El documento argumenta que la equidad de género es un derecho humano y una condición previa para combatir la pobreza. Las mujeres enfrentan desigualdades en áreas como educación, trabajo, salud, violencia y representación política. A pesar de que realizan más de la mitad del trabajo global y producen gran parte de los alimentos en países en desarrollo, su trabajo a menudo es invisible e infravalorado. Se necesitan esfuerzos continuos para superar los estereotipos de género y lograr la igualdad sustantiva entre hombres