que ocurra el parto Intravenoso En el RN iniciar tratamiento a las 8 a 12 horas después del parto hasta las 6 semanas de vida 2 mg/Kg. 4 veces al día Oral Infección por Parvovirus: El Parvovirus es el agente que produce el eritema infeccioso. La seroprevalencia en adultos es de alrededor de un 50%.. En los casos en que la embarazada contrae la infección, la transmisión vertical al feto es de alrededor de un 30%. Esta puede resultar en infección asintomática o producir una enfermedad grave con anemia, insuficiencia cardíaca e hydrops y eventual muerte del feto. No hay tratamiento específico.
  • 17. Infección por Herpes Simplex: El virus habitualmente es transmitido al recién nacido en el momento del parto por contagio con lesiones herpéticas en el cuello y vulva de la madre. En estos casos la transmisión al RN es de alrededor del 95%. La transmisión antenatal es muy rara. El virus Herpes produce una enfermedad grave con una mortalidad mayor al 50%. Compromete el sistema nervioso central, piel, ojos y boca y en los casos más graves hay una infección diseminada con compromiso multiorgánico. Se dispone ahora de una efectiva terapia antiviral: el Aciclovir. En los casos en que la madre tiene herpes genital se debe optar por la operación cesárea. Para la conducta precisa del uso de aciclovir según las distintas condiciones y alternativas del parto se requiere acudir a la orientación especializada de un infectólogo. Infección por virus Varicela Zoster: Alrededor de un 25% de los RN se infectan en las madres que desarrollan Varicela en el período alrededor del parto. La infección más grave ocurre cuando la madre desarrolla la enfermedad en los cuatro días previos al parto. Actualmente existe un tratamiento antiviral efectivo con inmunoglobulina y Aciclovir. Las medidas de aislamiento y el tratamiento deben ser consultados en sus distintas alternativas con un infectólogo. Toxoplasmosis: La infección por Toxoplasma gondii es frecuente en la población general. La prevalencia de mujeres susceptibles varía según la edad y la región geográfica. En Chile un 25 a 30% de las madres en edad fértil han tenido exposición al Toxoplasma. La transmisión vertical al feto es de un 30 a 40% y varía según el trimestre del embarazo en que se adquiere la infección. De un 15% en el primer trimestre aumenta a una 60% en el tercer trimestre. El toxoplasma se contagia fundamentalmente por la ingestión de carne cruda y del contacto con gatos, que son antecedentes epidemiológicos importantes de investigar en la madre cuando se sospecha de esta infección. La forma clínica de presentación en el recién nacido varía según el período del embarazo en que fue adquirida. En los casos más precoces se encuentran hidrocefalia, microcefalia, coreoretinitis, calcificaciones cerebrales y convulsiones. Un 50 a 80% de los niños infectados son asintomáticos al nacer,
  • 18. pero tienen un alto riesgo de desarrollar compromiso de retina y neurológico a largo plazo. El diagnóstico se realiza por el cuadro clínico y se confirma con la identificación del toxoplasma en la placenta y en la sangre del niño. También se puede realizar por la detección de IgM específica y por el control seriado de IgG. El tratamiento del niño y de la madre y las medidas de prevención deben realizarse con la asesoría de un infectólogo. Sífilis Congénita: La infección por Treponema Pallidum en el embarazo puede resultar en un aborto espontáneo, mortinato o infección del feto con manifestaciones precoces durante el período neonatal o tardías durante la infancia. La incidencia de la Sífilis varía según las situaciones geográficas, siendo más alta en los centros urbanos. La promiscuidad sexual es un factor de riesgo importante. La Sífilis Congénita debería desaparecer con el control precoz y adecuado del embarazo. La serología(VDRL) permite identificar a las madres infectadas y su oportuno tratamiento. El diagnóstico en el RN se sospecha por la historia materna y conductas de alto riesgo. El antecedente más importante es la serología de la madre, sin embargo en la mayoría de los casos de sífilis congénita el control prenatal ha sido inadecuado. En estos casos debe efectuarse un VDRL en el recién nacido. En el RN hay una variedad de manifestaciones clínicas que van desde niños asintomáticos a una infección diseminada con características de septicemia. El tratamiento de las embarazadas y del recién nacidos se efectúa con penicilina G. Hay numerosos otros agentes infecciosos que pueden producir infecciones perinatales. El manejo de esto supone el trabajo integrado del obstetra, el neonatólogo y el infectólogo para implementar medidas efectivas de prevención, pesquisa, diagnóstico precoz y tratamiento apropiado.