La espiral logarítmica se encuentra comúnmente en la naturaleza, como en la concha del nautilus y caracoles, cuyas cámaras forman una espiral aproximadamente logarítmica. También se observa en patrones como tormentas y en la forma de las ramas de helechos, que evolucionaron de manera espiralada para mayor protección. La espiral logarítmica surge al dividir repetidamente un rectángulo en proporción áurea.